17.- Colores

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1071.


17.- Colores

Lo primero que hicieron Luka y Juleka por la mañana fue pedirle el móvil a Jagged para poder hablar con su madre. Él aprovechó aquellos minutos extras para disculparse con Penny una vez más por la falta de pasión de la noche a lo que ella respondió sacudiendo la cabeza, al parecer él le estaba dando más importancia de la que le daba ella.

Sentados frente al desayuno Jagged acomodó el mapa sobre la mesa y revisó los puntos marcados en él. Empezaba a conocerlos lo suficiente como para saber qué había señalado cada uno. Optó por satisfacer a Luka y visitar el Rock Creek Park y el Museo Hillwood; Juleka ya tenía su propio divertimento jugando a la Celestina.

—No nos va a dar tiempo a visitar todo lo que hemos marcado —musitó Luka con un tono entre la diversión y la decepción.

—No importa —respondió Jagged—. Podemos volver más adelante, cuando estéis de vacaciones. Puede venir vuestra madre también... La ciudad seguirá estando aquí.

Por supuesto, lo sabían, pero tenían aquel impulso adolescente que les empujaba a querer verlo todo ya.

—Mañana iré a dar una charla en mi antigua escuela, espero que vengáis conmigo, podréis ver algunas fotos vergonzosas de mi infancia y un par de premios.

—¿Conoceremos a tus profesores?

Jagged se encogió de hombros.

—Supongo que alguno seguirá por allí, ¿queréis sacarle las anécdotas más lamentables de mi vida?

Las risitas lo llenaron todo en un ambiente cómodo y sorprendentemente familiar.

Se metieron en el coche de Pierre hablando de algo que les causaba mucha curiosidad, la estética de Jagged y aquella rara obsesión con los edificios. Penny desde el asiento del copiloto les echó un rápido vistazo por el retrovisor.

—¿Pero es por el lugar en el que actúas?

—¡No! Es por lo que transmite, lo que hacen sentir a la gente o a mí... supongo que lo que me hacen sentir a mí, en realidad.

—¿La torre Eiffel? —preguntó Juleka.

—Para mí es un símbolo de distinción, su forma me gusta y todo ese metal oxidado es rock'n'roll.

—¿El Capitolio? —interrogó Luka.

—Seguridad, también un poco de poder.

Juleka rió divertida, le parecía totalmente absurdo.

—¿Central Park?

—Descafeinado, cliché —respondió encogiéndose de hombros—. La primera vez que lo pisé creí que sería un lugar espectacular, pero me llevé un chasco. Demasiado idealizado en las películas y series.

—¿Y no tienes manías con los colores?

Jagged soltó una carcajada, Penny le hizo coro con una risilla tímida que sólo Pierre alcanzó a escuchar.

—¡Claro que sí! Me gustan los colores brillantes y los contrastes intensos. También los asocio a las personas.

—¿Qué color es Luka?

Miró a su hijo que parecía especialmente interesado en la respuesta.

—Azul eléctrico. Porque es calmado, pero tiene toda esa energía dentro que estalla cuando toca la guitarra. Y no sería ningún edificio, sería las Cataratas Victoria.

El chico sonrió con timidez, supuso que encontraba acertada su asociación de elementos.

—¿Y yo?

—El negro. —Ella frunció el ceño—. El negro parece frío y vacío, pero en él se encierran todos los colores, siempre elegante. El negro resalta con todo y eso lo hace perfecto para cualquiera que sepa mirar. Y te identifico con el Fuerte Amber.

—¿El Fuerte Amber? —preguntó Luka.

—Está en Amber, India. Es un castillo-fortaleza. Buscadlo en internet, es difícil de describir algo tan intricado y hermoso.

—¿Y Penny? —continuó Juleka con las mejillas sonrojadas al ser comparada con algo que le parecía tan hermoso.

—Penny es el color rojo. Viva, activa, implacable... —Se tragó el adjetivo "apasionada" que había acudido a su cabeza—. Un color que siempre te mantiene alerta y preparado. Y sería el Santuario de Itsukushima – Miyajima, porque a pesar de la actividad del rojo, también transmite la calma y seguridad del agua que lo rodea.

—El rojo también es el color del amor.

Ahí iba de nuevo Juleka con su nada discreta estrategia. No podía salirse por la tangente, así que mejor cambiar de tema.

—Pierre, es mejor que aparques por aquí, el parquin del museo siempre está ridículamente lleno.

—Por supuesto, señor Stone.

Encontró sitio cerca. Jagged le pidió que les acompañase para que no tuviera que estar tantas horas solo y, también, porque tenía la esperanza de que delante de él se cortasen un poco con su juego de casamenteras.

Visitaron primero el museo. Luka permaneció a su lado intentando entablar una conversación que girase en torno a sus intereses, Jagged se daba cuenta de que necesitaba que satisficiera su curiosidad mucho más que Juleka, que para él tener un padre tenía un valor especial que era difícil de calcular. Así que se esforzó al máximo para intentar cumplir con sus necesidades.

Tras el recorrido se metieron en el parque. Jagged les explicó que era el lugar al que solían llevarlos de excursión y les mostró los rincones que más le gustaban salpicándolos con historias añejas y cotidianas.

Pierre los dejó para ir a comprar comida y un mantel para poder hacer un pícnic, a Jagged le pareció una buena idea. Era algo que le gustaba hacer de pequeño, creía que eso les ayudaría a estrechar vínculos, a hacerlo todo mucho más normal. Además, para ir a un restaurante había muchos otros días.

—¿Te gustan los pícnics?

—De pequeño, hace años que no hago uno. También me gustaba acampar, aunque a eso no creo que me apunte de nuevo.

El chófer estiró el mantel y dejó sobre este la comida. Le dio a Penny un contenedor de plástico con el logotipo de un restaurante diferente al del resto de comida, ella le abrazó sonriente.

—Resulta que hay un restaurante africano cerca, sabía que te gustaría un poco de maafe.

—Eres el mejor, por eso te quiero.

Juleka los miró con preocupación, a pesar de que Jagged se limitó a sentarse en el mantel sin inmutarse. Se sentó a su lado y se acercó a su oído.

—¿A Pierre le gusta Penny?

—Claro que sí —contestó abriendo todos los contenedores de plástico con gesto infantil—. La quiere muchísimo.

—¿Y si quiere que sea su novia?

Rió, no quería hacerlo, pero rió captando la atención de todos.

—Pierre está casado —susurró, sacudió la mano en el aire con gracia—. Con mi batería, es gay. Quiere a Penny como si fuera su hermanita, por eso la consiente buscando comida africana en todos los lugares a los que vamos.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! He reaprovechado a Pierre y su relación con el batería que usé en "Una canción de amor", porque no tengo espacio para complicar la trama.
Nos leemos mañana.

Maafe: plato típico de África Occidental, aunque tiene alguna variante en África Central. Es un guiso de carne con salsa de tomate cacahuete.


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