✧chapter three

Habían dado ya las diez de la noche, y Taehyung y Jungkook aún continuaban en un círculo repetitivo.
Decían alguna broma, reían levemente, se quedaban en silencio unos segundos, volvían a molestarse con algún comentario, bufaban, rodaban los ojos y repetían.

Evidentemente ninguno quería pasar más horas haciendo lo mismo, así que Jungkook pensó en una solución. Tal vez un poco de alcohol haría las cosas más sencillas de sobrellevar, además, sólo sería por ésa noche, después no volvería a ver al chico malvavisco.

—¿Quieres beber algo? — preguntó entre un suspiro.

—Mmm... — dudó, pues no le inspiraba confianza todavía como para hacerlo, pero, realmente le gustaba beber —De acuerdo, vamos.

Jungkook metió las manos en sus bolsillos, Taehyung sujetaba su bolso como si fuera un apoyo emocional, y ambos entraron a la casa.
Les fue difícil atravesar el gentío, pues la música pop que sonaba provocaba movimientos algo bruscos en los invitados, creando un verdadero laberinto.

Jimin y Yoongi los vieron caminar hasta la barra, y se sonrieron mutuamente, pensaron que los chicos se habían llevado perfectamente y que por éso beberían juntos. Sin saber que ésa no era la razón exacta.

—Una cerveza por favor. — pidió Taehyung.

—Dame lo más fuerte que tengas Nam. — habló Jungkook.

—¿Lo conoces? — preguntó curioso al escucharlo decir un nombre.

—Ajá, todos lo conocen, ayuda como bartender en la mayoría de fiestas. — Tae recargó su espalda sobre la barra improvisada.

—Bueno, yo no sabía quien era. — el chico que atendía, Namjoon, les entregó sus bebidas rápidamente — Gracias. — sonrió.

—De nada, lindo. — respondió caminando un poco lejos para atender a más gente, dejando a un rubio sonrojado.

—¿En serio te pones rojo con tan poco? — se burló dando un gran trago a su copa.

—Cállate. — bufó tomando de su cerveza.

A lo largo de casi una hora, ambos chicos se quedaron platicando con el bartender, o mejor dicho, Taehyung estaba animadamente hablando con él.
Resultó que Kim Namjoon era dos años mayor que Jungkook, con veinticuatro ya cumplidos. Él había acabado sus estudios hacia un año, y ahora se dedicaba a trabajar en bares y fiestas como hobbie, mientras mantenía un empleo de medio tiempo en un museo, dando los recorridos.
Le gustaban sus dos actividades, y le dejaban buenos ingresos.

Taehyung acabó bebiendo mucho más de lo usual debido a lo bien que se había llevado con Namjoon, pues no paraba de pedirle tragos con tal de quedarse a platicar. Jungkook por su parte, se mantuvo lo más sobrio posible, ya que sabía que no podía dejar al menor andar solo en su estado.

Sí, él realmente no quería ser una niñera, pero tampoco era tan cruel como para desentenderse de Taehyung ahora que estaba ebrio.
Después de todo, era su cita, y debía cuidarlo aunque le cayera mal.

Mientras Tae reía junto con Namjoon, la música cambió de forma un poco drástica, pues de un ritmo disco común, pasó a una canción movida de Queen.
Jungkook la reconoció al instante, pero no creyó que el rubio la fuera a ubicar también, ni mucho menos a ponerse de pie para bailar.

—¡Amo ésa canción, vamos a la pista anda! — jaló del brazo a Jungkook sonriendo abiertamente.

—¿Qué?, no, ni en sueños. — intentó negarse, pero acabó cediendo después de recibir una mirada amenazante de Yoongi a metros de distancia.

Taehyung lo arrastró hasta el mar de gente, y prácticamente lo obligó a entrelazar sus manos con el afán de bailar al mismo ritmo.
El menor sonreía y cantaba a todo pulmón, mirando, por primera vez en la noche, a Jungkook con una expresión feliz.
El mayor luchaba por no sonrojarse debido al contacto que estaban teniendo, y trató de retener sus pensamientos halagadores sobre Taehyung.

—¡Another one bites the dust! — coreaba meneando sus caderas y manos, haciendo que Jungkook bailara también.

—No sabía que te gustara Queen. — dijo intentando desviar sus pupilas lejos de las caderas y piernas de Taehyung.

—¡Me gusta mucho! — gritó y se apegó demasiado al mayor, envolviendo sus brazos en el cuello contrario —¿Y a ti?

—T-también... — lo miró a los ojos, y nuevamente tuvo una batalla interna para no corresponder el contacto tan repentino.

—¡Al fin tenemos algo en común Jungkookie! — sonrió sin apartarse.

Finalmente, el peli negro se rindió ante ésa tierna sonrisa, pensando que no estaría mal corresponder, de todas formas él estaba ebrio y por éso se estaba comportando así.
Bajó sus manos hasta la cintura de Taehyung, y ambos siguieron bailando Another one bites the dust por algunos minutos más.

Jungkook no pudo evitar sonreír al sentir como el cuerpo contrario se meneaba bajo sus manos, a pesar de su evidente estado de ebriedad, su coordinación con la música era perfecta, y sus movimientos se veían y sentían suaves.
Y claro, los jeans ajustados que portaba ayudaban mucho a la vista.

—¡Es Madonna! — lo empujó levemente cuando Jimin comenzó a mezclar las tonadas, hasta que solamente la voz de aquella cantante retumbó en las bocinas.

Taehyung se quitó el gran suéter de encima, revelando un crop top rosado, junto a una figura bastante hipnótica a los ojos del mayor.

—Sujeta ésto. — le entregó la prenda esponjosa, Jungkook sólo logró reaccionar brevemente para tomarla y retroceder unos pasos.

Varios chicos y chicas se unieron a él, haciendo una coreografía improvisada para la canción, Vogue sonaba fuertemente, y la gente la cantaba a todo volúmen.
Obviamente, Taehyung comenzó a destacar entre los demás, por sus movimientos más llamativos y su silueta definida siguiendo perfectamente el ritmo.

Jungkook sintió sus mejillas arder cuando detectó un detalle "extraño" en Taehyung, un pequeño dibujo sin color sobresalía levemente por la orilla de su pantalón. Claro que no podía decifrar qué era, pero por alguna razón, le causó curiosidad al punto de imaginar mil y un diseños posibles. Y bueno, de imaginarse a él mismo descubriendo aquel tatuaje.

Sus pensamientos fueron suficiente motor para beber un vaso de whisky sin refresco de un solo trago, mientras intentaba bajar el color rojizo de su cara.

Vogue acabó, y Taehyung se acercó nuevamente a él, ahora jadeando de cansancio por tanto bailar y con algunos cabellos pegados a su frente debido al sudor.
Sus mejillas se veían ligeramente rosadas, también por la fatiga que comenzaba a sentir, y su sonrisa juguetona aportó otro tono rojo al rostro del contrario.

—Pareces una manzana. — comentó divertido el rubio — ¿Qué tal, te gustó mi baile? — le retiró de las manos su suéter blanco.

—Eh... Sí, claro... — su mente realmente estaba mal, no pensó que ése chico que le caía fatal le provocaría tales emociones. Menos con un simple movimiento de cadera.

—Aw, que lindo te ves sonrojado. — por supuesto, el alcohol en su sistema era el que estaba hablando y actuando.

Taehyung, por efectos de la cerveza y un poco de Ron, hizo algo que ni en sus peores pesadillas pudo concebir. Él le robó un beso, para nada rápido, a Jungkook. Pero quizá lo malo no fue éso, sino que el mayor se lo correspondió aún estando consciente de lo que hacía.

—Jungkook, ¿nos vamos?, mi mamá acaba de llamar y está como loca diciendo que regrese a casa ahora. — llegó Yoongi, pocos segundos después de que ambos se separaran.

—Sí, sí vámonos ya. — respondió nervioso en demasía.

—Bien, despídete. — desde allí movió la mano en dirección a Jimin, quien le contestó con un gesto igual para decir adiós.

—Hasta luego Jungkookie. — depositó un pequeño beso en su mejilla izquierda, y se alejó tambaleándose hasta llegar a la tarima con su amigo.

—Vaya, ¿no que se odiaban? — rió levemente el pálido al ver ésa escena.

—Sólo cállate, salgamos de aquí. — rápidamente encontraron un camino a la puerta, retirándose de la fiesta a la media noche.

Jungkook decidió no hablar sobre el beso con nadie, pues realmente no tendría sentido darle importancia. Taehyung estaba fuera de sus sentidos, él no tenía un mejor estado, y seguramente ninguno lo recordaría por la mañana.
Así que lo dejó en éso, una cita terrible que él jamás pidió y que acabó de una forma extraña e indeseable.

O al menos éso pensaba.

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