Intermedio. Un día de playa...

El calor del verano azotaba con fuerza mientras se podía observar como una pequeña Sinon hacía un castillo de arena en la orilla. Adoraba comportarse como una niña mientras mantenía esa forma, cosa que no debían confundir con su yo real o lo lamentarían como bien sabían los chicos. 

Islas del destino era un paraíso para el descanso y la tranquilidad, pero de vez en cuando se volvía bastante ruidoso debido a algunos residentes. Jugaban a lanzar el frisbie de un lado para otro hasta que cierto pelirrojo pisoteó el trabajo de una pequeña y tranquila "niña". 

- Ah, lo siento, lo siento fue sin querer. - Los ojos de esta se encendieron en furia, Sora al ver esto se temió lo peor, cosa que no tardó en suceder. - Por qué no jugamos. - 

- Sora qué ocurre, te veo pálido. - Preguntaba Kairi, que al verle la cara y callado como un muerto sabía que pasaba algo, mientras tanto el negaba.

- Está bien ju-gue-mos... - tomó Sinon tomó el frisbie y alejándose un par de pasos se dispuso a lanzar.

- Vamos pequeñaja no necesitas alejarte tanto, no llegarás si te colocas tan lejos. - 

- Axel yo de ti no... - Sora no llegaba a decir nada más cuando la chica saltó y lanzó el juguete, a tal velocidad que más que un trozo de plástico parecía una espada, por suerte tan solo rozó la cara de Axel, aunque le ocasionó un corte aún conservaba su cabeza que era lo importante. En cuanto al disco, terminó clavado en una roca, suerte que era de plástico, sino jamás lo hubieran recuperado, ya que este habría cortado la roca y se perdería en el mar. A partir de ese momento ninguno se volvería a burlar de ella por su apariencia, de eso todos los presentes estaban seguros. 

Carne a la brasa, fruta fresca y algunos zumos y refrescos formaron el menú del día, rematando con unos helados de sal marina mientras todos miraban al horizonte con la puesta de sol como espectáculo. 

Pronto comenzarían a marcharse uno tras otro, hasta solo quedar un par de jóvenes sentados sobre el tronco de la palmera juntando sus manos mientras miraban las estrellas. Era una vista hermosa, la luna llena iluminaba el lugar mientras la brisa acariciaba a ambos que compartían risas. 

- Oye Riku, ¿ no hace calor hoy? - En cierto modo llevaba razón, las noches últimamente eran más calurosas, pero el nombrado se lo tomó como algo más. Sonreía mientras el otro se sonrojaba para terminar arrastrándolo al agua a nadar un poco. En cierto momento Riku se apartó de la vista de Sora, quien miraba a su alrededor y se preocupaba al llamarlo y no obtener respuesta. De un momento a otro era sumergido por alguien que tiraba de él. Se asustó, pero al abrir los ojos pudo contemplar a quien buscaba, que lo acercaba hacia él para abrazarlo y besarlo. Posteriormente salían a la superficie y se acercaban a la orilla, donde el agua les llegaba por la cintura y estaban resguardados por las rocas de la vista de cualquiera que por allí se atreviera a pasear. 

Riku sostenía a Sora por la cintura, mientras este tomaba la iniciativa rodeando su cuello y besándolo lenta e intensamente. El joven de cabello plateado se sorprendió un poco, pero por supuesto se dejó llevar mientras deseaba más. Bajó sus manos hasta el trasero de Sora quien soltó su agarre, tomo las manos del otro y lo acercó más a la orilla. 

- No será bueno si lo hacemos aquí. - decía mientras lo arrastraba, para seguido soltar una de sus manos y poder girarse, escondiendo de esta forma su rostro avergonzado. 

Riku por su parte pensaba que era lindo, lo cual por un momento hizo que tuviera el impulso de cargarlo en sus brazos, pero se detuvo, ya que decidió dejar que tomara él toda la responsabilidad. Sus primeras veces había sido Riku quien tomó la delantera, incluso aunque fuera seducido por Sora quién después de cada vez, asegurara que sería él el único que estaría arriba, a lo que el joven de cabello plateado reía mientras lo abrazaba y besaba su frente. 

Sora hizo que se sentara, sentándose él mismo sobre Riku y quedando cara a cara. El corazón del castaño comenzó a latir frenéticamente al pensar en lo que se avecinaba. Tanto sus labios como sus manos comenzaban a temblar, terminando por esconder su rostro sobre el hombro de Riku en señal de derrota e impotencia. Incluso lo hubiera prometido, no era capa de seguir en ese momento. 

- Lo siento, Riku. - 

- Shh, tranquilo, Sora. No es necesario que te fuerces a hacerlo, tan solo quedémonos así hasta que te calmes.. - se dispuso a abrazar al castaño hasta que escuchó sus palabras. 

- Si tan solo fuera tan calmado como tú... - suspiraba - siempre parece que sabes lo que hacer en estos casos, sin embargo yo... yo no soy capaz casi de besarte porque me pongo nervioso y mi cabeza se hace un lio... Riku... - antes de que continuara, el otro tomó su mano derecha y la puso sobre sobre el pecho, demostrando así que lo que aparentaba no era totalmente cierto. 

- Incluso digas eso, no estoy más calmado que tú. A diferencia de lo que creas yo también estoy nervioso todo el tiempo. Cada vez que te toco, te beso o hacemos el amor, incluso por el simple hecho de tenerte cerca estoy ansioso y no paro de pensar en que te alejarás de mi en algún momento. No es fácil para mi. Pero cuando estas cerca de este modo, ese miedo desaparece. Además, para mi está bien hacer este tipo de cosas porque eres tú. La persona a la que amo desde hace mucho, mi amigo, mi compañero, mi todo... Alguien tan importante que no soy capaz de vivir si tú no existes en algún lugar. - diciendo estas últimas palabras, Riku volvía a colocar la mano de Sora en su hombro, a su vez éste por fin mostraba su cara algo sonrojada. 

- Cómo puedes decirlo tan fácil... - 

- Digamos, que te estoy seduciendo... - coqueteaba con una sonrisa cual príncipe azul de cuento de hadas. Sora como si hubiera tomado un calmante té, rió, recordando todas las veces que había conseguido decir sus sentimientos y que terminaron de aquella misma forma con la excusa del otro que decía que había sido incitado por él. Al final se besaron. Sora poco a poco empujó a Riku hacia abajo, haciendo que quedara tumbado para comenzar a llevar a cabo lo que desde el inicio se había propuesto, lográndolo esta vez aunque con un poco de ayuda de su compañero. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top