16.- Balada

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1024.


16.- Balada

Jagged esperó a verlos entrar en la suite antes de cerrar la puerta de la suya. Asaltó los labios de Penny con la necesidad punzante del deseo embargándole por completo.

—Penny, esa ropa es perfecta —pronunció entre besos—. Sin ti sería un desastre. Gracias.

Ella rió enredando los dedos entre su pelo liso.

—De nada, es mi trabajo.

—Me entiendes bien, mejor que cualquier otra persona. —Y eso la hacía imprescindible, también le hacía tener miedo a estropearlo todo y perderla—. Voy a agradecértelo en condiciones en esa maravillosa cama.

Sonaba fantástico. El sonido de un móvil interrumpió los besos. Jagged la miró con el ceño fruncido y ella se encogió de hombros.

—No es el mío.

Desconcertado se hurgó en los bolsillos para comprobar que era el suyo el que estaba sonando.

—Hola Nanarki —saludó tras determinar que no era una buena idea ignorarla—. ¿Cómo estás?

Penny pudo oír con total claridad el grito en el auricular, parecía estar furiosa. Le dio un beso en la palma de la mano a Jagged y con señas le indicó que le esperaría en el dormitorio.

—¿Por qué demonios estás enfadada?

—¡Porque eres un irresponsable! No me has llamado ni un sólo día para decirme cómo están los chicos.

—Pero si te llaman cada día usando mi móvil...

—Tú eres el adulto —espetó furiosa—. Te diré una cosa de los adolescentes: omiten información. No lo explican todo, tu responsabilidad es rellenar los huecos.

—¡Venga ya! Son unos críos fantásticos, muy maduros y responsables. ¿Qué es lo que podrían ocultarte?

Al otro lado la mujer suspiró, ese idiota no era consciente de la responsabilidad que entrañaba tener hijos y ella se daba cuenta de que no tenía demasiada paciencia como para explicárselo sin alterarse.

—¿Dónde están?

—En sus suites.

—¿Suites? ¿En plural? —Se dio cuenta de que no debería de haber dicho eso, esperó un grito que no llegó—. Se suponía que iban a dormir contigo en esa suite doble de la que me hablaste.

—Bueno, sí, era la idea. Pero Juleka se echó a llorar y me dijo que no quería dormir con Luka porque le olían los pies, y él se quejó de que roncaba y... bueno, me pareció buena idea cederles a doble de Penny para...

—Mira que eres idiota —musitó con tono exasperado—. A Luka no le huelen los pies y Juleka no ronca, te la han jugado. Son inseparables, apuesto mi barco a que duermen juntos.

Jagged se encogió de hombros y puso los ojos en blanco, se puso firme, pero volvió a relajarse consciente de que Anarka no estaba allí para reñirle.

—No es tan terrible.

—No, claro que no. Ahora saben cómo hacerte hacer lo que quieren y no dejarán pasar la oportunidad.

—Oye, estás exagerando —replicó con tanta calma como pudo reunir—. Tú les dejas hacer lo que les da la gana, en el Liberty no existe el orden ni las normas estrictas. Parece que quieras que me convierta en el monstruo gruñón al que no querrán volver a ver. ¿Es eso? ¿Tanto te preocupa que me pueda llevar bien con ellos?

—No seas estúpido. En casa hay límites, ambos lo saben desde que eran muy pequeños. La libertad que les doy se cimenta sobre la confianza que les tengo.

—Déjame hacer esto a mi manera. He conseguido que Juleka me hable con tono normal, empiezan a sentirse cómodos conmigo y...

—Tú eres el adulto, su padre, pórtate como tal. Más te vale llamarme mañana y explicarme cómo les va o tendremos una conversación seria cuando vuelvas vaquero.

Ella colgó. Había sido, de lejos, la conversación más pacífica que habían mantenido en años, pero le había sembrado muchas dudas. ¿De verdad lo estaba haciendo tan mal? ¿Tan grave era que se hubieran quedado en aquella suite solos? Suspiró.

Miró la puerta cerrada del dormitorio y se preguntó si Penny se enfadaría porque no pasara nada entre ellos aquella noche. Anarka le había dejado hecho polvo. Tenía que enfrentarse a aquella posibilidad, ya no era un niño, no podía ocultarse en un rincón. Se atrevió a cruzar la puerta, la encontró sentada en la cama, con toda la ropa puesta, cosa que agradeció. Se dejó caer sobre la cama, estirado boca abajo.

—Lo siento, me ha cortado el rollo.

Ella le besó en el cuello y se acurrucó a su lado, acariciando con afecto su espalda.

—No pasa nada. ¿Habéis discutido?

—Penny, ¿crees que lo estoy haciendo mal?

Comprendió a lo que se refería sin necesidad de que especificase más.

—No, creo que lo estás haciendo bastante bien. Les estás dejando conocerte y te estás tomando el tiempo de conocerlos a ellos —declaró deseando que se sintiera mejor—. Aunque igual deberías de establecer alguna norma, pero entiendo que no sepas establecer un límite por ahora.

—Me ha recriminado que no la haya llamado para informarle, ahora resulta que tengo que pasar revista ante mi ex.

—Eso sí que lo entiendo.

Jagged la miró con el ceño fruncido y una mueca de disgusto en los labios.

—¿Ya no te acuerdas de tu adolescencia? Hay muchas cosas que no le contarías a tu madre por aquel entonces y otras que omitías porque no te parecían importantes, pero ella siempre estaba cercaba por si la necesitabas —explicó ella con paciencia—. En vuestro caso os separa un océano, si pasa algo no puede meterse en un tren o en un taxi para venir a buscarlos. Es normal que se preocupe y que espere que, en ese sentido, seas más cómplice con ella.

»Eres el responsable, más allá de la relación tan complicada que mantenéis, espera que te comportes como tal. No pretende que seas perfecto, sabe que te vas a equivocar y que todo va a cambiar para siempre, pero quiere sentirse tranquila al saber que puede contar contigo.

Penny siempre lograba tranquilizarle. Oírla hablar era como escuchar una bonita balada de las que te aportan un confort inigualable.

—Gracias.

—¿Quieres estar solo? No pasa nada si lo necesitas.

—No, quédate a dormir conmigo. Los mimos inocentes también me gustan y los necesito un poco.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Una de las cosas que echo de menos en el canon es que Jagged y Anarka se comuniquen como los dos adultos que son, pero dudo que lleguemos a verlo.
Nos leemos mañana.


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