09.- Original
Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.
Palabras: 1105.
09.- Original
Juleka acabó buscando refugio en la cama de su hermano. Ambos estaban acostumbrados al espacio reducido en el interior del Liberty y tanto espacio vacío era extraño. Lo prepararon todo para que Jagged no se enfadase al descubrir que habían dormido juntos después de hacerse con la suite destinada a Penny.
Jagged les había dicho que pasaría a recogerles para desayunar, así que esperaron tirados en el sofá de la sala común. El plan de Juleka para aquel día consistía en tantear a Penny para descubrir si también estaba enamorada de Jagged y elaborar, en base a eso, su estrategia. Incluso había decidido hacerle ver lo original que era y que sería fantástico tenerlo como pareja. A Luka le parecía una idea absurda, sin embargo, si eso ayudaba a Juleka a salir de su cascarón no sería él quien le pusiera trabas.
Unos nudillos sobre la madera les hizo ponerse en marcha, abrieron la puerta y se sorprendieron al ver a Penny en vez de a su padre. Ella les sonrió.
—Jagged está dándole el desayuno a Fang, se nos unirá en seguida.
Los chicos asintieron y la siguieron dócilmente hacia la cafetería del hotel. Tenían mesa reservada, suponían que con Jagged siempre era todo así.
—Pedid cualquier cosa que queráis.
Penny pidió el desayuno especial asociado a su número de suite, uno completo para ella y ellos hicieron lo mismo.
—¿Qué tiene de especial ese desayuno?
—Es apto para vuestro padre —musitó Penny—. Tiene muchas alergias, así que hay que tener cuidado con lo que come. Es muy despistado, si no lo dejo pedido y advertido asociado a su suite, es capaz de comer cualquier cosa peligrosa y acabar en urgencias.
—Eso sería un desastre —susurró Juleka.
—¿Forma parte de tu trabajo?
—En realidad no, pero no me importa hacerlo.
—¿Cuánto hace que trabajas con él? —preguntó Luka.
—Seis años.
—Entonces debes de conocerle bien.
—Penny es la persona que mejor me conoce del mundo —declaró Jagged sentándose, casi en sincronía con el camarero que llevaba su desayuno.
—¿Más que mamá? —inquirió Juleka.
—Más que mi propia madre.
La declaración les hizo reír. En realidad, suponían que pasar tantas horas juntos y rodeados de estrés hacía que Jagged perdiese cualquier filtro y se comportase tal cual era.
—Hoy tenemos el día completo para nosotros solos, pero mañana sólo podremos vernos durante la mañana —explicó Jagged mordisqueando un trozo de tortita hecha con harina ecológica—. Tengo una actuación pactada en la televisión y una entrevista. Os diría que podéis venir conmigo, de hecho me encantaría, pero será muy aburrido y creo que es mejor que aprovechéis el tiempo al máximo.
»Penny se quedará con vosotros, conoce la ciudad, así que podéis hacer turismo libremente.
Juleka y Luka intercambiaron miradas, su padre les acababa de ofrecer en bandeja de plata el tiempo a solas con Penny que tanto necesitaban.
—¡Ah! ¡Arándanos! Me encantan —canturreó Jagged feliz—. Gracias por conseguírmelos.
Al parecer una de las funciones de aquella mujer era mantener de buen humor a Jagged.
La primera parada de aquel primer día oficial de turismo consistió en pasearse por el barrio en que había nacido y crecido. Tal vez era porque esperaban que alguien como él hubiese crecido rodeado de lujos, pero encontrarse en el barrio más pobre de toda la ciudad les sorprendió. Mientras Jagged les explicaba dónde jugaba por las tardes o dónde vivían sus amigos, no podían dejar de pensar en lo diferente que era aquello de su tren de vida actual.
Parecía la mar de feliz de poder hablarles de sus humildes orígenes, quizás porque eso le dotaba de una humanidad que el mundo parecía haber olvidado que poseía.
—Esa era mi casa —declaró señalando una casucha de fachada azul y agrietada.
—¿En serio?
—Sí, adoraba vivir aquí.
—Papá, parece la casa de una película de terror.
—Fui feliz en ella —confesó encogiéndose de hombros—. Mi padre era mecánico en un taller de coches, mi madre tenía dos trabajos para ayudar a pagar las facturas. Nunca me di cuenta de las carencias económicas que teníamos, ellos no dejaban que lo notase.
»En esta casa aprendí a tocar la guitarra, conseguí mi valioso disfraz de cocodrilo, y siempre hubo alguien apoyándome. No necesitaba cosas caras para ser feliz.
Miraron la casa con otros ojos, comprendiendo que no importaba su aspecto si no lo que se encerraba entre sus paredes.
—A los once años participé en un programa de talentos de la tele —continuó acariciando las cabezas de sus dos hijos—. Fue idea de mi padre, aunque me llevó mi tía. Recuerdo estar en el escenario, bajo los focos, tan nervioso que estaba seguro de que el público podría oír los latidos de mi corazón, pero una vez toqué la primera nota me tranquilicé. Fue una actuación fantástica. Gané ese día, así que me clasifiqué para la siguiente ronda.
»Estaba tan orgulloso que no podía esperar a regresar a casa y explicárselo a mi padre. Pero al llegar no estaba.
»A veces le entraba algún coche especial y se quedaba hasta tarde en el taller, le esperé despierto, pero hasta por la mañana, cuando regresó mi madre, no me enteré de que estaba en el hospital. Alguien había entrado al taller a robar y le habían disparado.
»Ya sabéis que en este país tenemos un problema con las malditas armas, por lo que no debería de sorprenderle a nadie.
Les dio miedo preguntar qué había ocurrido, no obstante, no necesitaron hacerlo.
—Sobrevivió, pero pasó sus últimos años en una silla de ruedas. Mi padre murió cuando yo tenía catorce años, para entonces había reunido bastante dinero y tenía una oferta sobre la mesa.
»A parte del sentimentalismo, no había nada que me retuviera aquí. Convencí a mi madre para que viniera conmigo a Francia.
—Y así acabaste siendo una superestrella —musitó Juleka con timidez.
—Me quedaba mucho para llegar ahí. Primero tuve que sobrevivir en un instituto francés en el que se burlaban de mi acento americano. También me tocó aceptar muchas actuaciones en programas que odiaba. Pero estaba dispuesto a sacrificarme para poder compensar tantos años de esfuerzo de mis padres para sacarme adelante.
»Os explico esto porque sé que mucha gente cree que mi vida ha sido siempre un jardín de flores, llano y sin peligros. Nada es fácil, siempre hay que trabajar. Sin esfuerzo no se alcanza ninguna meta por pequeña que esta sea. También porque quiero que me conozcáis de verdad y que seáis conscientes de que podéis preguntarme cualquier cosa que necesitéis saber.
Aquella conversación les hizo sentirle más cercano y mucho menos desconocido.
Continuará
Notas de la autora:
¡Hola! Para hoy una de sinceridad paterna. Ya sabéis que me gusta tirarle al drama, no debería de sorprenderos.
Nos leemos mañana.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top