Cap 1.

-Ahg... - una bocanada de aire entraba a sus pulmones acompañada de sudores frios. De nuevo otra noche que no podría descansar con normalidad, no era extraño, ya se había acostumbrado, pero deseaba que no fuera así, y que el responsable de aquello diese la cara...

Apenas unos segundos después miraba el reloj, las 4 de la madrugada apenas llegaban a ser, y sin embargo, ya no era capaz de dormir. De nuevo había tenido una pesadilla que no quería repetir al menos por aquella noche, por lo que simplemente iba al baño y abriendo el espejo frente a él, tomaba un bote con pastillas para dormir. Tan solo un par, se decía a sí mismo, pero a la par aparecía en su cabeza el pensamiento de querer que esas mismas pastillas lo hicieran dormir para siempre, ya que al menos en aquellas pesadillas, veía al ser que tanto anhelaba. 

Apenas segundos después volvía a su cuarto, a su cama, para tumbarse sobre la misma y mirar al techo con la intención de que tan solo cerrando los ojos, pudiera conciliar el sueño. Tiempo después volvía a mirar la pantalla de su teléfono para descubrir que el tiempo poco o nada avanzaba, y que esta sería de nuevo una noche muy larga. 

- Dónde te encuentras... - susurraba para girarse y toparse con un pequeño peluche, el cual tomaba y abrazaba como si fuera su más importante tesoro. Se aferraba a él en busca de calidez y consuelo, tranquilidad y compañía, que al parecer al final conseguía de una forma u otra. Finalmente el sueño le vencía, ya fuera por el medicamento o el cansancio, sus ojos finalmente se cerraban, y este terminaba en los brazos de morfeo. 

Mientras que el anterior descansaba, un joven alto de cabello grisaceo y ojos verdes, el cual portaba un elegante traje negro, hacía acto de presencia en lo que parecía unas instalaciones de dudosa legalidad. Estas se camuflaban como una fábrica de lo más normal pero solo en su superficie, ya que varios metros bajo el suelo de las mismas, daban lugar peleas y negocios no tan lícitos como más de uno quisiera. 

- Perdón por la espera. Me temo que unos asuntos de última hora precisaban mi atención. - Ante estas palabras, la persona frente a él cerraba lo que parecía un libro, al parecer era su forma de matar el tiempo, aunque no recordaba haber tardado tanto. 

- No importa. Lo prometido es deuda. Aquí está lo acordado. - Decía a la par que le hacía un gesto a una persona tras de si para que se acercara portando un maletín que colocaba sobre una mesa colocada entre ambos conversadores. - Podrás comporobar que está todo, incluido el extra por la información. - 

- Oh, ya veo. Un placer hacer negocios con usted. - De esta forma extendía su mano y terminaban con un apretón, más tarde se podía ver como aquel mismo hombre acompañado por sus guardaespaldas salía cargando a una persona en sus brazos y entrando a un coche, el cual aún no cambiaba de dirección, sino que recogía un pasajero extra. El último estaba malherido y desmayado, pero aún vivía. 

Tras una llamada y llegar hasta su mansión, trataba a ambas personas con ayuda de algunos médicos y los dejaba descansar por esa noche. Estaba seguro, de que su semana sería larga. 

Una alarma sonaba en la habitación de cierta persona con insomnio, pero a diferencia de que sus sábanas se le pegaran, este llevaba un rato ya despierto y leyendo las noticias. Tomaba su despertador y lo apagaba, levantándose por fin de la cama para ir a asearse y desayunar para finalizar teniendo la misma charla que se iba repitiendo desde hacía ya un par de años atrás. 

- De nuevo las pesadillas... - Decía una mujer en tono preocupado. Este tan solo asentía y desviaba la mirada. No había mucho que pudiera hacer para remediarlo y no era algo de lo que quisiera seguir hablando, ya que no había nada más que añadir. Tan solo se repetía una y otra vez la misma historia de siempre. - Quizás hoy... - Antes de poder continuar con aquella conversación, era interrumpida por su teléfono, y al parecer era trabajo. - Si... Él no... ¿ Es necesario ?, entiendo. Está bien. - La expresión de esta parecía molesta. Por su parte el joven frente a ella se extrañaba un poco, pero sabiendo que era sobre trabajo, cualquier cosa podría haber pasado. - Pensaba obligarte a descansar por hoy, pero me temo que no va a poder ser. - 

- ¿ Ha ocurrido algo malo ?. - 

- No lo se con exactitud, pero Al, requiere de tus servicios. Me encargaría yo personalmente, pero hoy es imposible. - La mujer suspiraba, "nunca salen bien las cosas cuando una las necesita", es lo que pensaba. 

- No te preocupes, estaré bien. - Minutos más tarde podía verse a ambas personas dirigiéndose hacia la mansión de la persona que contactó anteriormente a la mujer, la cual llegaba hasta la entrada sin ningún contratiempo. Dejaba al joven en la puerta donde saludaba brevemente y se marchaba dirección a una clínica privada de alto prestigio de la cual era dueña y directora. 

- Como siempre Vata tan ocupada. - Decía el anfitrión. 

- Si, es siempre igual. - Respondía el otro sin demasiado ánimo mientras seguía de cerca al anterior. Pronto llegaban a las habitaciones donde se encontraban los casos de los que se debía encargar. 

- Gracias por venir, Tignari. Siento que haya sido con tan poca antelación, pero no imaginé necesitar de tus servicios. - el nombrado se extrañaba ante aquel comentario. "¿No esperaba? ", pero finalmente no le dió mayor importancia. - Quiero que le hagas un chequeo completo. A simple vista no parece tener heridas o algo por el estilo, pero no está demás revisarlo. - El otro tan solo asentía y comprobaba el estado de la persona que se hayaba tumbada en la cama. Al poco tiempo...

- Parece estar bien, tan solo tomaré algunas muestras y terminaremos de comprobar si esta todo normal en su organismo, pero yo diría que no hay mayor problema con su estado. -
Después del chequeo...

-¿Cómo se encuentra?-

- Salvo por las rozaduras no tiene nada. Por suerte llegaste a tiempo. Tan solo queda por hacer un análisis de sangre y sería todo, aunque no parece que vaya a encontrar algo demasiado grave a juzgar por su estado físico. -
-Es bueno escucharlo.-
-Entonces me...-
-Antes de que te marches, necesito que te encargues de otro caso, aunque tú decides si lo tomas o no. - Tignari se extrañaba, sabía que el otro no hablaba por nada. Al final su curiosidad le venció y cendió ante su deseo. Por lo que acompañó al otro hasta una habitación algo alejada. Al llegar, Al-Haitam es el que habré la puerta y entra primero. Tignari tan solo le sigue, pero cuando sus ojos llegan a ver la escena, estos se abren de par en par y tapa su boca a modo de reflejo. Se ha sorprendido tanto que es incapaz de articular palabra. Tras más de un año sin saber nada de él, por fin aparece. Pedirá las explicaciones una vez despierte y recupere fuerzas. Ahora debe encargarse de curar sus heridas. Finalmente suspira y se dispone a tratarlo, mientras lo hace, Cyno hace algunos sonidos de incomodidad y dolor. No parece que las heridas pongan en riesgo su vida pero no dejan de ser importantes, sobre todo una localizada en su brazo. Por los vendajes anteriores, parece partido. Cuando termina de tratarlo le inyecta un calmante que le ayudará a descansar al menos unas horas. Mientras eso sucede debe volver a su clínica para continuar revisando a sus pacientes y dejar todo en orden antes de volver. Aunque no desee por un lado estar cerca debido a lo ocurrido, aún tiene preguntas que necesitan respuesta, y no va a quedarse con las dudas. Tras pasar ese tiempo, Tignari vuelve para administrar el tratamiento. En el momento en que se gira y comienza preparar la inyección con medicina, su muñeca es agarrada con fuerza y este se sorprende. Al parecer Cyno por fin despierta y no está dispuesto a poner las cosas fáciles, o no al menos con alguien desconocido.
- No deberías moverte. - diciendo esto termina encarando a la persona que yace tumbada en la cama.
-Na..ri. - apenas pronuncia ese nombre e inconscientemente afloja el agarre. A la par Tignari recuerda su pasado en común, y el como de repente un día el otro desapareció sin dar explicaciones, o dejar una triste nota. Quiere dejar que Cyno se recupere un poco, pero no puede esperar y se lanza a desentrañar el misterio que envuelve por el momento a aquel tiempo.
-Dónde has estado todo esté tiempo. - pregunta de forma tranquila pero firme mientras le administra la inyección. El otro muestra cara de incomodidad, este ha sido algo brusco pero no lo culpa. Después de tanto es normal que esté enfadado, pero aún así Cyno mantendrá sus labios sellados. Al parecer no puede o quiere contarle nada. Tignari al no obtener respuesta se frustra todavía más. Si ya era malo no saber nada, ahora que el otro no abría la boca, le confirmaba que no era bueno. Al final suspiraba con algo de dificultad, los nervios y la ira que en ese momento sentía, pronto lo obligarían a llorar, y no quería hacerlo delante de Cyno, no se merecía verlo mal por su culpa.Finalmente se levantaba de la silla en la que estaba y daba la espalda al otro para marcharse. Sabía que el otro no le diría nada y solo pierde su tiempo. Cyno intenta detenerlo, pero no lo consigue. Lo tomó de la muñeca una vez más pero no dijo palabra alguna, el otro tan solo se deshizo de aquel agarre y se marchó cerrando la puerta a su paso y apoyándose sobre la misma de forma silenciosa, miraba hacia el suelo mientras sin emitir sonido alguno lloraba. Tras unos segundos sus piernas cedían y para terminar bajando su cuerpo hasta casi tocar el suelo, pero fue interrumpido por alguien más, quién lo llevaba consigo a otro lugar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top