「PRIMERA PARTE」࿐ °

강한 매력
𝕌𝕟𝕒 𝕒𝕥𝕣𝕒𝕔𝕔𝕚ó𝕟 𝕗𝕦𝕖𝕣𝕥𝕖

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Jung Hoseok es uno de los hombres de negocios más cotizados en Corea del Sur. Es uno de los herederos de la tercera generación en la compañía que fundó su familia, hay detrás una inmensidad de fortuna que llevan por años manejando varias empresas dentro del país y por supuesto siendo activista. Sin duda alguna, Jung Hoseok es uno de los encargados de manejar los negocios familiares, cargando una gran responsabilidad y reputación pulcra.

Al ser un alfa apuesto y decidido, ha estado en la mira de varios omegas varones y mujeres, que de alguna manera querían acceder a él a como dé lugar, aunque sea ser su amante de noche o su pareja; de algún modo, esto último parece ser un tanto descabellado, sería mucho pedir a alguien como él. Se escuchaban los rumores de que Hoseok era un hombre de temer, bastante exigente en la cama, es ese tipo de amantes pasionales para deleitarse entre las sabanas, al ser un alfa dominante verdaderamente daba mucho de qué hablar entre la boca de todos.

Alguien para nada satisfecho.

Definitivamente, era el partido completo tener de pareja a Hoseok. Todos caerían bajo esa tentación.

No obstante, para Hoseok no funciona ese tipo de cosas, el romanticismo, las relaciones estables y toda esa mierda llamada cliché no es de su incumbencia.

Él no estaba interesado en tener una pareja o entrar en un compromiso formal, no se sentía preparado, ni mucho menos le llamaba la atención.

O, más o menos así, quería pintar disimuladamente aquella apariencia.

Sus esbeltas piernas se aferraban a su cadera manteniéndose agarrado; deseaba sentir más esa penetración profunda dentro suyo; había llegado al tal grado que sus extremidades temblaban. Era un mar de gemidos alborotados al presenciar la rapidez y rudeza del hombre que profanaba su entrada sin piedad alguna; le gusta así. Sabía muy bien que le encantaba el sexo sucio y rudo, así que por alguna razón entendió por su parte. Cada embestida lo hacía estremecerse totalmente, puesto que daba al punto exacto. Amaba los movimientos ardientes del alfa, sus manos se pasearon por su trasero amasando, después por su cintura, luego delineando la gran extensión de su cuerpo, finalmente con la mano sostuvo su mentón, lo cual sujetaba toscamente sin delicadeza alguna.

—Co-orrete de-entro de mí —dijo Jungkook casi suplicando mientras su pecho subía y bajaba.

— ¿Por qué deseas que me corra dentro de ti? —cuestiono el alfa un tanto confundido— no me digas qué hacer, estamos teniendo la mejor parte del sexo.

Jungkook quiso hablar, pero el alfa estampó sus labios contra los suyos a la vez que no dejaba de moverse ferozmente, con ello se perdió en el limbo y se dejó vencer frágilmente.

Pocos segundos se distanció dejando a Jungkook confundido.

— ¿Qué te parece si anudo adentro? —la voz ronca de Hoseok salió a flote, parecía no aguantar más.

En cambio, Jungkook abrió sus ojos desmesuradamente, parecía que su cuerpo se enfrió, casi palideciendo.

Este hombre está demente. No hay forma.

—Pe-ero soy un be-eta, esto no va a resultar —hablaba tembloroso casi anonado. Su rostro reflejaba lo atemorizado que se hallaba.

— ¿Por qué piensas que no va a resultar? —sujetó más su mentón, su pulgar lo situó en su labio inferior haciendo que habrá la boca— No te espantes, hay una baja probabilidad de que puedas tener cachorros míos, no eres un omega de lo contrario estaríamos en problemas.

— ¡Precisamente por eso! —elevo un poco la voz— no tengo el cuerpo la de un omega para aguantar el nudo de un alfa —se sintió desorientado—, puedo hacer todo lo que tú me pidas, menos eso.

Observo al bonito beta pidiéndole a gimoteos que se detuviera, lucía tan blando y manejable. Esto era un acuerdo mutuo; tampoco no le iba a obligar a algo que no quisiese, sin embargo, Jungkook se ofreció voluntariamente que calmaría su celo. Entonces, por algún instinto, pensó que llegaría a anudarlo para recién terminar esta maldita agonía de no tener una pareja oficial la cual compartir.

De nuevo su mente se iluminó, el alfa recorrió con sus dedos hacia el cuello del beta, tenía un lindo, suave y lisa piel, e incluso con sus marcas que había dejado en su blanca piel se veía apetecible frente a sus ojos. No tuvo de otra que, rodear con sus manos y agarrarlo fuertemente, se acomodó muy bien posicionándose al centro para poder tener acceso con el fin de embestirlo. Ante aquello, esto alarmó a Jungkook poniendo sus cinco sentidos a lo que sentía, el alfa que tenía frente suyo lo estaba agarrando del cuello mientras lo follaba, casi sentía la asfixia, pero de cierta forma le resultaba placentero.

Casi le daba igual si lo dominarán o no, pero desde que conoció a Hoseok pudo sentir esa chispa de querer estar a sus pies, es prácticamente un hombre irresistible, el cual se le dificultaba rechazarlo. Ambos tenían esa relación por medios de interés, meramente le llamaba la atención porque le compraba las ropas más caras, accesorios de gran valor, lujos y viajes.

Entonces, ¿Quién rechazaría de acostarse con un alfa dominante millonario y sobre todo atractivo sabiendo que puede complacer sus caprichos?

En parte de Jungkook no... bueno hasta el momento.

Al parecer andaba bien en los últimos minutos hasta que, gradualmente su respiración fue desvaneciéndose, comenzó a alertarse y preocupándose sobre esto. No esperaba que el alfa fuera bastante intenso y extremista en cuanto a llevar el sexo fuera del límite.

—Aguanta... No puedo respirar —dijo entrecortado, casi incapaz de vocalizar las palabras—. Detente, detente p-por favor

Palmoteaba el antebrazo de Hoseok seguidamente, sin embargo, él se hallaba sumido en sus deseos incapaz de que lo escuche y se detenga a voluntad propia. De repente, con todas sus fuerzas empujó al alfa hacia atrás dejándole consternado, debido a su repentina acción.

— ¿Qué te sucede? —preguntó confundido, sumamente altanero y despavorido.

No pudo evitar expresar todo su enojo hacia él fulminándole con la mirada, mientras tanto el otro se dedicaba a mirarle extrañado. Pudo recuperar un poco aire perdido de hace unos instantes y poder restaurar su postura sentándose en la cama.

— ¿Qué me sucede? ¿Todavía tienes la necesidad de preguntar eso? —el contrario se sorprendió debido a la inesperada reacción del beta.

—Pues sí —abrió enormemente sus ojos, la expresión endurecida de Jungkook era intimidante—, estás siendo un total desquiciado, otra vez —enfatizó la última frase.

—No te estoy entendiendo.

— ¿Acaso me querías matar mientras estamos follando? Podría soportar muchas cosas menos esto, Hoseok. Con los otros alfas que estuve hice cosas de las que para mí me parecían extraño —y eso era cierto, sus gustos peculiares eran inimaginables—, pero en esta ocasión estoy siendo lastimado.

El beta hubiera preferido que lo anudasen, al menos eso era mucho menos doloroso con lo que estaba presenciando hace unos segundos.

Y mucho menos terrorífico.

La mente de Hoseok se iluminó. Quizás su mente estaba tan nublada que no pudo medir su fuerza, pues se dejó llevar por sus instintos y el deseo que llevaba en su interior.

—Esta bien —froto su cien con los dedos, tenía una cara de pocos amigos—, quizás si me sobrepasé esta vez contigo.

—Me alegro de que lo entiendas —dijo irónicamente, casi mofándose.

Y sin más que añadir, se levantó de la cama con un poco de dificultad, empezó a agarrar su ropa, parecía contener una cara de pocos amigos mientras se ponía el bóxer, seguidamente su pantalón, literalmente, estaba a punto de irse de inmediato de aquí.

— ¿A dónde te vas? —la voz de Hoseok denotaba cierto enfado— todavía no hemos terminado. Regresa.

—No, yo ya he terminado contigo. No pienso seguir más, me iré al baño —lo dijo sin demasiada importancia, avanzó unos pasos más y pudo sentir la mano del alfa agarrando su brazo para detenerlo— y, ¿ahora qué te sucede? —rezongo.

—No puedes irte como sin nada —su voz denotaba cierta molestia, más bien impaciente era su estado—. Yo no te dije que ha terminado tu hora.

— ¿A qué hora te refieres? —Jungkook quedo sorprendido, no podía creérselo, tenía ganas de mofarse ahí mismo— ¿Quién te crees que eres? No hemos firmado algún contrato para que me autoproclames tuyo, tú sabes que esto se llevó de manera espontánea. No somos pareja, Hoseok.

Eso le dio justo en el ego.

—Tampoco eso te da derecho de ser un maldito interesado insensible y dejar las cosas a medias cuando se te dé la gana, eso es ser malagradecido y descarado.

— ¿Así? Tampoco tienes el derecho de obligarme a hacer las cosas que tú quieres. Te digo algo —pauso— Por qué no te buscas de una buena vez una maldita pareja que te soporte o mejor dicho, algún acompañante igual de desquiciado como tú, a este paso —barrió la mirada de abajo y arriba—, dudo que lo encuentres.

—Entonces, despídete. Fuera de acá —soltó su agarre y apartó su cuerpo hacia atrás, empujándolo—, no estoy para rogar a nadie. Te di una última oportunidad, a ver si consigues a alguien mucho mejor que si te puede comprar de tal magnitud toda tu porquería que se te antoje y eso implica las tarjetas bloqueadas que te ofrecí. No vuelvas a pisar aquí.

— ¿Disculpa qué, mis tarjetas? ¡Hey! ¿Qué te pasa? —se alarmó, quedó incrédulo de lo mencionado.

Sintió otra vez el jalón fuerte, Hoseok lo llevó arrastrándolo desde el dormitorio hasta la entrada del apartamento.

Simplemente, Jungkook tenía una sola prenda para cubrirse... y esa era su playera.

Continuo—: Bruto salvaje. ¿Así es como tratas a uno de tus amantes? —elevo la voz— Esto se puede enterar la prensa, ¿Sabías, no? Jamás dejarías que esta revelación salga a la luz. Teniendo un perfil tan ruin de promiscuo.

Esto rebalso la gota del vaso.

—Aprende a callar la boca que se te puede caer tu encanto. Y si en el caso se te ocurra la mente de lanzar calumnias de mí, piénsalo dos veces, ¿Quién de los dos se puede hundir peor?

Los ojos de horror de Jungkook eran indescriptibles. Sintió otra vez un empujón hacia atrás; se encontraba afuera del apartamento

Acaba de ser cerrado descaradamente frente a su cara. No tuvo piedad alguna. 

Jung Hoseok es radicalmente cambiante. Puede aparentar ser paciente, sin embargo, su límite es cortísimo.

Cuando algo le hacía perder sus estribos, es capaz de tomar decisiones drásticas.

No estaba para aguantar esa clase de berrinches tan absurdos. En realidad, nada le parecía conforme.

No tuvo de otra que retirarse del lugar indignado, jamás volvería con Hoseok, no quería humillarse más.

En cuanto a Hoseok a estas alturas es complicado encontrar una pareja estable. Era alguien de veintinueve años, en definitiva, no tiene la misma mentalidad de cuando tuvo veintidós años, estaba a punto de tener treinta años, cuanto más avanzaba el tiempo más se percataba que las relaciones eran una pérdida de tiempo, mejor dicho, a todo lo ven algo efímero, como si tuvieras que dar algo a cambio para una sola compañía, como si el amor debe ser por petición más no reciproco. Es meramente hipocresía si se ponía a analizar o, tal vez, el complicado es él, por tener una diferente visión en comparación de los demás.

Aparte de lo que esperaba, ya estaba acostumbrado a esta vida tan taciturna.

—No te lo puedo creer —expreso su amigo totalmente sorprendido de lo explicado— ¿Cómo pudiste hacer eso? Le generaste un miedo.

—Me comencé a desesperar. Se estaba poniendo irritable más de lo que ya era —explico.

—Jungkook usualmente tiene un carácter difícil, pensé que podías congeniar con él a pesar de ello. Era el único quien me caía bien, el resto simplemente me agarraba coraje de lo tan cara dura que eran. Me cuesta creerlo, estaban saliendo regularmente, dejando atrás los encuentros que ustedes mantenían, ¿Cómo pudo romperse eso tan rápido?

—Podía aguantar todo, pero no ese tipo de actitudes, ni mucho lo que me menciono sobre hablar públicamente, ese tipo de amenazas no van conmigo, eso es caer bajo —eso era verdad, pero había alguna espinita que no le dejaba sanar—, sin embargo, lo que si llevo a enfurecerme fue lo tan desagradecido que fue conmigo, ¿Cómo puede minimizar todo mi esfuerzo?

—De exclamar de que no son pareja hasta llegar a amenazarte de difamarte suena drástico. Supongo que lo tacharas de la lista, ¿no?

—Exacto.

—Eres tan resentido, Hoseok.

—No es que sea resentido, Namjoon —medito, no creía que era en su totalidad resentido—. Jamás me gustó que tengan indicios de paralizar todo cuando las cosas iban tan bien, justo como yo lo manejaba.

— ¿Cómo el abandono? ¿Controlar las cosas porque eso te reconforta? Creo que te refieres a eso.

—Noo —vociferó mostrándose alterado, después reflexionó acerca de lo que dijo Namjoon—. Olvida lo que dije, no me hagas caso.

—Según lo que me cuentas, no te gustó en absoluto que Jungkook tuviera una actitud desafiante contigo porque supuestamente dio entender que tú arruinaste la situación, entonces para poder sabotear eso automáticamente para no salir herido.

—Capaz.

Definitivamente, no le gustaban las conversaciones incómodas que involucraban los sentimientos, las detestaba porque no deseaba mostrarse vulnerable.

—Es eso —afirmó—, miedo al abandono, te demostró que hiciste mal, como lo asociaste rápido, pues te pusiste una barrera con el fin de terminar todo.

—Hablar de esto me produce dolor de cabeza; hablemos de otra cosa.

—No evites tus problemas emocionales, ¿no te enseñaron o qué?

—Probablemente... no sé.

Era inútil, rodó los ojos Namjoon, decidió cambiar el tema.

—Muy pronto será tu cumpleaños número treinta, y tu padre vendrá de Nueva York a Seúl.

—Y me preguntará si todavía tengo una pareja estable o me casé —bufo—, no todos aspiramos en tener una familia tradicional, me adapté a mi individualidad, estoy mucho mejor así, solo, sin que nadie me reproche y me diga qué hacer con mi vida.

—Eso no me decías cuando la otra vez nos embriagamos —había cierta entonación burlesca —, me juraste y me perjuraste de que ansiabas casarte y tener gemelos con un omega, y sí, en el peor de los casos, no habría nadie, ibas a convencer a Jungkook para que se ca...

— ¡Cállate! —elevo la voz, enojado— Eso jamás sucedió, borra eso de tu mente, ni se te ocurra decirlo nuevamente.

Se escuchaba la risa estruendosa de Namjoon en la oficina mientras estaba siendo acusado.

—Es que... jajaja, era bastante gracioso como lo decías, hombre, eres demasiado reprimido, debes de soltarte más, despejar tu mente, por eso decía que te veía futuro con Jungkook.

—Ahora no hay nada de eso. Yo no estoy para perder mi tiempo, hasta aquí queda. No quiero conocer a nadie. 

—Tampoco te cierres, lamentablemente te topaste con las personas incorrectas en su momento, ya llegará la correcta persona que se complemente contigo, de la manera más inesperada.

Eso sonó similar a un eco a través de su cabeza.

De la manera más inesperada.

¿Puede ser eso posible?

Lo duda, no lo hay.

Está yendo de mal en peor.

—Me rehusó a que me presentes a alguien, Namjoon. Que no se te ocurra nada en tu malévola mente.

—Pff, ¿me ves tan sospechoso? No lo soy, estuve pensando un rato a quienes debo de enviar la invitación para tu cumpleaños.

—Será una reunión privada, conocido de mi familia, mucho mejor si es de mi generación actual.

—Que aburrido eres. Todos estarían casados o comprometidos, no tendría sentido.

— ¿Has venido a organizar o a ligar en mi propia reunión?

—A ligar, NO —se rectificó— a organizar tu fiesta Hoseok, ¿Qué más podría ser? —sonrió inocentemente.

—Nada —lo miro fijamente—, te tendré en la mira.

Fue una advertencia. Puso nuevamente los ojos en blanco Namjoon.

Siempre es lo mismo, tan rutinario, tan estricto.

De tanto que le criticó hasta más no poder, lamentablemente toda la semana se la pasó así, estresado y malhumorado. No era vida. La preparación de la fiesta fue exhausta, esperaba que se le recompensara bastante bien por organizar y planificar, esto era un enorme banquete, para eso es la mano derecha de Hoseok. Pero todo sea por el cumpleaños de su amigo de años, esperaba que esta vez disfrute un poco más de su cumpleaños y no se la pase tan melancólico como las otras ocasiones, en donde parecía que la fiesta era de todos, menos de él.

Hasta que, llegó el día esperado.

—Anota esta parte, en esta mesa estarán ubicados la familia Song, en este lado—señalo con su dedo— la familia Kim y aquí la familia Lee.

Se encontraba a lado de su asistente, quien acataba lo indicado, quién también estaba con unas enormes ojeras a lado de su tableta gráfica anotando cada familia con su etiqueta.

— ¿Estos eran los últimos, cierto? —bostezo.

—Sí, estos son los últimos.

—Estaré emitiendo esto.

Casi se iba a desplomar ahí mismo, por buena fortuna, el timbre de su celular la despertó. Contestó la llamada.

—Buenas noches. Si... dentro de diez minutos estará acá, aja, por supuesto. De acuerdo se lo diré.

— ¿Quién era? —pregunto Namjoon, curioso.

—Es el señor Jung, pregunta por Hoseok. Hace una hora llego a Seúl, está en camino.

—Queeeeeeee.

Esto es una catástrofe. Estuvo pensando en varias cosas al mismo tiempo, los preparativos, los adornos, los invitados y se olvidó de lo importante aquí, el cumpleañero ¿No creo que sea irresponsable con su puntualidad, no?

Agarró su celular y llamó de inmediato a Hoseok.

No contestaba.

En realidad, lo mandaba en buzón de voz.

—Es el colmo, él sabe la hora, ya debería de estar aquí, yo no hare de anfitrión.

—Acabo de recibir un mensaje de la secretaria Kim, me indico que el Joven Hoseok tardará un poco, anda en una reunión extraordinaria que se le presentó hoy día.

— ¿Todavía sigue trabajando a pesar de ser su día festivo? Le daré su buena regañada del día.

Un total adicto al trabajo, es lo que pensaba Namjoon.

Mientras tanto, en otra parte.

Para ser honesto, no deseaba estar acá, tampoco en la fiesta que se le organizó, estar en la reunión lo hizo meramente para perder el tiempo, él tenía la posibilidad de postergarlo para otro día, fue terco y evitativo, al final hizo de las suyas. Finalizado con todo ello, se desajustó un poco la corbata y respirar profundamente, miró la hora y ya era tarde.

Namjoon estaría de aquí para allá recibiendo a los invitados mientras soporta el complicado carácter de su padre. Obviamente, va a recibir una buena reprimenda. No estaba de buen humor, deseaba escapar. No tenía la capacidad suficiente de entablar una conversación y socializar, los ánimos estaban bajísimos, no le gustaba su cumpleaños, lo veía tan banal. 

Ver a su padre de nuevo si le emociona, sin embargo, sabía que le generaría un sermón del porqué todavía no se casó, o de porque no hay ninguna prometida o prometido. Su padre es un hombre viejo es tradicional, quiere que su único primogénito se case con un omega de su talla, que provenga de una buena familia de negocios, pueda formar una gran familia y tenga una vida estable.

También Hoseok quiere eso, no obstante, las circunstancias de la vida son otras, es quisquilloso a la hora de escoger parejas. No cualquier persona pueda tener la habilidad de captar su atención en su totalidad.

Esta bien, por alguna intuición, necesitaba estar en la fiesta, tiene que hablar con su padre seriamente, es por eso que se encontraba en su auto en dirección del lugar que le mandó Namjoon. Le faltaba poco por llegar, estaba siendo guiado por el GPS, durante el transcurso se estaba mentalizándose anticipadamente sobre el discurso de su padre, en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba cerca del lugar.

Inhalo y exhalo.

—Espero que todo salga bien.

Avanzo unos cuantos pasos, al momento de estar cerca de la entrada el murmullo de las personas, esto parecía una simple reunión de negocios.

Cuando ingresó pudo sentir una mano en su hombro.

—Voy a tener que tomar drásticos límites contigo

— ¿Qué?

Namjoon paso sus manos por los hombros del alfa, estaba siendo arrastrado.

—Tu padre te espera en su despacho, llegaste a tiempo, acaba de terminar un acuerdo con alguien de una de las familias que se encuentra aquí.

—Dile que —quiso poner una excusa—, no le digas nada, no se le puede negar nada.

Tiene que afrontar a lo que se viene. Estaba cerca del despacho, abrió la puerta y dio una última mirada a Namjoon.

—Me avisas cuando terminas, ¿de acuerdo?

—Esta bien.

Dio un paso hacia adelante, pudo sentir la presencia de su padre. No ha cambiado en nada, sigue siendo el mismo hombre físicamente.

—Hoseok, cuánto tiempo sin verte.

—¿Cómo te fue el viaje a Nueva York? ¿Aprovechaste estos ocho meses?

—Regular, nada novedoso. Todo lo mantengo ordenado y neutral. ¿Y tú?

—De igual modo, supongo, acabo de tener una reunión de suma urgencia, es por eso que demoré de lo debido.

— ¿No lo estabas evitando?

—No, para nada.

—Hoseok te conozco —hablo con seriedad—, mientras más te demores es mejor para ti, interactuar menos con ellos. Te ves alicaído, a propósito, no he visto a Jungkook aquí, ¿Vendrá más tarde?

—Yo...

¿Cómo puede explicarle a su padre que Jungkook ya no vendrá, ni lo verá? Se decepcionaría.

—Hemos quedado en malos términos, dudo que él vuelva después de eso.

— ¿Que? Hace dos meses fueron a Nueva York, ustedes dos admitieron que estaban en planes, no me digas que tú lo terminaste.

—Eso es mentira que —se defendió—, él dio por finalizado. Jamás pudo ser claro conmigo. Siempre le hacía entender de qué yo quería más allá de formalizar, pero...

—Con eso me has dado entender todo, ¿todavía sigues cayendo en los mismos errores, Hoseok?

—Jungkook quiso amenazar mi reputación ante la prensa, eso significaría también a ti y a la empresa —pudo rematar esto.

— ¿Y quiso sacar provecho económico sobre ello? Supongo que resultó ser igual que tu madre, así son los betas, Hoseok. Tu madre era así, tan dominante, sin escrúpulos, siempre decía sin filtro alguno lo que opinaba y cada vez que deseaba algo, lo obtenía.

—No compares a Jungkook con esa mujer, padre, lo único que le interesaba era tu dinero.

—Hoseok no estás entendiendo mi punto.

—Claro que estoy entendiendo tu punto —cada vez elevaba la voz—, simplemente fue una confusión de por medio, si quieres puedo arreglar las cosas con él, él... él no es como mamá —odiaba sentirse vulnerable—, estos últimos meses sí he presentido que no estuvo conmigo por dinero.

—Hoseok, lo que quiero decir es que no vuelvas a cometer el mismo error que yo hice en su tiempo. No...

—Odio que me iguales contigo, yo no seré como tú. No quiero tener tu vida.

Fue lo último dicho.

Se retiró del lugar enseguida, dando un portazo fuerte.

El ambiente se puso tenso y abrumador, camino en dirección a su derecha, se encontraba un balcón para tomar aire fresco. Cuando avanzo pudo sentir la brisa del aire en su rostro, si no fuera suficiente vino acompañado de una voz calmada y profunda.

—Estás siendo severo contigo mismo y con tu padre. Sea cual sea la situación que se esté llevando, debes de cuidar tus palabras a la hora de comunicarte, puedes dañar a las personas que más quieres, podrías arrepentirte.

Giró su cuerpo fugazmente dirigiéndose a esa persona.

Su aroma era agradable, le inspiraba confianza, de igual modo tranquilidad. 

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