cuatro
Quien diría que Felix sería tan obsceno en la cama. Hyunjin no podía creerlo. Era excitante obviamente, pero nunca aprendió tanto vocabulario nuevo como en ese momento.
Felix se encontraba prácticamente gritando no-sé-que sobre su pene, apunto de correrse. Demonios. Eso era bastante sexy. Demasiado sexy. Felix era muy sexy.
—Vamos, dime que quieres.—susurró Hyunjin al oído del australiano, aumentando la velocidad de sus embestidas.
Se corrió dentro del cóndon. Seguido de ello el pecoso se corrió gritando el nombre de su acompañante. Ambos estaban cansados, sus cuerpos pesaban y estaban pegajosos. Hyunjin cayó cansado al lado de Felix, ambos acurrucándose por inercia.
—Espera un momento, ¿acabaste de hablar?— preguntó Felix cuando se dio cuenta de lo que acababa de pasar.
—¿Si?— murmuró Hyunjin con la cabeza pegada al cuello el pecoso.
—¿Que mierda? Pensé que eras sordo...— dijo Felix confundido.
—No soy sordo, ¿que te hizo pensar que lo soy?— pregunto Hyunjin, sacado de onda por la extraña pregunta de Felix.
—Bueno, mientras "hablábamos" en la fiesta me hiciste señas y nunca me respondías, así q asumí que eras sordo. Mala mía. Perdón.— hablo Felix dándose cuenta de su error al asumir algo que no era.
—No hay problema Lix.
Ambos hablaron un rato más, para luego levantarse de donde estaban y vestirse rápidamente. Tenían planes muy interesantes, los cuales llevarían a cabo en el departamento de Hyunjin. Pobres de los vecinos, no podrían dormir del ruido. Bueno, al menos alguien disfrutaría aquella noche.
FIN.
bueno, medio corto, demasiado corto. colgué con esta historia pero me da pánico q no esté terminada jaja, así q les traje este pedacito de mierda q escribí.
bueno, eso, vuelvo a irme a la mierda, bai<3
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