07.- Pesadilla

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 953.


07.- Pesadilla

Jagged se había llevado a parte a Penny para comunicarle el cambio de planes en lo que se refería a las habitaciones. Ella le había mirado con un ligero ceño fruncido que se suavizó tras un suspiro. Aceptó, no parecía enfadada y tras dejar el equipaje en las habitaciones y deshacerse de la ropa y el maquillaje, que tanto le había costado elaborar, salieron a la calle para hacer un poco de turismo.

Los llevó a algunos de sus lugares preferidos y el día se desarrolló sin incidentes ni paparazzi al acecho.

Penny se encerró en su suite después de cenar diciendo que estaba cansada. No tenía motivos para dudar, pero le pareció extraño porque, cuando viajaban, siempre se quedaba un buen rato en el bar del hotel tomando algo con Pierre, charlando animados.

—Papá, ¿estás bien? —preguntó Luka sentado frente a él en la cafetería—. Pareces preocupado.

—Sí, no pasa nada. Estaba pensando en una canción que no acabo de hacer encajar.

—¿Podemos ayudarte con ella?

Los ojos de Juleka brillaron ilusionados mientras esperaba la respuesta.

—Será un placer, pero mañana, es tarde y tenéis que dormir.

Sin protestas los tres subieron en el ascensor y se separaron para resguardarse en sus respectivas suites, Jagged esperó a que cerrasen la puerta antes de entrar en la suya. Revisó la sala encontrándose sólo con Fang que dormía sobre el montón de cojines que Penny había encargado que tuvieran disponibles a su llegada. La puerta de ella estaba cerrada, no se oía nada.

Suspirando se preparó para imitarla y dormir.

º º º

Penny le miraba con una mueca de asco que no había visto jamás en ella, cruzó los brazos y cambió el peso de cuerpo de una pierna a la otra con impaciencia.

—No lo soporto más —soltó con tono molesto—. Tener que trabajar para ti es lo peor que me ha pasado jamás. Eres insufrible.

»Siempre te he odiado. ¿Crees que le importas a alguien? Pues no. Eres un ser patético y ridículo que no vale nada, si no tuvieras dinero no se te acercarían ni las moscas.

—¿Por qué me dices estas cosas, Penny?

—Porque me das tanto asco que no soporto la idea de tenerte cerca ni un minuto más.

Se incorporó en la cama bruscamente, estaba sudando y el corazón le latía tan fuerte que le dolían las costillas. Una pesadilla, sólo había sido una estúpida pesadilla. Penny nunca le diría algo así, tampoco se comportaría de aquella manera, lo sabía. Revisó la hora en el móvil, las dos y media de la madrugada. La razón le dictaba que volviera a acurrucarse y se durmiera, su corazón desbocado y la ansiedad que le levantase para comprobar que Penny seguía allí. Tras un breve debate dejó que la ansiedad fuera la vencedora, se levantó, abrió la puerta de su suite cruzó la sala y llamó a la puerta de Penny.

Esperó.

Penny se asomó frotándose un ojo somnolienta. Llevaba una camiseta de tirantes y un minúsculo pantalón de pijama que dejaba a la vista aquel par de piernas largas y bien torneadas.

—¿Qué ocurre? ¿Te encuentras mal?

—No, siento despertarte. He tenido una pesadilla horrible. ¿Podemos hablar un poco?

Asintió, dejó la puerta de la suite abierta y se sentó con él en el sofá.

—¿Es por los chicos?

—No, algo sobre trabajo.

Le temblaban las manos. Penny sabía que a veces tenía pesadillas, en alguna ocasión la llamaba para poder hablar un rato y reunir valor para cerrar de nuevo los ojos. Sin embargo, nunca había sido testigo de la reacción física en su cuerpo.

—Deja que te prepare algo caliente para que te ayude a tranquilizarte.

En el rincón había una pequeña cocina con una vitrocerámica, un microondas y un fregadero. Abrió los armarios para comprobar si habían cumplido con la tarea que les había encomendado de llevar varias cajas de infusiones, con satisfacción vio que lo habían hecho. Sacó un par de bolsitas de manzanilla y calentó agua en una taza para dejarla infusionar. Sacó también un bote de miel y una cucharilla y lo llevo hasta el sofá.

—Ha sido horrible —susurró con la taza entre las manos.

—¿Quieres explicármelo?

—Promete que no te reirás. —Ella asintió animándole a seguir—. Me odiabas, me decías unas cosas horribles y que no me soportabas más.

»Creo que es porque sé que no te ha gustado el cambio de planes, el tener que renunciar a tu intimidad para compartir tu espacio conmigo.

—No es eso —musitó Penny—. ¿Es por qué me he ido a dormir temprano?

Jagged asintió.

—Es que no me encontraba muy bien, no tiene nada que ver con el cambio de planes. Aunque me habría gustado saberlo antes.

»Pasamos el día juntos, esta convivencia no me supone ningún problema, siempre que no me tengas toda la noche despierta porque estás cantando o con la guitarra.

—No lo haré, te lo prometo.

Ella dudó por un momento cuando Jagged se acurrucó en un abrazo como un animalillo desvalido, acarició su espalda con suavidad.

—Tranquilo, todo está bien.

—Penny, no me dejes nunca, ¿de acuerdo?

—Te lo prometo.

No tenía intención de dejar aquel trabajo, aunque era estresante le encantaba, le permitía viajar, conocer mundo y vivir un sinfín de pequeñas aventuras.

—Penny, siento mucho haberte despertado —dijo liberándola del abrazo, recuperó la taza y le dio un sorbo a la infusión caliente—. Vete a dormir, es muy tarde, yo me acostaré en seguida.

—No pasa nada, esperaré a que acabes.

—Por la mañana, antes de que nos pongamos en marcha, necesito que hablemos de algo.

Asintió con sencillez, no sabía de qué podía tratarse, pero le escucharía, fuera lo que fuese.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Alguien debería de explicarle a Jagged que el que le afecte así que Penny se vaya significa algo y no es, precisamente, que es su empleada preferida.
Nos leemos mañana.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top