3. they see right through me
3. they see right through me
MARNIE estaba bien. Y se lo repitió constantemente al observar su reflejo en el espejo; Tenía ojeras por la falta de sueño que tuvo, se veía más pálida de lo normal y las nauseas la mantuvieron despierta casi toda la noche además de que estuvo bajo la ducha por horas tratando de quitarse un poco la suciedad que sentía encima de ella.
Eddie no lo estaba tomando nada bien, toda la noche se mantuvo a su lado por lo que él tenía un aspecto igual de mal que su hermana menor. Se culpaba por haberla dejado sola por horas, se culpaba de no haber salido antes de su trabajo por terminar un reportaje y sobre todo, se culpaba de no ser él en protegerla como tanto había intentado por años. Él se culpaba.
Marnie no habló directamente con su hermano, solo murmuró monosílabas y constantemente decía: 'Estoy bien'. Pero era mentira, y los dos lo sabían.
Sin embargo, ella no se detuvo de repetirlo.
Ella no era débil, no se iba a permitir sentirse de la misma manera por lo sucedido la noche anterior, era como no tener control de su cuerpo, un sentimiento vulnerable y no quería eso. Se lo dejó claro a su hermano cuando trató de persuadirla para no ir a la escuela ese día.
—Pienso que deberías tomar este día, puedo llamar al trabajo y quedarme contigo todo el día. No estarías sola. —Eddie le repitió cuando detuvo su moto frente a Midtown. Él la observó bajarse y quitarse el casco, acomodando su cabello. Sabía que trataba de lucir bien frente a él para no preocuparlo más, pero seguía siendo su responsabilidad y no quería que sufriera sola—. Podemos hacer hamburguesas juntos, sé que te gustan. —ofreció bajándose de la motocicleta aún sosteniendo su bolso en su mano—. No hemos tenido un día juntos en algunos meses, creo que es lo mínimo que te debo. ¿Qué piensas, Mare? ¿Te quedas conmigo?
Marnie sacudió su cabeza y puso su mano en el hombro de su hermano entendiendo el esfuerzo que hace por ella.
—No te preocupes, Ed. Puedo. Soy tú hermana, ¿no lo recuerdas? Los Brock somos fuertes. —trató de sonreírle pero lo único que logró fue un pequeño esbozo. Suspiró—. Y tengo a Gwen.
Aunque realmente su mejor amiga no sabía nada de lo sucedido, Marnie se lo había prohibido a Eddie contarle. Y él lo había respetado, sin embargo, Gwen si estaría a su lado, como siempre. No iba a estar sola aunque ella no supiera la razón.
—Lo sé Mare, pero, ¿estás segur...?
—Vuelves a preguntarme eso una vez más, llegando a la casa destruiré toda tu colección de discos de metálica. Lo juro, Ed.
El mayor sacudió su cabeza con una sonrisa apretada conociendo la terquedad de su hermanita y se acercó rodeándola con sus brazos. Si no podía hacerla cambiar de opinión, al menos la apoyaría. Marnie se tensó al principio pero recordó que él era su hermano, él nunca le haría daño, era su misma sangre. Le permitió abrazarla y descansar sus labios sobre su frente unos instantes.
—Está bien. —accedió Eddie sin despegarse aún de ella—. Hoy me quedaré en casa de todas maneras hablaré con Jameson. Estaré solo a un mensaje de venir corriendo por ti, ¿entendido? Si no obtengo respuesta de ti cada que te mande mensajes, también vendré inmediatamente. Y cuando salgas aquí estaré. —la tomó de los hombros separándose un poco para verla a los ojos demostrando que no estaba jugando y hablaba muy en serio. Él apretó la mandíbula levemente—. Quizá no sea tan rápido como el Hombre Araña pero no moveré mi vista de ti de nuevo, ¿entendido?
Marnie suspiró antes de asentir sabiendo que no iba a hacerlo cambiar de opinión y tranquilizarlo. En parte, eso la hizo sentir más segura y lo agradeció dentro de ella, sintiendo extraño el expresarlo en voz alta. Pero él lo entendía.
—Te veo al salir. —se despidió con un ligero movimiento de su mano.
—Aquí estaré. —prometió viéndola entrar al Instituto hasta que la perdió de vista—. Aquí estaré.
MARNIE le gustaba la ciencia, pero la ciencia no le gustaba ella. Al menos, en la teoría era una de las mejores en la clase, pero cuando se trataba de la práctica, Marnie debía mantener sus manos alejadas de los químicos o eventualmente, ella terminaría provocando un desastre.
Sin embargo, ella siempre trataba de ayudar a su compañero de laboratorio aún cuando él le rogaba que no hiciera nada.
—Oh, por el amor sagrado que le tengas a tu Dios, no toques nada, Brock.
Ella rodó los ojos.
—No me quedaré sin hacer nada, Morales. —suspiró provocando que un mechón de su cabello se moviera por el aire—. ¡Y lo único que hago es pasarte las cosas ni siquiera estoy tocando nada!
Miles sonrió divertido encogiéndose de hombros mientras continuaba mezclando los frascos y vertiéndolos en el contenedor.
—La verdad siempre me pone de nervios cada que estás conmigo en un laboratorio. Tocando los químicos.
—Pero nunca le dices nada a Gwen. He notado cierta preferencia sobre tu propia compañera de laboratorio, Morales. —se mofó cruzándose de brazos, su vista posada en la rubia que estaba detrás de ellos compartiendo asiento con Peter Parker. Los dos miraban nada discretamente la pequeña discusión que tenían sus compañeros delante suyo—. ¡Sólo te quejas de mí!
—Eso es porque ella no es la que explota los proyectos y mucho menos, es agresiva conmigo. Gwen es más amable.
—Entiendo la parte de agresiva pero eso es porque tú me sacas de mi paz interior cada vez que me dejas fuera de los proyectos. —se defendió—. Además, solo fueron dos veces y realmente no fueron mi culpa, el profesor dijo que había sido un accidente.
—De hecho fueron tres. —se entrometió Gwen tratando de no reír al ver las mejillas rojas de su mejor amiga—. ¿No recuerdas el de la semana pasada que culpaste a Miles por dejarte sola unos segundos con el proyecto mientras él solo tiraba los guantes?
—¡Pero no lo toqué! —Marnie rodó los ojos nuevamente y le dió un pequeño empujón al chico a su lado cuando éste empezó a reírse—. En mi defensa, solo explotó de la nada.
—No sabía que fueras tan mentirosa, Brock. —la molestó Miles mientras alzaba sus manos tratando de lucir inocente cuando ella trató de golpearlo—. Tranquila, fiera.
—Fueron cuatro. —interrumpió la voz de Peter sin poder evitarlo, un pequeño rubor en sus mejillas mientras trataba de evitar la mirada de Marnie sobre él. El buen humor de la chica desapareció, y Gwen notó como los hombros de su amiga se tensaron—. En primer año también hiciste que explotara el proyecto final de Gwen.
—¡¿Habías sido tú todo este tiempo?! —jadeó la rubia girándose para mirar a la azabache que solo abrió y cerró la boca sorprendida de que Peter supiera de ese hecho. En ese entonces ni siquiera se hablaban como ahora, y nadie se había dado cuenta por lo que ella prefirió no decir nada a enfrentarse al coraje de Gwen Stacy cuando estaba estresada—. Trabajé por semanas en ese proyecto. ¡Y todavía te atreviste a consolarme! —No estaba enojada, pero sí claramente ofendida por no haberle mencionado nada antes y probablemente, nunca lo hubiera admitido de no haber sido por Peter.
Un sonrojo avergonzado cubrió el rostro de Marnie y miró al chico alto que la miraba con una disculpa grabada en su rostro pero una pequeña sonrisa tiraba de sus labios por lo que no creyó para nada en su mirada de venado inocente.
—Wow Brock, entonces si eres alguien de cuidado. Aún no entiendo como no te han prohibido la entrada al laboratorio. —dijo Miles entre risas inclinándose sobre la mesa.
—Supongo que no puedo pasar desapercibida como pensaba. —musitó en dirección a Peter que ya la miraba divertido y Marnie se dirigió a la rubia que tenía los brazos cruzados en ese momento—. Gwen es momento de superar lo de tú proyecto, hiciste incluso uno mucho mejor que el primero y sacaste la mejor nota de la clase. Yo lo exploté es verdad. —añadió rápidamente cuando trató de replicarle—. Y lo lamento mucho... pero tú hiciste algo aún más terrible que yo.
—¿De verdad? ¿Qué daño te pude haber causado yo, Marnie? —Gwen enarcó la ceja desafiante, esperando a que lo que tuviera que decir fuera relativamente peor de lo que hizo ella.
—Yo exploté tu proyecto final pero tú te metiste con mi hermano. Yo creo que estamos lo suficientemente a mano para no reprocharle nada a la otra. —Marnie arrugó la nariz con desagrado al mencionar a su hermano saliendo con la rubia mientras el rostro de Stacy se ponía colorado. Las risas de Miles no se hicieron esperar e incluso las de Peter que fueron un poco más bajas.
Gwen asintió sin decir más estando de acuerdo con las palabras de su amiga. Y Marnie casi sonrió esa mañana.
Incluso se había olvidado un momento que no se hablaba con Peter. Casi.
PETER conocía muy bien a Marnie, él sabía que ella iba a lucir como si nada hubiera pasado al día siguiente. Había mirado su rostro detalladamente desde que entraron al laboratorio notando que cubrió con maquillaje las ojeras a causa de la escasez de sueño, ese día llevaba puesto una blusa de cuello de tortuga tratando de que nadie notara las marcas debajo de su cuello, pero él sabía que ahí estaban.
Podía ver que sus interacciones con Miles Morales y Gwen Stacy eran mucho más notorias que en el resto de los demás días, parecía más abierta a las pláticas y los comentarios burlescos. Ella no era así pero se esforzaba por distraerse.
Y Peter se mantuvo cerca todo el día sin que ella lo notara, temiendo que en algún punto ella se abrumara por todos las emociones que encerraba dentro suyo.
El carácter frío que cubría el rostro de Marnie solo era una máscara para protegerse de sus propios sentimientos. Él casi desearía no conocerla en la manera en que lo hacía, pero era difícil, aún cuando dejaron de ser amigos él aún continuaba buscándola entre la multitud para asegurarse que ella estuviera cerca.
Continuamente se mentía diciéndose a sí mismo que sólo la seguía durante sus vigilancias nocturnas para protegerla y que nada malo le sucediera por el afecto que le guardaba desde niños. A pesar de lo sucedió entre ellos, siempre sería su mejor amiga después de todo.
Pero seguía siendo mentira.
Para Peter, Marnie era lo único que le daba un sentido a su vida además de ser el Hombre Araña.
Y siempre había sido así, desde el momento en que él se mudó a vivir con sus tíos y la había visto sentada en la entrada de su casa muy probablemente esperando a que su hermano llegara de la escuela para jugar con él.
Era una niña solitaria, al igual que él, se había visto reflejado así mismo en sus ojos grises. Esa niña le había robado el aliento y su corazón.
A los quince años, cuando aquella araña lo mordió y le entregó esos poderes lo primero que quiso hacer era contarle a su mejor amiga pero tampoco se sentía muy seguro al hacerlo. Debía protegerla de alguna manera y si la involucraba iba a ser peligroso.
Y ayer solo confirmó el peligro que ella corría con el simple hecho de estar sola. Si no fuera por sus continuas vigilancias y pensamientos sobre ella, probablemente Marnie hubiera tenido otro final. No quería eso.
—¿Por qué sigues aquí, Parker? —preguntó Marnie con los brazos recargados sobre la mesa mirándolo fijamente—. Entiendo que estuvieras en el laboratorio porque eres compañero de Gwen pero ahora, en la cafetería, ¿qué haces sentado aquí?
Peter se encogió de hombros y se inclinó más sobre la mesa ya que estaban de frente, sus rostros estaban cerca pero no lo suficiente para incomodarla pero sí lo necesario para verse así misma reflejada en sus lentes.
—¿Te molesta que esté aquí?
—Sí.
—No.
Respondieron al mismo tiempo Marnie y Gwen, se miraron entre ellas en una batalla interna por ver quién iba a ceder y esa no sería la de ojos grises.
—¡Claro que no, Pete! —dijo un feliz Miles ajeno a la tensión en el ambiente. El estaba sentado a su lado, le palmeó la espalda al más alto y le sonrió—. Eres bienvenido aquí siempre.
Marnie gruñó.
—Ya, en serio, ¿y a ti quién te invitó también a sentarte con nosotras, Morales?
En lugar de ofenderse, la sonrisa del moreno creció y miró a la chica recargando su barbilla en su mano.
—Sé que es tu manera de decir que estás feliz de que los dos estemos aquí. Lo aprecio de verdad, Brock. —Miles llevó una mano a su pecho justo donde estaba su corazón—. No sé porque siguen diciendo que eres fría, yo cuando te veo puedo ver a una chica realmente amorosa.
Marnie rodó los ojos y soltó un bufido.
No le molestaba tener en su mesa a Miles de la misma manera en que le molestaba tener a Peter frente suyo que no parecía despegar su mirada sobre ella. Sin embargo, a Marnie no le gustaban las sorpresas, y si un día de su vida perdía el ritmo de lo tradicional, le incomodaba. Encontraba comfort en mantener su rutina y en el orden.
—A Marnie y a mí nos gusta recibirlos en nuestra mesa. Siempre somos las dos. —dijo Gwen con una sonrisa cálida—. Marnie le agrada que seamos cuatro ahora.
—¿De verdad, Marnie? —preguntó Peter mirándola a los ojos buscando tener un poco de conversación con ella y que sus ojos lo miraran de nuevo—. ¿No te incomoda? ¿Preferirías que me vaya?
Iba a decir un 'Sí' inmediato pero el golpe de Gwen sobre su pierna la hizo callar y sacudir la cabeza mientras apretaba sus labios soportando el dolor donde fue golpeada. Peter frunció el ceño viéndola hacer gestos extraños.
—Se pueden quedar. —murmuró apretando los dientes como si fueran unas palabras muy difíciles de digerir para ella—. Los dos. —añadió tratando de no dirigirse únicamente a su ex mejor amigo.
—Ese el primer paso del odio al amor. La aceptación. ¿No crees, Gwen?
—Totalmente, Miles.
—¡Morales!
Marnie lo apuntó con su tenedor y él volvió a alzar sus manos con inocencia.
—¿Qué? Yo solo quería hacer conversación.
MARNIE sabía que su hermano no mentía cuando decía que iba a estar esperándola fuera para llevarla a casa. Ya que al salir, lo vió recargado sobre su motocicleta usando unos lentes oscuros y su chaqueta de cuero negra, podía escuchar los suspiros de las estudiantes al salir de clases.
Ella rodó los ojos mientras caminaba hasta él.
—¿Qué? —preguntó Eddie al ver a su hermana con los brazos cruzados y una irritante expresión en el rostro.
—Todos te están viendo. —arrugó la nariz con desagrado.
Eddie sonrió mostrando todos sus dientes y puso su brazo alrededor de los hombros de su hermana.
—Claro que me miran. Es imposible no hacerlo...
Iba a agregar algo más pero sus palabras quedaron estancadas en su garganta al ver a cierta rubia dirigirse hasta ellos con libros en sus brazos y una encantadora sonrisa que hacía que sus ojos azules brillaran aún más. Marnie casi pudo escuchar a su hermano suspirar enamorado a su lado.
—Hola. —Gwen lo saludó sin dejar de sonreír.
Él pareció estar en su propia nube y parpadeó luego de que Marnie le diera un ligero codazo en las costillas para que respondiera.
—Sí, sí. Hola, Gwen.
Todo lo que gritaba cool en su hermano desaparecía cuando su mejor amiga lo miraba. Aunque para Marnie fuera raro al principio que los dos tuvieran atracción por el otro, ahora le daba orgullo ver a los dos enamorados aunque no dieran el siguiente paso realmente.
—¿Vendrás con nosotros? —interrumpió Marnie para apresurar las cosas y no tardaran más tiempo los dos mirando al otro con ojos soñadores—. Eddie me prometió hamburguesas.
La rubia miró a su mejor amiga y sacudió levemente su cabeza.
—Hoy no podré, tengo que ir a Oscorp. —se disculpó.
Eddie frunció el ceño. —Pero tú solo vas los fines de semana.
—El doctor Connors me pidió apoyo para que de una visita guiada. —le explicó a los hermanos Brock.
—¿Irás sola? —preguntó Eddie rápidamente—. Queda un poco retirado...
Marnie casi pudo sentir la ansiedad de su hermano desde lo de la noche anterior el estaba tomando más en serio la seguridad y más cuando se trataba de las dos chicas relevantes en su vida.
La rubia estaba hablando de tomar el metro sola pero eso no pareció tranquilizar menos a su hermano. Estaba en una clara batalla entre su deber de llevar a salvo a Marnie a su casa o acompañar a Gwen para que tampoco fuera sola. Y Marnie lo notó.
—Sería una excelente idea que Eddie te llevara a Oscorp, hoy está libre, así que puede.
Él no pareció satisfecho con eso porque se giró a ver a su hermana con preocupación.
—Pero que hay de ti, Marnie. No puedes ir sola. Te prometí que...
—Lo sé Ed, pero son pocas cuadras hasta la casa y me sentiría más aliviada si se que acompañas a Gwen.
—Marnie.
—Eddie.
Si las miradas fulminaran cualquiera de los dos hermanos hubieran muerto hace un tiempo, los dos estaban en una batalla de ver quién podía contra quien porque ambos tenían muy buenos argumentos.
—Tengo una solución. —Gwen dijo en seguida cuando vió al chico salir con su patineta en el brazo dirigiéndose hasta donde ellos estaban. Ella lo detuvo sosteniéndolo de los hombros sorprendiendo a Peter por el repentino contacto. Lo jaló hasta donde se encontraban los dos hermanos aún mirándose, rompieron el contacto y voltearon a ver al chico alto que ahora estaba frente a ellos—. Peter puede acompañar a Marnie a su casa. Los dos son vecinos después de todo y ambos se harán buena compañía. —le dió pequeñas palmadas en el hombro a Peter sacándolo de su trance—. ¿Verdad que sí, Peter?
—Sí, claro. No hay problema.
Él asintió mirando a Marnie que lo miraba con los ojos abiertos como si estuviera debatiéndose entre gritar que no quería ser acompañada a ningún sitio con él o ser un estorbo para los dos enamorados.
—No lo sé... —Eddie sabía de la historia detrás de ambos jóvenes, su hermana le había contado todo entre lágrimas y no quería presionar a Marnie a que hiciera algo que no quisiera. La volteó a ver fijamente con un tinte de preocupación en su voz—. ¿Estarías bien con eso, Mare?
No le parecía bien aceptar pero al ver los ojos preocupados de Eddie, no pudo decirle lo contrario. Quería evitarle cualquier preocupación y prefería verlo feliz a lado de Gwen que cuidarla a ella.
Marnie asintió y colocó una mano en su brazo siendo un sorprendente gesto cálido de su parte.
—Sí, estaré bien, Ed. Te veo en la casa al rato, ¿no?
—No tardaré mucho, lo prometo. —besó su frente antes de dirigirse al chico alto y mirarlo como si le pidiera que la cuidara. Peter lo entendió bien—. Gracias por acompañarla, Peter. —le sonrió amablemente.
—No hay nada que agradecer. —respondió sin dudarlo, como si para él fuera un regalo el tener que pasar más tiempo junto a Marnie.
Después de que Eddie y Gwen se subieran a la motocicleta, se despidieron de ambos jóvenes. Marnie sabía que la sonrisa de la rubia no era tanto porque iba a estar con Eddie un tiempo a solas, era algo más como un 'Suerte con Peter Parker'. Y ella se lo iba a recriminar más noche cuando le marcara por teléfono.
El chico más alto miró a la chica de ojos grises antes de intentar decirle si estaba lista ella comenzó a caminar sin esperarlo. Él corrió para estar a su lado mientras caminaban juntos en dirección a sus hogares.
Su mente únicamente estaba trabajando en busca de ideas para iniciar una conversación con ella en lo que les quedaba de trayecto. Él aún no podía procesar el simple hecho de que era la primera vez en casi dos años que habían compartido más de una frase y rápidas miradas. Su corazón latía con fuerza sabiendo que estaban tan cerca y tan lejos al mismo tiempo, sus brazos casi se tocaban mientras caminaban tratando de que alguna persona que iba en dirección contraria no los chocara.
Bueno, era Peter quien se encargaba que no chocaran contra Marnie, ella iba muy callada a su lado para darse cuenta de ese detalle.
Él iba caminando junto a la banqueta y dándole miradas intercaladas a Marnie, sin poder evitar admirar su belleza. Para él, Marnie era una belleza etérea y mucho más allá de la gracia con la que había nacido, lo mejor de todo era cuando era ella misma. Justo como en el laboratorio y en la cafetería que soltaba pequeñas risitas que trataba de ocultar, como sus mejillas se teñían de rosa cuando se enojaba de algún comentario que Peter hacía, pero al menos, él le provocaba alguna reacción. Aunque no fuera la que esperaba, era un avance para él.
Marnie era la razón de su existencia y el hecho de que aún no tuviera alguna reacción negativa sobre lo de ayer, le preocupó.
Le preocupaba que se guardara tantas cosas, no quería que sufriera por supuesto pero a veces era necesario para seguir avanzando y ella, bueno, ella parecía estancada tratando de ignorar evadiendo la realidad.
—No te hagas ilusiones, Parker. —soltó Marnie de pronto, sacándolos del silencio que extrañamente no era incómodo—. Sobre nosotros, me refiero.
Peter trató de ocultar su sonrisa pero fue imposible. Le salía natural cada que ella estaba a su alrededor.
—¿Acaso me estás diciendo que hay un 'nosotros' y yo no estaba enterado?
Marnie se giró a verlo amenazante con sus ojos entrecerrados y él se rió.
—Acepté a que me acompañaras sólo para tranquilizar a mi paranoico hermano. Y lo de la cafetería lo permití porque sé que a Gwen le hacía ilusión que más personas se agregaran a nuestro pequeño grupo social.
—¿Entonces si hay un 'nosotros'? —volvió a presionar disfrutando de molestarla y verla arrugar su nariz con desagrado u la manera en que sus ojos parecían volverse tormenta por su causa.
—Juro que te golpearé, Parker.
—Por favor ruego que lo hagas, Marnie.
—¿Por qué presiento que disfrutas este masoquismo?
—Porque al menos así sé que es lo que piensas y te tengo cerca. —reveló con honestidad deteniendo sus pasos haciendo que ella misma lo hiciera. Se giró a verlo con el ceño fruncido y él mantuvo su mirada de venado sobre la suya—. ¿Te das cuenta que es la primera vez que nos hablamos en dos años? Y no me refiero al día que llevaste las galletas, hablo de hablar más de dos oraciones. Hablar, de verdad.
Marnie no quería sentir su corazón golpear de la manera en que lo hizo, y no, no era por amor. Era por dolor. Y su mirada lo demostró.
—¿Y eso culpa de quién fue? —señaló Marnie con molestia en su voz. No le gustaba tener que demostrar el dolor que sentía pero no podía evitarlo en ese momento, se arrepentiría después—. Tienes que recordar que no fui yo quien nos hizo esto, Parker.
—Y estoy dispuesto a enmendar todo el daño que causé en el pasado con mis acciones si me lo permites.
—Es muy tarde para eso. Yo cambié, y tú también. No somos los mismos chicos que fuimos hace dos años. Cambiamos. Debes avanzar.
—No sin ti. —Peter suspiró y pasó una mano por su cabello exhausto de la situación—. Hoy casi sentí que las cosas volvían a ser como antes. No todo tiene porque estar perdido, Marnie. Yo sé que una parte de ti también me extraña con la misma fuerza en que yo lo hago.
«No llores. Sé fuerte. No llores.»
Marnie se acercó hasta él y alzó su mirada para verlo a los ojos, casi podía sentir su respiración sobre su rostro. Había esperanza en su mirada, pero en la de ella solo había un vacío profundo de dolor.
—Yo no siento nada por ti, Parker. Nada. Tú extrañas a mi versión que rogaba porque te quedaras, mi nueva versión no te necesita y no necesita a alguien que eventualmente la abandonara cuando las cosas se compliquen.
Peter mentiría si dijera que no le había dolido la frialdad con la que se dirigió a él o la manera en que sus ojos tormenta no relampagueaban con desprecio cuando lo miraba.
—No me importa que tanto odio y desprecio sientas ahora por mí. —murmuró conteniéndose de tomar su rostro entre sus manos—. No me importa porque yo, Marnie, yo no me voy a detener hasta recuperar lo que teníamos. Te conozco. Sé que aún estás ahí debajo de toda esa máscara de frialdad que te pones, sigue allí mi Marnie.
Con un dolor en el pecho, Marnie tuvo que romper la conexión y sacudir su cabeza para alejar cualquier pensamiento que intentara contradecirla. Ella era más fuerte y hubiera deseado que él la necesitara antes.
—Hubiera deseado que me necesitaras antes, pero me alejabas cuando las cosas se volvieron complicadas, y ahora vuelves cuando tú me necesitas. —Marnie casi se rió de su hipocresía y lo miró con rencor—. Eso te vuelve un egoísta, Parker.
—Tienes la mente más brillante que jamás he conocido antes, Marnie. —respiró profundo su pecho subió y bajó con fuerza antes de mirarla con toda la intensidad que sus emociones le permitían antes de liberar lo que retenía—. Entonces, ya deberías de saber que eventualmente siempre terminaré regresando a ti como una un adicto en busca de su droga. Y tú... Tú eres mi mayor adicción, Marnie.
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