Divague 2(Bokuaka/Kuroken)


El poder de los celos

Kuro y Bokuto solían tener conversaciones serias. De esas que cambian el curso de la vida de las personas... de esas que te vuelven un ser distinto.

—No sé qué más hacer. Me siento desplazado por un video juego.

Bokuto simplemente asentía seriamente ante el desahogo de su amigo.

—Cualquiera diría que al ser amigos de la infancia habría un trato especial. Que me pondría por sobre sus juegos y pasatiempos... pero no – terminó de hablar un triste Tetsuro con la cabeza gacha.

—Quizás deberías enfocarlo de otra manera.

—¿De qué manera?

—Celowls – dijo seriamente Bokuto—. Los celos son la clave del éxito cuando se trata de compañeros. Solo déjame demostrártelo; ¡Akaashi, ven un momento! – gritó a su armador desde el costado del gimnasio, lugar donde conversaba con Kuro. A pesar de no parecer muy dispuesto, Akaashi igualmente fue hasta donde estaban.

—¿Si, Bokuto?

—Dime... — comenzó a hablar antes de sentarse sobre Kuro y abrazarlo—, ¿sientes celos?

Kuro tenía cara de poker. Bokuto había puesto su mirada más intensa, esa que ponía para rematar. Akaashi simplemente lo miró antes de bufar.

—¡¡Akaashi!! Se supone que debes sentir celos. ¡Protege mi inocencia!

Kuro sonrió ante el despliegue de celos de Bokuto, quien –gracias a Dios— ya se había levantado de su regazo.

—Cuando hablas de celos... déjame ver si lo entiendo, sería ¿algo así? – preguntó antes de acercarse él esta vez a Akaashi y comenzar a abrazarlo.

—¡Aléjate de él! – gritó Bokuto, intentando despegar a Kuro de un Akaashi que parecía resignado a su suerte—. Akaashi, tú también, defiéndete.

—¿Debería?

—Oh... eres un infiel ¡No sé si podré hacer más remates! – Hubo uno segundos de silencio — ¡¡He olvidado cómo hacer remates producto de tu infidelidad!!

Ante el espectáculo de la estrella de Fukurodani, Kuro reía y Akaashi ponía los ojos en blanco.

—Bien, si lo olvidaste podemos practicar para ver si logras recordar cómo hacerlo.

—¿Levantarás para mí? – preguntó el capitán esperanzado.

—Sí.

—¿En serio?

—Sí.

—¡¡Eres el mejor Akaashi!! – dijo antes de volver a ser un huracán de energía y acercarse al centro de la cancha —. HEY HEY HEY ¡Viene la estrella a hacer remates!... No es que recuerde cómo hacerlos, estoy recordando – aclaró innecesariamente.

—En el fondo eres un blando con él ¿eh?

Ante las palabras de Kuro, Akaashi simplemente sonrió.

***

Unos minutos después Kuro se enteraría de una gran verdad...

—¿Qué era todo ese alboroto con los de Fukurodani?— preguntaba Kenma, levantando la vista de su videojuego.

—Ah nada... hablábamos de Akaashi.

—¿Si?

—Sí, ¿quieres que vayamos a entrenar con ellos?

Kenma desvió la mirada.

—No lo sé... parece muy cansado. Bokuto es agotador.

—Bien, entonces vayamos a comprar unos refrescos. Es eso o entrenar con ese loco; ¿qué dices?

—Vamos – contestó antes de mirar a Akaashi y dejar su videojuego de lado.

Y mientras eso pasaba, en la mente de Kuro solo había dos palabras.

<<Gracias, Bokuto>>


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