Capítulo 6

Nota: Este capítulo incluye una parte donde suena una canción, y la escena se escribió específicamente para que puedan leerla mientras la escuchan.
La canción es "Footprints on my ceiling" de Social distortion. Reprodúzcanla cuando se indique en la historia.



* * *

Taehyung era hijo de una familia con bastantes problemas interpersonales. Aparentaban ser una familia de clase alta que, a pesar de tener una mejor posición económica que las familias de sus amigos, Taehyung sabía que se trataba más del complejo de inferioridad de sus padres que de tener una posición económica realmente buena. Eran de clase media baja, sin embargo, sus padres habían estudiado música clásica y realizaban giras con orquestas y coros, lo cual les había brindado cierta estabilidad económica. Cada vez que hablaban mencionaban que las orquestas con las que trabajaban eran muy importantes, pero era sólo que se aprovechaban de la ignorancia de la gente en el tema. Se engrandecían a sí mismos, y ellos querían empujar a Taehyung a eso. Pero a él no le gustaba aparentar y era todo lo contrario a eso. Su pasión y su lugar lo había encontrado en el punk.

La ausencia de sus padres un fin de semana, le dio el pie a llenar su casa de música alta con distorsión y amigos.

Las habitaciones fueron decoradas con luces de colores, parlantes gigantes para la música, y también conectaron los instrumentos para tocar. Su banda tocó canciones que sus amigos pedían y todos tuvieron mucha diversión vociferando y agitando sus cuerpos y cabezas al compás de la música.

Entre la gente iban pasando las botellas de alcohol, desde cerveza hasta bebidas blancas.

Taehyung observaba todo el desorden a su alrededor y sonreía feliz, orgulloso de que esa fuera su vida. Vivir con el constante recuerdo de no ser el hijo que sus padres querían era desalentador, pero ese día decidió hacer las cosas a su manera sin sentirse culpable por ello.

Luego de media hora, fue libre de poder tomarse un descanso de cantar frente a sus amigos, acabando con un sermón de "No los invité para entretenerlos toda la noche". Provocó risas en el público. Todos le permitieron retirarse y siguieron bailando y cantando con la música del estéreo.

Las personas que habían llegado un poco más tarde le saludaron con entusiasmo, siempre con un abrazo.

Caminó hacia el triplete de sofás del living, esquivando a las personas que no dejaban de saltar y bailar, y se encontró con su grupo de amigos favorito.

- Hey, eso estuvo genial. Como siempre – Hoseok le extendió la mano y Taehyung la aceptó, dándose un afectuoso apretón como saludo.

Su madre se moriría si viese cómo sus amigos estaban sentados y recostados sobre los sofás, ocupando los almohadones como apoya pies. La mayoría de los pares de borcegos se encontraban con sus suelas sobre alguna parte de la tela color crema del sofá.

- Eres el mejor, Tae. Por favor, por todo lo que más quieras, jamás dejes el rock por lo que tus padres te dicen que hagas – Namjoon había puesto sus manos juntas, en posición de rezo, manifestando su gran deseo de que su amigo no se dejase llevar por las presiones familiares. Taehyung pensó que mientras tuviera el apoyo de sus amigos iba a ser lo suficientemente fuerte como para seguir adelante con su sueño. Entonces sonrió y negó con la cabeza.

- Claro que no. No lo dejaré nunca.

- Brindemos por eso – dijo su amigo, levantando la botella de cerveza en su mano derecha, y todos a su alrededor chocaron sus bebidas, pactando esa promesa.

Jungkook tomó un sorbo de su vaso luego del brindis y mientras relamía sus labios para quitar los rastros de espuma de la bebida, giró su cabeza en busca de su mejor amigo. Había perdido a Jimin hacía unos cinco minutos, cuando le había dicho que iba a buscar más bebidas. Habían visto el show de Taehyung desde el principio, y siempre era divertido escuchar las canciones que tanto le gustaban en vivo, interpretadas por su amigo. Además, sentía gran admiración por ver lo tan determinado que era para seguir su sueño a pesar que sus padres se opusieran a ello.

Sentía la necesidad de hacer algo consigo mismo, con su vida. Últimamente Jimin hablaba mucho sobre su interés en conseguir un trabajo para poder independizarse de su familia. Siempre haciendo especial énfasis en que quería irse con él.

Así como él estaba preocupado por Jimin cada vez que era violentado por su padre, éste también se preocupaba por él, por las continuas peleas con los novios de su madre, por la forma en que su propia madre no se interesaba por mejorar su situación. Ella era una adicta a las sustancias, y Jimin siempre había tenido miedo de que eso pudiese algún día llegar a su amigo, tomarlo y llevárselo para siempre.

Entonces, la urgencia por irse de sus casas era justificada.

Como él y sus amigos estaban cerca del estéreo y donde la música se originaba, era el lugar donde las personas se habían concentrado, así que se le dificultaba ver más allá de ellas. En un dado momento logró ver a Jimin moviéndose fuera de la cocina acompañado de Yoongi, sin embargo, volvió a perderle de vista tan rápido como unas personas se movieron delante de él, obstruyendo su vista. Cuando volvió a mirar y el lugar se liberó, Jimin ya no estaba.

Soltó el aire retenido. Se sentía ansioso cada vez que estaba lejos de él. No era que tuviese una dependencia grave, sólo era que todo se volvía mejor cuando Jimin estaba ahí, con su risa melodiosa, sus gestos divertidos y su charla constante.

A pesar de que la música punk del lugar le envolvía, había un silencio profundo en su mente cada vez que Jimin no estaba cerca.

Miró a sus amigos frente a él, formando una ronda –algo desordenada- algunos tomando lugar en los sofás y otros de pie. Namjoon se encontraba sentado en uno de los posa-brazos, Hoseok y Tae sobre los cojines desordenados, y Jin extendido completamente sobre uno de los sillones mientras Seojoon sentado en otro sofá con su guitarra y Wooshik estaba desparramado a su lado, sosteniendo su bajo contra su cuerpo y moviendo sus dedos rápido sobre las cuerdas. Ambos parecían estar pensando ideas para una nueva canción.

Jungkook los veía desde afuera, y sabía que era lo más cercano a una familia que podía tener. Era lo más cercano que había tenido a que hubiese personas que se preocupasen por su bienestar. Personas que le abrasaban de vez en cuando, personas que le preguntaban cómo se sentía o personas que le ayudarían en cualquier cosa si él lo pedía.

Le gustaba pensar en un futuro donde todos estuviesen mejor que en ese momento, y que pudieran tener sus propias familias, seguir viéndose, seguir unidos por la música, pero recuperados de sus hogares rotos.

Un cuerpo se amoldó al suyo a sus espaldas y su cuello fue rodeado por unos brazos cálidos sobre sus hombros, que se cruzaron justo debajo de su mentón.

- Hey... - la voz de Jimin le susurró al oído. Aunque la música estaba fuerte, su boca estaba tan cerca de su oreja que le escuchó con claridad. Todo su cuerpo sintió una sacudida de electricidad, Jimin estaba ahí al fin.

Su amigo apoyó la frente contra su nuca, y el agarre se apretó. Sus brazos estrujando ahora los hombros de Jungkook, haciéndole inclinarse hacia atrás. Sintió besos en el dorso de su cuello, los cuales fueron poco a poco haciendo su camino hacia el costado hasta llegar a su mejilla.

- Te quiero ahora... - le volvió a hablar al oído.

Entonces Jungkook decidió girar su rostro hacia atrás, cruzándose con la mirada pesada de Jimin; sus párpados entrecerrados y su sonrisa de lado le hicieron sentir las mariposas por todo su estómago. Su expresión estaba decidida a ganárselo, pero Jungkook sabía que no hacía falta, ya lo había hecho hacía demasiado tiempo. Nunca pensó que le podía gustar tanto alguien. Nunca supo que se sentía así estar enamorado, tan inestable y bonito. Podía entender por qué las personas buscaban el amor desesperadamente, era algo que te hacía sentir como si estuvieses con los pies en el aire. Sentías la adrenalina y la felicidad de la euforia provocada por tu persona especial.

- Me tienes – respondió sin poder evitar sonreír y besarle. Empujó su trasero hacia atrás, rozándose contra Jimin, quien respondió contra sus labios con un "Hmm" lleno de aprobación. Jungkook estaba aceptado la invitación, esa y todas las que Jimin le ofreciera.

La canción 'Footprints on my ceiling' de Social distortion comenzó a sonar.

Jimin levantó su cabeza y escuchó con admiración el retumbe de los primeros acordes de la guitarra.

- Amo esta canción – dijo con una sonrisa y apoyó su mentón en el hombro de Jungkook.

A Jungkook le llamó la atención. La guitarra eléctrica dio su aparición anunciando una canción melódica que él no conocía pero que su amigo amaba. Era algo nuevo de Jimin para él.

Se propuso escuchar la canción, su interés había despertado repentinamente. Jimin comenzó a mecer a ambos muy lentamente abrazándole por la cintura.

La calidez de su pecho pegado a su espalda le brindaba el reconfortante sentimiento de no estar solo y mentiría si dijera que eso no significaba el mundo para él.

Se sentía cautivado por ese momento, donde sentía que podría darse por vencido a toda la riqueza del mundo porque Jimin era suficiente para hacerle sentir lleno y vivo.

Cerró los ojos y se dejó llevar por el movimiento de su mejor amigo. Rodeados por un mar de gente bailando, se encontraban lejos del mundo real que no les escuchaba. Se permitió perderse en ese instante y deseó no volver a lo que era antes. Dejó caer su cabeza hacia atrás, sobre el hombro de quien le sostenía, y supo que quería estar con él por el resto de su vida.

Había dejado una huella imborrable en su corazón, que sólo iba a poder borrarla arrancándoselo. La simple idea de imaginarse teniendo que hacerlo le aplastaba el pecho y le dejaba sin aire.

Abrió sus ojos y sonrió con lo que vio. Todos bailaban abrazados, parecía que todo había mejorado. Jungkook sentía que tenía el tiempo en sus manos y no planeaba abandonarlo.

Se dio la vuelta para besar a Jimin.

Sus labios se conectaron en un besar profundo y pausado. Las manos de Jungkook se deslizaron por el pecho de Jimin y subieron hasta su cuello. El calor de su piel era su cable a tierra y el de sus labios le mantenía despierto. Las manos de su mejor amigo acariciaron su espalda, haciéndole sentir como en casa. Porque era el único lugar al que siempre querría volver.

Jungkook rompió el beso para mirar a Jimin a los ojos, llenos de devoción y afecto. Sus labios esbozaron una sonrisa inevitable, y se acercó a su oído para que le escuchara con claridad.

- No conocía esta canción.

- La conozco hace un tiempo – dijo. Sus manos descansaban a los costados de su cintura – La conocí una vez que la pasaron en Riot, y yo estaba viendo cómo besabas a una chica – explicó, cosa que aprensó su pecho. La mirada de Jimin dolida por el recuerdo – Esperaba que fueras feliz, incluso aunque no fuese conmigo.

- Si no es contigo no creo que exista la felicidad.

No quería vivir en ese mundo lleno de angustia y defectos, un mundo sin su mejor amigo.

- No quiero un mundo donde no este contigo – aseguró, sintiendo el calor de todos los sentimientos que le pertenecían a Jimin vibrando en su pecho.

- Yo tampoco – sonrió en respuesta y levantó una mano para acariciar la mejilla de Jungkook con su pulgar.

- Promete que siempre estarás conmigo – le pidió, acercando su nariz a la suya, la cercanía era íntima, como si no estuviesen rodeados por un mar de personas.

- Siempre estaré contigo – prometió Jimin.

Jungkook cerró los ojos y aceptó la promesa, decidiendo aferrarse a ella y guardarla en su pecho para que su corazón siguiera latiendo y sanara todo su dolor.

Jimin rodeó su cuello con los brazos, y Jungkook recibió el abrazo pasando sus manos por su espalda. Volvieron a besarse como si fuese la primera vez que lo hacían.

La música continuó sonando, envolviendo a todos en su ambiente agridulce de melancolía. Jimin y Jungkook se abrazaron y bailaron, siguiendo el compás de la guitarra eléctrica. Tomarían todo lo que tenían para poder mantenerse juntos, congelarían cada instante que pudiesen con un beso que reiniciara sus mentes. Las huellas estaban en los corazones de ambos, y las mantendrían encerradas en sus interiores por el resto de sus vidas.

Era donde decidían estar, en los brazos del otro.

La canción terminó, pasando a otra un poco más poderosa y alegre.

Jimin tomó la mano de Jungkook y caminó acercándose a sus amigos. Se sorprendió al ver que la mirada de Taehyung ya estaba sobre ellos. El chico mantenía una sonrisa suave, su mirada emanando afecto. Jimin se relamió los labios y se inclinó cerca de él.

- ¿Nos prestas una habitación? – preguntó, sintiendo algo de timidez de repente.

- Para ustedes lo que sea – dijo, y Jimin sonrió al oírlo – Suban las escaleras, al final del pasillo está la habitación que era de mi hermano. Ahora sólo es para huéspedes – explicó. Señalando perezosamente con su dedo hacia donde estaban las escaleras.

- Gracias, eres genial.

Jimin caminó y Jungkook se dejó arrastrar. Subieron las escaleras, caminaron hacia la habitación que su amigo les había indicado y, una vez que entraron y cerraron la puerta, volvieron a besarse, empujados por sus emociones arremolinándose en su pecho.

Era una loca y hermosa coincidencia que dos personas lograsen sentir lo mismo la una por la otra. Jungkook podía asegurar que no era fácil sentirse de esa manera, que el mundo se cerrase a su alrededor cada vez que miraba a Jimin y se daba cuenta que le amaba igual de fuerte que él.

Nuevamente, era un regalo de la vida el haber logrado coincidir.

Entre besos fogosos, caricias traviesas y cariñosas, no tardaron en deshacerse de sus ropas y unir sus cuerpos para asegurarse que lo que estaban viviendo no era un sueño o un delirio.

Luego de que ambos consiguiesen llegar al clímax, con el sudor y ese cansancio satisfactorio post-sexo, Jungkook dejó de darle la espalda a Jimin, para girarse y mirarle con sus párpados algo decaídos, aún estaba flotando en aquella nube de placer en la que le había dejado su amigo. Éste estaba apoyado de costado, con su codo contra el colchón y descansando el lado de su cabeza en la palma de su mano. Jimin lo miraba con... amor. Y a Jungkook no le entraba la felicidad en el pecho.

Levantó un poco su cuerpo del colchón y le dio a Jimin un beso fugaz. Volvió a recostarse, obteniendo una sonrisa por parte del otro.

- ¿Te gustó? – preguntó.

- Sí, definitivamente sí – admitió - ¿Me dolerá mañana? - Jimin pensó unos segundos ante su pregunta.

- Tal vez sólo un poco incómodo. Diferente – se inclinó para darle un beso en el pecho. Luego levantó sus ojos, y mirándole acarició su pecho, barriendo su piel caliente y suave con la yema de sus dedos.

Jungkook cerró sus ojos disfrutando del tacto gentil de Jimin, y soltó un sonido parecido a un ronroneo, satisfecho y agradecido por la atención. El tacto mutó, desde su pacho hacia su abdomen. Luego volviendo hacia arriba. Pasó por su cuello, por su cabello. Lo quería así para siempre. Siempre a su lado, siempre siendo su Jimin.

Siguieron mimándose por un buen rato, dándose besos lentos y despreocupados. La música estaba algo amortiguada por la puerta y las paredes de la habitación, pero igual se escuchaba que la fiesta seguía allá afuera.

La habitación se veía bastante aburrida pero aún conservaba algo de evidencia del hermano de Taehyung. Restos de cinta adhesiva de sus posters de bandas punk habían quedado marcando la pared. También el escritorio, a pesar de haber sido pintado con un color nuevo, aún se notaban las grietas en la madera, producto de todos los amigos del chico que habían pasado por esa habitación y escrito mensajes o hecho dibujos en él.

Taehyung y su hermano siempre habían sido todo lo contrario a lo que sus padres habían esperado.

Jungkook miraba la habitación con curiosidad. A pesar de su historia, estaba bastante cuidada y tenía el mismo estilo minimalista y aburrido que el resto de la casa. Imaginaba que la habitación de Taehyung sería la única que destacaba por su originalidad.

Luego de un tiempo de silencio, la voz de Jimin se abrió paso en la mente de Jungkook.

- Conseguí un trabajo.

Jungkook giró su rostro, miró a Jimin con ojos llenos de sorpresa y la boca abierta.

- ¿En serio? – preguntó incrédulo - ¿Cómo? ¿Cuándo? – se apresuró a indagar y Jimin rio.

- Uno de los chicos me dijo que en su trabajo necesitaban a alguien más. Y... necesitamos el dinero, ¿cierto?

Necesitamos.

Jimin siempre pensaba en ellos dos como uno solo. Era eso, ese punto en el que confirmaba una y otra vez que ambos sentían y pensaban lo mismo por el otro.

Sí, quiero todo contigo.

Su pecho temblaba con la necesidad y el anhelo de una vida entera con Jimin.

- ¿Y de qué trata el trabajo?

- Es para delivery de comida rápida. Tienen varios locales en la ciudad, así que algunos días rotaré de sitio. Incluso me darán una bicicleta – comentó, levantando las cejas en un vaivén – Ya soy todo un adulto independiente.

Jungkook soltó una risita, Jimin hablaba como si ya hubiese conseguido su casa y auto propios. Él era feliz con las pequeñas cosas que iba logrando. Era lo que más admiraba de Jimin, toda esa positividad y fortaleza que reunía de sus adentros para enfrentar el tipo de vida que les había tocado. No se dejaba vencer por nada.

"No voy a desperdiciar mi vida porque me hayan jodido".

Sonrió y asintió con la cabeza hacia su amigo.

- Es genial, realmente lo es.

A pesar de que ambos ya eran adultos, no habían tenido la expectativa de trabajar antes de terminar la escuela. Era bastante complicado conseguir un trabajo sin estudios y siendo de familias carenciadas. Había mucha discriminación y los empleadores no se arriesgaban a contratar chicos con necesidades económicas y problemas familiares. Así que, estaba muy feliz de que Jimin lo hubiese logrado.

- Voy a intentarlo también – declaró de repente. Una oleada de determinación le llenó el cuerpo, expandiéndose desde el pecho.

- ¿Qué cosa? – preguntó Jimin, pasando su mano por su mejilla para acariciarle con sus nudillos.

- Conseguir un trabajo – aclaró – También quiero intentar lograr algo, y así los dos tendremos más posibilidades. Conseguiremos juntar dinero más rápido – dijo, y el entusiasmo comenzaba a chispear por todo su cuerpo.

Jimin le sonrió y le dio un beso en la boca, para luego recorrer con sus labios las mejillas de Jungkook y su cuello.

Jungkook tenía esa quemazón en el medio de su tórax, lleno de euforia y emoción repentina. Tenía un objetivo. Se había propuesto algo.

Porque no bastaba con encerrarse en su mundo con Jimin, levantar muros a su alrededor y fingir que nada sucedía afuera y que nada iba a lograr lastimarles. Debía hacer algo para ganarse una vida con su mejor amigo. Porque nada en la vida era un simple regalo. Debía luchar para conseguir lo que quería.

No sabían cuánto tiempo habían pasado encerrados en la habitación del hermano de Taehyung, pero algo de la luz del amanecer había aclarado el cielo un poco.

Salieron de su escondite, bajaron las escaleras y la luz de la sala estaba encendida. Pocas personas quedaban allí. Sus amigos se habían quedado, yacían esparcidos por los sofás, sillas y hasta por el suelo, durmiendo profundamente entre copas y botellas de alcohol.

La casa había quedado sucia, con restos de cosas rotas y comida. Taehyung iba a tener que hacer una rápida remodelación antes de que sus padres volviesen de viaje. Pero al parecer estaba relajado, sin preocuparse por el estado de su casa. Estaba sentado en uno de los sofás, con su espalda desplomada sobre el respaldo y algo torcido, con uno de sus codos apoyado. Contra su cuerpo sostenía una guitarra, y a su lado Seojoon fumaba marihuana. Éste le pasó el cigarro a Taehyung, quien le dio una larga pitada. Sus ojos yacían rojos y tan entrecerrados que parecía que se iba a dormir en cualquier momento.

El dueño de la casa les sonrió ampliamente cuando los vio aparecerse. Su cara se iluminó por completo y les llamó agitando su mano libre.

- ¡Vengan! – les dijo – Siéntense – les invitó - ¿Quieren? – ofreció el porro que tenía entre sus dedos pulgar e índice.

- Alguien no me deja fumar – soltó Jimin, y con su cabeza señaló al chico a su lado.

- No puedes, tienes insuficiencia respiratoria – Jungkook le recordó con una voz recriminatoria – Pero como no haces caso debo estar cuidándote.

- ¿Insuficiencia respiratoria? – Taehyung abrió los ojos bien grandes, finalmente.

- Sí, cuando era pequeño casi muero por una neumonía. Así que debo mantener mis pulmones libres de humo – explicó ante la mirada atónita del chico en el sofá.

- ¿Por qué no me lo dijiste antes? – la pregunta fue retórica y con un tono algo chillón – Tú, sal de aquí y llévate esta mierda – casi le tiró encima el porro a Seojoon, quien lo atajó antes de que quemara su ropa.

- ¡Hey! Tú quisiste fumar.

- Ahora ya no quiero, eso puede lastimar a Jimin.

El nombrado se rio ante el cambio de actitud de Taehyung. La marihuana le había pegado fuerte.

Seojoon suspiró y apagó el porro, se puso de pie y avisó que iría al baño.

- Más te vale no encontrarte fumando allí – amenazó Taehyung.

Jimin y Jungkook rieron cuando Seojoon le mostró el dedo del medio a su compañero de banda, antes de meterse al baño y cerrar la puerta.

Taehyung se hizo a un lado en el sillón y volvió a invitar a sus dos amigos a sentarse a su lado.

Estaba tocando la guitarra, acariciando las cuerdas con fluidez y haciendo sonar una bella melodía. La naturalidad con la que sus dedos se movían lo hacía ver tan sencillo. Era hipnotizante verlo.

- No sólo cantas bien, también eres bueno con la guitarra – dijo Jimin, admirando las capacidades de su amigo. Taehyung sonrió, sintiéndose orgulloso de su talento - ¿Hay algo que no puedas hacer?

- Tocar el clarinete. Esa porquería y yo no nos llevamos nada bien – espetó, a lo que sus amigos rieron. Jungkook estaba en medio de ambos, mirando con atención la guitarra, admirando igual o incluso más que Jimin. Y Jimin lo notó.

- A Jungkookie le gustaría aprender a tocar la guitarra – dijo, y Jungkook le miró con sus ojos negros de becerro – Que no te de vergüenza – le empujó con el hombro.

- ¿En serio, Jungkookie? – Taehyung preguntó interesado, con esa sonrisa cuadrada que le caracterizaba, amplia y amigable – Te enseño.

- Yo... no quiero robarte tu tiempo.

- Oh, por favor, me encantaría enseñarte. Seguro lo harás genial.

- No creo llegar a hacerlo tan bien como tú.

- Nunca lo sabrás si no lo intentas – dijo Jimin, a lo que Taehyung estuvo de acuerdo, y rápidamente puso su guitarra acústica sobre el regazo de Jungkook, agarró sus manos y las acomodó en el lugar correcto. La izquierda sosteniendo el mástil y la derecha sobre las cuerdas.

Se inclinó cerca de Jungkook, acomodó sus dedos izquierdos sobre las cuerdas que debía apretar y luego, rodeándole con su brazo derecho por encima de cuello, le hizo tomar la púa y le sujetó la mano derecha.

- ¿Te gusta 'Wake me up when September ends'? – preguntó.

- Claro que sí, ¿a quién no? – la pregunta casi le ofendió, lo que hizo que Jimin riera.

Entonces Taehyung comenzó a mover la mano de Jungkook que sujetaba la púa, y punteó sobre las cuerdas. Como si fuera arte de magia, la intro de dicha canción sonó. Jungkook se sorprendió. Sonaba así, igual que la original. Intentó reprimir la sonrisa de alegría que quería desbordarse de su cara, no quería parecer un niño que iba a un parque de diversiones por primera vez.

- Así es como la tocas – concluyó Taehyung, soltando a Jungkook y volviendo a su lánguida posición sobre el sofá. Entonces Jungkook intentó hacer lo mismo, esta vez sin ayuda. Y lo logró.

Sonrió feliz, esta vez sí dejándose llevar, y cuando miró a Jimin, éste le sonreía de la misma manera, queriendo oírle otra vez.

Ah, era esa felicidad compartida la que le hacía entender cada vez mejor lo que era el amor.

Taehyung le hizo tocar la guitarra un par de veces más, repitiendo la misma parte hasta que sus dedos se volvieron más sueltos y acostumbrados al movimiento.

- Creo que se me está acalambrando la mano – se quejó entre risas.

- Significa que vas bien, ¡es la clave del éxito! – respondió, de alguna forma sonando más gracioso que lo habitual. Desde que había fumado marihuana estaba en un estado de paz y amor, cien por ciento relajado.

Taehyung le enseñó otras partes de la canción, y le elogió por haber aprendido tan rápido y fácil. Jimin también le había elogiado, y eso había significado el mundo para él. Se sentía bien ser bueno en algo, y quizás su mejor amigo tenía razón, si no lo intentaba jamás iba a saberlo. ¿Podría ser realmente bueno? ¿Podría tal vez... llegar lejos?

Nunca había intentado tocar la guitarra por miedo a fracasar y sentirse aún peor consigo mismo, pero tal vez ese empujón que le había dado Jimin era lo que necesitaba para darse una oportunidad a sí mismo.

Siguió tocando, con Taehyung ayudándole y Jimin tarareando. Compartieron algunos snacks, unos vasos de cerveza y también risas y bromas.

Cuando dejó la guitarra a un lado, rendido por el cansancio, pero satisfecho por los resultados de su esfuerzo, Jimin se recostó a su lado contra su cuerpo de costado, haciéndole caricias en el cabello y diciéndole lo bien que lo había hecho.

Taehyung le dijo, "Si sigues con esto, tal vez haya un buen lugar para ti en la banda". Jungkook abrió los ojos grandes, asombrado. No sabía si era por la marihuana que el chico se había fumado, o si realmente contemplaba hacerle parte en algún futuro. De todas formas, sonrió, sintiendo un calor ansioso en el pecho, esas ganas por esforzarse y ver qué podía traerle su futuro.

Ese futuro que soñaba con Jimin, se lo imaginaba rodeado de música y buenos amigos. Era perfecto, tanto que hasta se sentía abrumador por no encajar en su pecho.

Las caricias de Jimin sobre él afianzaban su seguridad, tenía una mezcla de emoción y nervios, el futuro era demasiado incierto, pero era la primera vez que se sentía emocionado por ello. Asintió ante la propuesta del vocalista, quien le sonrió ampliamente en respuesta.

Taehyung se puso de pie de un salto, aplaudiendo y festejando alegre por la nueva promesa. Levantó una botella de cerveza al aire y Jungkook y Jimin acercaron sus vasos a él.

- Vamos a brindar – soltó emocionado, sirviendo más bebida en los dos vasos y en el suyo - ¡Por el próximo guitarrista de la banda!

Taehyung hizo fondo blanco en dos segundos y aclaró su garganta con una expresión satisfecha. La cerveza sabía mejor entre amigos. Comenzó a bailar con la música de fondo, moviendo su cabellera de un lado a otro y tocando la batería en el aire. Jungkook y Jimin se miraron con expresiones divertidas, como "Está loco". Se rieron un rato con sus bailes, y luego el chico los miró, se inclinó sobre ellos, apoyando sus manos a cada lado sobre el respaldo, enjaulándolos a ambos.

Sus labios cayeron sobre los de Jungkook. Fue un beso rápido, que terminó en dos segundos para luego volver su rostro hacia Jimin y besarle también.

Los dos amigos parpadearon, mirando a Taehyung sorprendidos.

- Oh... ¡Lo siento! – se apresuró a decir Taehyung – Me dejé llevar.

- No se preocupen, a mí también me lo hizo – Seojoon dijo desde una esquina mientras estaba con su celular y una expresión aburrida – Lo hace con todo el mundo.

- Tú cállate – se quejó – No lo hago con todo el mundo – puso los ojos en blanco y se volvió a tirar al sillón – Tengo que dejar de beber... - murmuró con pesadez.

- No nos molesta – dijo Jimin con una sonrisa, para que su amigo no se sintiera mal – Bueno, al menos a mí no.

- A mí tampoco – agregó Jungkook. Taehyung sonrió conmovido, sintiéndose mejor al saber que no estaba siendo juzgado ni que fuera una molestia por su forma de ser algo caótica cuando bebía.

- Bien – dijo luego de un suspiro, y volvió a dejarse caer en el sofá al lado de Jungkook.

Los tres se quedaron allí, hablando de música, cada vez hilando menos las palabras y hablando más incoherencias. Así hasta que se quedaron dormidos.

A la mañana siguiente, el grito que pegó la madre de Taehyung al ver la casa llena de vasos y latas de bebida por el suelo, bolsas de snacks, y restos de comida hasta pegados en las paredes, les hizo levantarse de un salto del sillón. Todos los que se habían quedado dormidos en la casa salieron corriendo por la puerta trasera y las ventanas antes de ser vistos por el matrimonio Kim.

- ¡Lo sentimos, Sra. Kim! – gritó Jimin mientras corría con Jungkook, esquivando a la mujer en la entrada y saliendo de la casa a toda velocidad. Hoseok y Jin salieron por la ventana del costado del comedor y les siguieron.

- ¿Tae estará bien? – preguntó Hoseok, sus pantalones se le caían de las caderas mientras corría y se los sujetaba con las manos para evitar tropezarse. Había perdido su cinturón vaya a saber en qué momento de la noche.

- Le prohibirán salir a tocar – respondió Jin sin aliento.

- Y no creo que haga caso a ellos – rebatió Jimin.

Como era de esperarse, Taehyung fue reprendido por sus padres, quitándole el dinero que le daban mensualmente. Pero eso no le detuvo de escaparse y juntarse con sus amigos a tocar música. 

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Nuevo capítulo ✨️

Desde que escribí mi primera historia que quiero incluir canciones en algunas escenas. De hecho, hay varias escenas en historias mías que las escribí con canciones y luego decidí no poner la canción porque sentía que no lograba tener una consistencia en musicalizar la mayoría de capítulos. Pero es hasta el día de hoy que escucho algunas de esas canciones y se vienen a mi mente escenas que escribí, sobre todo una escena de mi fic S[e]oul.

El próximo fic que estoy pensando en escribir será musicalizado, ya lo decidí y no voy a postergar eso más 🥲

Espero que hayan podido escucharlo, sé que no es lo más práctico de hacer, pero aseguro que la experiencia vale mucho la pena, las escenas cobran vida.

Esta canción la elegí específicamente porque me gusta mucho y a la vez no es una canción conocida, así que quería que esta escena quedase inmortalizada con un sonido que no hayan escuchado antes. Si la escucharon mientras la leían, más adelante sabrán por qué quería que lo hicieran.

Espero les haya gustado el capítulo. Muchas gracias por el apoyo a esta historia, le estoy dedicando mucho amor y tiempo para que se convierta en una buena historia, y espero puedan apreciarlo.

Luego de esta historia se viene otra y tengo muchas cosas pensadas que ya ansío escribir, pero tengo que ser paciente. La estoy pensando para que sea una historia que disfruten mucho, y sea como una especie de "comfort place".

Nos leemos en el próximo capítulo! Gracias por leerme 💖.

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