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Julene 's pov.
(Fragmento de Encuentro Inesperado, capítulo final)

Esto es la decisión final.

Su mano empieza a cambiar, igual que el resto de él, su mano vuelve a tener apariencia humana igual que él, la tormenta recupera fuerzas, es más fuerte que antes, Kyrdiness ha adquirido un cuerpo mortal, la lluvia lo baña por completo, camino indecisa hacia él, no estoy segura de lo que haré.

- ¡Julene! - Volteo al lugar donde proviene el grito.

Quien ha gritado es Lloyd, esta acompañado de Kai, Zane y Cole, el cielo es iluminado por un relámpago, después llega el trueno, que de seguro ha despertado al resto, acto seguido, Wu llega corriendo.

- ¿Qué esperas? ¿La alfombra roja? - Me apresura, Kyrdiness abre un portal negro, tiene medio cuerpo dentro del vórtice, aún me extiende su mano.

Lloyd también me extiende la suya.

¿A quién seguir? ¿mi padre o Lloyd?

Lo que escoja lo puede cambiar todo, cierro los ojos para tomar la decisión, al abrirlos, camino hacie él, tomo su mano, no hay vueltas atrás ya.

Abro los ojos con cierta pesadez.

Kyrdiness esta frente a mi comiendo una manzana, enfoca sus ojos en mi soltando una carcajada como todo demente que es. Lanza la manzana a algún lugar del vestíbulo dirigiéndose a mí a paso lento. Sonríe mostrando su afilada dentadura, su cuerpo es envuelto por su negra aura, suelto un bostezo.

- no me digas que te arrepientes de tu decisión, tontita - comenta con cierta burla, siento un nudo en la garganta, las palabras no salen de mi boca más que balbuceos sin sentido alguno, Kyrdiness mira con frialdad, una fría mirada - tu tenías conocimiento de las consecuencias, niña, no me vengas con que te arrepientes después de varios años a tan sólo estar un paso de conquistar la ciudad.

- ¡Claro que no me arrepiento de mis actos! - me pare del trono de un brinco alzando la voz, sentí un vuelco en el estómago ante mis propias palabras, desvíe la mirada a un punto fijo del suelo, Kyrdiness ensanchó su sonrisa - Al contrario estoy satisfecha con ser la emperatriz de Ninjago.

Adair 's pov.

Lo observaba atentamente cada movimiento contaba, no podía fallar, no ahora. Aún me arrepentía, mi cabeza dolía, siempre que algo me preocupaba dolía.

Preocupación, ni siquiera entiendo como es posible sentir eso, después de todo se supone que no existo, ni siquiera debería de tener nombre y rostro.

Me dieron a escoger entre él y mi honor, hubiera elegido a él sobre todas las cosas, pero se me fue negado el futuro con él.

Sólo él era una ilusión la cual perseguía, ellos me prometieron ser real, sueños e ilusiones nuevas, y a alguien como él.

Honor, tampoco entendía eso del todo, que sé puede decir, después de todo apenas comenzaba a vivir, una corta vida de sólo treinta días, y con él fueron únicos.

Los buenos momentos no duran para siempre, pero si el tiempo suficiente para hacerse inolvidables ¿acaso me equivoco?

- Damian - él se giró notablemente aturdido, era obvio sonreí con tremenda debilidad mientras lágrimas escurrían por mis pálidas mejillas, lágrimas moradas, tal y como ellos lo eran, posicioné ambas manos sobre lo que los seres de la luz llaman corazón - te prometo con el corazón en mano que no te defraudaré, siempre te recordaré, jamás te fallaré.

- Je, al menos pude verte una última vez en la caída - sonrió con ironía, apretando sus puños, ambos estábamos preocupados para lo siguiente, sólo uno podía sobrevivir, a ambos se nos fue negado un futuro juntos. Era yo o él, era la réplica o el modelo. Una lágrima cristalina bajo por mi mejilla deslizándose por mi barbilla, solté el aire acumulado.

- En otra vida saldría contigo.

- No la hay, desgraciadamente sólo existe esta, y no pude tenerte... - hizo una pausa, en la que sólo se oían nuestras respiraciones, la neblina comenzaba a dispersarse, entonces el bajo la mirada, sus puños se prendieron en fuego morado, en cuanto alzó nuevamente la mirada, sonrió, hubo un vuelco en mi interior, era la sonrisa más sincera y bella que había visto, sus pequeños hoyos lo hacían verse aún más tierno, él me estaba regalando la sonrisa más bella - ¿Serias mi novia?

- Damian, claro que lo sería - mis puños se encendieron en fuego negro mientras me iba acercando a él, recibiendo mi cuerpo con los brazos abiertos.

Lo siguiente en suceder fue el brazo más esperando en toda mi vida, su aroma, olía tan bien, tal y como había imaginado.


- Te juré recordarte, y lo cumpliré - mencioné mientras tomaba mi costado de donde tenía una herida de muerte mientras cojeaba alejandome más y más de el cuerpo inerte del nieto del amo de la oscuridad, todo a mi alrededor daba vueltas, me sentía cada vez más pesada, entonces sucedió mis piernas colapsaron

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