Capítulo 8

Dedicado a mi niño, Abaddon_Queen

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La semana se cumplió finalmente y el yeso le fue retirado. Le dio un poco de pena, ya que todos sus amigos le habían firmado hasta agotar el espacio, pero siempre guardaría las fotos para la memoria.

Fueron unos días aburridos, sin mucha acción, cosa que detestaba, pero no había opción. Sus amigos se encargaron de mantenerlo ocupado jugando Minecraft, pero no mucho más. No había vuelto a hablar con Conway o Volkov, sin embargo seguía viéndolo en clases, queriendo reír cada vez que el contrario le hablaba a su padre. Diablos, incluso él se había creído era el hijo ejemplar, pero eso era solo una máscara, ahora lo sabía.

Por eso mismo, no se sorprendió en cuanto Juanjo les citó a ambos en la sala VIP del Tequila-la-la.

-Aún cuando su trabajo acabó mal la última vez, lograron el objetivo y demostraron ser capaces de trabajar juntos.- Explicó el chico.

-¿En serio?- Preguntó Gustabo, ladeando la cabeza.

-No, todo lo contrario. Son los únicos que no congeniaron. Justo por eso es que no tengo opción. Todos los demás binomios hicieron lo posible por soportarse. Y lo lograron.

-¿Y por qué no simplemente nos pone con nuestros amigos?- Volvió a preguntar.

-Porque necesito un equilibrio, James. Tu grupo no se toma nada en serio, todo es pura diversión.- Le vio y frunció el ceño. -Si te doy un arma a ti y a Joe, fijo que acaban en el hospital por hacerse los guays entre ustedes. Por eso, los uní con el equipo de Hunter.- Señaló con la cabeza al susodicho.- Ellos son capaces de tener la mente fría, calcular y actuar en cuanto lo sea necesario, contrario a vuestra impulsividad.

Gustabo parpadeó lento, confundido entre si debía o no ofenderse, vio a Conway buscando una sonrisa orgullosa con la que acusarle, mas ni siquiera le estaba viendo, seguía concentrado en Juanjo. ¿Tan poco serio era él en verdad?

-Lo que quiero, muchachos...- Prosiguió ante el silencio. -Es que aprendan del otro. Actuar por impulso es algo bueno si se lo mezcla con ingenio. En resumidas cuentas, necesito que encuentren ese equilibrio y consigan trabajar juntos como los demás.- Se cruzó de brazos igual que Conway.- Antes eran dos equipos distintos, ahora son uno. Actúen como tal.

-¿Qué debemos hacer?- Preguntó el mayor finalmente.

-Un robo en el badulaque. Irán solos y les harán creer que hay un tirador si hace falta. James, cuento con tu pico de oro. Hunter, cuento con tu basto conocimiento en el ámbito policial. ¿Entendieron?

-Si, señor.- Afirmó Conway, haciendo sonreír al contrario.

-Vuelvan en una pieza y se ganarán lo que obtengan. Cincuenta y cincuenta.

-Hecho.

Juanjo les explicó antes de dejarlos ir, que Emilio consiguió un Audi para la ocasión, incluso lo modificó para que vaya rápido, no derrape y polarizó los vidrios. Así que fue tan sencillo como ir, subir y arrancar.

Conway nuevamente llevaba su SMG y Gustabo la pistola de combate, para defenderse en caso de que rompan negociaciones.

-¿Qué tal la herida de tu cabeza?- Preguntó para sacar tema de conversación.

El mayor suspiró, pero respondió solo porque Juanjo quería que fuesen más unidos.

-Desapareció por completo. Sin cicatriz.

-¿En serio?- Se sorprendió. -Vaya, que buenos genes tienes.

-Más bien soy bueno curando...- Quiso callarse, pero se forzó a seguir. -¿Qué tal tu pierna?

El rubio agradeció de no dejara que el momento caiga en un silencio incómodo.

-Como nueva. Una semana fue más que suficiente, y un infierno si me lo preguntas, no he salido de casa en siete días. Solo para comprar comida e ir a la escuela.

-¿Comprar comida? ¿Tus padres te enviaron a comprar comida estando tu en muletas?- Le vio curioso.

-Están de viaje. Debo sobrevivir de algún modo.

Decidió no seguir preguntando, no era un tema en el que debiera entrometerse.

Se detuvieron en la plaza frente a garaje central e hicieron subir a cuatro personas que usarían de rehén. Por supuesto que se colocaron las máscaras antes.
Llegaron al badulaque un rato después.

-¿Algún consejo para la negociación?

-Pide pinchos, limitadores y barricada, guarda los segundos para el porcentaje del botín.- Dijo Conway mientras acomodaba a los rehenes detrás del mostrador.

-¿Dónde suele estar el tirador?

-En la fábrica del frente.

Gustabo se encargó de robar la tienda antes de colocarse frente a la puerta, esperando a negociar.
Pasaron al menos unos veinte minutos hasta que vieron llegar el Z y las Marys.

-Joder, si por ellos fuera, ya hubiese robado la cuadra entera.- Se quejó Gustabo.

-La policía de aquí es una mierda, no tiene quien los controle.- Agregó uno de los rehenes.

-¿Cómo? ¿No tiene líder?

-¿Que va? Si están haciendo las elecciones. Por eso se tardaron menos de lo habitual. ¡Suelen tardarse hasta una hora! Dicen velar por nosotros, pero solo se salvan el pescuezo. No quieren que su nuevo jefecito les regañe.

-Vaya rehén más tóxico me saliste, amigo.- Rió el menor.

Finalmente, un policía se colocó frente a la puerta y Gustabo volteó a verlo.

-Buenas noches, ¿es noche de donuts?

-¿Cómo dice?- Pregunta el oficial.

-Como se demoraron...- Suspira. -Nada, nada. Dígame, ¿están listos?

El oficial volteó a ver a sus compañeros que regresaban de hacer perímetro.

-Si, podemos comenzar. ¿Qué va a querer por el primer rehén?

Gustabo se detuvo un momento para pensarlo bien, consideró las propuestas de su compañero de atraco y su experiencia en vídeojuegos y películas. Examinó detrás del oficial, habían otros tres. Uno a cada lado de la puerta y otro que veía fijamente a la fábrica.

Así que sospechan que hay un tirador...

-Bueno, comencemos con lo básico, nada de modificar el auto.

-Me parece bien. Que salga el primero.

El oficial tomó la radio de su hombro y comenzó a hablar por ella para informar de la situación. Mientras, Conway señaló a un hombre que se pusiera de pie y saliera, la policía lo recibió y cacheó rápidamente.

-¡Está limpio!- Se escuchó.

-Sigamos entonces.- Dijo el agente.

-Bien, por el segundo rehén quiero... Huida limpia, nada de pinchos ni tapaderas.

-Señor, esas son dos cosas. Es una por rehén.

-¿Cómo que dos? Huida limpia, es una.- Se cruza de brazos. -Sobre que llega tarde, se pone exigente.

-Hago mi trabajo, señor.

Gustabo vio nuevamente detrás del sujeto, con la mirada fija al tejado de la fábrica, por supuesto que el agente notó esto. Y estaba claro que aquello era lo que el enmascarado buscaba.

-Piénselo otra vez...- Guiñó a la nada y volvió a ver al sujeto, parecía nervioso. -¿Usted es nuevo?

-Si...

-Apuesto que tiene una linda nuca, debe verse aún mejor desde arriba. El último que vino si que la tenía.

-¿Cómo dice...?

Conway veía desde atrás sin comprender en su totalidad lo que estaba haciendo. ¿Quería hacerle creer que había un tercero?

-Oh, nada... Y bien, ¿donde íbamos, huida limpia?- Volvió su vista a la fábrica.

El oficial interrogó algo por la radio, el policía que veía hacia la fábrica, comenzó a moverse por la calle.

-¿Entonces?- Insistió Gustabo.

-S-Si, le doy huida limpia.

-¿Pinchos y barrera?

-Si, señor...

-Correcto. ¿Compi?

El rubio enmascarado volteó a ver a Conway con una sonrisa similar a la de un niño que logró su travesura. El contrario resopló e hizo señas a una mujer para que saliera. Una vez fuera, le revisaron.

-Tercer rehén, oficial. Clave Robert.

-Hecho.

El tercer hombre salió.

-Y por último, quiero dos Mississippis.

-De acuerdo, pero tendrá que añadir un quince por cierto del botín.- Explicó.

-Bien... Que sea un veinte por ciento y tres Mississippis, ¿qué tal?

El policía parecía dudar, pero bastó con otra sonrisa al tejado para que aceptara.
El último rehén en salir, fue el que parecía odiar a la policía.

-¡Arriba España!- Celebró con un silbido antes de cruzar la puerta.

-Ese sujeto es mi ídolo.- Le dijo a su compañero mientras lo señalaba.

-Bien, le informo. Tendrá tres Mississippis desde que ambos estén sobre el auto, debe saber que si pone en riesgo la vida de los civiles, la clave Robert volverá a activarse.

-Afirmativo.- Hizo entrega de los cinco mil euros que correspondían al porcentaje establecido.

-Bien, salgan en cuanto escuchen la sirena. No antes o rompemos.

El policía se retiró y Conway se acercó a su compañero, guardando la SMG en su espalda.

-Eso salió bien.- Dijo Gustabo.

-Si, más de lo que esperaba. Bien hecho, nenaza.

El susodicho ocultó una sonrisa orgullosa luego de aquél halago, era la primera vez que el sujeto decía algo lindo en vez de insultarle.

Es un avance.

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24/11/21: Estoy nerviosa gemte ;( Voy a ser DM por primera vez, y nunca jugué DnD...

Bueno, nadie la mesa lo hizo... Casi
Estoy leyendo el manual como si fuera la vida en ello.

¿Algún consejo? ;w;

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