Parte 3
Tal y como pensó Jimin, a Hani la vigilaban pero no de cerca ya que le enviaron aquel mensaje ellos no sabían lo que pasaba dentro, solo si cuando salía tenía algo entre sus mano o no.
Aprovechando de que Yoongi estaba en su estudio decidió dar unas vueltas alrededor. Tenía una corazonada y la iba a seguir hasta el final.
Yoongi movía rítmicamente su pie contra el suelo, algo bueno que había pasado en la sesión de fotos era que no le había llegado esa caja que olía mal y que solo una vez la abrió arrepintiéndose al instante.
Escribía como una máquina, las letras solo brotaban de él como una cascada.
¡Dios! Cuánto extrañaba el silencio, su móvil vibraba pero no era el momento. El rubio seguía concentrado escribiendo.
La puerta se abrió y entró Zico, un novato con el que no se llevaba bien, este quería usar al rubio para subir más rápido en su carrera pero Yoongi no era tonto y no dejaba que nadie lo usase, él usaba a las personas.
- Vete. -cortante y frío, no lo miro pero sabía que ese chico no le haría caso tan fácilmente.
- Señor Yoongi, yo sé que usted también quiere. -se acercó a pesar del miedo que le causó el tono de voz de el rubio al hablarle.
- Vete mocoso, no estoy para tus juegos ni ahora ni nunca. -cuando sintió que el contrario lo seguía ignorando, lanzó su libreta y se levantó con toda la intención de sacarlo de ahí a la fuerza si era necesario.
- Amor traje tu café. -el rubio miro confundido a Jimin que dejaba dos café sobre la pequeña mesa y se acercaba a él.
Jimin ignoro cómo le miraban las dos personas en la sala y agarró del cuello a Yoongi besándolo salvajemente. Sorprendido el rubio le siguió el juego pero era él el que tomaría el mando, lo abrazo por la cintura posesivo y comenzó a dominar los gruesos labios del contrario.
El pelinegro se dejó dominar y lentamente se alejó dando media vuelta para mirar a Zico, Jimin lo conocía, lo había estudiado y era una de los posibles culpables.
- Mocoso lárgate de aquí, Yoongi está trabajando y tu solo eres una molestia. -aclaro comenzado a sacarlo de ahí- Y no te vuelvas acercar a él, él es mío y no temo llegar a los golpes. -golpea suavemente la mejilla del chico con una inocente sonrisita que llegaba a intimidar.
Zico asiente con la cabeza, temeroso y se va rápidamente.
«Un problema menos». Tomó uno de los dos café y se lo tendió a Yoongi quien se encontraba de brazos cruzados esperando una explicación.
- Lo ibas a golpear -recalcó rodando sus ojos.
- ¿Y qué?
- Si golpeas a unos de tus menores tienes una sanción y dentro de poco tendrás un concierto, no puedes tener una sanción y con lo que acabo de hacer te dejara de acosar por un tiempo.
- Igual me haré cargo de él. -toma un sorbo de café helado cerrando sus ojos ante el exquisito sabor bajando por su garganta.
Jimin recoge la libreta del rubio dejándola sobre el escritorio.
- Lo sé, y yo me encargaré de cubrirte. -el rubio alzó una ceja y la esquina de sus labios al escuchar aquello- ¿Que? Mi trabajo es seguirte y protegerte, además ese chico trato mal a varias personas en su camino hacia aquí, un poquitín que sufra no le haría mal a nadie.
- Tal vez esto de tener a un lame suelas no es mala idea.
- Guardaespaldas. -corrige- ¿No has recibido nada mientras no estaba?
Antes de que el rubio le pudiera contestar con una grosería, algo se deslizó bajo la puerta. Jimin lo recoge, frunce el ceño y lo arruga lanzándolo al tarro de basura.
La puerta se vuelve abrir y entra el mánager. El pelinegro inclina la cabeza y se sienta en el sofá acompañado de el mánager y el rubio frente a ellos en su silla.
- Confirmaron que tu concierto dentro de una semana, las entradas ya están en ventas y se han vendido más de la mitad.
- ¿Por que le diste una copia de las llaves de mi casa a un desconocido? -pregunta ignorando lo anterior.
- No lo ibas a dejar entrar y por lo que sé ya te salvó en tu casa, ahora ni allí estás seguro. Volviendo a lo anterior, no te metas en peleas ni te vayas de fiestas, la prensa te tiene aquí -señala sus ojos- están esperando que te vuelvas a mandar una cagada.
- Yo no me he mandado ninguna cagada. -responde malhumorado.
- Golpeaste a un periodista.
- Me insultó. -se defiende.
- Empujaste a un fan.
- Intento besarme y lo hubiera dejado de no ser que tenía esa cosa a la que soy alérgico.
- Puteaste a varias personas por tu cuenta.
- Ellos lo hicieron primero.
- Te follaste a alguien en el baño de una discoteca.
- No lo hubiera hecho si no me hubieses quitado mi móvil donde tenía mis contactos para follar.
- Esas son excusas tontas Yoongi. -suspira frustrado- Solo no salgas... Ni nada... Mantente tranquilo antes de salir al escenario.
Yoongi lo ignora volviendo a escribir en su libreta. El mánager apretó sus puños cansado y se aleja, Jimin lo sigue para hablar con él. Lo guía no muy lejos del estudio de Yoongi.
- ¿Hace cuánto recibe cartas de amenaza?
- Yoongi no recibe cartas de amenaza, de insultos si y varias pero de amenazas no.
Jimin saca la carta y se la muestra-. Esto tal parece que ya es algo personal contra Yoongi, ¿Seguro que no le había dicho nada?
- So-solo que empezó a recibir una caja de zapato con un olor nauseabundo por lo que la botaba, no me quiso decir que era su contenido. -recuerda con miedo.
El pelinegro medita las palabras.
- Bien, no le diga nada y si ven a esta chica -muestra una foto de Hani- déjenla pasar, hagan como si no la vieran. -asintiendo con la cabeza, Jimin le envía la foto a de Hani- Solo debe decirle sobre ella a personas de absoluta confianza, solo lo necesario para que entre.
- ¿Él estará bien?
- No se preocupe, yo lo cuidare con mi vida.
Volviendo al estudio Jimin ve como Yoongi discute con una chica, haciendo memoria la reconoce. Ella es Suran, era su novia antes de que empezara esto de acostarse con todos, el rubio terminó con ella cuando se enteró de que lo engañó con otro famoso o eso se dice. La chica era bonita, alta, de pelo largo y con curvas suaves.
Jimin se acercó unos pasos recargándose en la pared para darles su espacio. Podía ver como la chica forcejeaba intentando al parecer besarle y como Yoongi la detenía y le decía miles de insultos, no sabía que una persona podía decir tantos en tan poco tiempo.
Jimin no se hubiera acercado sino fuera por aquellos ojos que le mostró el rubio, aquellos que siempre se muestran fríos y con odio ahora se veían débiles y con dolor. Por primera vez vio esa mirada en Yoongi y no le gustó para nada. Prefería al rubio frío que odia a todo el mundo a este que se veía tan vulnerable.
- ¿Que haces tocando a mi hombre? -pregunta Jimin alejándola sin delicadeza del rubio y abrazándolo por los hombros. Obliga a Yoongi que esconda su cabeza en la curvatura de su cuello sin querer verlo con esa mirada.
- ¿Tu hombre? Este es mi hombre puto. -reclama volviendo acercarse. Cuando toma la mano de Yoongi este la aleja de un manotazo y se esconde aún más en el cuello de Jimin, inspirando el varonil aroma.
El rubio le da la espalda a la chica abrazando por la cintura a Jimin, no quería que lo vieran así de débil. No quería sentirse así de débil.
- ¿Perdón? Yo soy una persona fiel que no se deja llevar por el dinero como otras personas. Ahora si me disculpas tenemos cosas más importantes que hacer que perder el tiempo con basura. -le guiña un ojo y entra al estudio aún con Yoongi aferrado a él, le cierra la puerta en la cara.
- No digas nada. -ordena con una voz oscura antes de que el pelinegro abriera la boca.
Yoongi no quería sentirse así, odiaba sentirse así. En este momento se estaba odiando así mismo por ser tan débil, por ser tan idiota y ponerse así cada vez que la veía. Era tan estúpido, tan idiota. Tenía que desquitarse con alguien, tiene que hacer algo. Pero no se podía alejar de aquel calor tan abrasador que lo envolvió. Daba miedo y él no podía tener miedo.
Cuando el rubio intenta alejarse Jimin lo abraza más fuerte impidiéndoselo, lo dirige hasta el sofá y lo obliga a sentarse, sin saber que hacer se sienta en su regazo y esconde su cabeza en el pálido cuello. Atrevido de su parte, si... Pero ya que.
- Sé que no me quieres abrazar ni tener cerca pero... Recibí una mala noticia y necesito abrazar a alguien, lastima que tu eres la única persona cerca en este momento así que te aguantas. -se excusa antes de que el rubio abriera la boca.
Yoongi sonrió en su escondite, sabía que era mentira, sabía que era solo una excusa pero aun así no se alejó.
- ¿Crees que soy un oso de peluche? ¿O que? -pregunto en cambio forzando su voz para que no saliera débil.
- Bueno, oso no por que ellos son más rellenos y tu no, además ellos son tiernos como Kumamon, me encanta ese oso.
- Quien diría que tenemos cosas en común... -murmuró abrazándolo más fuerte.
- ¿Decías? -pregunta distraído.
- Que no me abraces más fuerte. -reclamó atrayéndolo más contra él.
Jimin sonríe y acaricia los sedosos cabellos rubios del contrario. «Excusas».
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