Parte 7
- No te lo había dicho, este lugar es repugnante. -su fría sonrisa está llena de desprecio. Jimin puede sentir su odio desde lo más profundo de su ser.
Joder, lo estaba perdiendo. Con seguridad volvió a enredar sus brazos en la cintura del rubio. Obligó suavemente a que inclinara su cabeza colocándola sobre su pecho, tratando de calmarlo esta vez con el ritmo tranquilo de su corazón.
- El mundo es una mierda por que las personas mismas son una mierda... - susurraba tranquilamente.
- Todos deberían morir. Yo en especial.
- No. Nadie debe morir y menos tú, que la gente no te acepte es una cosa pero que tú no te aceptes es algo totalmente distinto. -subió una de sus manos para acariciarle la espalda hasta que sus músculos se relajaran- ¿Quieres que llame a uno de tus contactos para follar?
- ¡No quiero! -bramó molesto intentando alejarse del pelinegro.
- No te dejaré. -esconde su cabeza en la curvatura del cuello contrario, suspirando sobre la piel comienza a besar suavemente el pálido cuello- Yo sé que puedes contra eso Yoongi... Yo sé que eres fuerte, y no habló sobre las amenazas...
Su respiración desigual se comienza a calmar y sus músculos se destensan mientras escuchaba y sentía al contrario.
- No... -murmura sin moverse de su posición.
- Si. Te dije que te vigilaría y cuidaría... Si tengo que cuidarte de ti mismo, no dudare en hacerlo Yoongi. -la voz de Jimin salió tan cálida que podía derretir hasta un maldito iceberg.
Minutos después la mirada de Yoongi ya había vuelto casi a la normalidad al igual que su comportamiento. Se alejó lentamente de Jimin soltando por fin la reja que apresaba entre sus ensangrentadas manos.
- No me gusta que me toques. -relame la punta de sus labios.
«Mentiroso» Sonríe el pelinegro volviendo abrazar al rubio.
- Bueno pero déjame recargarme un poco, estoy algo cansado de subir tantas escaleras para llegar hasta aquí.
- Pudiste haber tomado el ascensor cómo la gente normal. -se quejó recargando su mentón en el hombro.
- Las escaleras era la forma más rápida de llegar aquí. -se encoge de hombros.
- ¿Y como supiste que estaría aquí? -bufó.
- Intuición. -sonríe- Vamos, tengo que curar tus manos y después tenemos que ir a tu antiguo departamento.
Bajando esta vez por el ascensor Yoongi le daba miradas rápidas a Jimin quien estaba un paso delante de él y luego volvía a mirar las puertas. «¿Por qué?»
- ¿¡Yoongi que le paso a tus manos!? -gritó el mánager acercándose rápidamente, tomó sus manos examinándolas pero el rubio las retira al instante con una mueca.
- Lo olvide. -se apena, Jimin lo mira sin entender- Eso no importa ahora, tienes que curar esas heridas.
Mientras el mayor del estudio se alteraba cada vez que veía una gota de sangre escurrir de la mano hasta el piso, Jimin aprovechó para sacar la caja de primeros auxilios que vio cuando buscaban el micrófono.
Yoongi ignoraba a su mánager olímpicamente mientras abría y cerraba las manos sin expresión, viendo como la sangre caía con cada mínimo movimiento.
El pelinegro se acercó tomando asiento al lado de Yoongi, acomodo la caja a su lado, tomó con delicadeza las manos del rubio examinándolas sin problemas alguno.
El mánager observaba pálido como Jimin limpiaba la sangre y curaba la mano concentrado, mientras Yoongi solo lo miraba fijamente sin hacer ó decir nada más que muecas. Y no era por la sangre, te lo aseguró, era por que Jimin lo estaba tocando que estaba pálido.
- Listo, ahora vamos. -se levanta guardando y dejando la caja donde estaba, ambos salen del edificio- Las llaves. -pide estirando su mano.
- No. -camina hacia la salida hasta su auto. Suspirando rápidamente bloquea la puerta del conductor.
- Yoongi. No puedes manejar con las manos lastimadas... -el rubio no tenía ninguna intención de entregársela- ¿Por favor?
- Solo yo manejo mi auto.
- Y lo seguirás haciendo, solo no hoy... Te duelen las manos y no lo niegues... Deja que conduzca, dije que te protegería y te voy a ayudar.
- ¿Qué gano yo?
- Que tus manos no duelan.
- No me gusta que otras personas toquen mis cosas, no me gusta recibir ni pedir ayuda de otras personas.
- No lo veas como ayuda, soy tu guardaespaldas... Trabajo para ti. -Yoongi entre cerro sus ojos no muy convencido- Puedes hacerme una sola pregunta, ya sea laboral o personal cuando quieras.
- ¿Y eso de que me sirve o por qué siquiera querría? -pregunta alzando una ceja.
- Uno nunca sabe. -se encoge de hombros.
- Solo porque eres mi sirvienta personal. -molesta lanzándole las llaves.
- ¿Y la pregunta? -preguntó ignorando el insulto.
- Yo sé cuando la usaré y como. En el GPS está la dirección registrada de mi antiguo departamento. -se acomoda en el asiento de copiloto.
- Como quieras. -murmura abrochando su cinturón de seguridad. Observa a Yoongi mirar por la ventana sin prestarle atención, aún no se ponía el cinturón. Rodando los ojos por el comportamiento infantil, se desabrocha el suyo y luego se inclina hacia el rubio tomando el cinturón, cruzándolo por su pecho y abrochandolo.
Yoongi pudo sentir el suave aroma del cabello negro otra vez, inhalandolo sin darse cuenta.
- ¿Qué pasó con Heechul? -carraspeó su garganta sin mirarlo.
- Ya lo arregle para que sea mi informante al igual que Hani.
- Entonces... Suran... -murmura con dolor.
- No es nada seguro Yoongi -lo tranquiliza- solo es una pista para saber dónde comenzar... ¿Es aquí? -pregunta deteniéndose frente a un gran edificio.
- Si. -se baja del auto.
Jimin gime frustrado, no puede bajarse solo con alguien acechándolo con intenciones de matar. «¡Está loco!». Rápidamente estaciona y se baja llegando al lado del rubio.
- Yoongi no bajes así, alguien puede herirte con tan solo un segundo que estés solo. -reclamó suavemente para no sacar a la bestia.
- No exageres. -bufa adentrándose con Jimin a su lado- Llaves.
- Deja entrar yo primero. -pide al ver la puerta abierta. Yoongi se hace a un lado haciendo un ademán con sus manos vendadas. Todo normal. Lugar igual de espacioso que la casa, muebles caros cubiertos por una capa de polvo y cámaras. «¿Cámaras?»- ¿Tú mandaste a instalar las cámaras? -murmura antes de que entre al departamento cubriéndolo de ella.
- No ¿para que lo haría? -frunce sus cejas.
- Bien. Tienes cámaras instaladas, a mí ya me vio así que no puedo hacer nada, pero a ti no.
- ¿Entonces?
- Espérame aquí, te dejare mi arma -se la pasa disimuladamente- esta lista, solo apretar el gatillo. Necesito saber donde tienes esa caja.
- Está en mi habitación, la primera puerta a la derecha, dentro del clóset. -responde admirando el arma.
- Quédate justo aquí, aquí la cámara no te graba y hasta aquí las únicas que vi son las que están dentro las cuales están estratégicamente colocadas.
Con una sonrisa entra como si fuera su propia casa, finge admirar el lugar y se adentra a la habitación que indicó el rubio. Observa algunas fotos y toma una que llama su atención mientras abre el clóset. Estaba una caja mediana, coloca la foto encima y luego la ropa que había dejado Yoongi la coloca encima de la caja cubriendola.
Yoongi lo esperaba recargado en la pared calmadamente, asintió con la cabeza y ambos salieron del departamento. Guardo la caja en los asientos traseros y volvió hacia adelante recibiendo las llaves y su arma.
- ¿Algo fuera de lo común? -pregunta Yoongi curioso pero sin demostrarlo.
- Además de las cámaras... Creo que sacaron objetos, podrían ser cuadros o adornos por el tamaño de la marca limpia entre tanto polvo.
- Esto es una mierda.
- Si te sirve de consuelo... Hiciste bien en mudarte, además la casa está más protegida que tu antiguo departamento y yo estoy a tu lado ahora.
- Ajá. -su móvil comienza a sonar- ¿Qué quieres Jin? -contestó cortante.
- Pues que no te he visto desde ese día en el hotel... Te extraño.
- Mamadas no Jin, no soporto esa mierda. Creí habértelo dejado claro.
- Esta bien... ¿Puedo ir a tu casa?
- ¿Para que? Si no es para follar entonces no.
- Quiero follar contigo... Daddy.
- Bien. -corta la llamada sin esperar respuesta.
Al llegar a casa Jimin se baja rápidamente sacando la caja de los asientos traseros y se adentra dejado a Yoongi, claro que no sin antes revisar si había algo extraño a su alrededor.
- ¿Adonde vas? -pregunta malhumorado Yoongi viendo como subía las escaleras.
- Voy a empezar ahora. -responde distraído subiendo las escaleras.
- Yo... -el timbre suena interrumpiendolo.
Jin entra intentando abrazar al rubio quien lo esquiva rápido. El castaño estira su labio inferior en un lindo puchero para todos los que vieran, menos Yoongi claro. Quien sólo pensaba que se veía ridículo.
- Revise antes de entrar y no se veía nada raro, me mantendré revisando las cámaras de seguridad que están afuera. -anunció Jimin antes de perderse en las escaleras, tenía que empezar ahora para así no estar al pendiente de los gemidos y jadeos que habría dentro de poco.
- ¿Quién era ese? -pregunta Jin intentando no hacer una escena de celos.
- No te interesa, ahora a lo que viniste o te largas.
El castaño sonríe coqueto y comienza a sacarse su ropa mientras retiraba las del rubio.
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