✧chapter thirty-two
Finalmente, después de un arduo mes de enseñanzas rockeras y muchos inconvenientes creativos, llegó el último ensayo para la banda Color rockers.
Todo estaba listo, la canción había quedado perfecta para el concurso y por fortuna ya nadie se había quejado de los atuendos.
Lo único que faltaba era acordar el itinerario para el día de ambas competencias, tramando con eso no tener margen de error, dentro de lo posible.
Aunque la cuestión era que no sería tan fácil como se pensaba, y no por qué ponerse de acuerdo fuera extremadamente difícil, sino porque había un dúo con cierta tensión de tipo efervescente, y muy pronto se convertiría en un cuadro de cuatro vértices tensos.
—Muy bien, ya que tenemos que ir al Roller primero, ¿a qué hora nos veremos?, recuerden que tenemos que avisarles a Jin y a Hobi.—el peli rosa inició la conversación.
—Pues nosotros tenemos que estar ahí antes de las cuatro.—añadió Taehyung, señalando con un gesto rápido a Jungkook y a sí mismo—Allá nos vamos a terminar de alistar y tenemos que calentar.
—Eso de calentarse juntos no será problema, ¿verdad?—y Jimin no pudo desaprovechar la oportunidad de burlarse un poco de su amigo, dándole un codazo bromista mientras sonreía pícaramente.
Resonó entonces un "¡Shhhh!" por parte del rubio, quien de inmediato se sonrojó a niveles fosforescentes, contagiando también a Jungkook.
—¿Les parece si ustedes se reúnen en casa de Tae, y nosotros llegamos más tarde al Roller?, de todos modos, iremos como espectadores.—Yoongi dio aquella sugerencia al tiempo que trataba de no reír con la escena anterior.
Y es que sí había sido gracioso, pero a la vez, a él no le parecía demasiado correcto reírse, siendo que sabía un par de cosas que le quitaban lo divertido.
—Bien, entonces iré por él a las tres para tener tiempo suficiente.—Jungkook se acercó más a Taehyung, abrazándolo por los hombros para juntarlo más a su cuerpo—¿Está bien, solecito?—conectó la mirada con el menor, dándole una sonrisa cerrada y usando una voz algo coqueta.
Por supuesto, todo el interior del rubio se removió bajo los grandes brazos de Jeon, y no pudo evitar sonreír con los nervios a tope.
—Está perfecto, caramelo.—contestó con las mejillas completamente rojas, mientras colocaba sus manos sobre las de Jungkook, aceptando el contacto.
Se veían como una pareja felizmente enamorada, y ante los ojos de sus amigos, eso parecía más que acertado. Excepto para Yoongi, quien aún miraba a Jungkook con mil dudas y un sentimiento de "te vigilo de cerca".
De momento, se acordó que ambos patinadores se verían a las tres de la tarde en casa de Kim, y llegarían juntos a la competencia.
Los cinco chicos restantes, que actuarían como espectadores y porristas, se verían en el Roller disco a las cuatro, pensando en ahorrar tiempo al no reunirse en ninguna casa antes.
Lo primero ya estaba pactado, y ahora, solo faltaba el itinerario nocturno.
El concurso de las bandas comenzaba a las ocho de la noche, pero al no tener un listado como tal, no sabían exactamente en qué momento les darían su turno para presentarse, por lo que debían llegar antes de las ocho para no quedar de último.
Además, Yoongi aún tenía que pasar con los jueces a terminar de registrar a la banda y fijar su participación.
—¿A qué hora crees que termine la competencia, Tae?—preguntó el pálido para tratar de cuadrar sus tiempos.
—Entre las cinco y las seis, depende de si todos los participantes asisten y de cuánto duren sus bailes.
—Entonces... Tendremos que correr en cuanto acabe, y creo que sería más fácil que todos vengamos a mi casa para arreglarnos y volar al City rock.—ante eso los demás asintieron en acuerdo, sabiendo que muchas opciones no tenían.
—Me parece que Jin tiene acceso a un auto, ¿por qué no le digo que lo traiga?, quizá eso ayudaría.—comentó Namjoon, pensado en que solo había dos motocicletas y serían siete personas.
—Sí, dile, porque de otro modo no vamos a caber en las motos.—el rubio pareció haberle leído la mente.
Así que el nuevo plan sería: Jungkook pasaría por Taehyung en la motocicleta, mientras que el resto se verían en el Roller, y probablemente irían caminando aprovechando que no estaba tan lejos; o en su defecto, cada quien llegaría con sus propios medios.
Y por la noche, nuevamente, la pareja patinadora usaría la motocicleta de Jeon como transporte fijo, mientras que los otros cinco chicos pasarían a usar el automóvil de Seokjin.
Un poco de enredo, pero al menos entre ellos se habían entendido.
Ya se tomarían el tiempo de llamar a Jin y a Hoseok más tarde para indicarles como había quedado el plan.
Ahora, tenían el resto del día para darle un último toque a la canción —osea tocarla de nuevo, básicamente— y conversar temas triviales hasta que todos tuvieran que irse.
Sin embargo, ¿recuerdan la tensión que crecía como burbujas entre Jeon y Kim?, pues, seguía ahí, y ya comenzaba a sentirse en el aire.
Ellos estaban pasando el rato juntos, quizá muy juntos, al punto de que Jungkook se animó a darle un beso rápido frente a todos; eso jamás había pasado antes, y tomó desprevenido a Taehyung, quien aunque se sorprendió, no lo rechazó.
Aunque él no fue el único atónito.
Jimin, cuando lo vio, no pudo evitar dar pequeños brincos de alegría y sonreírle a su novio, indicando con esto un "mira que bien salió todo".
Yoongi, por otro lado, le respondió el gesto con una sonrisa torcida, y un movimiento de hombros que no demostró más que un "si claro, como digas", algo que por supuesto, Park no esperaba.
No preguntó nada en ese momento, pero claro que la duda de "¿Que sucede?" floreció en la cabeza rosa de Jimin.
Por su parte, la "pareja" contraria tampoco la estaba pasando excelente en el interior, y trataba de no sacarlo al exterior.
Ninguno de los dos pensó en contar lo que había pasado el día anterior, cada uno por sus motivos personales.
Taehyung no quería hablar de ello, en primera para no sentirse mal, y en segunda, para no preocupar o hacer rabiar a su mejor amigo; acababa de decirle que todo estaba bien y que el amor fluía como agua, y realmente no deseaba tumbar sus ilusiones al contarle que "su sweetie" parecía estar más que confundido, y que encima de todo, lo había tratado del carajo.
Creyó que lo mejor sería dejarlo pasar, al menos mientras encontraba el modo de resolverlo, o de alejarse, cualquiera que fuera el caso.
Mentira, Taehyung nunca sería capaz de alejarse, no ahora que estaba más que enamorado.
Jungkook no diría nada, primero por sentirse completamente culpable e imbécil, y segundo, por no querer escuchar nuevamente las palabras de Min.
Un "te dije que lo dejaras en paz" no sonaba para nada bien, y prefería evitarse eso y más frases duras que seguramente se le ocurrirían a su amigo; no quería hablar sobre como había tratado a Tae ni mucho menos explicar sus supuestos motivos, además, ya lo había arreglado ¿no?, ya no hacía falta que nadie se enterara.
Porque sabía que él era quien estaba totalmente mal, y el hecho de aceptarlo públicamente no parecía coherente.
La cuestión era que esta decisión no fue por acuerdo verbal mutuo, sino que ambos parecían compartir la misma neurona, esa que les dijo por telepatía que debían guardar la situación en secreto.
Por las razones que tuvieran cada uno, pero sin siquiera hablarlo directamente, ya sabían que no dirían nada.
Y eso fue lo que ocasionó tal tensión, que aunque no estaba provocando que se trataran mal entre ellos, sí hacía que los demás a su alrededor empezaran a sentir que había algo extraño en su cercanía.
Sin embargo, nadie habló hasta que a Jimin le dolió la cabeza de tanto pensar, y decidió preguntarle a Yoongi qué estaba pasando.
Claro, todo estando alejados de los otros chicos; el peli rosa lo había tomado de la mano y lo llevó casi a rastras hacia afuera del garage, en dónde no lo pudieran escuchar.
—¿Qué tienes, amor?, estás a punto de echar humo por las orejas.—el peli negro trató de hacer el ambiente menos pesado, pero la tensión ya era como una gelatina, y no consiguió nada.
—Me estoy quemando el cerebro por tratar de adivinar que sucedió hace un rato, así que mejor dímelo tú.—pidió, o exigió, con los brazos cruzados.
—¿Pero de qué hablas?—Yoongi desvió la mirada, sabiendo perfectamente de qué estaba hablando.
—No te hagas el chistoso, explícame porqué hace rato que Jungkook lo besó, en lugar de emocionarte conmigo, torciste la boca como si fuera una escena horrible.—el peli rosa sonaba decidido a no ceder hasta que se le dijera la verdad.
Y Min jamás podría mentirle a su novio, ni siquiera para ser la tapadera de su mejor amigo.
—Esque... Tuve una conversación con Kook hace poco y...—lanzó un suspiro—Creo que no está funcionando.
—¿Qué?, eso es imposible, Tae me dijo todo lo contrario.—ambos se miraron confundidos, y ésta vez, el suspiro fue mutuo—¿Qué fue lo que dijo?
—Dice que no sabe qué hacer, está confundido y ni siquiera supo asegurarme si realmente quiere a Taehyung o no... Le dije que si no iba a amarlo, lo dejara en paz, pero por lo visto, decidió seguir adelante.—explicó Yoongi, y aunque intentó que no se escuchara tan mal, definitivamente no lo logró.
—¿Osea que piensa lastimarlo por una idea estúpida?—reclamó con una expresión de molestia pura.
—Si lo hace, te prometo que lo colgaré de un árbol.—aseveró con los brazos cruzados—Pero mientras tanto, no sé si deberíamos interferir, al menos hasta que alguno de ellos diga algo más...
—Amor, Tae está perdidamente enamorado de Kook, él mismo me dijo que sentía que todo iba excelente.—pasó los dedos entre su cabello con frustración—No podré quedarme tranquilo ahora sabiendo esto, ¿comprendes?
—Te entiendo, pero si nos metemos, podríamos empeorar las cosas.—el peli negro se acercó a su novio, y le dió un abrazo para brindarle algo de confort, pasando sus brazos por la cintura y cadera del más bajo—Solo queda estar pendientes de lo que pase, ¿está bien?
Jimin tomó una bocanada de aire, y recargando su cabeza sobre el pecho de su pareja, acabó por resignarse.
Tenía razón, no quería que las cosas fueran más difíciles de lo que ya eran.
—Si, está bien...—abrazó a Yoongi por la cintura—Espero que lo resuelvan...
Se dice fácil el hecho de convertirte en el cupido de un amigo tuyo, pues de momento se piensa que nada puede salir mal, y que las flechas metafóricas darán en el blanco.
Pero nadie habla de lo difícil que es, como cupido, ver cómo solo una de las dos flechas llega correctamente al corazón objetivo, y la otra se queda atorada en el camino.
Y lo peor, es no poder tomarla y clavarla directamente en el corazón que falta por enamorar, porque aunque se quisiera, es imposible obligar a que el amor se forme de la nada.
Ni siquiera dos cupidos podrían hacerlo.
Ni siquiera Yoongi y Jimin podrían hacer más por ellos.
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