Brooke's POV

Era una linda mañana y habían muchas cosas por hacer. Sería una mañana muy ocupada y perfecta, si no fuera porque me sentía mal. Toda la tarde-noche, desde que regresé de ver el salón, me la había pasado con náuseas y vómito. Llegando al punto en que todo lo que comía lo sacaba.

-Cariño, creo que no queda otra opción más que internarla.- escuchaba que le decía mi mamá a mi papá afuera de la puerta de mi cuarto.

¿Internarme? No señor. Odio las agujas y eso implicaba tenerlas por todo mi cuerpo y además aparatos raros. No, no y no.

Luego de unos minutos la perilla de la puerta giró, mostrando así a mis padres que entraban con la cabeza baja y algo avergonzados.

-Hija, lamento mucho lo que te vamos a decir pero, es por tu propio bien.- yo ya sabía lo que me iban a decir, por lo que mis ojos se comenzaron a tornar cristalizos.- Te llevaremos a internar.- sentenció mi padre.

-No quiero.- fue todo lo que respondí y me di la vuelta para poder llorar tranquilamente. Tenía mucho miedo. ¿Y quién no? Jamás me había gustado el ambiente de los hospitales.

-Cariño, si no te internan podrías empeorar; ahora bien, si aceptas a más tardar en dos días ya estarás bien, y lista para tu fiesta.- me recordó mi madre.

Mierda, no podía enfermarme. ¡Quedaban cuatro días para mi fiesta y no pensaba perdermela por nada del mundo!

-Acepto.- dije con la voz casi inaudible.

Mis padres se dieron miradas de conforte y comenzaron a hacer mis maletas.

Como al parecer mis padres tenían contactos, tenían flojera de llevarme, y aparte no podía pasar 1 hora sin sacar vomitar; pidieron una ambulancia para transportarme, lo que me dio aún más pánico.

-Tranquila linda, todo estará bien.- dijo un paramédico mientras me aplicaba un sedante.

Lo olvidaba, de último momento me había retractado y en cuanto vi la ambulancia me alteré por lo que al parecer me tuvieron que inyectar un sedante para poder subirme a la camilla.

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Me desperté muy adormilada, cansada y sin encontrarle un sentido lógico a nada. Los efectos del sedante. Pero por lo visto ya iban pasando.

Me encontraba en una habitación mediana con las paredes de color blanco y suelo de azulejo. Habían también dos puertas. Me imagino que una era el baño y otra la del corredor. Al lado de mí había un gran tubo con una bolsita colgando de él, rápidamente supe que era suero y preferí cerrar los ojos para no ver las agujas y tubos que estaban por todo mi cuerpo.

Abrí los ojos inmediatamente al escuchar el sonido de la puerta abrirse.

-Hija, me alegra que hayas despertado. ¿Cómo te sientes?-

-Drogada, mamá.- le sonreí. Ella río.

-Me alegra que ya estés mejor.- se acercó para sentarse a un lado de la cama sin estorbarme y comenzó a hacerme caricias en la frente -Mi pequeña Brooke, ¿sabías que aquí naciste?

Eso no lo sabía. Nunca me interesó saber en qué hospital había nacido, pero por alguna razón en este momento me importaba.

-¿En serio?

Asintió.

-Ese día recuerdo que hubo un caos, la señora de la habitación de al lado había perdido a su bebé.

Me comenzó a doler levemente la cabeza.

-¿De qué falleció?- pregunté inquietada.

-Al parecer la pequeña venía con un pulmón sin desarrollar completamente, así que creo que murió por asfixia.- hubo silencio- Pobres padres, no me imagino el sufrimiento.

Escuchar eso me partía el corazón, pobre pequeña, pobres padres, pobre el que tuvo que dar la noticia.

-Iré a buscar al doctor para avisar que has despertado, cariño.- me avisó mamá y salió por la puerta.

Hayley's POV

-¡No puede ser verdad!- grité alterada sin creerlo aún.

-Te digo que sí, los señores Carrington han regresado. Es ahora o nunca Hayley, tienes que decirles la verdad.- me sugirió Hanna.

-Enfermera Johnson, se requiere de su servicio.- interrumpió en la habitación el doctor Marshall.

-Voy en unos minutos.- me levanté para comenzar a andar, pero antes me giré para dejarle claro algo a mi amiga -Antes muerta que decir la verdad sobre esa familia.

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Brooke's POV

-Bueno Brooke, te llevaremos a hacer unos análisis, aunque al parecer has mejorado. Ya llevas un largo tiempo sin presentar molestias.- afirmó el doctor.

-Muchas gracias doctor.- le respondió mi padre.

-Pero antes les presentaré a la enfermera Hayley, ella se hará cargo del cuidado de Brooke.- dijo amablemente el doctor.

De pronto una señora entró a la habitación. Me sorprendí mucho al ver que era la misma que estaba en mis sueños. Sí, se llamaba Hayley. Pero, ¿por qué se me hacía tan conocida?