Chapter four
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Los rayos del sol pegaron de lleno sobre la cara de Felix haciéndolo reaccionar lentamente. Con pesadez abrió los ojos, bostezando en el acto y parpadeando varias veces hasta acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana.
No tardó tanto en darse cuenta que no se encontraba en su habitación, sino que recibió la vista de paredes amarillas junto con cassettes regados por doquier y un disco puesto en el tocadiscos.
Era un cuarto que había visitado incontables veces, pero ahora le daba algo de vergüenza ver al dueño.
—Lix, al fin despiertas —Entró Jisung, con un té de manzanilla en la mano.
—Si... ¿Qué hora es? —Preguntó adormilado.
—Casi las doce —Se sentó a su lado y le extendió la taza, él la recibió— Te deje dormir más porque ayer te veías fatal
En efecto, esa era la razón por la que tenía pena de haber despertado allí, pues él no era un chico que bebiera tanta cantidad de alcohol, más bien la fiesta lo había sobrepasado en demasía. Le pesaban los párpados, tenía dolor en las piernas y pies, además de sentir que su cabeza reventaría en cualquier momento.
—¿Cuánto bebí, sabes? —Se incorporó de mejor forma para comenzar a tomar el té.
—Ni idea, pero Chan me dijo que no habías parado de pedirle tragos en un buen rato, así que supongo que fueron... ¿Dos botellas tal vez? —Hizo una mueca pensativa— Ah, y mencionó que los pediste con muy poco refresco.
—Oh Dios... Eso es mucho alcohol —Suspiró.
—No habías bebido así jamás —Rió leve— Se te subió la fiesta muy rápido.
—Si, lo lamento —Soltó una pequeña risa— Ni siquiera recuerdo cómo llegué aquí.
—Quizá pueda ayudarte con tu carrete de memoria, ¿Hasta que parte te acuerdas? —Preguntó curioso.
—Pues... lo último que tengo claro es que estaba con... Hyunjin, en la barra, bebiendo y hablando con Chan —Respondió— De allí todo comienza a ser borroso.
—Vaya, olvidaste prácticamente toda la fiesta —Rió— Yo no te vi mucho hasta la media noche, antes de que vinieras conmigo tambaleando como ciervo en hielo.
—¿Y no sabes que estuve haciendo con ese tipo? —Cuestionó acabando la bebida caliente.
—No, la verdad no, solo logré ver que bailaste un poco con él, pero honestamente los perdí de vista rápido —Felix sintió sus mejillas arder.
—Ay no puede ser... ¿En serio baile con un delincuente?, Jesús bendito... —Sacudió la cabeza en negación pues no lograba comprender si era cierto o no.
—Relájate, no es malo —Sonrió— Por cierto, ¿Se llevaron bien?
—Digamos que sí... Aunque, no me emociona la idea de volver a verlo —Admitió— Sería mejor mantener nuestra distancia de por vida.
—Diablos —Chasqueó la lengua.
—¿Qué? —ladeó la cabeza confundido por ese gesto.
—Es que... lo verás mañana —Bajó la mirada.
—¿¡Qué!? —Casi se atoro con su saliva.
—Es que verás, llame a Min temprano, y como nos llevamos bastante bien decidimos salir mañana por un café. —Explicó con algo de nervios— Y... le dije que sería buena idea hacer una salida doble, contigo y Hyunjin.
—¡Jisung, no me jodas! -Se quejó con una expresión molesta— Tú te llevas con esa gente, YO NO, me niego a ir, ya acepte una estúpida cita a ciegas, no accederé a esto.
—Por favor, solo una vez más, prometo que si se odian a muerte después de verse, no volverán a hacerlo —Hizo sus mejores ojos de cachorro perdido.
—Ash —Se cruzó de brazos— Ya que, no puedo competir contra esa cara.
—¡Bien!, Lo llamaré para confirmar —Sonrió abiertamente y se puso de pie, dirigiéndose a su tocador donde había colocado un teléfono, mientras Felix suspiraba pesado.
Él no quería volver a verlo, había sido la peor cita de su vida —al menos hasta donde recordaba— , así que no deseaba inmiscuirse más.
Además, tenía miedo de que su memoria empezará a funcionar por arte de magia al tenerlo de frente, y no tenía ganas de saber lo que había hecho la noche anterior.
—¿Min?, ¡Te tengo noticias! —Felix se quedó allí aún cubierto con las sábanas, escuchando la conversación— Si, acepto venir.
—Me obligaste, no es lo mismo —Bufó.
—Ignoralo —Movió su mano mostrando desinterés— ¿Ya se lo dijiste?
Minho contestó "no, pero irá aunque no quiera". Eso hizo reír a Jisung, pensando que seguramente él ni siquiera le preguntaría o avisaría, probablemente solo lo arrastraría hasta la cafetería.
—Vale, entonces te veo mañana a las tres. —Sonrió enredando su dedo en el cable del teléfono, con evidente nerviosismo— Adiós Hoonie.
—Iugh, ¿Te gusta? —Pregunto Félix al verlo colgar
—¿Qué?, ¡No! —Enrojeció levemente— Solo creo que tiene una voz linda, me pone nervioso, es todo.
—Aja, si te gusta, y por eso me jalas a tus encuentros con él —Recibió un almohadazo por bromear— ¡Auch!
Hyunjin se había despertado cerca de las once, con un poco de jaqueca y con la esperanza de no recordar absolutamente nada de la fiesta. Sin embargo, la suerte no estuvo de su lado, pues en cuanto abrió los ojos y parpadeó para acostumbrarse a la luz mañanera, los recuerdos comenzaron a llover en su cabeza.
—Agh demonios... No bebí lo suficiente... —Bufó mientras echaba su cabello hacia atrás.
Tenía perfectamente claro cada momento que había pasado con Felix, desde que lo vió por primera vez en el patio trasero, hasta que él se fue del lugar junto con Minho.
Obviamente, la escena del beso fue lo más destacado, y ahora su mayor desgracia, lo que menos quería recordar estaba más claro que el agua.
—No, no, no y no, carajo, en serio pasó —Se sentó al borde de su cama— ¿Por qué le correspondí?, eso es lo peor del caso —Discutía consigo mismo.
Pasó cerca de una hora pensando qué hacer con esa información, pues realmente no quería hacer de una borrachera algo escandaloso. Sabía que Felix no estaba consciente de lo que hacía, y tenía la esperanza de que ni siquiera lo recordara.
Así que, llegó a una conclusión sencilla.
Dejaría el asunto allí, sin maquinar demás y le restaría total importancia. Después de todo, no volvería a ver a ese chico nunca, ¿Cierto?, no tenía sentido seguir dándole vueltas al asunto.
Claro, que había otra cosa que Hyunjin no sabía. Que su gran, y entrometido, amigo Minho tenía una nueva sorpresa para él.
—¿Min?, ¿Qué pasa? —Contestó el teléfono del pasillo, único aparato de la casa, eran poco más de las doce.
—Tenemos planes mañana, Hyun —Anunció con un tono animado.
—Mmm... no, el ensayo de la banda es pasado mañana —Respondió algo confundido, pensando que a eso se refería.
—No te hagas el chistoso —Soltó una pequeña risa— Tenemos planes con ciertos chicos coloridos.
—Espera, ¿Qué? —Eso encendió sus alarmas, abriendo de par en par los ojos— ¿Que hiciste ahora, Min?
—Nada malo, solo saldré con Jisung por un café, y tú vendrás conmigo —Le dijo a modo de orden— Él llevará a Felix.
—¿Qué? —Sintió sus mejillas arder y su corazón acelerarse con tan solo pensar en la vergüenza que le daría verlo nuevamente— ¡No, me niego!
—Ajá, te tengo noticias, no te lo sugerí, era solamente un aviso —Respondió normal— Pasaré a tu casa mañana a las dos treinta, más te vale arreglarte bien, no llevaré a un vagabundo conmigo.
—Pero Min... —El pálido colgó sin dejarlo reclamar más.
Hyunjin gruñó después de aquello, y maldijo a Minho internamente. Si, era su único amigo, pero ahora estaba considerando la idea de mandarlo muy lejos. De todas las ideas que había tenido y en las que lo había metido a la fuerza, está definitivamente era la peor.
No deseaba ver a Felix otra vez, tenía totalmente en cuenta que la vergüenza le llegaría en el momento menos indicado, y sobre todo, los recuerdos estarían muy presentes. Y se negaba a sonrojarse frente a la cafetería entera por una estupidez.
Aunque, también tenía claro que no había opción, Minho lo iría a buscar la tarde siguiente y tendría que acompañarlo si o si.
Allí fue cuando se arrepintió de haber correspondido aquel beso sabor a ron y whisky.
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