5. Desayuno
(Esto es una secuela directa de lo que pasó en el fix-it, como iba a hacerlo aquí ya no lo hice allá)
Lexell echó un vistazo a la puerta cerrada del cuarto de visitas, y luego a Giddy mirando las escaleras, aprehensiva.
—Hija, adelántate — indicó, sonriendo y la niña obedeció, anunciando que sacaría la leche del refrigerador.
La mayor le sonrió, aliviada del bochorno de que la niña la mirara aterrorizarse con las escaleras.
Intentó bajar un par de escalones pero se detuvo sosteniéndose del barandal como si se le fuera la vida en ello.
—Será cuando Gideon esté en la escuela — sonrió, ofreciéndole su espalda —. Mientras John esté hecho mierda te quedarás en el sofá, y después lo obligamos a que caballerosamente te deje la cama de invitados.
Gideon miró curiosa a su alrededor al estar en el suelo, la noche anterior habían estado casi a obscuras y no había distinguido nada.
Descubrieron al llegar a la cocina que la pequeña se las había ingeniado en romper huevos y empezaba a batirlos con un tenedor.
—Gracias, Gideon, pero debes esperar a que el sartén esté caliente — sonrió Lexell encendiendo la estufa —. Solo hay que moverlos un poco para juntar las claras y yemas, ahora estás condenada a seguirlos moviendo para que no se peguen. Hasta que éste sartén — lo señaló acusadoramente — esté caliente.
—¡Oh noooo! — exclamó melodramática la niña, sin dejar de mover el tenedor.
Giddy sonrió, mientras le indicaban sentarse.
La niña resopló de alivio cuando le quitaron los huevos y fue por cubiertos al cajón.
Escucharon pasos bajando las escaleras, y a Rip dar los buenos días, antes de quedarse pasmado un segundo mirando a Gideon.
Era real. Estaba ahí.
—Días — murmuró John sentándose junto a ella, le puso la mano en la frente y le pidió sacar la lengua — ¿Te has sentido bien?
Ella asintió, tras tratar de hablar.
—Me preocupa que no tengas voz, espero que sea el shock — suspiró.
—¿Porqué tiene un shock? — preguntó la niña empezando a acomodar los cubiertos, y la mayor tomó un tenedor contemplándolo asombrada.
—Ella perdió su hogar — respondió John con una sonrisa triste.
—¡Tu casa!— exclamó la niña escandalizada —¡Debe ser horrible! ¡Pero tranquila, aquí será tu hogar ahora!
La morena asintió, y unas gruesas gotas se formaron en sus ojos. Detuvo una con la mano y la miró, sin comprender.
La pequeña se encaramó en la mesa ante los vanos regaños de sus padres, y le dió palmaditas en la cabeza a la mujer que lloraba.
Por unos segundos se quedaron sin saber qué hacer, hasta que Gideon sonrió y retomaron los preparativos del desayuno.
John agradeció a la fuerza cuando le sirvieron huevos revueltos, empezando a beberse el jugo de naranja primero, reclamando que no tenía hambre.
—¿Qué haremos hoy? — preguntó la pequeña mientras miraba a su madre untar un pan con mantequilla. Siempre se había preguntado porqué comía mucho más que su papá cuando los demás niños decían que era al contrario en sus casas.
—¿Dormir? — preguntó Gideon, y todos voltearon asombradas a mirarla —¡Me gustó dormir!
La niña rió —¿Hay tantas cosas qué hacer y quieres dormir?
—¿Me muestras? — preguntó, sonriendo. Su tocaya asintió empezando a enumerar las cosas que podrían hacer. Que convenientemente eran cosas que le gustaban a ella misma.
—Entonces tendrán un día ocupado — sonrió Rip —. ¿Lex, puedes vigilarlas?
La aludida asintió, mientras su esposo señalaba con la cabeza a John que comenzaba a irse de lado luchando por no cerrar los ojos.
—Nosotros subimos, hay alguien que sí necesita dormir todo lo posible — se disculpó levantándose y empezando a reunir los platos vacíos.
John refunfuñó, mientras Lexell le tomaba la mano para levantarlo de la silla y lo guió hasta las escaleras.
—¿Necesitas algo?— le preguntó, a lo que recibió una sonrisa coqueta.
—Vigila a Gideon. Si ves o sientes algo extraño sube a avisarnos, ¿puedes, primor?
—¿Algún día dejarás de primorear a Lexell? — se quejó Rip alcanzándolos e interponiéndose.
Lexell rió y lo besó —¿Te gusta que estemos todos aquí?
Rip sonrió, acariciando su nuca —Libramos el primer desayuno y no hay nada ni nadie roto, cortado o quemado. ¡Estaremos bien!
Lexell dejó caer su cabeza en el pecho del hombre que amaba, y supiró.
—Tengo una familia de nuevo — le susurró Rip a su oído —. Y nadie va a arrebatármela ésta vez.
—¡Dejen de estar de cursis — reclamó su hija desde la sala —! ¡Mamá! ¡ Voy a enseñarle a Gideon qué es la plastilina! ¡Es muy importante!
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Wattpad está haciendo mierdero con la separación de párrafos, ¿cierto?
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