Esta es la historia del placer sagrado,
El placer que por todos es el más codiciado
El placer que de veras es el más intenso,
Para describirlo no existen palabras, conceptos ni lienzo…
… Los amantes entraron al cuarto alocados,
El flechazo de cupido los había hechizado
El comenzó a buscarla afanoso
Mientras el cuerpo de ella le esperaba ansioso
Las mejillas de ambos muy rojas se tornaron
Y entregados a la lujuria locamente se besaron
En con su lengua la quiso visitar
Mientas su virilidad comenzaba a despertar
Así su cuerpo quedó desnudo
Mientras su querido amante poco se contuvo
La besó en la cara, hombros y mano
Mientras sentía su hermoso cuerpo lozano
Sus suspiros gemidos lentamente se volvieron
Mientras sus deseos carnales consecuentemente complacieron

El al fin la halló en donde quería hallarla
Y su joya más preciada comenzó a acariciarla
Su cuerpo de placer muchas gotas destiló
Él al sentirlo húmedo mucho se complació
En ella su pudor lentamente comenzaba a salir
Mientras armada de valor lo comenzaba a desvestir
Su herramienta de amor por fin quedó liberada
Y en el vigor de su portador altanera quedó alzada
Sus tímidos dedos con ternura la agarraron
Y montones de placer a su amante regalaron
Suspiros y gemidos se alzaron de su cuerpo
Mientras ella saboreaba el delicioso miembro erecto
La sensación era verdaderamente indescriptible
Que de más está decir alguna expresión aludible
Ciego ya de pasión su soldado colocó en la entrada
Mientras ella acostada esperaba su llegada
En el momento de la entrada ambos cuerpos se curvaron
Y como cañas al viento de goce y amor danzaron
Su cuerpo en el de ella comenzó a arrastrarse
                    Mientras abrazados comenzaron a amarse
  Muy pronto emitieron ruidos producto de la fruición  
Que retumbaron constantes por toda la habitación
Él, sudorante, con su alma en el mismo cielo
Sus pechos voluptuosos amasaba con recelo
La máquina del amor súbitamente sus cuerpos encendió
Y la velocidad de embestida por consecuencia aumentó
Hasta que por fin llegaron al punto sin retorno
En el que no se distingue color ni voz, ni contorno
Y así sus cuerpos volviéronse un solo espasmo
Mientras disfrutaban de la química del orgasmo
Brotó a borbotones el caudal de su simiente
Mientras inundaba a su amada como un río creciente
Lentamente sus deseos se aplacaron
Y mientras dormían tiernamente se abrazaron
      Y vosotras abejitas
                Que de esta poesía libáis
                   ¿Por qué no yacéis juntitos
                        Y así del placer probáis