15.- Risa
Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.
Palabras: 950.
15.- Risa
La comida de aquel lugar era tan fantástica como recordaba. Le alegró saber que a los niños se lo parecía también porque realmente le preocupaba que se sintieran bien. Penny fue anotando en una aplicación del móvil los lugares que iban mencionando para marcarlos en el mapa al regresar al hotel. Se lo había sugerido estando en París y ahora se arrepentía de no haberle hecho caso antes porque podrían haber aprovechado mejor el tiempo.
—En ese caso esta tarde visitaremos el Capitolio, ¿hay algún sitio que quieras visitar tú, Penny?
—Me encantaría acompañaros, pero tengo que encontrar esa ropa que se parezca al Capitolio.
—No es justo —susurró Juleka.
—Es mi trabajo —contestó con sencillez.
—Eso puede esperar hasta después de la cena.
Penny disintió. Normalmente lo dejaría para la noche, cuando estuviera tranquila, tirada en el sofá, con una copa de vino en la mano. Pero en esas circunstancias, prefería ocupar la noche en algo mucho más apasionante y gratificante.
—Prefiero hacerlo ahora, me quedaré más tranquila cuando lo haya encontrado.
Jagged no dijo nada más para intentar convencerla de que se quedase con ellos. A veces le gustaría poder leerle la mente y saber qué era lo que estaba pensando, aunque creía que esta vez se hacía una cierta idea.
—Bien, chicos. Vamos a hacer un poco de turismo y después pasaremos a rescatar a Penny de las compras online.
—¿No quiere estar con nosotros?
—Por supuesto que quiere —se vio obligado a contestarle a Juleka—. Pero Penny se toma muy en serio su trabajo, a veces demasiado en serio. Aunque creo que eso es mi culpa porque siempre le he exigido demasiado.
Pierre les esperaba fuera del restaurante, encendió el motor cuando les vio aparecer y les llevó hasta las cercanías del Capitolio siguiendo las instrucciones de su jefe. Buscó aparcamiento para esperarles de nuevo.
—Papá, ¿no te gusta ninguna chica?
Empezaba a admirar a Juleka por su forma directa de preguntar a pesar de su timidez.
—¿Por qué no un chico? —replicó Jagged encogiéndose de hombros—. No soy hetero y no es ningún secreto.
—¿Te gusta algún chico? —inquirió esta vez Luka.
—En realidad no, pero podría ser.
—Penny es muy guapa.
Directa. Cero sutilezas. La adoraba.
—Sí que lo es y eficiente. Es la mejor trabajadora que he temido jamás.
Sintió las miradas de ambos que parecían llamarle idiota, contuvo las ganas de reír y señaló el elegante edificio preparado para explicarles alguna batallita de juventud. No iban a rendirse, pero él tampoco iba a hacerlo, le parecía entrañable que se preocupasen por su vida amorosa, pero no le gustaba que jugueteasen con él. Sin embargo, y a pesar de su intento de desviarlos hacia historias de su pasado, no dejaron de insistir.
—¿Y si me gustase Clara?
—¡No! ¡Es muy joven!
—¿Os lo parece? —Ambos asintieron—. Pues tiene la misma edad que Penny, seis años de diferencia, dos si miras mi web.
—¿En serio?
—¿Qué edad creíais que tiene?
—Veintipocos —respondió Luka.
—Clara es muy buena explotando su aspecto infantil, aparenta menos edad, la ropa juvenil y un buen maquillaje hacen el resto.
—Pero no hacéis buena pareja —musitó Juleka—. Es poco... rock'n'roll.
Soltó una carcajada, oírla usar sus palabras contra él era la mar de gracioso.
º º º
Al sonido de la puerta al abrirse le siguió un torrente de risas, Penny alzó la mirada de la Tablet y les sonrió. Parecía que, al fin, los tres se sentían lo suficientemente cómodos entre ellos como para interrelacionarse con naturalidad.
—¡Ah, Penny! ¿Cómo te ha ido la búsqueda?
—Creo que he encontrado lo que querías —respondió señalando una caja de cartón que Fang, sobre el sofá, usaba como almohada—. Hay disponibilidad en otros colores si lo prefieres.
Con gesto infantil, Jagged, palmeó la cabeza de Fang para que se levantase y le dejase abrir su preciado paquete de ropa. Era como un niño más abriendo un regalo el día de su cumpleaños.
—¡Olvídate de los otros colores! ¡Es perfecto! Me lo voy a probar ahora mismo.
Respiró aliviada y les sonrió a los dos chicos.
—Menos mal, creía que acabaría buscando hasta el día del concierto.
—Sólo es ropa —dijo una vez más Juleka.
—Para vuestro padre la imagen es muy importante, os acostumbraréis a ello.
La puerta del dormitorio se abrió de nuevo, Jagged salió como si estuviera preparado para desfilar. La ropa era un poco extraña, la camiseta no era ancha, los pantalones no eran estrechos y no era amarilla y negra. Le quedaba estupenda, se ajustaba bien a él. La camiseta era de un vivo color cereza y completamente entallada, los pantalones color marfil y anchos, ambos tenían decoraciones de lentejuelas.
—El Capitolio —pronunció con orgullo moviendo las manos como si quisiera abarcar con ellas toda la ciudad—. Es perfecto, Penny. La forma, el color, la tela...
Si no estuvieran allí los niños, y no estuvieran fingiendo que el plan les había funcionado, se la comería a besos por ser capaz de comprenderle.
—Entonces, supongo, que puedo seguir haciendo turismo con vosotros.
—Id marcando ese mapa mientras me cambio.
Juleka apenas esperó a que acabase de hablar para tomar la mano de Penny y arrastrarla hacia el sofá. Luka no se mostraba tan entusiasmado, aunque existía la posibilidad de que su carácter calmado le hiciera enfocarlo de otra manera, pero no podía decir que no le preocupaba.
Con un rotulador negro en la mano Penny fue marcando algunos puntos en el mapa plastificado. El dedo de Luka señaló un par de parques que había buscado en internet. Sin esperar a que Jagged saliera planificaron a dónde ir primero y dónde iban a cenar.
Continuará
Notas de la autora:
¡Hola! Voy con un día de retraso, ayer estuve de boda y volví a casa tardísimo, así que no tuve tiempo para escribir nada. Iré por detrás durante unos días, pero lo acabaré en plazo, lo prometo.
Nos leemos mañana.
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