29
Unas patitas descalzas se deslizaron por el corredor de aquella gran casa,de frente dos patitas blancas,en medio dos patas grises y detrás dos patitas negras. Una callando a la otra para mantener armonía y paz,evitando que se echara a perder la sorpresa. Subiendo uno sobre el otro como una torre, abrieron la puerta y fueron recibidos por los ruidosos ronquidos de su padre, los cuales hacían hasta al cuarto temblar.
La cola blanca de su padre colgaba de la esquina de la cama y Dabriah divertida, no pudo evitar juguetear un poquito con esta antes de que su hermana mayor la regañara.
El shinigami permanecía descansando bajo las sábanas junto a su esposa felina, resguardando como siempre lo hacía en sus enormes brazos, las botas altas, su faja ,capa y máscara verde estaban tiradas en el suelo. Ambos padres estaban exhaustos desde la noche de ayer, se habían dedicado completamente a sus pequeños, jugando incontables juego, dándoles tibia leche y narrando cuentos para llevarlos a dormir, un verdadero ambiente abundante de amor y calidez. Los tres gatitos se asomaron al pie de la cama, la gatita cuya mancha frontal semejaba una luna entonces dio la indicación y los tres subieron a la cama, enseguida tomando impulso.
—¡Rawwr! .-los tres pequeños exclamaron con emoción, saltando hacia sus dos padres y despertandolos en ese momento.
La Muerte saltó del susto,gruñendo como el lobo que era y buscando a su alrededor el peligro, no obstante, con su pecho bajando y subiendo, solo vio a sus tres pequeños tratando de subir por su pecho con mucha felicidad.
—Buenos días papá Lobo.-exclamó Dabriah trepando hasta llegar al rostro de su padre para restregar el de ella, ronroneando en el proceso.
—Niños, ya les dije que no despierten a su padre así...-El lobo gruñó con mucho cansancio,rascándose su cabeza, pero aun así no evitó reciprocar el afecto de su hija, acariciando también la espalda de su hijo.
—mmmh, buenos días...-Kitty bostezo serena, frotando sus patitas contra su rostro, enseguida recibió a su hijo menor en un abrazo.
—Papá Lobo, tienes que despertarte ya! .-Dabriah exclamó con emoción.-hoy es muy importante!.
—¿Qué puede ser más importante que mi siesta de 8 horas?.-La Muerte respondió agotado, ahora acostándose y llevando a Dabriah junto a él, más la pequeña se hizo para atrás, escapando de su agarre.
—¡Pero Papá Lobo, nos prometiste que hoy sería el día que iríamos a cazar!.-Eris salto sobre la cama emocionado.
—y dijiste que tal vez podríamos sujetar tus espadas.-Dabriah exclamó.
—se llaman guadañas y primero yo muerto...-el lobo se ocultó bajo su almohada, queriendo seguir con su siesta.
—pero si tu...-Kitty cuestiono muy confundida.
—Ese es el punto.
—y también que nos enseña los pasos para atrapar a nuestras presas.-continuo Dabriah, asomándose por la almohada.
—¡y qué comeremos todos juntos lo que cazamos para almorzar!.-Luna agregó, subiendo sobre el lomo de su padre.
Kitty se echó a reír, rodando sus ojos. Era cierto, desde hace un tiempo que ella y la Muerte le habían puesto fecha a ese día tan especial, puesto que sentían que sus tres mininos estaban listos para dar ese siguiente paso y liberar sus almas guerreras en territorio salvaje.
—es verdad, fue una promesa de mami y papi.-La gata de ojos zafiro habla, restregando su nariz contra la de su hijo,haciéndolo reír.-y entre más temprano nos vayamos, más fácil será encontrar presa.
—ugh, ya dejen dormir a su prójimo unas tres horas mas.-murmuró la Muerte de mala gana, presionando esa almohada más sobre su cabeza.
Parecía que su padre iba a ser un hueso duro de roer esa mañana, más sin embargo, Kitty tenía un pequeño truquillo para despegarlo de las sabanas.
—hmmm.-Kitty se burló, enseguida dirigiéndose a Luna,Dabriah y Eris.-Su papi es un viejito aburrido, solo quiere dormir porque ya no tiene fuerza para levantarse temprano y cazar porque le duele la espalda y prefiere ponerse a tejer sobre una mecedora.
Enseguida las orejas de su esposo se levantaron en sorpresa y él enseguida se levantó también, quitándose las sábanas y tirando la almohada al otro lado de la habitación.
—¿yo? ¿viejo? ¿aburrido? Pero qué me dices mujer.-respondió él indignado,enseguida tomando a sus tres retoños entre sus enormes brazos y levantándose junto a ellos.-Al padre de estos cachorros nadie le pasa por encima y mucho menos el sueño. Ya verán, ahorita mismo iremos a cazar para que vean que su papá Lobo si les cumple. Pero antes, ustedes deben desayunar.
Kitty se quedó sobre la cama viendo entretenida como con la frente en alto, La Muerte se llevaba a sus gatitos a la cocina. Ella negó, como los adoraba a los cuatro.
—nunca cambias, Grandulón...-se dijo a sí misma.
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