✧chapter twelve

Una semana pasó, sin más encuentros entre Taehyung y Jungkook, pues aunque se suponía que el mayor lo llamaría después de aquella plática en el garage, aún no lo había hecho.
No tanto por falta de valor, si no más bien por tener esperanza sobre que Yoongi y Namjoon cambiaran de opinión.

Cosa que, por supuesto, no sucedió, y después de siete días perdidos, era tiempo de regañar a Jungkook.

—¿Y bien? — preguntó Yoongi con los brazos cruzados. Los tres se encontraban en la habitación de éste preparándose para su ensayo.

—¿Bien qué? — Jungkook arqueó una ceja fingiendo confusión.

—¿Llamaste a Taehyung como te pedí que hicieras? — sabía perfectamente la respuesta, pero quería ver cuanto tardaba su amigo en darse cuenta.

—Sí, y dijo que no. — desvió la mirada.

—Jungkook, ni siquiera me pediste su número, no te hagas chistoso. — bufó.

—¿Entonces para que preguntas si ya lo hice?, si no tengo su teléfono no puedo llamarlo. — ambos se miraron de forma un poco molesta.

—Tú estás perdiendo tiempo que no tenemos, el concurso es en un mes y aún no hemos ensayado lo suficiente. — le recordó con una mueca.

—Ya vale, le llamaré. — rodó los ojos.

—Hazlo ahora, así me aseguro de que en realidad cumplas. — Namjoon sólo los veía divertido, pues le causaba gracia sus expresiones.

—¿Tienes su número? — tuvo que resignarse a que no habría cambio de planes.

—Mmm, no. — Jungkook bufó —Pero tengo el de Jimin, él me lo puede dar.

—Pues apresúrate. — aún se dio la libertad de decir aquello, sabiendo que de no haber sido por su orgullo, esa llamada habría sucedido hace días.

—Cállate. — se levantó de la cama y salió con rumbo a la sala de estar, lugar donde tenían el único teléfono de la casa.

Los otros dos lo siguieron, acomodándose en el sofá junto a la mesa del aparato, y quedando prácticamente encimados por el afán de escuchar la conversación entre Yoongi y Jimin.

El pálido marcó el número —el cual se sabía de memoria— y aguardó algunos segundos hasta que el chico peli rosa contestó.

—Hola Minnie. — su voz siempre cambiaba a un tono dulce cuando hablaba con Jimin.

—Uy, el amor. — dijo burlón Jungkook cerca de su oído, haciendo reír a Namjoon.

—Cállense. — los miró de reojo —Lo siento, están éste par aquí jodiendo.

Después de unos minutos platicando sobre cosas irrelevantes, Yoongi encontró el momento de comentarle a Jimin lo que requería, dándole también una pequeña explicación del porqué para evitar mal entendidos.

—Oye Minnie, ¿me podrías dar el número de Taehyung?, necesitamos hablar con él. — se escuchó un "claro, ¿pero de qué hablarán?" —Ah, esque queremos invitarlo a ser el vocalista de la banda.

—Ustedes quieren, no me metas en el mismo saco. — bufó Jungkook.

—Que te calles. — habló entre dientes —No, tú no Jimin, es Kook al que estoy callando desde hace rato.

—Apúrate, tenemos que ensayar. — reclamó el peli negro.

—Ash... — se escuchaba como Jimin reía debido a las interrupciones en la llamada —Lo lamento Minnie, no puedo hablar mucho, ¿podrías darme el número?

El peli rosa, aún entre risitas, le dictó el teléfono de Taehyung, diciéndole además que recordara contarle más detalles después para que ayudara con el plan.

—Te llamaré más tarde, gracias. — sonrió con algo de timidez — Adiós Minnie. — el contrario se despidió, e hizo sonar un beso por la bocina antes de colgar.

—Iugh, que cursis. — bromeó nuevamente Jungkook.

—¿Si te gusta verdad? — comentó Namjoon.

—Eso no es de su incumbencia. — sintió sus mejillas calentarse.

—Ja, ya no lo negaste. — rieron ante la expresión poco ruda de Yoongi.

—Ya silencio, llámale a Taehyung. — aclaró su garganta, pasándole un pequeño papel donde había anotado rápidamente el número.

Se reacomodaron en el sofá, dejando a Jungkook junto al aparato, Yoongi encima de su hombro y Namjoon detrás de él. Y gracias a la curiosidad que tenían, Yoongi puso el altavoz en contra de la voluntad de su amigo, así los tres escucharían su conversación.

—Me mandará al demonio. — anunció empezando a marcar.

—Es mi teléfono, responderá pensando que soy yo. — sonrió malicioso el pálido.

Esperaron por algunos segundos, hasta que el rubio contestó, y claramente podía escucharse de fondo una canción de Madonna, quizá estaba en su habitación mirando el techo mientras cantaba esa música pop. Y bueno, sin querer, Jungkook se lo imaginó recostado en su cama haciendo exactamente eso, pensamiento que borró rápidamente al escucharlo hablar.

—¿Hola, Yoongi? — dijo de primera —¿Porqué me llamas a mi?, Jimin se enojará.

—Soy Jungkook. — el otro par luchaban por no reír debido a la expresión nerviosa que el peli negro tenía.

—Ash, adiós. — bufó, y justo antes de que colgara, el mayor lo detuvo.

—¡Espera! — aclaró su garganta —Digo... Aguarda, tengo que hablar contigo.

—¿Sobre?

—Bueno... Ah, Yoongi y Nam piensan que serías un buen vocalista para nuestra banda. — rodó los ojos.

—Creo haber dicho que no me interesaba el puesto. — bufó.

—Es lo que yo les dije, pero son necios. — imitó aquel sonido harto —Así que insistieron en que te llamara para convencerte.

—¿Y porqué tú?, bien pudo decírmelo Yoongi o Nam.

—Exacto, ¿oyeron?, piensa lo mismo que yo. — los miró de reojo reclamando —Pero en fin... ¿Aceptas?

—Eres malo convenciendo gente ¿cierto?, así no accederé a nada.

—Ash... Te pones difícil. — ambos bufaron, mientras el par que escuchaba la conversación aguantaba la risa —¿Porqué no vienes a casa de Yoongi?, aquí podrían explicarte mejor el asunto.

—Mmm, no lo sé, hoy tengo práctica de patinaje, y también debo buscar una pareja para mi competencia. — fue ahí cuando el pálido intervino, prácticamente subiendo encima de su amigo, y pasando a golpear por accidente la cara de Namjoon.

—Quizá te podamos ayudar con eso si vienes. — dijo con un plan cruzando su mente —Anda, ven por la tarde.

—Por favor Tae, si no Yoon me volverá a golpear la cara como ahora. — Namjoon gritó aquello para que el rubio lo escuchara, resaltando la última palabra, y frotando sus manos en su rostro.

—Ah... Vale, iré, pero llevaré a Jimin porque me niego a ir yo solo. — suspiró resignado.

—Hecho. — Yoongi regresó a su lugar luego de eso.

—¿A las tres te parece? — habló Jungkook en medio de un quejido gracias a la repentina acción del contrario.

—Claro, adiós. — colgó sin decir más, y entonces el peli negro dejó el teléfono por la paz con un largo suspiro.

—¿Porqué le dijiste que le ayudaríamos con su cosa esa de patinar?, con mentiras menos va a querer. — reclamó con una clara confusión.

—Tú sólo déjame hablar a mi cuando lleguen, ¿okey? — el contrario asintió aún dudoso.

Yoongi había maquinado un plan en cuestión de cinco segundos, con el que, si funcionaba, todos saldrían ganando de alguna forma.
Pero obviamente necesitaba la ayuda de Jimin, por eso le había caído como anillo al dedo que Taehyung quisiera llevarlo, pues así hablaría rápidamente con él sobre todo lo que había pensado.

Definitivamente, éste par de cupidos no se cansarían hasta lograr su cometido, hacer que Taehyung y Jungkook estuvieran juntos —o de mínimo cerca— de alguna forma.

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