Estábamos en una fiesta, se supone que yo no debía tomar porque iba a conducir de regreso a casa pero tu y tus formas de convencer pudieron más. Al principio sólo quería tomarme una o dos cervezas y terminé tomando una botella de ron con coca cola, no estaba totalmente tomada, me sentía un poco mareada así que dejé de tomar y me senté a verte bailar.

Bailabas de una forma sensual, el ritmo de la música beneficiaba eso, el vestido que llevabas hacía que tu cuerpo se viera más sexy de lo normal. Me miraste y me hiciste una seña para que me acercara, negué con mi cabeza sonriendo y seguí viendo, bailabas mirándome a los ojos hasta que te detuviste, sonreíste y caminaste hacía mí para tomarme la mano. Salimos de lugar hacia el estacionamiento, llegamos a la camioneta, me empujaste al asiento trasero mientras subías sobre mí.

Buscaste algo en uno de los bolsillos en los forros del asiento y pusiste esposas en mis manos, sin antes quitar mi camisa, poniendo estas encima de cabeza.

-Hoy me toca a mí. - Sonreíste y comenzaste a besar mi cuello dejando marcas en el camino, tus manos jugaban con el broche de mi sostén mientras acariciaban mi espalda suavemente, lo desabrochaste y tu boca se hizo cargo de mis senos. Una de tus manos bajó por mi pantalón hasta llegar a mi ropa interior donde acariciaban lentamente, tus dedos se escabulleron dentro de esta sin aviso embistiendo una y otra vez lentamente.

-Más - Fue lo único que pude susurrar mientras tu boca atacaba mis senos y tus dedos me embestían sin piedad, cada vez más rápido.