26.- Madurar
Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.
Palabras: 1012.
26.- Madurar
Penny salió de la habitación de Juleka y se topó con dos pares de ojos azules que la interrogaban en silencio.
—Está bien, se ha dormido. Hemos hablado un poco y se ha calmado.
—Gracias, Penny.
Se encogió de hombros y puso los ojos en blanco.
—No me gusta meterme en estas cosas, pero Anarka y tú tenéis que madurar de una vez. No sirve de nada que os gritéis el uno a la otra y que, además, no os escuchéis.
Luka rió tratando de ocultar su risa tras su mano.
—Lo hemos captado —pronunció Jagged en tono de niño tras una reprimenda—. Luka nos ha dicho algo parecido.
—Tal vez el que vuestro hijo sea más maduro que vosotros debería de haceros reflexionar.
El pánico le golpeó con fuerza. Si Penny pasaba a sentirse decepcionada lo perdería todo, sería un duro golpe, no lo aguantaría.
—Mejoraré, lo prometo.
Luka paseó la mirada del uno a la otra, había algo raro en la forma en la que su padre se mostraba nervioso y comprendió, que tal vez, entre Penny y él algo había cambiado. Pensó que quizás ahora temiera que su forma de verle cambiase de manera radical y perderla.
—No necesitas prometerme nada. No soy yo quien importa.
—Pero Penny...
—Creo que necesitáis hablar. Yo me quedaré por si Juls se despierta.
Maduro, observador e inteligente. Penny estaba segura de que sus sospechas se habían desvanecido y ahora sabía que estaban juntos. No le molestaba, pero sí que le sorprendía que, alguien que apenas la conocía, fuera capaz de leerle con aquella facilidad. Aunque también se daba cuenta de que era más probable que fuese a Jagged a quien había descifrado.
Jagged iba a disculparse con Luka por todo aquel desastre, sin embargo, comprendió que entendía que hasta que Juleka no volviera a despertarse tampoco podrían hacer gran cosa, también que sabía ver la importancia que para él tenía el ser capaz de aclarar la situación con Penny. Así que se limitó a sonreírle y a asentir antes de seguirla hacia la suite doble que compartían.
Fang se acercó a ellos alegre, buscando algunos mimos extras que Penny satisfizo sin problema.
—Penny...
—¿Qué?
—Escucha, lo siento. Te prometo que maduraré, no será un problema.
La mujer se puso en pie con el cocodrilo dando un par de vueltas a su alrededor deseando recuperar su atención.
—No, escúchame tú —musitó caminando hacia el sofá y sentándose en él con gesto relajado—. Te conozco, llevo seis años a tu lado. Sé que eres inmaduro, caprichoso y que tienes tantos complejos como alergias.
»No tienes que cambiar por mí, me gustas tal y como eres. Pero, ante vuestros hijos, tendríais que ser capaces de comportaros con un poco más de madurez.
»No es un problema sólo tuyo, también lo es de Anarka.
Jagged se sentó a su lado algo más tranquilo.
—No sé porqué acabasteis tan mal, ni quiero saberlo, pero por ellos deberíais de ser capaces de dejarlo a un lado y comunicaros, tener un poco más de paciencia entre vosotros. Es importante para Luka y Juleka.
—Lo pondré todo de mi parte, lo prometo.
—De nuevo, no tienes que prometérmelo a mí, si no a ellos.
—Lo haré, pero ¿estamos bien?
—Lo estamos.
—Porque no quiero estropearlo todo de repente por ser un inmaduro desastroso.
Ella le sonrió divertida.
—De acuerdo, me autocorrijo a mí misma: eres inmaduro, caprichoso, tienes tantos complejos como alergias y, además, eres un exagerado dado al melodrama.
—¿Y guapo?
—Sí, guapo también.
—¿E increíblemente sexy?
Penny rió, reajustó su pose en el sofá para poder alcanzar sus labios.
—E increíblemente sexy.
—¿Y buen amante?
—Ajá. Y das los mejores besos del mundo.
Jagged, con maestría, la derribó sobre el sofá dispuesto a poner en evidencia que lo era, no obstante, Fang, creyendo que era la hora de jugar, escaló al sofá haciéndoles reír.
—No, Fang, chico malo, chico malo. Baja.
º º º
Luka se coló en la habitación. Penny había dicho la verdad, estaba dormida y se la veía tranquila de nuevo. Se estiró a su lado. La seguridad en sí misma de Juleka era frágil, aunque era una chica fuerte. Le sabía mal que algo tan ridículo como el haber publicado una foto en una red social hubiese disparado todo aquel despropósito. La gente que importaba no la culpaba, pero Juleka siempre se autosaboteaba incluso sin tener motivo para ello.
Si aquel par de adultos que tenían por padres dejasen de comportarse como dos niños idiotas, Juleka, no se habría sentido tan mal. Tal vez por eso agradecía especialmente que Penny se comportase como una adulta responsable y sensata y que se hubiese preocupado por ella, olvidándose de que sólo eran los hijos de su... lo que fuera. Aunque admitía que le gustaría que fueran pareja, estaba de acuerdo con su hermana en que hacía muy buena pareja.
El trato que había negociado Penny no le parecía tan mal y, realmente, no debería de afectar a la reputación de su madre. Dudaba que Jagged la acusase de nada ante la prensa, porque ni siquiera lo había hecho frente a ellos a pesar de haberse gritado entre ellos. Claro que entendía que su madre tuviese miedo a cómo pudiera dejarle aquella historia.
Ojalá madurasen lo suficiente como para poder sentarse a hablar como dos personas civilizadas, porque, aunque no se diesen cuenta, tanto Juleka como él necesitaban una explicación más allá de la que habían recibido. Les daba igual lo que les hubiese empujado a separarse, pero sería justo una explicación al silencio. Tal vez él lo necesitase más que Juleka, era él quien siempre había querido saber quién era su padre y se sentía traicionado por no haber recibido respuesta, también por el hecho que no le dijese nada cuando se declaró fan de Jagged.
A lo mejor, simplemente, él canalizaba algo mejor que Juleka la frustración. Fuera como fuese, estaba seguro de que todo se solucionaría y que, en poco tiempo, lograrían reírse de todo aquello.
—Tranquila, Juls, todo va a ir bien. Lo arreglaremos.
Continuará
Notas de la autora:
¡Hola! Una de consecuencias por la inmadurez de unos padres con demasiado carácter.
Mañana más.
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