ONCE: TWENTY-SIX CENTIMETERS
—A-Ah... uf, mierda. JungKook.
TaeHyung suspiró entrecortado, apretando la sábana bajo su cuerpo entre sus dedos.
JungKook lo miró atento; hambriento, deleitándose con la excitada expresión que poseía TaeHyung en su rostro. Por su frente descendían gruesas gotas de sudor, sus ojos estaban entreabiertos, más oscuros de lo usual, sus labios se encontraban muy húmedos y con porciones rojizas por las mordidas que él mismo se proporcionaba. Estaba hecho un auténtico y hermoso desastre gracias a él y eso le encantaba.
Acunó en el interior de su boca los testículos de TaeHyung, succionado fuerte y haciéndole apretar la expresión de su rostro, soltando una maldición al aire bastante fuerte.
Los lamió un poco antes de arrastrar su lengua por la larga extensión del miembro hasta llegar a la punta y mimarla con devoción, dándole pequeños besos calientes y un par de succiones que hicieron levantar a TaeHyung las caderas del colchón.
—Trágatela toda —demandó, llevando sus manos al cabello de JungKook.
JungKook sonrió levemente e ingresó sólo una pequeña parte en el interior de su boca, haciendo sisear al mayor.
—Sé que puedes meterla más profundo, vamos...
JungKook gimió alrededor del grueso falo en su cavidad bucal, aumentando la profundidad con la que lo succionaba. Los sonidos húmedos hacían que para TaeHyung, todo sea casi demasiado.
JungKook sumergió el gran miembro hinchado del mayor en su boca, hasta donde más podía, y con las dos manos abarcaba lo que no alcanzaba a entrar, masajeando con esmero y buscando hacer acabar al mayor en su boca lo más pronto posible.
Se moría por sentir el orgasmo de TaeHyung en su boca, viajando por su garganta e inundando sus papilas gustativas con el amargo sabor de su esencia. Quería sentir esa caliente semilla derramándose a lo largo de su lengua y quería que fuese abundante.
La sensación de ahogo y mareo al no poder respirar correctamente por las furiosas y nada complacientes embestidas de TaeHyung a su garganta lo hacían sentir como si fuese una puta, pero eso sólo lo excitaba mucho más.
Intentó llevar una de sus manos a su propia erección, buscando un poco de alivio. Sin embargo al notar el pequeño detalle, TaeHyung gruñó, mirando a JungKook con los ojos líquidos en lascivia y muy enojados.
—Si quieres correrte, hazme correr primero —le advirtió con la voz tan ronca como el infierno.
JungKook gimió en desaprobación, pero aquello le incentivó a hacerle terminar mucho más rápido, así que, tomando aire profundamente, logró meter un poco más de la mitad a su boca, sintiendo arcadas. La saliva se acumulaba en abundancia en sus manos, las cuales masturbaban a TaeHyung efusivamente.
Siguió chupando más fuerte y empalando su boca en la gran dureza del mayor hasta que éste movió abusivamente las caderas, dejándose caer del todo en la cama. JungKook pensó entonces que se correría, pero TaeHyung se sentó de repente y le empujó de los hombros, apartándolo por completo de su erección.
JungKook le miró confundido. TaeHyung se limitó a besarle en los labios con necesidad. Una vez logró juntar suficiente fuerza de voluntad para apartarse de la boca de JungKook, le obligó a ponerse de espaldas.
—Ponte en cuatro —ordenó con la voz grave.
JungKook obedeció, un poco aturdido. El mayor se ubicó debajo de JungKook, completamente acostado con su cabeza en la almohada y dejando el culo empinado de este justo en su rostro.
JungKook entendió lo que el mayor pretendía hacer cuando este empujó su erección contra su boca, indicándole silenciosamente que siguiese chupándolo.
Y estuvo a punto de hacerlo pero en ese momento, TaeHyung ahondó en su entrada con su lengua de repente, como en la madrugada y JungKook se retorció, arqueando la espalda.
—¡A-Ah, Tae! —gritó.
El mayor no sólo le preparaba con su lengua, moviéndola como un experto en su apretado interior, sino que también acercó sus grandes manos a su erección, atendiéndola.
JungKook intentó seguir con la felación que estaba llevando acabo anteriormente, volviendo a meter el pene de TaeHyung en su boca y embistiendo su propia garganta mientras jugaba traviesa y escuetamente con los calientes y cargados testículos de TaeHyung.
En ese momento, ambos escuchan como la puerta principal se abre y un par de voces ingresan; riéndose, a la casa. JungKook frena en seco, intentando ponerse de pie.
TaeHyung al darse cuenta de aquello, masturbó más rápido al menor, metiendo uno de sus dedos en su entrada.
—¡T-Tae! Ah. M-Mierda —reclamó con temblorosos gemidos saliendo de su garganta—. ¿E-Es tu...? O-Oh, demonios, ¿Es t-tu hermano?
—Supongo —murmuró, concentrado en su trabajo.
A JungKook le temblaban los brazos y muslos. Quiso detener todo, temiendo que su hermano y acompañantes lo escuchen, pero no pudo. TaeHyung sabía a la perfección donde tocarle para que su clímax se expanda por todo el cuerpo, haciéndole erizar cada vello y que después se vaya para volverlo a llevar ahí fácilmente.
Y lo peor era que TaeHyung se estaba esforzando cada vez más por hacerle gritar.
—¡T-Tae! ¡Me van a oír! —suplicó JungKook, aferrándose desesperadamente a los muslos del mayor, empujando contra el rostro de éste inconscientemente.
—No sabes lo mucho que eso me pone...
JungKook tiró la cabeza hacia adelante, buscando respirar con más tranquilidad.
—P-Pervertido —murmuró el menor, apretando los ojos y soltando jadeos desesperados—. Rápido... m-más rápido...
—¿Te gusta que te oigan? —preguntó, esbozando una maléfica sonrisa. Dejó caer duramente su palma abierta en una de las nalgas de JungKook—. Te encanta la posibilidad de que ellos te oigan mientras te hago correrte.
—N-No... no es verdad —mintió. Su voz se perdía por momentos, debido a que tenía que respirar por la boca para no ahogarse.
—Mentiroso —murmuró antes de volver a nalguearlo.
JungKook perdió la fuerza en sus brazos y cayó al tiempo que su estómago se revolvió y su cuerpo se relajó. El orgasmo le tomó desprevenido y se corrió en la cara del mayor, gimiendo su nombre.
TaeHyung soltó un gemido ahogado y JungKook se dio cuenta que lo ha provocado él, pues estaba acostado sobre su erección, aplastando su miembro contra su pecho.
El menor sonrió y gateó de modo que su culo quedó sobre la gran hombría erecta de Kim, dejándose caer sobre ella, embistiéndose.
—Te juro que nunca me cansaré de sentirte entrar, Tae —confesó, cerrando los ojos.
TaeHyung hubiese contestado de no ser porque se encontraba completamente consumido en la sensación de estar dentro de JungKook nuevamente.
Se tomó la libertad de apretar entre sus dedos las nalgas de JungKook, separándolas para observar el preciso momento en que ese exigente y exquisito culo se tragaba su enorme miembro, calentándose más de lo humanamente posible con la imagen.
La voz de su hermano y sus acompañantes seguían rondando por la casa, sólo que ya no eran tan fuertes y podía entenderlo, ¿quién demonios se concentraría en otra cosa que no fuese Jeon JungKook si en ese preciso momento lo tenía saltando fervientemente sobre su polla?
Palmeó la piel de JungKook un par de veces más, divirtiéndose de sobremanera ante la forma en que el menor se estremecía por la fuerza de sus golpes, pero aquello le incitaba a saltar más fuerte; empalarse más rápido. TaeHyung estuvo más que a punto de agradecer a quien quiera que le hubiese dado tanta resistencia a JungKook en las piernas pues le estaba cabalgando como si tuviese toda la energía del mundo.
—¡Tae! ¡Ah, mmh!
—Muévete más rápido, JungKook. Vamos... demuéstrame todo lo que tienes.
JungKook se detuvo con el pene de TaeHyung dentro, meneando sus caderas lenta y cautivadoramente sin sacarlo ni un poco, dejando a TaeHyung sentir con detalle su apretado interior, dejándole inundarse de ese distintivo y exquisito calor que envolvía por completo su polla y le tenía a punto de correrse.
Sin embargo JungKook tenía otros planes, y aunque le gustase demasiado la idea de tener goteando el semen del mayor en su interior, justo en ese momento anhelaba exprimirlo con sus labios hasta la última gota.
Saltó un par de veces más sobre la poderosa erección, sintiendo como se estremecía en el interior de su culo, lo que le indicaba que estaba a nada de correrse. Así que, sin dudarlo, se levantó del empalme de TaeHyung, haciéndolo gruñir.
JungKook se apresuró a apresar el pene entre sus labios para que éste no tenga forma de tomarlo para obligarlo a montarle de nuevo y simplemente se rinda a sus caprichos y se venga en su boca.
JungKook succionó fuerte, haciendo a TaeHyung arquearse por completo. Lamió el glande húmedo con sabor a pre-semen por dentro de su boca, acariciándolo con su lengua; como si mereciese mucho cuidado.
De ese modo consiguió que el orgasmo de TaeHyung se disparara y chorreara por toda su cara en su descuido. Se lo metió a la boca y succionó como si de leche tibia se tratase. Sintió el calor que emanaba la semilla del mayor y gimió alrededor de la extensión cuando la polla palpitó contra su lengua y soltó todo lo que había estado aguantando.
JungKook lo tragó con una mueca de satisfacción que TaeHyung no observó al tener los ojos cerrados, intentando recuperar del orgasmo.
—Tan abundante, Tae —ronroneó, limpiando sus mejillas del semen caliente y llevándolo a su boca, chupando sus dedos—. Joder, he querido tragarme tu semen desde la primera vez que vi tu polla.
TaeHyung soltó una risita ronca.
—Eso me quedó claro desde la primera vez que hablamos —murmuró aún con los ojos cerrados.
Sintió a JungKook sentarse sobre su abdomen y agarrar sus manos posarlas en su pecho. TaeHyung abrió los ojos y comenzó a acariciar a JungKook por su cuenta, llegando a su erección y masturbando rápidamente.
—A-Ah... mmh. Oh, Tae. Me encanta como me tocas —gimió, moviendo sus caderas contra la mano de TaeHyung.
El mayor empujó el culo de JungKook, incitándole a acercarse a su boca y una vez su pene está acariciándose contra los labios del mayor, se sujetó del cabecero de la cama, viniéndose en el rostro del pelinegro.
TaeHyung no tuvo la oportunidad de beber más que un poco pues la mayoría se esparció por el resto de su rostro.
—Agh, demonios. Está caliente —se quejó, pasándose una mano por el rostro para limpiarse.
JungKook rio flojo ante la queja de TaeHyung y le ayudó a quitarse el semen de la cara con los dedos, llevándolos después a la boca del mayor, haciéndole succionarlos.
Ambos se besan una vez han recuperado la euforia del orgasmo, tirándose en la cama y abrazándose como una pareja.
JungKook se apartó del acalorado beso, dejando pequeños piquitos en los labios de TaeHyung y haciéndole esbozar una bobalicona sonrisa.
—Jungkookie, quiero salir contigo —soltó de repente, acariciando la cintura desnuda de JungKook con sus dedos.
—Eso debiste pedírmelo antes de estar revolcándonos en tu cama y la encimera de tu cocina —se burló el menor, pellizcando la mejilla del más alto.
—¿Eso es un no? —preguntó desilusionado.
—Eso es un, si sigues dándome orgasmos como los últimos cuatro, me caso contigo.
TaeHyung rio y besó la punta de la nariz de JungKook.
—¡Kim TaeHyung! —gritó alguien desde afuera.
Unos pasos apresurados se oyen a la distancia y el par de amantes se apresuran a cubrir sus cuerpos con un par de sábanas.
—Es tu hermano... mierda, qué vergüenza —murmuró, metiéndose bajo las cobijas con las mejillas completamente rojas.
—Relájate, Koo. Hobi hyung ya está acostumbrado —tranquilizó TaeHyung, haciendo un ademán con la mano para restarle importancia.
JungKook en cambio se indignó profundamente.
—¡¿Quién demonios crees que soy?! ¿¡Otra de tus putas!? ¿Eso crees? ¿Así me ves? —empezó a gritar, saliendo de debajo de las sábanas para golpear el rostro del mayor con la almohada—. ¿Y cómo infiernos es eso de que está acostumbrado? ¿Haces esto cada fin de semana? ¡Me usaste!
—¡Claro que no, JungKook! —exclamó, deteniendo los almohadazos—. Me refería al hecho de oír gemidos y eso, pero no por mi parte. Te recuerdo que hace más de dos años que no tenía sexo con nadie.
JungKook estuvo a punto de hablar pero la puerta se abrió abruptamente.
—¡Kim TaeHyung! ¿Qué demonios-? —HoSeok se detuvo de golpe al ver el rostro familiar—. ¿Jeon?
—Hola, hyung. —Saludó con la mano, sonriendo de forma incómoda.
—Oh, vaya. No sabía que tú y mi hermano...
—Es reciente —interrumpió TaeHyung, acariciando la espalda desnuda de JungKook con una de sus manos.
—Oh... eh, vale. Está bien, creo —articuló el mayor de la habitación, rascándose la nuca—. Por cierto, Kai y KyungSoo han salido volando al escuchar su pequeño espectáculo.
La cara de JungKook enrojeció por completo.
—Demonios, lo siento mucho... ¡Todo es culpa de TaeHyung! —acusó, señalando al mayor.
—Lo sé, lo conozco. —HoSeok rodó los ojos—. Bien, como sea. No me molesta nada de esto... pero si van a seguir, les pido que me avisen para poder irme.
—Oh no, yo ya me-
Las palabras de JungKook son interrumpidas por la mano de TaeHyung.
—Busca donde quedarte esta noche.
TaeHyung sonrió ampliamente, haciendo que HoSeok y JungKook abrieran los ojos desmesuradamente.
—Es... bueno saberlo. Bien. Suerte, JungKook. Adiós, hermanito —se despidió.
Segundos después de que cerró la habitación de TaeHyung, se oye como se cerró la puerta principal.
—¿Qué pensará de mí tu hermano? —se quejó, dándole la espalda al pelinegro.
TaeHyung sonrió y le abrazó por la espalda, besando sus hombros.
—Qué importa lo que HoSeok piense.
—Es importante para mí porque ahora salimos —farfulló.
—Le caes bien.
—No sé qué pensaría yo si lo primero que oyese salir de la boca de la pareja de mi hermano menor fuese "oh sí, más fuerte" —exclamó, tapándose hasta la cabeza con la sábana nuevamente.
—¿Qué tu hermano menor es bueno en la cama y por lo tanto hará muy feliz a su pareja? —articuló Kim, encogiéndose de hombros.
JungKook lo golpeó en la cabeza.
—Mejor deja de hablar.
TaeHyung sonrió.
—Sí... mejor hagamos otras cosas —ronroneó en el oído del menor.
—Relaje el pene un momento, hombre. Te recuerdo que no eres tú el que recibe —le frenó JungKook, poniéndose cara a cara con el mayor para evitar que éste haga algo indecente con su trasero mientras está distraído—. Oh, por cierto, tengo curiosidad. ¿Cuánto mide?
—¿A qué te refieres? —inquirió, enarcando una ceja.
—A este amigo de aquí —murmuró, dándole un caluroso apretón a la polla del mayor.
—Veintiséis —gruñó TaeHyung a mitad de un gemido.
—Santo infierno, qué delicia, Tae —canturreó el menor, acariciando con más vehemencia.
—Ah, Koo... a-acabas de decir que esperara p-porque no soy yo quien recibe... pero estás-
—Sh, bebé. Hay más de una manera de correrse —murmuró el menor, dirigiendo su pulgar al glande, dándole prolongadas caricias—. Demos por finalizada oficialmente tu ridícula abstinencia. —Se subió a horcajadas sobre el estómago del mayor—. Dile hola al sexo nuevamente, TaeTae.
Esa noche TaeHyung tuvo que cambiar las sábanas de su cama y JungKook no logró caminar correctamente hasta tres días después.
Porque veintiséiscentímetros sí son suficientes.
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