Chapter Twelve

Una semana pasó, sin más encuentros entre Felix y Hyunjin, pues aunque se suponía que el mayor lo llamaría después de aquella plática en el garaje, aún no lo había hecho.

No tanto por falta de valor, sino más bien por tener esperanza sobre que Minho y Bangchan cambiaran de opinión.

Cosa que, por supuesto, no sucedió, y después de siete días perdidos, era tiempo de regañar a Hyunjin.

—¿Y bien? — preguntó Minho con los brazos cruzados. Los tres se encontraban en la habitación de éste preparándose para su ensayo.

—¿Bien qué? — Hyunjin arqueó una ceja fingiendo confusión.

—¿Llamaste a Felix como te pedí que hicieras? — sabía perfectamente la respuesta, pero quería ver cuánto tardaba su amigo en darse cuenta.

—Sí, y dijo que no. — desvió la mirada.

—Hyunjin, ni siquiera me pediste su número, no te hagas chistoso. — bufó.

—¿Entonces para qué preguntas si ya lo hice?, si no tengo su teléfono no puedo llamarlo. — ambos se miraron de forma un poco molesta.

—Tú estás perdiendo tiempo que no tenemos, el concurso es en un mes y aún no hemos ensayado lo suficiente. — le recordó con una mueca.

—Ya vale, le llamaré. — rodó los ojos.

—Hazlo ahora, así me aseguro de que en realidad cumplas. — Bangchan sólo los veía divertido, pues le causaban gracia sus expresiones.

—¿Tienes su número? — tuvo que resignarse a que no habría cambio de planes.

—Mmm, no. — Hyunjin bufó — Pero tengo el de Jisung, él me lo puede dar.

—Pues apresúrate. — aún se dio la libertad de decir aquello, sabiendo que de no haber sido por su orgullo, esa llamada habría sucedido hace días.

—Cállate. — se levantó de la cama y salió con rumbo a la sala de estar, lugar donde tenían el único teléfono de la casa.

Los otros dos lo siguieron, acomodándose en el sofá junto a la mesa del aparato, y quedando prácticamente encimados por el afán de escuchar la conversación entre Minho y Jisung.

El pálido marcó el número —el cual se sabía de memoria— y aguardó algunos segundos hasta que el chico peli rosa contestó.

—Hola Sung — su voz siempre cambiaba a un tono dulce cuando hablaba con Jisung.

—Uy, el amor. — dijo burlón Hyunjin cerca de su oído, haciendo reír a Bangchan.

—Cállense. — los miró de reojo —Lo siento, están éste par aquí jodiendo.

Después de unos minutos platicando sobre cosas irrelevantes, Minho encontró el momento de comentarle a Jisung lo que requería, dándole también una pequeña explicación del porqué para evitar malentendidos.

—Oye Sung, ¿me podrías dar el número de Felix?, necesitamos hablar con él. — se escuchó un "claro, ¿pero de qué hablarán?" —Ah, es que queremos invitarlo a ser el vocalista de la banda.

—Ustedes quieren, no me metas en el mismo saco. — bufó Hyunjin.

—Que te calles. — habló entre dientes —No, tú no Jisung, es Hyun al que estoy callando desde hace rato.

—Apúrate, tenemos que ensayar. — reclamó el peli negro.

—Ash... — se escuchaba como Jisung reía debido a las interrupciones en la llamada — Lo lamento Sung, no puedo hablar mucho, ¿podrías darme el número?

El peli azul, aún entre risitas, le dictó el teléfono de Felix, diciéndole además que recordara contarle más detalles después para que ayudara con el plan.

—Te llamaré más tarde, gracias. — sonrió con algo de timidez — Adiós Sung — el contrario se despidió, e hizo sonar un beso por la bocina antes de colgar.

—Iugh, que cursis. — bromeó nuevamente Hyunjin.

—¿Si te gusta verdad? — comentó Bangchan.

—Eso no es de su incumbencia. — sintió sus mejillas calentarse.

—Ja, ya no lo negaste. — rieron ante la expresión poco ruda de Minho.

—Ya silencio, llámale a Felix - aclaró su garganta, pasándole un pequeño papel donde había anotado rápidamente el número.

Se reacomodaron en el sofá, dejando a Hyunjin junto al aparato, Minho encima de su hombro y Bangchan detrás de él.

Y gracias a la curiosidad que tenían, Minho puso el altavoz en contra de la voluntad de su amigo, así los tres escucharían su conversación.

—Me mandará al demonio. — anunció empezando a marcar.

—Es mi teléfono, responderá pensando que soy yo. — sonrió malicioso el pálido.

Esperaron por algunos segundos, hasta que el rubio contestó, y claramente podía escucharse de fondo una canción de Madonna, quizá estaba en su habitación mirando el techo mientras cantaba esa música pop. Y bueno, sin querer, Hyunjin se lo imaginó recostado en su cama haciendo exactamente eso, pensamiento que borró rápidamente al escucharlo hablar.

—¿Hola, Minho? — dijo de primera —¿Por Qué me llamas a mi?, Jisung se enojará.

—Soy Hyunjin. — el otro par luchaban por no reír debido a la expresión nerviosa que el peli negro tenía.

—Ash, adiós. — bufó, y justo antes de que colgara, el mayor lo detuvo.

—¡Espera! — aclaró su garganta — Digo... Aguarda, tengo que hablar contigo.

—¿Sobre?

—Bueno... Ah, Minho y Chan piensan que serías un buen vocalista para nuestra banda. — rodó los ojos.

—Creo haber dicho que no me interesaba el puesto. — bufó.

—Es lo que yo les dije, pero son necios. — imitó aquel sonido harto —Así que insistieron en que te llamara para convencerte.

—¿Y porqué tú?, bien pudo decírmelo Minho o Chan.

—Exacto, ¿oyeron?, piensa lo mismo que yo. — los miró de reojo reclamando — Pero en fin... ¿Aceptas?

—Eres malo convenciendo gente ¿cierto?, así no accederé a nada.

—Ash... Te pones difícil. — ambos bufaron, mientras el par que escuchaba la conversación aguantaba la risa —¿Porqué no vienes a casa de Minho?, aquí podrían explicarte mejor el asunto.

—Mmm, no lo sé, hoy tengo práctica de patinaje, y también debo buscar una pareja para mi competencia. — Fue ahí cuando el pálido intervino, prácticamente subiendo encima de su amigo, y pasando a golpear por accidente la cara de Bangchan.

—Quizá te podamos ayudar con eso si vienes. — dijo con un plan cruzando su mente —Anda, ven por la tarde.

—Por favor Lix, si no Min me volverá a golpear la cara como ahora. — Bangchan gritó aquello para que el rubio lo escuchara, resaltando la última palabra, y frotando sus manos en su rostro.

—Ah... Vale, iré, pero llevaré a Jisung porque me niego a ir yo solo. — suspiró resignado.

—Hecho. — Minho regresó a su lugar luego de eso.

—¿A las tres te parece? — habló Hyunjin en medio de un quejido gracias a la repentina acción del contrario.

—Claro, adiós. — colgó sin decir más, y entonces el peli negro dejó el teléfono por la paz con un largo suspiro.

—¿Porqué le dijiste que le ayudaríamos con su cosa esa de patinar?, con mentiras menos va a querer. — reclamó con una clara confusión.

—Tú sólo déjame hablar a mi cuando lleguen, ¿okey? — el contrario asintió aún dudoso.

Minho había maquinado un plan en cuestión de cinco segundos, con el que, si funcionaba, todos saldrían ganando de alguna forma.

Pero obviamente necesitaba la ayuda de Jisung, por eso le había caído como anillo al dedo que Felix quisiera llevarlo, pues así hablaría rápidamente con él sobre todo lo que había pensado.

Definitivamente, éste par de cupidos no se cansarían hasta lograr su cometido, hacer que Felix y Hyunjin estuvieran juntos —o de mínimo cerca— de alguna forma.

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