❃V
En el capítulo anterior...
Cuando iba a doblar por el pasillo, choqué contra alguien y caí al suelo.
Y en definitiva esto era un...
Déjà Vu.
Exactamente.
Miro hacia arriba para ver qué idiota me había hecho caer, pero él también estaba en el suelo, miré su rostro y me sorprendí.
—James —dije y este abrió los ojos como platos al escuchar su nombre, se levantó rápidamente y salió corriendo, como si llevara mucha prisa, lo cual yo dudaba.
Me estaba evitando.
Capítulo V
"Mis razones no son muchas, solo una y no es razonable"
Te dije que no te fiaras de el.
No parecía un mal chico.
Tu no pareces alguien que se dedique a hablar con su subconsciente.
Buen punto.
Entonces, ¿qué harás?
Por ahora ignoraré el echo de que un chico de 15 años apareció en mi vida clamando tener un hermano mayor el cual está comprometido conmigo y que es una especie de psicópata que maltrata y se divierte con mujeres. Para completar se supone que entró nuevo a la universidad, pero hay tantos chicos nuevos que es difícil adivinar con solo mirar, tendría que preguntar y eso no es una buena idea.
En definitiva, no es una buena idea.
Si, pero entonces, ¿qué haré para saber quién es?
No lo sé, pero piensa en otra cosa.
Se supone que tú estás para ayudarme y darme ideas.
¿En serio?
Si, en serio.
Mi idea es que te olvides de eso por ahora, espera a que tus padres te lo digan, trata de disfrutar, además hoy te verás con Jayden, ¿planeas aparecer con esa cara de perro?
Pues no, más tarde la cambio.
Más tarde la cambio.
Ahora te dedicas a imitarme, ¿no tienes nada mejor que hacer?
No es como si pudiera salir de aquí.
Buen punto, yo me iré a clases.
Es lo que debiste de hacer desde el principio.
Claro claro.
Y en definitiva debí de hacerlo desde el principio, cuando entré al aula, todos mis compañeros habían llegado, incluyendo a varios chicos nuevos.
Los nervios me comían vivan y yo me comía mis uñas.
¿Estará aquí el hermano de James?
Deja de pensar en eso.
Como si fuera tan fácil.
Respira hondo y camina a tu asiento.
Respira hondo y camina a tu asiento.
Respira hondo y camina a tu asiento.
Respira hondo y camina a tu asiento.
—¡AGH! —grité y todos voltearon a verme.
¿Por qué gritaste?
Me asusté con la vibración de mí celular.
¡Idiota! Llega a tu asiento y mira quien te escribió.
Si.
Fue Jayden.
«Jayden»
No te preocupes, yo también me dormí al poco rato.
Enviado a las 8:19 am
¡Claro! Me parece buena idea, nos vemos allí.
Enviado a las 8:19 am
Genial, tendrás una cita.
¿Cita?
Si, una cita con Jayden.
No es una cita, solo le mostraré la ciudad.
Como quieras llamarlo.
Solo es una salida de amigos.
¿Amigos? Apenas se conocieron ayer.
Bueno, eso es cierto, pero así se hacen los amigos, ¿no?
No dije nada entonces.
Si claro.
—Señorita Vólkov —salí de mis pensamientos al escuchar al maestro hablarme.
—Si señor.
—Preste atención a la clase.
—Si, lo siento señor —dije un poco avergonzada.
Yo no era como los demás hijos de mafiosos, por eso el maestro me regañaba libremente. Además para mí mala suerte, aunque no sé si es mala o buena suerte, pero soy la única hija de mafiosos en Rusia.
Se preguntarán, ¿y tu hermana?
Pero yo les responderé que ella no es de mafia completa, es cierto que mi madre viene de la mafia Dobrovolski, pero el padre de ella no, así que no cuenta.
Y así como ese deben de existir más casos, en que las esposas de mafiosos son infieles y de ahí nacen hijos "bastardos", los cuales en vez de recibir amor, reciben odio y discriminación. Es un horror en el mundo de la mafia ser un bastardo.
No es que agradezca no ser una bastarda, ya que en realidad ni siquiera quiero estar en la mafia.
Sé que lo repito una y otra vez, pero quiero ser una chica normal. No me cansaré de decirlo, ni de desearlo, porque si algún día tengo hijos, no los someteré a este mundo.
—Alyona —escucho que me llaman y miro a mí izquierda.
—Irina, ¿qué haces aquí? —le pregunto confundida— Este no es tu salón.
—Alyona... La primera hora de clases ya terminó, tienes que irte a otro salón.
—¡Ah! Hablamos luego Irina —digo y recojo mis cosas y salgo corriendo. No puedo llegar tarde a la segunda hora, la maestra es un horror.
—Señorita Vólkov no corra en los pasillos —me grita el subdirector.
—Lo siento señor —digo y sigo corriendo.
No voy a dejar de correr porque el me lo diga, tengo que llegar a tiempo cueste lo que cueste.
Eso te pasa por sumirte en tus pensamientos.
Muy graciosa, por primera vez no puedo echarte la culpa.
Esta vez no fui yo quien te distrajo.
Lo estás haciendo ahora.
Aunque estemos hablando, estás corriendo, así que no es válido.
Bueno, es razonable.
Ojalá la maestra no haya llegado. No quisiera una falta por llegar tarde.
—Señorita Vólkov, ¿por qué tanta prisa? —me dice la maestra sonriendo, mientras camina exageradamente rápido.
—Maestra, ¿trata de llegar antes que yo? —le pregunto, pero ella solo ríe y empieza a caminar aún más rápido que antes.
No dejaré que llegue antes que yo.
¿Lo gracioso?
Llegamos al mismo tiempo, cansadas y con la respiración entrecortada.
—Buena carrera señorita Vólkov.
—Gracias maestra.
—Aunque haya sido empate tendrás una falta —dice y mi rostro cambia de uno feliz a uno en ¡shock!
—¿Porqué? —le pregunto aún más en ¡shock!
—No cuestiones mis decisiones —dijo y me guiñó un ojo.
¿Para qué rayos me guiña un ojo?
Miré a mis compañeros y todos estaban murmurando sobre la maestra y sobre mi. Así que por eso me dijo eso, en realidad no me pondrá una falta... Eso espero.
Me fuí a mí asiento y la maestra inició su clase. Pasaron alrededor de 2 horas y la maestra dijo que ya nos podíamos ir. Para mí fue un alivio, ya que su materia era la que menos me gustaba.
¿A quién le gusta la matemáticas?
Seguro hay personas que sí le gusta.
Probablemente.
Yo soy buena en matemáticas, pero no me gusta.
Creo que la que no te gusta es la maestra.
Definitivamente es eso.
Me lo supuse.
Pero es hora de receso y necesito hablar con Nikolai.
¿Con Nikolai? ¿Para qué o qué?
Sobre las carreras, quisiera comentárselo y preguntarle qué le parece.
Buena idea.
Claro que es buena idea, siempre tengo buenas ideas.
No siempre, pero bueno.
Desde ahora te ignoraré.
No podrías ignorarme por siempre.
Lo sé, pero será un nuevo reto.
—¡Oye Alyona! —escucho que gritan a mi espalda.
—Irina, ¿qué pasa? —digo cuando la veo que viene corriendo hacia mi.
—No... Te... Lo —iba diciendo, pero se le notaba que estaba cansada de correr, la voz apenas le salía.
—Vamos a la cafetería por agua, ¿si? —le digo y ella asiente.
Mientras ella me esperaba en una de las mesas, Nikolai llegó a mi lado.
—Hola —le dije.
—¡Hey! —dijo y compró unas cuentas cosas, ambos nos fuimos juntos a la mesa en donde había dejado a Irina, pero ahora Iván también estaba con ella.
—Aly —dijo y se abalanzó hacia mi para abrazarme.
—Hola Ivansito —le dije y lo abracé.
Ambos nos sentamos y luego de Irina se bebiera dos botellas de agua, al fin pudo hablar.
—Ahora si, tengo algo que contarles, bueno sé que a Niko no le interesa, entonces... —dijo y Iván y yo empezamos a reír.
Y tenía razón, a Nikolai parecía no interesarle nada de lo que hablábamos, literalmente nunca, pero sabía que aunque no lo demostrara mucho, por dentro se preocupaba por nosotras.
—Ya cuenta, me tienes "modo espera" —dijo Iván.
—Les cuento, hay un chico nuevo super hot.
—¿Super hot? —pregunté yo.
—Si, está de-li-cio-so —dijo Irina.
—Que asco —dijo Nikolai y literalmente puso una cara de asco, se levantó de la mesa y se fue.
—Hiciste que se fuera —dijo Iván riendo.
—El se lo pierde, sigamos, es alto y fornido, de cabello negro azabache... —Irina siguió hablando sobre aquel chico, pero mi mente estaba llena de...
¡Jayden!
Claro que no.
Claro que sí, sino, ¿de quién?
Pues... En...
¿Ves? Estabas pensando en Jayden y no lo puedes negar.
Bueno, si, es cierto, estaba pensando en Jayden, ¿y qué?
¡Nada! No tiene nada de malo, al contrario, me gusta que distraigas tu mente y más en ese bombón.
¿Lo llamaste bombón?
Si, es que esta para comérselo.
No quiero escuchar más, eres como una segunda Irina.
¿Te parece?
Si, me parece.
—Alyona, ¿qué te parece? —dijo Irina mostrándome una foto de aquel chico, pero estaba de espaldas y en serio se parecía mucho a Jayden.
—¿No conseguiste una de frente? —digo riendo.
—No, el chico es muy cauteloso, se mueve como un espía secreto.
—¿En serio? ¿Un espía? —negué con la cabeza al escuchar tal locura.
—Te lo digo en serio, podría incluso hasta ser de la mafia.
—Ya eso es algo exagerado, ¿no? —dijo Iván.
—¿Verdad que sí? —seguí yo— Iván vamonos, dejemos a la loca y sus suposiciones —dije levantándome y yendome con Iván, ambos reíamos al ver a Irina correr detrás de nosotros para alcanzarnos.
—¡Ya esperenme! —gritaba y nosotros corríamos más rápido, hasta que chocamos contra algo, mejor dicho, contra alguien.
—¿Qué hacen corriendo? —preguntó Nikolai bastante enojado.
—Escapabamos de Irina —comentó Iván.
—Saben que no deben correr en los pasillos.
—Suenas como el subdirector —dijo Irina, la cual ya nos había alcanzado.
—Vamonos —ordenó Nikolai y los 3 nos pusimos rectos y caminamos detrás de él.
—Somos los pollitos —dijo Iván.
—Y el es mamá gallina —dijo Irina y todos reímos, excepto Nikolai.
—¿Así que "mamá gallina"? —gruñó Nikolai y le dió un zape en la cabeza a Irina, nos dio una mirada asesina a Iván y a mí y siguió caminando.
—¡Que miedo! —susurró Irina, mientras tocaba su cabeza— Eso dejara un chichón.
Iván se fue a su clase, Nikolai lo esperaba fuera y Irina y yo teníamos clases juntas.
Las horas pasaron rápido y todos se habían ido a casa, incluyéndome, tenía que prepararme para ver a Jayden.
Tienes que verte hermosa.
No es porque quiera verme hermosa, solo voy a cambiarme de ropa.
¡Uy si!
Y en realidad eso hice, me duché y me vestí con algo más cómodo para caminar, até mi cabello en una coleta y me puse un poco de labial.
No quería parecer un payaso en la primera cita.
¿Cita? Así que consideras está salida como una cita.
No, claro que no, solo...
¿Solo qué?
Ya nada, aunque diga algo, tú siempre ganas.
Me gusta como piensas.
Miré la hora y eran las 02:48, tenía tiempo suficiente para llegar, pero no pasa nada si llego un poco antes.
Salí de mi habitación y al bajar las escaleras me topé con mi padre.
—¿A dónde vas? —me pregunta.
—Daré un paseo por el centro.
—Si te vas, ya lárgate —me dijo y rodó los ojos, pero antes de salir de la casa, lo escuché murmurar— Tus días felices están llegando a su fin.
Sabía muy bien de que hablaba, pero no le tomaría importancia. Subí a mí auto y conduje hasta el centro, aún faltaban cinco minutos para las tres en punto.
En ese tiempo recibí un mensaje de Jayden.
«Jayden»
Ya estoy aquí, ¿dónde estás?
Enviado a las 02:56 pm
Visto a las 02:56 pm
«Alyona»
Estoy en el parque, en la fuente.
Enviado a las 02:56 pm
Visto a las 02:57 pm
«Jayden»
Yo estoy en la fuente, pero no te veo.
Enviado a las 02:57 pm
Visto a las 02:57 pm
Pero yo estoy en la fuente, entonces, ¿dónde está el?
Idiota, mira detrás de ti.
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