CUATRO: MIERDA, TAEHYUNG

SeokJin y JiMin no tardaron nada en empezar a murmurar cuando divisaron a JungKook ingresando en la cafetería acompañado de nada más y nada menos que Kim TaeHyung.

—¿Qué mierda les pasa a ustedes dos? Parecen viejas chismosas.

Se quejó HyunJin, dirigiendo su mirada hacia sus extraños amigos quienes le miraron estupefactos y segundos después señalaron hacia donde JungKook se encontraba, acompañado por el tímido basquetbolista en la fila por algo para almorzar.

—Oh, Koo está con el chico anaconda.

JiMin soltó una carcajada.

—¿Le contaste a HyunJin? —preguntó SeokJin, mirando acusadoramente al rubio.

—De hecho fue el mismo Koo quien me contó. Estaba tan desesperado porque el chico anaconda lo perdonara, que me contó su romántica primera charla —respondió sarcástica el pelirrojo.

—Hola, chicos —saludó JungKook, sonriendo con un poco de tensión. Sabía que sus amigos podían ser algo... extraños. A él no le importaba, sólo que, no quería asustar al pelinegro por segunda vez—. Eh, él es Kim TaeHyung. Va a ser nuestro amigo ahora.

JiMin, SeokJin y HyunJin se miraron entre sí con un poco de sorpresa.

—Yo soy Kim SeokJin, encantado de conocerte —saludó el mayor del grupo.

—Un gusto —murmuró, correspondiendo el saludo con timidez.

—Mi nombre es Park JiMin —exclamó con una enorme sonrisa—. Jungkookie es el menor de todos, así que espero nos ayudes a cuidar bien de nuestro dongsaeng.

—Ah, sí... c-claro.

—Hwang HyunJin. —Se presentó, encogiéndose de hombros—. Así que, tu eres el chico anaco-

Las palabras del imprudente de su amigo fueron interrumpidas por las rápidas manos de SeokJin sobre su boca y las nada disimuladas carcajadas de SeokJin.

—No le hagas caso a HyunJin, no sabe lo que dice —aseguró JungKook al jugador, sonriendo tranquilo—. Y dime, ¿qué estudias?

Casi se muere de un infarto. Si no fuese por SeokJin, el estúpido de HyunJin habría dicho algo verdaderamente estúpido e imprudente, lo que hubiese desencadenado un ataque de pánico en TaeHyung y de seguro habría huido como parecía ser su costumbre.

Iba a ser complicado que TaeHyung y sus amigos se llevasen bien, pero esos idiotas estaban advertidos; tenían que ayudarle a entrar en confianza con el tímido chico para conseguir su objetivo o se vería obligado a hacerles pasar vergüenza frente a sus novios, ya que ser el consejeros de todos sus amigos y su cofre de secretos tenía algunas ventajas que olían a chantaje.

—Ah...

De nuevo TaeHyung empujaba en su interior, más duro, más rápido. Oh, joder, podía sentir y todas y cada una de las hinchadas venas sobresaltando y palpitando por la carne caliente... o al menos eso era lo que se imaginaba.

JungKook no podía entender porque, pero cada vez que pasaba más tiempo con TaeHyung, sus fantasías se volvían mejores. Más realistas, más deliciosas.

Movió su mano con rapidez, buscando llegar lo más rápido posible. No tenía demasiado tiempo, pero no había podido evitarlo.

—M-Mierda, TaeHyung —susurró, intentando vanamente morder sus labios para acallar sus quejidos placenteros.

Muy en el fondo se sentía insatisfecho. Aunque la potencia de su vibrador estaba al máximo y aunque se encontraba moviéndolo fervientemente adentro y afuera de su entrada, no se sentía satisfecho.

Porque lo que JungKook quería no era masturbarse pensando en TaeHyung, lo que él quería era que TaeHyung lo masturbara mientras le metía ese gran y deseable pedazo de carne que cargaba entre sus piernas y que, al parecer, no le daba uso alguno. Siempre pensó que eso era un absoluto desperdicio.

Sacudió sus caderas un par de veces más antes de correrse ruidosamente y en abundancia sobre su propia camiseta.

«Otro orgasmo más a la lista de "pajas que me hago pensando en TaeHyung"», pensó JungKook, riéndose sin gracia una vez se hubo considerado recuperado un poco de la euforia de su corrida.

Habían pasado alrededor de tres semanas desde que incluyó a TaeHyung en su grupo de amigos y, ¿quién lo diría? Todos se llevaban de maravilla. Aunque el moreno seguía siendo la criatura más tímida del planeta, lograba hablar sin tartamudear con el desvergonzado de HyunJin y se reía de los chistes de SeokJin. Incluso JiMin los había invitado a cenar en su apartamento, donde TaeHyung tuvo la oportunidad de darse cuenta de que YoonGi; su compañero de equipo era pareja del rubio.

JungKook bufó al darse cuenta de que había manchado su camiseta, la que recién se había puesto para salir.

No estaba en sus planes ponerse caliente antes de salir con sus amigos, pero estaba hablando con TaeHyung y al pelinegro no se le ocurrió mejor idea que enviarle una foto de cómo iba vestido.

Si había algo de lo que se arrepentía, era de haberle presentado al tímido chico a SeokJin. Pues éste había obligado al pelinegro a cambiar por completo su armario, de modo que TaeHyung ahora vestía como un jodido fuckboy demasiado caliente para la cordura de cualquier persona con la capacidad de verlo.

Se sentía un poco enojado consigo mismo por no poder controlar los impulsos y las reacciones de su cuerpo, pues su polla respondió a la foto antes de que sus manos pudiesen escribir un mensaje concreto que no implicara rogarle a TaeHyung que lo follara hasta perder la consciencia.

—¡Tokki! —gritó JiSoo desde la planta baja.

Soltó un bufido ante el apodo, no porque le molestara, sino porque TaeHyung; quien probablemente estaba abajo esperándole porque se supone que irían juntos al encuentro con sus demás amigos, lo había escuchado y eso le avergonzaba.

—¡Apresúrate que tu novio de espera!

No pudo evitar dejar escapar una risita el oír aquello. Si TaeHyung estaba ahí abajo y había escuchado a su mejor amiga decir aquello, de seguro estaba por morirse de vergüenza.

Se cambió con rapidez por una camisa de color rosa pálido, dándose un último vistazo en el espejo para agarrar su teléfono y salir corriendo de la habitación.

Una vez abajo se encontró con la adorable escena de TaeHyung completamente ruborizado ante las insistentes preguntas de su mejor amiga.

—¿Desde hace cuánto sales con Tokki?

La sonrisa se le borró en el momento en que ese adorable apelativo salió a la luz por segunda vez.

—Bien, ya basta. Lo estás acosando —se quejó.

Caminó hacia el par, agarrando a TaeHyung del brazo para apartarlo de la castaña, quien hizo un puchero ante la actitud de su mejor amigo.

—Sólo conversábamos, Kookie. No es para tanto —respondió, cruzándose de brazos.

—Te conozco, JiSoo. Sí. Es. Para. Tanto —pausó JungKook, señalándola acusadoramente. Se dirigió al perchero para tomar su chaqueta de cuero favorita y sus llaves—. No me esperes despierta —se burló, lanzándole un beso en el aire.

JiSoo rio sarcástica.

—Rosé vendrá hoy, así que mejor no vuelvas. —Sonrió ampliamente, despidiéndose con la mano—. Un gusto conocerte, novio de JungKook.

—Se llama TaeHyung, tonta.

—Ya lo sabía. Él solito se presentó cuando llegó.

—U-Un gusto, JiSoo-ssi —murmuró TaeHyung, sonriendo tiernamente.

—Oh, Kookie. Es tan adorable que si no lo cuidas me lo robaré —advirtió, haciendo el amago de estirarse para apretar las mejillas del pelinegro.

—Mejor concéntrate en tu novia y aleja tus garras de él. Nos vemos —gruñó, tirando de su amigo para salir del apartamento.

Una vez fuera, se privó a sí mismo de observar a TaeHyung detalladamente, pues una erección era lo que menos quería en ese momento, así que simplemente se limitó a sonreírle y empezar a caminar hacia el ascensor.

—Te ves bien, Kookie —murmuró TaeHyung, esbozando una sonrisa cohibida.

—Gracias, Tae.

Ambos ingresan en el ascensor y el descenso comienza, incómodamente silencioso.

«Infiernos. ¿Por qué huele tan bien?». Gruñó JungKook en su mente, haciendo una mueca de fastidio.

—E-Es adorable que tu hermana te llame Tokki —habló, rompiendo el silencio y tomándose un gran trago de valor para mirar al menor a los ojos.

—Es mi mejor amiga, pero sólo porque es mayor cree que puede decirme así —bufó.

—¿Es divertido compartir apartamento con ella? —inquirió, curioso.

—Cuando no hace perversiones con su novia, sí —soltó.

Olvidó por un segundo con quien estaba o que clase de comentarios debía decir en su presencia, pues el chico se avergonzaba por todo. Estaba preparando un disculpa por su gran bocaza, sin embargo TaeHyung sólo preguntó.

—¿JiSoo-ssi tiene novia?

—Sip. Y si JiSoo está loca, pues no has conocido a Rosé. —Negó con la cabeza, recordando el desastre que eran juntas—. Se merecen la una a la otra.

Y la conversación sefinalizó en ese momento, el ascensor se detuvo en la recepción. Salieron deledificio y se dirigieron hasta el auto de TaeHyung.

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