El Fénix siempre renace de sus cenizas
Una noche tranquila para los sueños, pero terrible para ese mundo, ese mundo sin nombre y sin dueño. Tan lejos y tan cerca...
- Pronto deberéis desaparecer..., lo siento. -
- No es culpa tuya, además, somos parte de ti, somos uno... - Mientras estas cortas frases terminaban una brisa silenciaba sus corazones, dejando tras de sí tan solo un colgante que no pararía de brillar. Sinon callaba mientras sus lágrimas lo decían todo por ella, por mucho que esos dos fueran parte de ella y ahora estuvieran volviendo a su lugar, era demasiado doloroso, ya que ello significaba el comienzo del fin.
Mientras aquellas presencias terminaban de desaparecer, la pequeña niña encapuchada miraba hacia las estrellas que aún estaban presentes en aquel cielo.
- Tan hermoso y falso... tan solo un triste último recuerdo, es perfecto para deciros adiós. - Se giró y volvió a dentro de la casa. Mientras tanto Riku y Sora descansaban plácidamente abrazados el uno al otro, sin saber lo que a partir de aquel momento se venía encima. Las sombras se oscurecían y hacía más fuertes a cada segundo que pasaba y aquella habitación iba perdiendo su preciado brillo.
El tablero estaba sobre la mesa y la oscuridad avanzaba para terminar con un jaque mate, sin embargo, antes de ello Sinon jugaría su última carta.
Ahora la suerte estaba echada.
Una mañana un tanto gris daba la bienvenida al día, y con ella el despertar de un par de jóvenes algo hambrientos.
- Buenos días... - Saludaba Sora con tanta energía como siempre, pero sin obtener respuesta. - Que raro, normalmente Arelis está despierta. - Se decía mientras observaba la cocina vacía.
- ¿Qué ocurre Sora? - Preguntaba Riku quien acababa de llegar.
- Es que Arelis no, -
- Ella no está. - Decía Sinon desde atrás. - Tampoco volverá. Sora, esto es para ti. - Decía la chica mientras le mostraba un colgante un tanto peculiar. Sora tan solo agachó su cabeza tomando el colgante mientras que de sus ojos caían lágrimas de tristeza. Riku lo observó, sabía que algo no iba bien.
- ...- ni una palabra salía de la boca de ninguno de los dos jóvenes, Sora tan solo apretó aquel colgante contra su pecho ya que sabía que era el que últimamente llevaba Arelis al cuello.
- Anoche se acabó su tiempo, y si no hacemos algo se acabará el de este mundo. - Mientras decía esto comenzaba a caminar hacia afuera, seguida por los otros dos. - Observad aquello. - Señalando hacia donde se podía divisar el castillo. Allí estaba, solo que estaba vez en lugar de su color habitual, estaba más oscuro, más sombrío. Podía notarse un aura cada vez más aterradora desde aquel lugar en que los tres se encontraban. - Contuve todo lo que pude a las sombras, esperando a que Sora despertara por completo, pero me es imposible seguir durante mucho más tiempo. Mi otra yo pronto sucumbirá, su luz se apaga por momentos. - Sora apretaba aún más fuerte aquel colgante, su determinación no dejaría que nadie lo detuviera cuando de ayudar a los demás se tratara.
- A qué estamos esperando. Vamos. - Se disponía de este modo a enfrentarse contra todo aquello.
- No podemos, no si no despiertas del todo. - Decía Sinon como si de una coletilla se tratara.
- De nuevo con eso, incluso no tenga mis recuerdos no voy a dejar que... -
- Se lo terco que eres cuando de esto se trata, pero esta vez ella lleva razón. Sora, si no eres capaz de empuñar tu llave no serás capaz de ganar esta vez. - Sinon suspiraba, seguía pensando en lo perspicaz que era el joven.
- Incluso suene mal, en este estado aún no serás capaz de aguantar ni 1 minuto contra eso, mucho menos ganar. Además si no eres capaz de vencerme, no pienses si quiera en ir a enfrentarte contra eso tú solo, no sobrevivirás. - Al escuchar esto, Sora se maldecía por ser tan inútil en ese momento, tan incapaz de ayudar. Cómo había llegado a eso, ¿ era tan complicado el volver a tener aquello que perdió?, ¿ por qué no fue capaz de recuperarlo antes?. Era cierto que algunos momentos notó ciertas sensaciones familiares, y que Arelis le pidió en cierta ocasión que pensara en lo que había sentido, pero aun así continuaba sin recuperar sus recuerdos. ¿ Qué era lo que faltaba?
- Riku... - Antes de que pudiera continuar, fue interrumpido por Sinon, quien se marcharía tras finalizar la frase.
- Chicos, más vale que lo consigáis lo antes posible, estaré esperando ante la puerta mientras lo intento contener todo lo que pueda. Suerte. Ah, casi lo olvido, ella dejó una carta. - Y de esta forma se marchó, dejando atrás a aquellos dos cuya misión en ese momento era que Sora recuperase tanto sus recuerdos como sus poderes.
Uno sería relativamente sencillo, aunque realmente no estaban seguros, pero sus poderes se suponía que se habían perdido a cambio de salvar a Kairi. Riku lo sabía, era muy consciente, pero si ella lo había dicho, es que era posible, o al menos es lo que este sospechaba.
A partir de ese momento comenzaba la cuenta atrás. Pronto todo terminaría y ese mundo caería consumido por la oscuridad. Sora por su parte se dirigió hasta la habitación de Arelis, donde esperaba que aquella carta estuviera. Al llegar, sobre el escritorio se podían observar dos sobres, cada uno con el nombre de uno de los jóvenes. "Al parecer no solo se despediría de mí, sino de Riku también", es lo que Sora pensó.
En la carta de Sora expresaba un cariño como si del de una madre se tratara, pedía perdón por dejarle solo cuando los momentos más difíciles se acercaban, y le deseaba que viviera feliz ahora que por fin había encontrado a alguien importante que lo ayudaría sin dudarlo. Esas palabras de nuevo hacían llorar al joven de cabello castaño quien la estrujaba y se sentía triste por su pérdida, pero más decidido que nunca acabaría con aquella oscuridad. Era algo que se prometió a si mismo.
Riku por su parte leía mientras entendía ciertas cosas, como por ejemplo que su carta fue escrita por una persona algo distinta...
" Cuando leas la carta ya me habré ido. Se que quizás te parezca cruel seguir engañando a tu "amigo", y no es mi intención, pero es algo necesario ya que se avecina una gran tormenta que desolará todo mundo a su paso. Cuando ese momento llegue las piezas del tablero deberán estar preparadas y en posición, y es por eso que el fénix debe resurgir de sus cenizas, es por y para ello que este mundo y momento existen, y también es hora de que lo haga. Se que te preguntarás por qué no lo he dicho antes, pero no importa, una vez todo esto termine te daré todas las respuestas que quieras. "
Estaba seguro que con el fénix se referiría a Sora, y en cierto modo llevaba razón, cada vez que caía volvía a renacer incluso más fuerte que antes, es por ello que esta vez no sería una excepción y por lo cual lo conseguiría sin importar que.
- Sora, es hora de ponernos serios, vamos. - El mencionado lo miró sorprendido, no sabía de lo que Riku estaba hablando, pero por otro lado no había tiempo que perder, Sinon estaba allí sola y él no se daría por vencido.
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