1.26 "Nuevos integrantes"

Me encontraba en los brazos de la otra enfermera que estaba con Hayley cuando la encontré, aparte de la que la estaba abrazando a ella. Después de esa terrible noticia me había puesto a llorar sin parar hasta hace unos minutos. La enfermera, llamada Gwen, gentilmente me había abrazado desde que había comenzado a llorar.

-Hanna...-comencé a hablar esperando que no se hubiera dormido.

-¿Sí?

Me levanté un poco y fue donde me di cuenta de que ambas nos habíamos quedado medio acostadas en las dos bancas. 

-¿Cómo murió ella? Si no te importa dec...-

-Se ha suicidado en su casa, fue encontrada desangrándose de las muñecas, pero al parecer la cortada del cuello fue la que la mato.- contestó indiferente.

Esperaba que no le molestara contarme estas cosas pero, nadie me había dicho nada en concreto ahora que lo pensaba. 

-¿Y cómo supieron donde estaba?-

-Me envió un mensaje de que llegara por ella, que estaba lista para pedir perdón personalmente, pero en realidad solo fue para que encontráramos el cadáver, ya que le pedí a unos de seguridad que me acompañaran.- ahora sabía por qué estaba así ella. Encontrar a tu mejor amiga desangrándose y muerta no era algo bonito. Hanna había sufrido mucho por todo esto.

-Pero es que no entiendo, en serio. Había cometido un error, sí, pero ahora se estaba solucionando...

-Ella no pensaba de esa manera, ni siquiera estaba enterada, te recuerdo.- me interrumpió.

-Quizá ese fue su error. No esperar.

-Había esperado 17 años, ¿qué querías? ¡Ya no aguantaba más!. ¡Tú no sabes por lo que estaba pasando! Sabía que tendría graves consecuencias.- había comenzado a levantar el tono de voz de pronto.

-Lo sé, pero, un poco más no hubiera estado mal.

-Chloe entiende que no siempre puede haber un final feliz.- dicho esto se levantó de su asiento y comenzó a caminar lejos de nosotras. ¿Por qué su cambio tan repentino? Ambas estábamos afectadas por Hayley, pero no tenía ella por qué estar de grosera.

-Chloe, ¿has ido a ver ya a tus padres adoptivos,  los Carrington?- me preguntó la enfermera Gwen. Lo que me hizo acordarme cuán desatenta había estado con ellos luego de todo esto. Además, después que huí no los había visto más.

-¡Cierto! En seguida iré a verlos.- me levanté y di unos pasos cuando recordé algo.- Por cierto, Gwen, gracias.- le sonreí. Y ella me devolvió la sonrisa junto con un leve asentimiento de cabeza.

Caminé en búsqueda de ellos por los pasillos y recepción. Estaba apunto de preguntar con alguna enfermera cuando los vi sentados en un sillón. Estaban callados, sin hablarse y se limitaban a ver a las personas que pasaban enfrente. Me acerqué lentamente para analizar sus reacciones pero ninguno me veía al parecer, sino fue hasta que me planté enfrente de ellos que se pararon inmediatamente. Y así estuvimos, olvidándonos de cómo hablar y limitándonos a vernos de frente, como si tratáramos de aprendernos los rasgos de los otros antes de decirnos adiós y probablemente nunca volvernos a ver. Hasta que ya no aguanté más, me lancé a ellos con los brazos abiertos y ellos me recibieron. No sabía si lloraba de alegría por volverlos a ver o de tristeza porque esto también era un adiós.

-Los extrañaré.- fue todo lo que dije. Oh Dios, de tanto llorar en este día iba a necesitar una buena hidratación luego.

-Nosotros a ti cariño, pero puedes venirnos a visitar cuando desees.- comentó mi padre cuando nos separamos del abrazo y comenzó a jugar con mi cabello como gesto de cariño.

-Chloe, te debo una disculpa, simplemente me alteré al saber que mi verdadera hija había fallecido, por eso mi comportamiento, pero nunca debí de portarme así de grosera contigo.- se disculpó mi madre a la vez que me acariciaba el rostro.

-No te preocupes, mamá.- dije. En ese momento me atrajo a sus brazos y podría decir que fue uno de los mejores momentos de mi vida.

-Siempre serás nuestra pequeña.- susurró en mi oído. Lo que me provocó llorar aún más. La iba a extrañar mucho, pero la llegaría a visitar muy seguido, de eso estaba segura.

De pronto comencé a sentir mucho peso de parte de ella y creí que me caería, si no fue porque mi padre me ayudó con el peso. Wow, vaya abrazo de mamá. Muy cansado y pesado. Seguía sonriendo hasta que vi la cara de preocupación de mi papá hacia mi mamá, volteé a ver y fue donde distinguí que no era un abrazo, sino, se había desmayado.

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Estábamos afuera de la habitación 265 esperando noticias de mi mamá, Amelia. Aún no sabíamos a qué se debía tal cambio de salud. Todos estábamos preocupados, mis padres biológicos y mi padre adoptivo por así decirlo. De pronto salió el doctor Marshall a darnos resultados con una gran sonrisa, al parecer era bueno que mi madre se desmayara.

-¡Me alegra decirles que, señor James, va a volver a ser padre!- anunció el doctor.- La señora Amelia tiene 1 mes de embarazo.- Todos nos levantamos de un salto a aplaudir y gritar, gratamente muy felices por la noticia.

-¡Muchas gracias doctor!- dijo mi padre James. Y se acercó a estrecharle la mano al doctor.- No sé cómo no nos pudimos dar cuenta del embarazo.

-No hay de qué señor, y a decir verdad todo tiene que ver con la complexión de la señora, es muy delgada y eso le ayudó a pensar que aumentó unos cuantos kilos, y no tomar en cuenta la opción de un posible embarazo.- Todos reímos.

¡Iba a haber un nuevo integrante de la familia Carrington!

-¿Podemos pasarla a ver?- pregunté. El doctor Marshall me dio permiso así que no dudé ni un segundo en entrar. Abrí la puerta de la habitación y estaba mi mamá acostada algo adormilada en la cama.

-El doctor nos acaba de dar la noticia, ¡felicidades! Ahora sí tendrás a tus dos hijos juntos y claro, a una hija colada.- hice una cara graciosa -pero llegaré a verlos- reímos ambas.

-Yo sé que te seguirás siendo un gran ejemplo para ellos.- recordó. -Te quiero, Chloe, nunca lo olvides.

-Yo también mamá. Pase lo que pase.- le di otro abrazo como pude evitando pasar a traer los tubos y cables, y salí de la habitación. Pues su esposo todavía quería pasar y mis padres esperaban por mí.

-¿Lista para ir a casa, amor?- me preguntó mi madre abrazándome.

-No sabes cuando había esperado por esto.- respondí.

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Habíamos llegado a una enorme casa color beige con pequeños detalles cafés, era de dos pisos y muy alargada. Tenía un hermoso jardín por delante, del cual estaba segura que no saldría. Simplemente era todo de ensueño. 

-¡Bienvenida a casa!- me dijo mi madre en cuanto abrió la puerta principal. Entré y todo era precioso, de color café claro con beige y habían muchas fotografías en la pared de enfrente.

-¡Mami, papi! ¡Los extrañé mucho!- dijo una voz aguda. Volteé y me di cuenta de que era esa niña del centro comercial, la que había tirado por accidente. Esa preciosa niña era mi hermana. Lágrimas de alegría se asomaban por mis ojos amenazando con salir.

-Hola.- me dijo tímidamente la niña.

-Meredith, ¿recuerdas que te dijimos que tenías una hermana?- preguntó mi padre. La pequeña asintió. -Bien, es ella, se llama Chloe.- me fui agachando poco a poco hasta quedar de rodillas. Sin poder creerlo aún.

Los ojos de Meredith resplandecieron, así como una gran sonrisa se posó en su rostro y corrió a abrazarme en seguida.

-¡Has venido a visitarme!- dijo mientras me estrechaba en sus pequeños brazos. Así que me levanté con ella en brazos.- ¡Promete que no me volverás a abandonar!- me abrazó aún más fuerte. En ese momento me arrepentí por haberme perdido sus primeros 5 años de vida.

-No me iré nunca, ahora estaré aquí para cuidarte y verte crecer, lo prometo Meredith.-

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Una semana después...

Estaba observando a través del espejo ese vestido de seda fina que me había comprado con Clara la vez pasada. Realmente era encantador y me quedaba muy bien, pues se ajustaba perfectamente a mi cuerpo. Realmente le agradecía a mis dos mamás, tanto la biológica como la adoptiva, el haberme organizado la fiesta justo como la quería. A pesar de que debió haber sido hace unos días, ellas contactaron a todos para hacerles saber que se atrasaría. ¡Simplemente esta fiesta era más de lo que podía pedir! Estaba con las personas que realmente apreciaba, los señores Carrington, los señores McGraw, mi hermana Rosie, que se había hecho muy amiga de mi hermana Meredith. Así como todos mis amigos.

Solo faltaba Hayley.

Era verdad que no siempre se podía tener un final feliz, pero este final no fue tan malo después de todo.

Ahora sí, ¡que comenzara mi fiesta de 18!



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