CAPITULO 1
El vaivén de sus caderas era acorde al ritmo de la música en el recinto, ambos encerrados en el cuarto por al rededor de apenas dos horas y aun nadie quién se percatara de su ausencia al estar concentrados en el espectáculo que se llevaba afuera. La agitada respiración entre ambos solo incrementaba el calor y aunado a ello el éxtasis los golpeó nuevamente obligándolos a recostarse por fin uno al lado de otro.
No se medio palabra, solo el jadear por parte de los dos era lo que quedaba como vestigio de lo que había ocurrido, uno de ellos, el mayor, en cuanto tuvo uso de razón y energías para levantarse se incorporó tomando y colocando desesperada mente cada una de sus prendas, ni siquiera volteó atrás antes de salir por aquella puerta y esfumarse cual alma llevada por el diablo.
-ahí va otro~...- fueron las palabras del mas joven estando ya en la soledad del cuarto, no había sido tan malo, aunque acostumbraba a sufrir de experiencias mas intensas. Buscó en el lecho la forma perfecta de acomodarse con el fin de dejar descansar su ya agobiada parte inferior.
-veo que las cosas acabaron bien, Ian - intervino alguien a los pocos minutos después de ver la apresurada huida del cliente que ocupó el cuarto junto a su compañero. Alto, cabello negro, profundos ojos azul oscuro, vestido con ropa de bartender, se mostró al hombre quien con una sonrisa ingresó al cuarto cerrando la puerta tras de si, pero no avanzó mas de ahí.
-obviamente Kalet, era mejor terminar la noche con algo tranquilo, no tengo ganas de visitar a Damian ésta semana- cruzó las piernas un poco, mostrarse desnudo y en semejantes condiciones era tan natural para él y mas que nada frente ese hombre de tes oscura, no solo preparaba buenos tragos si no que igual era el encargado de su seguridad en ese lugar, Kalet intervendría al mas mínimo ruido de dolor anormal emitido por Ian, así que se podría poner su relación como algo estrechamente profesional.
-¿entonces puedo dejar de ser tu alcancía?- meneando en su mano derecha se encontraba un sobre con dinero y por lo regordete del mismo podía intuirse que había sido un buen botín, no era por nada, el rubio ante sus ojos ya había estado con al rededor de cinco personas y no dudaba en que podría ir por mas de proponérselo –aqui dentro ya esta una parte del dia de hoy.
-puedes recostarte aquí cerca, sigue caliente- canturreó tras dejar escapar una pequeña risa, alzó y bajó el brazo dando evidentes palmadas solo para acentuar su comentario.
-asco- Kalet torció los labios en una mueca.
-muero de hambre y he de decir que hacer esto con el estomago vacío no es conveniente a la larga- cruzó el rubio sus brazos tras la cabeza para buscar una pose mas cómoda que le permitiera descansar la parte inferior de su cuerpo otra vez, aunque tampoco queria quedarse tan quieto.
-¿tú? ¿estomago vació ahora?- apenas terminó su pequeña risotada fue atacado por una almohada que se estrelló de lleno en su rostro, el ojiazul con enfado agarró el objeto y lo arrojó de vuelta -compórtate como el adulto que eres Ian-
-¿crees que luzco como el ciudadano adulto promedio?- sin saber si era con tono de orgullo o sarcasmo el rubio mantenía su dulce expresión, Kalet negó con la cabeza en resignación y dio media vuelta para salir del cuarto
–tenemos una llamada de "jefe", nos espera en la noche...– con ello dio por finalizada su interacción, cerró la puerta tras de si abandonando al mas joven dentro del cuarto.
Con una ceja ligeramente levantada, Ian se acomodó sobre del desordenado lecho y mirando al techo no podía evitar repetir esa palabra una y otra vez en su cabeza: "jefe", desde hacía mucho tiempo le llamaba así al grado que en ocasiones olvidaba su verdadero nombre, aunque eso para el tipo de persona que era, eso resultaba muy conveniente. Podría disponerse a pensar mas al respecto, aquello tan mundano que para la gente común serían fácilmente desmarañados, pero en él, el molesto pitido en los oídos comenzó a manifestarse a tan solo segundos de esforzarse en darle vueltas al asunto.
-silencio...- habló a lo que fuera que se atrevía a masacrar sus tímpanos, pese a su orden no se detuvo, chirrió con mas fuerza y el cubrirse solo encapsulaba mas aquel ruido.
No pasó mucho antes de sentir que las cosas podrían empeorar, agarrando fuerzas para ir al baño y limpiar lo mejor posible su piel, el agua caliente siempre era adecuada para relajar los músculos, despejar la mente, un ritual de purificación, pero ni siquiera esas posturas positivistas o espirituales podían quitarle aquella gruesa costra de emociones pútridas, las cuales pateaban la puerta de su consciente ante la mínima rendija que encontrasen para entrar. Se alistó para salir del tugurio sin pena ni gloria, la puerta trasera resultaba increíblemente cómoda en momentos así, fuera de aquel lugar merodear con ropa de cuero entallada al cuerpo no era precisamente algo para alardear, la recubrió con una chamarra café enorme adornada de felpa en los bordes de las mangas y del cuello, en la parte inferior se colocó un pantalón deportivo gris, su alargada melena rubia fue atada en una coleta alta apenas dejando algunos mechones sueltos, reemplazó las llamativas plataformas por un par de tenis acolchados.
El escenario se transformo en un parpadeo, ya se encontraba a bordo de carretera conduciendo una CBR 250, el repentino cambio le hizo perder el control por una fracción de segundos, pero pudo reponerse de inmediato antes de cometer una estupidez, no tenia idea de hacia donde se dirigía, los señalamientos letrados se encontraban todavía lejos, solo le acompañaban las flechas y uno que otro auto. Sin entrar en pánico decidió mantenerse en la misma dirección, en algún momento debería de encontrar algo que lo pudiese orientar, algo que le diera un indicio de que demonios era lo que estaba haciendo, lo único de lo cual tenia certeza era que no se dirigir hacia su hogar, de ser así ya se encontraría rodeado por los arboles perennes que escondían su refugio.
-¿estas ahí?- preguntó una voz mas gruesa de parte del micrófono que traía dentro del casco-
-¿decías?- preguntar "¿quién es?" no seria estratégico, si se trataba de una situación delicada lo menos que quería era quedar como un imbecil.
-¿ya llegaste a Denver?-
¿¡Denver!?, ¿que carajos hacia rumbo a Colorado?, una mirada perpleja se mostró en su rostro, no pudo evitar hacer una mueca de miedo, ¿cuanto tiempo llevaba viajando?, ¿donde se había quedado a dormir?, ¿que iba a hacer allá?, tragando saliva con amargura y después con discreción respiró profundamente, el lugar ya lo tenía.
-voy en camino... ¿no habrá cambios en el plan?- se estaba jugando el pellejo con solo hacer esa pregunta, no era un hecho, no sabia casi nada de lo que ocurría pero algo muy en el fondo le gritaba que así podría ser si no elegía sus palabras con cuidado y procuraba un carácter neutro al momento de hablar.
-no, llegas, lo buscas y te deshaces de él, nosotros nos encargaremos de limpiar todo después- sin poder preguntarle otra cosa la llamada se cortó, lo que sea que estuvieran hablando hasta hace unos minutos le era desconocido, pero no podia quedarse parado en el no saber, ya tenia el propósito ahora y mas o menos el quién, eso le dejaba un poco mas tranquilo. Finalmente el bendito cartel de "Welcome to Colorful Colorado" se hizo presente, con mas carros en la misma dirección, seria solo cuestión de tiempo para llegar a la ciudad, tendría que si o si detenerse en alguna estación de servicio para organizar sus pocas ideas y ansiaba poder comer algo, la ansiedad de la situación comenzó a generarle una enorme necesidad de comer lo que fuera, o quizás podría ser al revés, el hecho de no haber comido en quien sabe cuanto tiempo podría estarle generando ansiedad.
-¿desea ordenar algo?- paso de nuevo, esos malditos blackout que lo dejaban en un lugar distinto de momento a otro, rápidamente movió las pupilas para hacerse a la idea de donde estaba, "Restaurante mediterráneo Rioja", la señorita frente a el obviamente era una mesera quien le había preguntado por la comida.
-eh... no... digo, si... disculpe, perdí la noción por un segundo, ¿podría repetirme que es lo que pedi?
-una ensalada cesar y una jarra de agua natural al tiempo, ¿desea pedir algo mas?- dijo con un tono de voz amable, muy dulce, sin dejar de esbozar su sonrisa pintada de melocotón.
-nada mas, gracias- un fuerte alivió se sintió de nuevo, se llevó la mano al pecho estando esperanzado, pero después el ruido de un teléfono sobre la mesa le hizo dar un ligero salto, dejando a la mesera un tanto confundida y, ante la nerviosa mirada del comensal prefiró retirarse sin hacer mas preguntas.
-¿oye rubia, me escuchas?- hablo de nuevo la otra persona al otro lado de la linea.
-¿quién habla?-
-¿es una broma? llevamos hablando 20 minutos- esos comentarios sencillamente no ayudaban, Ian frotó su rostro con frustración ante el tono irritado de su camarada, a diferencia de la anterior llamada, aquí sí sabia con quien estaba tratando.
-Carajo... FAY, por favor, estoy de nuevo muy... muy "así", dime qué era lo que estabas comentando...- apoyando los dedos en sus cienes para darse un leve masaje, miraba a la mesa con el ceño fruncido.
-oye, si sigues así y alguien de los cara larga se da cuenta de eso, te vas a meter en muchos mas problemas -el contrario ahora estaba profundamente preocupado, se le notaba en su tono -deberías ir con un medico, esos apagones podrían tratarse de algo serio, ¿que tal si se trata de epilepsia y tu sin saberlo? ¿asi te arriesgas a ir en carretera? no tienes remedio...
-por favor solo dime lo que estabas... agh... en verdad, no necesito que me recuerdes algo asi... solo... dime- con las manos en la cara otra vez, la bola de nervios que se generaría en su espalda después de todo ese estrés iba a tener que atenderse con un buen masajista, eso era un hecho.
-Bien, veamos, su nombre es Josh M. Nicolls, es uno de los matones que atentaron contra nosotros hace un par de semanas, vive en Denver, Colorado, te dieron cinco días para encontrarlo y ejecutarlo, no olvides dejar la firma del jefe y un pequeño recado, debieron de haberlo puesto en tu maletín... hm... la foto del sujeto te la enviare en un momento y de paso te agendaré una cita con el medico si es que sales vivo...– con ese ultimo comentario la llamada se cortó, Ian cerró el teléfono abruptamente para no seguir escuchando sobre la peculiar situación medica que posiblemente estaba presentando, no era algo relevante, si no realizaba su tarea implicaría sufrir una multa y alguna clásica llamada de atención perturbadora, era mejor evitar eso, ya tendría tiempo de ir a atenderse con cualquier medico. Tras aquel enriquecedor almuerzo pudo tomarse un descanso, de alguna manera el saldo de 5 dias a partir de su llegada le relajaba, no era como en otras ocasiones que tenia que correr contra reloj y a duras penas lo lograba, dedicarse a algo asi no era para estar jugando, lo sabia perfectamente, cada paso que daba podria ser el ultimo, aun si se había hecho a la idea desde hace tiempo no era precisamente una motivación para levantarse en las mañanas.
El pronostico señalaba una noche congelada que seria precedida por un banco de niebla a partir de las 3 de la mañana y que perduraría hasta poco pasadas las 10, un momento perfecto para llevar a cabo la operación, no le tomó ni tres dias encontrar a ese sujeto, quien afortunadamente se encontraba en modo "espléndido padre de familia". Colocó el casco negro sobre de su cabeza para quedar cubierto con la ultima medida de seguridad para conducir, arrancó y partió del hotel,
Todo marchaba de acuerdo al plan, en medio de la noche fría y atacados por un banco de niebla, las luces del auto se encargaban de alumbrar a unos metros donde un par de hombres escarbaban una fosa, a sus pies, el cuerpo de un pobre vástago con toda la garganta partida.
-mon Dieu...- miraba a los que estaban a su alrededor, el sudor frio le estremeció hasta la punta de los pies, sus dedos ahora temblorosos en extremo, dejaron caer el arma afilada a un lado, ésta por su filo se enterró sola en la tierra, aturdido por ver tanta sangre prefirió apartarse de ahí, su estomago se había revuelto, quedarse mirando dicha escena solo lo iba a asquear mas. Queriendo ser discreto al momento de jadear, acomodó la mascara sobre de su rostro y se apoyó con el hombro ligeramente sobre de un árbol, algo adentro le gritaba que entrar en pánico y delatar su nulo conocimiento de la situación era algo muy erróneo.
-¡Oye!- su mirada gris se dirigió a quien le llamaba –llevo rato hablándote, matador, nos falta uno...– con sus manos acercó el mentado cuchillo dorado ya ensangrentado, los hombres bajaron del carro a un segundo individuo que se encontraba con una bolsa de tela en la cabeza, el pobre aullaba por su vida envuelto en el pánico, el rubio por su parte detectó una intensa adrenalina que se hizo presente como descargas eléctricas en la parte posterior de la nuca, no queria tomar aquella arma, no sabia que pasaba, eso tenia que tratarse de una horrible pesadilla, levantó la mano con firmeza para tomar el cuchillo y apretar con todas sus fuerzas la empuñadura de este, con aquel fuerte zumbido en los oidos que poco a poco le hacia sentir que se caia de espaldas.
Blackout...
Continuará...
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