bitch.

—Todavía me parece increíble que tengas auto y yo no. —confiesa TaeHyung, haciendo un puchero. A lo que JiMin suelta una risita.

—Algún día tendrás un auto, Tae.

—Ese es el apoyo que necesito. —exclama, riéndose solo—. Mis padres y JiSoo creen que no soy lo suficientemente responsable para tener un auto... —murmura TaeHyung, frunciendo el ceño.

—Deberías darles razones para que te consideren una persona responsable entonces.

—Supongo. —murmura el menor, observando detalladamente el masculino perfil de JiMin. Cómo de sencillas serían las cosas si el chico no fuera la cosa más virginal que el castaño había conocido en su vida. Debía admitir que, con el tiempo, se fue dando cuenta de que pelinaranja realmente era una persona muy bella. No solamente tenía un gran atributo allí abajo, sino que también tenía una linda sonrisa y unos ojos encantadores. TaeHyung podía admitir sin temores que le gustaba… pero el chico probablemente moriría de la vergüenza si se lo decía, y ni hablar de darse un beso o algo parecido.

Así que las cosas eran más complicadas de lo que se veía a simple vista.

Incluso había hablado con Mark acerca de su reciente y nuevo gusto por Park, pero su mayor siempre le decía que no perdía nada con intentar confesarse.

Al parecer sus padres tenían razón, pues TaeHyung no era fanático de cargar con responsabilidades demasiado pesadas, y salir con JiMin implicaba darle tiempo de acostumbrarse a la situación y hacerle entender que no debía cohibirse por cualquier cosa… y él no contaba con paciencia suficiente para esta en una situación en la que el mayor fuese su novio y no poder tocarle o hacer con él lo que en sus fantasías se presentaba con tanta frecuencia.

A pesar de que, el comienzo de aquella amistad, las disculpas, la amabilidad; fue todo por un enfermizo deseo de obtener la polla del mayor, TaeHyung estaba empezando a darse cuenta de que su plan no tenía fundamentos y, mucho menos, una razón válida de existir. Se podría decir que estaba empezando a considerar la idea de rendirse, pero era de esas cosas en las que no quería profundizar, pues tampoco era que desease alejarse de JiMin. Quizá debería empezar a considerar la idea de que "sólo amigos" no era tan malo después de todo.

—¿Es aquí, TaeHyung? —la voz del dueño de sus maraña mental interrumpió el flujo de sus pensamientos con aquella pregunta, y él menor tuvo que mirar a su alrededor para ver en dónde se encontraban, pues se había perdido del todo.

—Eh… sí. —murmuró, observando el nombre del club al que NamJoon les había invitado aquella noche.

JiMin se dirigió hasta donde se podía observar una hilera de autos estacionados y se detuvo en el final, donde apagó el motor.

Kim estuvo a punto de salir, hasta que se percató de que el mayor no se movía. Así que le miró.

—¿Te pasa algo, hyung? —preguntó Tae, acercando su mano hasta el cabello del pelinaranja y revolviéndolo levemente.

—N-nunca había salido… a lugares como estos... —confesó Park. TaeHyung sonrió, pues ya se lo esperaba.

—No te preocupes, JiMin, nosotros estaremos pendientes de ti todo el tiempo, no te pasará nada. —lo tranquilizó, acariciando su mejilla. El mayor le dirigió una mirada avergonzada, con un brillo de temor.

—¿Prometes que no te irás de mi lado, Tae? —TaeHyung tembló bajo el efecto que esas palabras le provocaron en el estómago. Aunque sabía que JiMin se refería a esa noche en el club, no pudo evitar ponerlas en más de un contexto… y se sintió estúpido por ello.

—C-claro...

El mayor sonrió ampliamente, haciendo al corazón de TaeHyung entrar en grandes problemas. Ahora el menor temía que JiMin pudiese escuchar su insistente palpitar, pues estaba golpeteando demasiado fuerte contra su pecho.

Ambos salieron del auto y TaeHyung de inmediato sacó su teléfono para llamar a JungKook.

—Hola, amor mío. —saludó el rubio del otro lado de la línea. TaeHyung rodó los ojos.

—Ya estamos aquí, ¿Podrías salir para que nos dejen entrar? —pidió, caminando con JiMin a su lado hasta llegar a la entrada del club, donde un pequeño grupo de persona se aglomeraba alrededor.

—Mm, ya era hora de que llegaran. Es decir, ya todos estamos aquí, solo faltaban ustedes. —empezó a decir su mejor amigo, mientras los sonidos tras su voz variaban constantemente, lo que le daba a entender que su amigo se estaba moviendo, probablemente caminando hacia la entrada—. Ya todos pensábamos que no vendrían por quedarse haciendo otro tipo de cosas, Tae...

TaeHyung suspiró. Él daría lo que sea porque algo como eso le pasara, pero debía ser realista. Si JiMin y él quedaban encerrados en una habitación, solos, por más de cinco minutos, el mayor empezaba a incomodarse notablemente. Kim sabía que era porque, probablemente, se acordaba de su estúpida pregunta en las duchas la primera vez que hablaron.

—No seas idiota. —gruñe el castaño, deteniéndose a mirar un poco a los alrededores—. No parece haber demasiada gente.

—Es porque es un club exclusivo, cariño, no cualquiera puede entrar. —le dice su amigo—. Ya estoy por llegar, te veo en unos segundos. Adiós.

TaeHyung cuelga y guarda su teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón.

—¿Qué te dijo? —pregunta JiMin, acercándose más a él.

—Que estaba por...

—¡Hola, chicos! —interrumpe el protagonista de la conversación—. Se ven bien.

—Tú también, hyung —murmura JiMin, sonriendo levemente.

—Ya lo sé, síganme. —pide JungKook, ingresando en el club y susurrándole un par de cosas a los hombres de seguridad.

Una vez dentro y, después de que los hombres le pidiesen su identificación a TaeHyung, los tres ingresan en el interior del club. JungKook riéndose como si la situación realmente lo ameritara y JiMin disimulando sus tímidas carcajadas, además de TaeHyung fulminándolos con la mirada.

—Te juro que no es la primera vez que se la piden. —suelta Jeon, palmeando la espalda de Kim—. No puedo creer que después de dos años de hacerte mayor de edad aún te pidan tu identificación para entrar a estos lugares.

—Cállate, imbécil. —gruñe el menor, adelantándose un par de muchos pasos. A veces realmente no soportaba a JungKook. Era muy pesado.

TaeHyung esquivó a un par de borrachos, parejas e idiotas intentando manosearlo, hasta por fin llegar a la mesa donde sus amigos estaban sentados conversando, riendo y gritando.

—¡Taaeee! —exclamó NamJoon, lanzándose para apretarlo en un cálido y efusivo abrazo.

—Hola, NamJoon hyung. —saluda, olvidando su rabia repentina a JungKook—. Hola a todos.

—Hola, Tae. —saluda Mark, haciéndole un espacio a TaeHyung entre su cuerpo y el de NamJoon. Kim se sienta y de inmediato le es ofrecida una copa de algo que no estaba seguro de saber qué era.

—¿Dónde está JiMin? —pregunta JackSon, después de haberle saludado con una adorable sonrisa.

—Se quedó atrás riendo con JungKook. —murmura TaeHyung, haciendo una mueca casi imperceptible.

—Oh, ahí están. —menciona MoonByul, la cita de su amigo YeonJun.

No pasó demasiado antes de que la escandalosa risa de su mejor amigo se oyera a centímetros de la mesa. Sin embargo, cuando sus ojos se encontraron con los de JiMin, el mayor le miraba con un grado de decepción y tristeza que le quitaron la tranquilidad a TaeHyung en cuestión de segundos. Quiso acercarse un poco para preguntarle si todo estaba bien, pero JungKook se sentó junto a su novio, apretándolo contra Mark y JiMin en frente de él, junto a YeonJun, dejándolos bastante distanciados.

El ambiente se puso divertido en menos de un minuto; todos bebían, charlaban y se reían de tonterías, incluso JungKook, NamJoon, Mark y MoonByul habían decidido ir a bailar con Bang Chan y HyunJin, la pareja de este, a quienes el primero se había encontrado de camino al baño.

Durante el transcurso de la noche, TaeHyung intentó no mirar demasiado a JiMin… pero joder, el chico se veía tan bien aquella noche que era imposible apartar tus ojos de su persona. Más de una chica, e incluso un par de chicos, se había animado a acercarse a su mesa para pedirle bailar al pelinaranja, sin embargo, este siempre rechazaba cortésmente las invitaciones. Y TaeHyung le agradecía mentalmente por ello.

Llegó un momento en que JiMin se levantó para ir al baño y TaeHyung le perdió el rastro en el momento en que otro cuerpo se atravesó en su campo de visión.

—Hola. —saludó Christopher, sentándose junto a TaeHyung.

—Hola, Chan. ──saludó JackSon, chocando su puño con el de Bang Chan.

—¿Se están divirtiendo? —inquirió el pelirrojo, pasando un brazo por los hombros de TaeHyung.

—Sí, ¿qué tal tú? —respondió Tae con una sonrisa.

—La estoy pasando increíble. Deberías ir a bailar con nosotros, Kim.

—Estoy bien.

—Oh, vamos, no seas aburrido. —se queja el mayor, sacudiendo levemente el cuerpo del castaño—. Eso te pasa por pasar tanto tiempo con YeonJun.

—Vete a la mierda. —murmura el mencionado, desde el otro lado de la mesa.

Bang Chan se encoge de hombros y llama la atención de una camarera que va pasando por allí cerca. Le pide un trago en específico que a TaeHyung no le interesa averiguar… al menos no hasta que el chico a su lado se lo extiende.

—Si no me dices qué tiene, olvídate que pasará por mis labios. —le advierte TaeHyung, mirándolo amenazante.

—¿No confías en mí? —pregunta el pelirrojo, haciendo un puchero.

—No. —dice TaeHyung sin rodeos.

—Yo definitivamente no lo haría si fuera tú, Tae. —se mete JackSon.

—Nadie te pidió que hablaras. —se queja Chan hacia el chino—. Vamos, TaeHyung. No está adulterado o algo parecido, simplemente es un poco más fuerte que los demás. Pero te juro que te gustará.

TaeHyung lo piensa un par de segundos.

—Chan. —lo llama HyunJin desde la pista de baile, le hace una seña para que se acerque después de regalarle una cálida sonrisa a TaeHyung y el chico junto a él se levanta de inmediato para ir a los brazos de su novio. Ojalá Hwang nunca se enterara de las sucias intensiones que tenía en mente TaeHyung con Christopher antes de que él apareciese, pues el chico le caía realmente bien.

Una vez pierde a Bang Chan de vista, toma la debida entre sus manos, mirándola fijamente. Estaba más inclinado a negarse y regalarla a cualquiera que la quisiese, pero, en ese momento, la imagen de JiMin siendo abrazado y besado en la mejilla efusivamente por una chica, le congela las articulaciones.

¿Quién. Demonios. Era. Esa. Perra?

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