3. Prado de margaritas
Habían dejado de verse, claro, no se veían a diario, solo una vez a la semana, pero después de su encuentro en el cementerio de Miura no se habían vuelto a poner en contacto, otro fin de semana había pasado sin ningún mensaje o una coordenada donde verse, no querían verse. Akutagawa tenía días libres por las bajas que había que reclutar, pero Atsushi continuaba su trabajo y aquella misión que cambiaría todas sus palabras
"El miedo que sentí en ese momento. Comprado al que sentí cuando luché con Akutagawa en el barco, comparado al que sentí cuando luche con Fitzgerald en Moby-dick. Pero fue... mucho peor"
Atsushi había pasado media tarde resolviendo un caso que no le vio el sentido, sus sentimientos estaban contraídos ¿Por qué sus compañeros le pedían concluir con aquello? El director de su orfanato, aquel que le lastimo, estaba muerto. Toda la tarde pensó en aquel hombre, recordó cada tortura que lo marco, recordó cada gesto y cada momento en el que lo odio... Incluso a media tarde se encontró con Akutagawa, el cual no sé veía muy contento de verle tampoco, aun su pelea seguía en pie pero sus palabras nuevamente le hacían pensar
- Con lo molesto que eres ahora, incluso si te derroto, no sería una victoria. Además, mi maestro es Dazai-san, pero él no es el tuyo. Tú maestro es el hombre de la foto
Con aquella mirada gélida perteneciente solo del mafioso... no, Atsushi notó la diferencia, Akutagawa sabía algo, quizá su mirada era fría pero su rostro era diferente al de siempre.
- Hoy es el aniversario de la muerte de tu mentor, así que te dejaré
Entonces fue cuando Atsushi solo dudo más y más, su cabeza era un lio, él era un lio, la florería no ayudaría, Akutagawa no había ayudado y Tanizaki no paraba de decir tonterías, Atsushi había explotado en rabia, enojo, tristeza ¿Por qué? ¿Por qué nadie se alegraba junto con él? ¿Por qué él no podía estar del todo feliz? ¿Por qué?
Sus dudas lo llevaron de regreso al antiguo orfanato, donde presencio el entierro de aquel hombre, una vez finalizado y sin ser visto se encamino al parque de Yokohama, donde respiro el aire fresco de la bahía, no quería ver a nadie, no quería saber de nadie
Entonces Dazai llego y una plática llevo a otra, hasta que la duda que más temía Atsushi surgio
- Dazai-san ¿todavía recuerda la primera vez que nos encontramos? ¿recuerda cuando buscamos juntos al tigre? ¿Por qué el director... le oculto a todos el hecho que yo era un tigre?
- ¿Quién sabe? Pero guardar el secreto todo el tiempo debió ser difícil...
Nuevamente Atsushi se hacía un mar de dudas, sabía pero no quería que esa fuese la verdad... no la deseaba, ni la perdonaba. Dazai hablaba con razón pero Atsushi seguía sin querer perdonar, no podía perdonar, ni siquiera se imaginaba haciéndolo y fue entonces cuando Dazai se levantó.
- Es obvio que la persona que odiaba está muerta y no existe más en el mundo y aun así no sé cómo debería sentirme ante eso.
- Cuando el padre de alguien muere, éste llorará.
Atsushi se quedó solo y por unos momentos sorprendió, su rostro se fue suavizando y forzándose, fue cuando termino llorando solo en aquella banca.
Akutagawa caminaba tranquilamente por la noche, imaginaba encontrarlo, era predecible, si, el albino seguía allí. Había leído todo sobre el sujeto de la tarde, sabía lo afectado que estaba el albino pero no sabía cómo acercarse, solo suspiro y se dejó caer a su lado en la banca, Atsushi no se movió, sus manos cubrían su rostro aún, así que el mafioso se quedó en silencio esperando hasta que el albino se sintiera mejor, admitía estar molesto pero... no olvidaba la noche en que Atsushi lloro sin control o las palabras que uno al otro se decían
Con el paso de los minutos Atsushi se fue calmando y suspirando, recuperaba la respiración y se agitaba, se sentía a morir; miro a su lado y vio al mafioso leyendo un libro, se sorprendió al verle a su lado pero nuevamente se calmó, aspiro fuerte por su nariz y tallo sus ojos antes de intentar hablar pero su voz había sido cortada por el mismo llanto, está vez su voz era trémula, aun así...
- Akutagawa – le llamo haciendo al azabache voltear a verle - ¿Qué haces aquí? – pregunto
- Desde la tarde imagine que terminarías así – respondió el azabache
- ¿Cómo paso Akutagawa?
- Pues iba caminando y el camión venía a sus espaldas así que
- ¡NO ESO! – grito el albino - ¿Por qué un camión?
- ¿aún quieres matarlo?
- No es como si fuese a volver...
- Sólo yo se tus verdaderos sentimientos Jinko
- No quiero tenerlos
- Lo sé – suspiro el mafioso – se donde puedes ir
- ¿ir? ¿A dónde?
- ¿quieres sentirte mejor? Tienes mucha rabia ¿no? – Atsushi solo había asentido la cabeza sin entender mucho al azabache – entonces sígueme
Akutagawa se había levantado y Atsushi no pretendía seguirle... Le siguió.
Habían vuelto a caminar como lo habían hecho ya, de noche, separados, parecía que volvían a iniciar, Atsushi seguía a Akutagawa hasta una bodega abandona ¿eso era buena idea?
- ¿Qué es esté lugar? – pregunto Atsushi a la defensiva
- Aquí entrenaba
- ¿entrenabas?
- Dazai-san llegaba a ser muy cruel con sus palabras, usaba está bodega para entrenar horas extras
- No sé hacer eso... - dijo cabizbajo el albino
- Está bien, te ayudaré – dijo para llamar a Rashoumon – lo haremos juntos
- Cla-claro
A los minutos, Atsushi se encontraba corriendo por todo el lugar, evitando tanto obstáculos como a Rashoumon, lo peor de todo, Akutagawa había logrado reflejar en Rashoumon a su director, Atsushi se sentía abrumado, cansado, débil, solo corría y golpeaba a Rashoumon, así había pasado los minutos y después las horas, Atsushi había caído rendido aquella noche, Akutagawa suspiro y sin más se retiró, ya no tenían más que hablar.
A la mañana siguiente Atsushi se despertó agitado y algo aturdido, no conocía la hora, mucho menos el día, su cansancio había llevado a su mente divagar y soñar, aquel sueño que incluso el mismo no se iba a perdonar.
...
Atsushi se encontraba recostado en un prado con margaritas, las nubes tapaban el sol, extrañamente todo se había nublado, llovía más el albino no se mojaba, ni siquiera sentía frio
- ¿estoy muerto? – se preguntó así mismo Atsushi
- No lo estás - escucho una voz conocida, sus ojos dejaron de ver el cielo, se enfocaron atrás de él pero aun hacia el cielo
- ¿Akutagawa? – pregunto el albino - ¿Qué haces aquí? ¿Qué hacemos aquí?
- Es nuestro día – respondió el azabache
- ¿nuestro día?
- Que idiota, volviste a olvidarlo
- ¿olvidar? ¿Qué he olvidado Akutagawa?
- ¿estas molesto?
- ¿Qué? No, estoy confundido ¿Por qué estaría molesto?
- Solo me llamas por mi apellido cuando estas molesto
- ¿Qué?
- Atsushi ¿en serio que te ocurre?
- ¿e-EH?
Akutagawa había tomado asiento al lado del albino, Atsushi miro bien y se dio cuenta que Akutagawa vestía casual, bastante, es decir, unos jeans, una playera y una chaqueta larga, diablos, era una cosa realmente extraña de ver, el albino no entendía, estaba frustrado y sintió la palmadas suaves en su cabellera, su sorpresa fue grande al ver al mafioso acariciar su cabello
- ¿estas mejor? - pregunto amable el azabache
- Esto... es raro
- Es raro que actúes de nuevo así ¿acaso nuevamente tienes remordimientos?
- ¿Por qué tendría remordimientos?
- ¿realmente estas bien? Tuviste remordimientos fácilmente por unas 4 semanas después de que empezamos a salir
- ¿eh?
- Realmente estas mal Atsushi
- ¿eh? ¿sa-salir?
- Si, salir, ¿lo olvidas? Tú me besaste a mi
- ¿E-EEEEEEEEEEEH?
...
Atsushi solo había decidido levantarse después deese sueño tan extraño, sus pasos lo guiaron a la agencia, recordando... eradomingo. Regreso a casa y se recostó en su futon esperando respuesta de lo quehabía soñado aquella noche...
...
¡Gracias por leer!
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