7. Weekend

Kunikida había salido y Atsushi tenía que entrenar con él, esperaba ansioso su primer domingo de descanso después de tanto trabajo; era sábado por media tarde todavía cuando todos los Agentes ya deseaban salir, Fukuzawa al ver tanta desesperación decidió dejarlos ir antes de tiempo.

Atsushi brinco en su mismo asiento feliz, Yosano, los hermanos Tanizaki y Dazai ya habían desaparecido

- Atsushi-san – le llamo la pequeño Kyouka

- Dime Kyouka-chan

- Hoy me toca hacer las compras ¿te molestaría ir solo?

- Está bien – sonrió el albino – te esperaré en casa entonces

- Si – sonrió la pequeña

Atsushi iba saltando como colegiala feliz, su primer domingo de descanso había llegado, pensó en que hacer, desde tomar un ducha hasta dormir por horas, habían tantas posibilidades pero el bañarse y dormir sin cesar llamaba más su atención. Llegando puso en práctica lo que había aprendido de Kunikida en la semana, no confiar del todo en la habilidad pero aprovecharla, y lo que sintió fue... El olor a mafioso sanguinario

Akutagawa miro entrar al albino y Atsushi lo miro algo desaprobatorio – Ryu ¿Qué pasaría si Kyouka venía conmigo?

- No soy tonto, vi que se fueron en direcciones diferentes

- ¿me seguiste?

- No, eres lento, hice tu maleta mientras

- ¿Qué? ¿maleta? ¿Por qué? ¡¿nos descubrieron?!

- Cálmate, claro que no – dijo irritado el mafioso – eres desesperantemente ruidoso

- Lo lamento ¿entonces?

- Es una sorpresa – sonrió el mafioso – vamos antes que llegue Kyouka

- De-debo avisarle ¿Qué podría decirle?

- Que te encontraste con un antiguo compañero del orfanato y listo

- Va-vale

Atsushi escribió una nota rápida para Kyouka, la cual dejo en la mesa de centro y salió del departamento, Akutagawa había salido por la ventana, sabía bien no dejar rastro de nada, Atsushi le siguió por la calle mientras el mafioso se movía entre callejones, su destino: los carriles del tren.

Habían llego a su destino cerca de la noche, sus maletas habían sido llevadas a la habitación por la asistencia del hotel. Atsushi miraba fijo aquella enorme entrada, tan colorida y tan maravillosa

- E-Es

- Sip, lo es

- ¡DIS-DISNEY!

Habían llegado justo para la función de fuegos artificiales y el espectáculo nocturno, Atsushi parecía un niño pequeño saltando de un lado a otro, estaba verdaderamente feliz y Akutagawa sonrió al verle así de feliz, además agradeció tener a Rashoumon pues aquel tigre no dejaba de correr, si no fuese por Rashoumon lo hubiera perdido horas atrás.

- ¡Akutagawa! – gritaba el tigre – ¡mira, mira, mira! Más fuegos artificiales – decía emocionado el albino

- Los veo Jinko, los veo – dijo divertido el mafioso mientras miraba al albino – mañana montaremos en los juegos

- ¡si! – grito Atsushi emocionado

Los fuegos artificiales continuaron, Akutagawa se sintió afortunado, quizá... olvido por completo el hecho de ser un mafioso, estaba en Urayasu de la prefectura de Chiba, nadie lo descubriría fácilmente, estaba tranquilo, tomo la cintura de Atsushi y esté le miro en un sonrojo - ¿A-Akutagawa?

- Te lo dije... Llámame por mi nombre cuando estamos solos – dijo el mafioso acercando más al albino a su pelvis, Atsushi se sonrojo, Akutagawa sabia obtener lo que quería y el rojo en las mejillas de Atsushi le daba la victoria.

- Pa-para – dijo nervioso el albino sosteniendo sus manos en el pecho del mafioso, estaba avergonzado - ¿Qué tal si nos descubren?

- Nadie aquí nos conoce – sonrió el mafioso afianzando el agarre en su cintura – prepárate, tienes un criminal de pareja

- To-torpe...

Los fuegos artificiales habían terminado, ambos decidieron ir a cenar, ¿y por qué no? El restaurante de Disney traía una gran variedad y más que habían elegido el espacio sin niños, parejas por todas partes y platillos especiales con corazones hacían al albino sonrojarse más, apenas podía ver al mafioso – olvide decirte que no te empaque una pijama – hablo el mafioso

- ¿eh? ¿Por qué no? – preguntó el albino

- Por qué no usaras – sonrió el mafioso y Atsushi sintió como el alma salía de su cuerpo

- Aprovechado – se quejó Atsushi

- ¿por cuantos centímetros seré más alto?

- Unos 2 cuando mucho – dijo Atsushi restándole importancia al mafioso

- Y soy más delgado que tu

- Sí, eso es muy obvio – se quejó el albino dejando la comida de vuelta en el plato

- No lo decía para que dejarás de comer

- ¿a qué quieres llegar con la altura y el peso?

- Quería saber hasta dónde te llevaría una de mis camisas, creo que apenas taparía tus muslos, te verás muy seductor – dijo el mafioso y Atsushi se quedó paralizado

- ¿Q-u, e-, ¿wh- ma? – no podía ni completar una palabra y Akutagawa no paraba de reír

- Esto es grandioso, deberíamos venir más seguido – bromeaba el mafioso mientras Atsushi tomaba agua para recuperarse.

La cena "¿provocadora?" De Akutagawa y Atsushi había terminado, aunque no hacia frió, Akutagawa aprovecha a molestar al albino, abrazándolo por atrás y metiendo sus manos en sus bolsillos – hoy no has parado – se quejó Atsushi

- No podemos ser vistos en Yokohama, aquí por lo menos puedo hacer estas cosas, salir a cenar, tener una cita, abrazarnos, así que déjame disfrutar – menciono molesto el mafioso, casi en un regaño pero eso no evito que besará la mejilla del albino – vamos a la habitación

- N-no lo digas así – volvió a quejarse el albino y Akutagawa volvió a reír – ciertamente... me gusta verte sonreír tanto

- Lo sé... olvide la última vez que sonreí tanto – acaricio los cabellos del albino – la carga se nivela a tu lado

- Y el amor ocupa más espacio – sonrió el albino

- Ciertamente – dijo serio el mafioso al ver los ojos de Atsushi brillar por las luces del parque – damm it, corramos a la habitación

La noche de habitación había sido única, era su segunda noche juntos y Atsushi aún se encontraba nervioso así como Ryunosuke ansioso, el mafioso había comenzado por besar al agente, besos calidos y seguidos que poco a poco se hicieron húmedos y largos

A pesar que Atsushi daba pasos atrás, Ryunosuke los daba hacia adelante, sostenía al chico desde su cintura mientras usaba su mano libre en despojarlo de su corbata, el agente siendo atrapado por un limbo actuó rápido en quitarle al mafioso su saco negro y pañolete del cuello. No era la primera vez, pero ahora que conocían el ritmo de su corazón podían ser un poco más detallistas o "románticos" en su proceder.

El pequeño dejo salir un ligero suspiro de sus labios los cuales su pareja admiro por unos segundos, beso la frente del albino y sonrió - ¿quieres continuar? – pregunto el mafioso esperando un "si" pero nunca llego, a su respuesta llego un acercamiento que ni el mafioso vio venir, Atsushi solo ataco a su cuello, primero depositando un beso casto y puro para después sumergir sus labios, usando su lengua y succionando para crear una marca en el mafioso – e-eso no me lo esperaba

- ¿quieres más sorpresas? – pregunto el albino y el mafioso sonrió mientras tomaba los sujetadores en su pecho

- Sorpréndeme

Akutagawa termino de quitar los sujetadores de Nakajima con ello había liberado su camisa también, se dedicó a desabotonarla mientras Atsushi suspiraba por sus roces, deslizo sus manos por el pecho del albino hasta sus hombros donde una vez más deslizo sus manos pero ahora hacia los extremos para dejar aquella prenda caer.

Acerco sus labios a los hombros de la piel desnuda, admiro un momento el olor que lograba percibir, acomodo su nuca entre el cuello y sus cuencas, aprovecho para besar lento aquel espacio llamado "hombro" que para Akutagawa en ese momento solo era "hermoso"

Atsushi no se quedaría atrás, además de regalarle un canto de suspiros al oído del mafioso aprovechaba para quitar la camisa de su pareja y ¿Por qué no? Desabrochar su pantalón

El mafioso había pasado a los rosados pezones del agente, Atsushi ya no suspiraba, comenzaba a gemir mientras se sostenía del cuerpo del mafioso por las sensaciones electrizantes que corrían por su cuerpo y piel – Ryu-Ryunosuke – le llamo avergonzado

- ¿Qué pasa? ¿no logras sostenerte? – pregunto abandonando los pezones de sus labios más sus dedos continuaron

- N-no del todo – confeso avergonzado. Akutagawa volvió a enderezarse, no permitió que Atsushi soltara su persona, al contrario, hizo que lo abrazará de mejor forma por el cuello – es-espera Ryu – se volvió a quejar pero el mafioso fue más hábil para tomar los glúteos del albino y sostenerlos.

- Usa tus piernas en mi cintura – ordeno el mafioso y el albino obedeció, ahora Akutagawa sostenía por completo a Atsushi. – te llevaré a la cama

Atsushi se avergonzó pero no desaprovecho el momento, estaban cerca, muy cerca, un poco hacia el frente y había alcanzado sus labios, el albino había comenzado un nuevo beso, no uno muy apasionado pero si duradero y lo necesario para continuar su camino

Le dejo caer en la cama mientras admiro sus ojos, dorado y morado ¿Cómo era posible esa combinación? ¿Era humano? No del todo, era un tigre. Volvió a juguetear con sus pezones y Atsushi esta vez reía por las sensaciones en su cuerpo, acariciaba la cabellera azabache de su pareja, hasta que le sintió lejos... o más bien quise decir cerca.

Atsushi subió su mirada para ver al azabache quitar su pantalón y acariciar por encima de su bóxer – estas tan grande – dijo el mafioso sonrojando al albino - ¿quieres que empiece ya?

- S-si – respondió Atsushi para levantarse ligeramente y tomar el cuello del mafioso – hagámoslo – pidió para después besar una vez más a su pareja

Akutagawa aprovecho el beso para terminar de desvestirse, se dejó caer encima del albino, juntando ambos miembros y rozándose uno con el otro, motivándolos y llenándoles de energía, fluidos corporales se movían y mezclaban, llenaban el pelvis del albino así como sus glúteos de ellos, el sudor adornaba la frente, cuello y pecho de ambos chicos, era un ejercicio pesado el que llevaban ambos. Se separó ligeramente, se sentía ansioso nuevamente - ¿te molesta que entre? – pregunto el mafioso

- Estaré bien – respondió el albino

- Puedo decirlo: Amo tu regeneración

- Cállate

El mafioso sorprendió al agente por levantarlo de la cama, fue solo un pequeño giro donde Akutagawa había quedado sentado y Nakajima encima suyo – quiero apreciar cada expresión de tu rostro y cuerpo – sonrió el mafioso abriéndose paso en el interior de Atsushi

Atsushi sintió entrar el miembro de Akutagawa, sintió como su interior se abría y acomodaba para recibir a su visitante, sus paredes mojadas y estrechas le pedían detenerse pero su cuerpo continuaba la travesía, la piel le dolía por la sensación de invasión, todo le daba punzadas y todo era calamidad, hasta que llego al fondo y se mantuvo allí quieto, esperando. – Ryu-Ryu – le llamo entre quejidos el albino, Ryunosuke limpio las lágrimas que se asomaban de los ojos de Atsushi y ambos se sonrieron, podía sentir como su intimidad de ajustaba a la del mafioso, su interior ya estaba tranquilo, por lo que el mafioso aprovecho para moverse

El rostro de Atsushi se bañó en sudor, el albino había cerrado sus ojos a tales movimientos, el dolor punzante precedía pero Atsushi ahora lo disfrutaba, entre pujidos y halagos dignos de un "mgh". "aah" Ryunosuke sabía que Atsushi estaba disfrutando de ello, no dudo en subir la velocidad y con ello jugar con los pezones una vez más, sin soportarlo, Atsushi dejaba salir saliva de su boca así como los gemidos eran incontrolables ya.

Ryunosuke siguió marcando el cuerpo del albino así como el otro le rasguñaba por encontrar un agarre a su persona - ¿pu-puedes más a la iz-izquierda? – pidió el albino entre gimoteos

- ¿tanto quieres que llegue a tu punto? – sonrió el mafioso – haré lo mejor – agrego. Y además obedeció. Atsushi rápidamente sintió como aquel punto le hacía acelerar su corazón

- S-si a-allí, justo allí – dijo el albino tan seductor que Akutagawa no dudo en estamparlo en la cama y abrir paso a más y más – es-espera no tan rápido – pidió el albino sintiendo su vida irse

- No puedo resistirlo más – confirmo el mafioso mientras abrazaba al albino, aprovechaba para dejar una que otra mordida alrededor de sus hombros y pecho. Claro que Atsushi no se quedaba atrás, había empleado la misma fórmula y mordido al mafioso como si no hubiera un mañana

Después de hallar ese punto bastaron un par de minutos más para que ambos pudieran terminar su ronda de amor, Akutagawa descansaba su lado mientras Atsushi recuperaba su respiración – me has dejado completamente mordido – hablo el mafioso

- Tu comenzaste a morder – se quejó el albino – Ryu

- Dime

- Quiero agua – pidió el albino

- Entiendo – suspiro mientras se levantaba

- Y... cuando vuelvas – hablo el albino mientras se tapaba con la almohada el rostro – tengamos otra ronda – dijo avergonzado, Akutagawa sonrió nuevamente

- Todas las que quieras, tigre regenerativo

- Idiota...

La noche era corta y el parque esperaba... 



¡Hola a todos! lo sé, lo sé, me pase de romántica, bueno no, sé que pudo haber sido mejor pero espero lo disfruten, se acerca el fin de este fanfic, lo cual, enserio lo he amado mucho, gracias por seguirlo, y espero que estén preparados para el final.

¡Gracias por leer!

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