Capítulo 24.
- Entonces... ¿renunciarás a él ? - En ese instante, Shenje llegaba al lugar, justo a tiempo para escuchar la última frase de Kuki.
- Jamás. No lo hice en aquel entonces, siempre tuve la esperanza de que nos volviéramos a encontrar en realidad. -
- Y ahora no te darás por vencido. - Por fin se animaba a entrar e intervenir, Chongyung por su parte se sorprendía.
- Tía Shenje... -
- Ahórratelo, ya lo se, siempre he sido consciente de ello y sabía que no lo abandonarías. - Shenje cruzaba sus brazos y continuaba. - Está bien que quieras protegerlo, pero debes recordar algo... Shengyung solo es una máscara, alguien que si muere no importa, pero más vale que vuelvas con vida o seré yo quien te mate mocoso. - Tanto Kuki como Chongyung se sorprendían, jamás habían escuchado a Shenje hablar de esa manera. Era extraño.
- ¿ Ha pasado algo ? - La cara de la albina lo decía todo.
- Según el viejo se aproxima una tormeta. Aún no se a que se refiere, pero debemos estar prevenidos. Algo me dice que nuestras cabezas podrían estar en juego. - Y así era, Shenje no se equivocaba. Aquel temor podría llegar a volverse realidad, pero aún pasaría un tiempo, aunque quizás no demasiado...
En otra región un tanto apartada, se podía ver a una mujer de largo cabello oscuro recogido en una trenza que vestía con un kimono de tonos morados. A esta la acompañaba a tomar el té una mujer de cabello rosado y dueña de una editorial de renombre.
- Tan bueno como siempre. El té que traes en tus visitas es esquisito. Pero no has venido hasta aquí solo para esto, ¿ verdad? - Esta se mostraba imperturbable.
- Así es. - Decía dándole un mensaje de parte de alguien más. - Parece que ese mocoso nos dará más trabajo del que quisiéramos . - La otra tan solo asentía tomando la carta y leyéndola.
- No será para tanto, además algo me dice que ella misma se meterá en la boca del lobo. Por el momento la he dejado moverse a su antojo, pero quizás ya vaya siendo hora de mover ficha. - Sonreía de forma sincera, y la otra a su par. Esta última recordaba tiempo atrás, cuando en lugar de una eran dos. Tan parecidas y diferentes a la vez. Mismo aspecto, si, pero cada una tenía su caracter y habilidades. Ei por su parte era mejor luchadora, algo seria a diferencia de lo que ahora mostraba, mientras que Makoto era madura y calmada. Ambas se dedicaban a proteger y cuidar de su familia. La primera como guardiana y la segunda como cabeza de la familia, por desgracia, tiempo atrás, la vida de esta llegó a su fin. Ei pasó por mucho tras su muerte, pero a su vez tomó el lugar de su hermana y con ello la responsabilidades que la otra le dejó. Incluyendo el cuidado de su hijo, Scaramouche, el cual tras enterarse de toda la verdad, decidió encargarse él mismo de encontrar a la sabandija culpable de la tragedia. Al principio, Ei estuvo un poco reacia, sin embargo, el joven movió ficha, por lo que al final no pudo hacer más que esperar por noticias suyas. Al imaginar lo peor, comenzó a pensar en como vería a la cara a su hermana cuando volvieran a encontrarse en el más allá por lo de su hijo, tristeza se acumulaba en su corazón al pensar que el único pariente de sangre que le quedaba terminaría muerto al igual que su hermana.
Con el tiempo, Scaramouche terminó formando parte de la misma banda que la persona culpable, es por ello que era un fatui, y que servía a la Zarina, sin embargo, parecía que había algo tras todo aquello más turbio de lo que muchos pudieran imaginar.
- Es hora de ir llamándola... -
- Si. - Decía mientras unos papeles se podían observar en la mesa referentes a un proyecto de apertura.
Mientras tanto en un lugar un tanto frio, una joven desconocida para muchos tomaba una bebida caliente. El clima era helado y los días ameritaban algo cálido que llevarse a la boca.
- Dime Scaramouche, crees que ella será capaz de hacerlo. -
- Conociéndola, estoy muy seguro, y más después de enterarse de que fue esa persona la culpable. Probablemente jueguen con ella un poco antes de torturarla. Después de todo, si no fuera por ella, mi madre seguiría viva. Jamás le perdonaré a esa persona lo que me hizo pasar en aquel momento, y tú, algo me dice que tampoco, Zarina...- La nombrada tan solo seguía tomando su bebida. Estaba calmada, como si las palabras del otro la calmaran debido a la confianza que mostraba al decirlo. Esperaban obtener noticias en algun momento sobre que las cosas hubieran terminado bien.
A su misma vez, en cierta habitación de Liyue, cierto joven de cabello anaranjado descansaba después del trabajo. Se aflojaba la corbata y retiraba sus gafas, las cuales antes de soltar, observaba pensativo. De un momento a otro, esas mismas le eran arrebatadas de sus manos, sorprendiéndolo así por un momento.
- Buen trabajo. - Saludaba Zhongli depositando un beso en sus labios. Childe se sonrojaba un poco, aún no se acostumbraba.
- Buen trabajo. - En ese mismo momento el mayor le entregaba una carta de parte de la Zarina que reconoció de inmediato. Estaba algo temeroso de que le pidiera volver ya que en algún momento tendría que hacerlo. Dudaba por momentos si abrirla o no.
- Deberías abrirla. No creo que esa persona te envíe una carta por motivos sin importancia. - Zhongli llevaba razón, que llegara una carta de ella, era extraño.
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