CINCO: BITCH
—Todavía me parece increíble que tengas un auto y yo no —confesó, haciendo un puchero.
TaeHyung soltó una risita.
—Algún día tendrás un auto, Kookie.
—Ese es el apoyo que necesito —exclamó, riéndose solo—. Mis padres y JiSoo creen que no soy lo suficientemente responsable para tener un auto —murmuró con el ceño fruncido.
—Deberías darles razones para que te consideren una persona responsable entonces.
—Supongo —murmuró.
Observó el masculino perfil de TaeHyung. Cómo de sencillas serían las cosas si el moreno no fuera la cosa más virginal que JungKook había conocido en su vida. Debía admitir que, con el tiempo, se fue dando cuenta que TaeHyung era una persona muy bella. No solamente tenía un gran atributo ahí abajo, sino también tenía una linda sonrisa cuadrada y unos ojos encantadores.
Podía admitir sin temores que le gustaba... pero el chico probablemente moriría de la vergüenza si se lo decía, y ni hablar de darse un beso o algo parecido.
Así que las cosas eran más complicadas de lo que se vía a simple vista.
Al parecer sus padres tenían razón. No era fanático de cargar con responsabilidades demasiado pesadas, y salir con TaeHyung implicaba darle tiempo a acostumbrarse a la situación y hacerle entender que no debía cohibirse por cualquier cosa.
JungKook no contaba con paciencia suficiente para estar en una situación en la que TaeHyung fuese su novio y no poder tocarle o hacer con él lo que en sus fantasías se presentaba con tanta frecuencia.
A pesar de que el comienzo de aquella amistad, las disculpas y la amabilidad fue todo por un enfermizo deseo de obtener la polla del mayor, JungKook estaba empezando a darse cuenta de que su plan no tenía fundamentos y mucho menos una razón válida de existir. Se podría decir que estaba empezando a considerar la idea de rendirse, pero era de esas cosas en las que no quería profundizar, pues tampoco deseaba alejarse de TaeHyung.
Quizá... debería empezar a considerar la idea de que "sólo amigos" no era tan malo después de todo.
—¿Es aquí, Koo?
La voz del dueño de su maraña mental interrumpió el flujo de sus pensamientos con aquella pregunta y tuvo que mirar a su alrededor para ver en donde se encontraban, pues se había perdido del todo.
—Eh... sí —murmuró, observando el nombre del club al que JiMin les había invitado aquella noche.
TaeHyung se dirigió hasta donde se podía observar una hilera de autos estacionados y se detuvo en el final, donde apagó el motor.
JungKook estuvo a punto de salir hasta que se percató de que el mayor no se movía. Así que le miró.
—¿Te pasa algo, Tae? —preguntó JungKook, acercando su mano hasta el cabello del pelinegro y lo revolvió levemente.
—N-Nunca había salido a lugares como estos... —confesó.
Sonrió, ya se lo esperaba.
—No te preocupes, bebé. Nosotros estaremos pendientes de ti todo el tiempo, te prometo que no te pasará nada. —Lo tranquilizó, acariciando su mejilla.
TaeHyung le dirigió una mirada apenada, con un ligero brillo de temor.
—¿Prometes que no te irás de mi lado?
JungKook tembló bajo el efecto que esas palabras le provocaron en el estómago. Aunque sabía que TaeHyung se refería a esa noche en el club, no pudo evitar ponerlas en más de un contexto... y se sintió estúpido por ello.
—C-Claro...
El mayor sonrió ampliamente, haciendo el corazón de JungKook entrar en grandes problemas. Ahora él temía que TaeHyung pudiese escuchar su insistente palpitar; golpeando demasiado fuerte contra su pecho.
Ambos salieron del auto y de inmediato sacó su teléfono para llamar a JiMin.
—Hola, amor mío —saludó el rubio del otro lado de la línea.
Rodó los ojos.
—Ya estamos aquí, ¿podrías salir para que nos dejen entrar?
—Ya era hora de que llegaran. Ya todos estamos aquí, sólo faltaban ustedes —habló, mientras los sonidos tras su voz variaban constantemente. Caminaba lo más rápido posible para llegar a la entrada—. Todos pensábamos que no vendrían por quedarse haciendo otro tipo de cosas, Jungkookie.
Suspiró. Él daría lo que sea porque algo como eso le pasara pero debía ser realista. Si TaeHyung y él quedaban encerrados en una habitación, solos, por más de cinco minutos, el mayor empezaría a incomodarse notablemente. JungKook sabía que era porque seguro aún se acordaba de su estúpida pregunta en las duchas la primera vez que hablaron.
—No seas idiota —gruñó, deteniéndose a mirar un poco los alrededores—. No parece haber demasiada gente.
—Eso es porque el club es exclusivo, cariño. No cualquiera puede entrar —respondió—. Ya estoy por llegar, te veo en segundos. Adiós.
JungKook colgó, guardando su teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón.
—¿Qué te dijo? —preguntó, acercándose más a él.
—Que estaba por-
—¡Hola, chicos! —interrumpió el protagonista de la conversación—, se ven bien.
—Tú también —murmuró el pelinegro, sonriendo levemente.
—Lo sé. Síganme.
JiMin ingresó al club después de susurrar un par de cosas a los hombres de seguridad.
Una vez dentro y después de que los hombres le pidiesen su identificación a JungKook, los tres ingresaron a la pista. JiMin se reía como si la situación realmente lo ameritara y TaeHyung disimulaba sus tímidas carcajadas, sólo JungKook permanecía serio o más bien molesto.
—Te juro que no es la primera vez que se la piden —soltó el rubio, palmeando la espalda del menor—. No puedo creer que a un año de haber cumplido la mayoría de edad sigan pidiéndote la identificación.
—Cállate, imbécil —gruñó, adelantándose un par de muchos pasos.
A veces realmente no soportaba a JiMin. Era muy pesado.
JungKook esquivó a un par de borrachos, parejas e idiotas intentando manosearlo hasta por fin llegar a la mesa donde sus amigos estaban sentados conversando, riendo y gritando.
—¡JungKook-ah! —exclamó NamJoon, lanzándose a sus brazos para apretarlo en un cálido y efusivo abrazo.
—Hola, Nam hyung —saludó, olvidándose de su rabia repentina—. Hola todos.
—Hola, Kookie.
SeokJin le hizo un espacio al menor entre su cuerpo y el de NamJoon. Cuando por fin se sentó, de inmediato le fue ofrecida una copa de algo que no estaba seguro de qué era.
—¿Dónde está Tae? —preguntó YoonGi después de haberle saludado.
—Se quedó atrás riendo con JiMin —murmuró, haciendo una mueca casi imperceptible.
—Oh, ahí están —mencionó Félix, la cita actual de HyunJin.
No pasó demasiado antes de que la escandalosa risa de su mejor amigo se oyera a centímetros de la mesa. Sin embargo, cuando sus ojos se encontraron con los del pelinegro, éste le miraba con un grado de decepción y tristeza que le quitaron la tranquilidad en cuestión de segundos. Quiso acercarse para preguntarle si todo estaba bien, pero JiMin se sentó junto a su novio, apretándolo contra SeokJin. Al final TaeHyung terminó del otro lado de la mesa, dejándolos bastante distanciados.
El ambiente se puso divertido en menos de un minuto, todos bebían, charlaban y se reían de tonterías. SeokJin, NamJoon, JiMin y Félix habían decidido ir a bailar con Kai y su novio KyungSoo, a quienes se habían encontrado camino al baño.
Durante el transcurso de la noche, JungKook intentó no mirar demasiado a TaeHyung, pero joder... el chico se veía tan bien aquella noche que era imposible apartar sus ojos de su persona. Más de una chica e incluso un par de chicos se habían animado pedirle bailar, sin embargo, TaeHyung siempre rechazaba cortésmente las invitaciones y JungKook le agradecía mentalmente por ello.
Llegó un momento en que TaeHyung se levantó para ir al baño y JungKook le perdió el rastro en el momento en que otro cuerpo se atravesó en su campo de visión.
—Hola —saludó Kai, sentándose junto a JungKook.
—Hola, Kai —saludó YoonGi, chocando su puño con el pálido.
—¿Se están divirtiendo? —preguntó, pasando un brazo por los hombros de JungKook.
—Sí, ¿qué tal tú? —respondió JungKook con una sonrisa.
—La estoy pasando increíble. Deberías ir a bailar con nosotros.
—Estoy bien.
—Oh, no seas amargado —se quejó el mayor con una mueca, sacudiendo sin fuerza el cuerpo del castaño—, eso te pasa por pasar tanto tiempo con YoonGi.
—Vete a la mierda —murmuró el mencionado, rodando los ojos.
Kai se encogió de hombros y llamó la atención de una camarera que iba pasando cerca de la mesa. Le pidió un trago en específico que a JungKook no le interesaba averiguar, al menos no hasta que el chico a su lado se lo tendió.
—Si no me dices que tiene, olvídate que voy a tragarme eso —le advirtió, mirándolo amenazante.
—¿No confías en mí? —preguntó, haciendo un puchero.
—No —dijo sin rodeos.
—Yo definitivamente no lo haría si fuera tú, Koo —comentó HyunJin.
—Nadie pidió tu opinión, guapo —se quejó Kai, regresando su atención a su tenso menor—. Vamos, Kookie. No está adulterado o algo parecido, simplemente es un poco más fuerte que los demás. Te juro que te gustará.
JungKook lo pensó un par de segundos.
—¡Kai!
Lo llamaba el bonito castaño desde la pista de baile. KyungSoo le hizo una seña a su novio para que se acerque y como si de un robot se tratara, Kai se levantó de inmediato para ir a los brazos de su hermoso novio.
Ojalá KyungSoo nunca se entere de las sucias intensiones que tenía en mente con su pareja antes de que él apareciese, pues el chico realmente le caía bien.
Una vez perdió a Kai de vista, tomó la bebida entre sus manos, mirándola fijamente. Estaba más inclinado a regalar el trago a cualquiera que lo quisiese pero en ese momento, la imagen de TaeHyung siendo abrazado y besado en la mejilla efusivamente por una chica le congeló las articulaciones.
¿Quién demonios eraesa?
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