Unos días más

Bienvenidos a un capítulo más. He tardado un poco más pero es que estaba colapsada y las ganas de escribir se aferraban a no salir. Os propongo que si queréis, dejéis una pregunta que haríais a cualquiera de los personajes si pudierais. En los próximos capítulos iré respondiendo a ellas. Una vez más, mi Twitter es: HeyItsMellark . No seáis tímidos y seguidme.

Ahí va:

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Todos dirigieron la mirada hacia Elina, quién tenía los ojos turbios. Sus facciones desvelaban la preocupación que sentía. Honnie la miró, no creyendo lo que acababa de escuchar. Elina mantenía un fuerte lazo con Elton pero aún así pensó que no querría marcharse aún, no cuando ella misma era consciente que estaba débil y deshidratada. El tiempo que Honnie pasó con su grupo fue si más no, duro. Aún no teniendo que hacer frente a nadie, la escasez de suministros había dejado mella en ellos. Honnie se encontraba más delgada que de costumbre y era grato el día que podían permitirse comer más de una vez. Sólo Donovan sabia cazar, y aún que había intentado enseñar a lo demás, nadie tenía el potencial de su hermano, por lo que eso dificultaba que ella pudiera sobrevivir fuera de aquellas vallas que ahora le parecían la cosa más segura del mundo.

–No puedes irte, Elina. Justo acabas de llegar. -Le dijo Honnie, tratando de que recapacitara.-

Ella también tenía la necesidad de buscar a su hermano, pero sabía que salir ahora era condenarse a muerte, pues no estaba nada lista para ello.

–Debo buscar a Elton. Han pasado muchas horas y seguramente habrán intentado volver al campamento a buscarnos. Si ven que no estamos van a preocuparse y yo no...

–Elina, escucha. -Pidió Honnie interrumpiéndola.- El campamento queda lejos. A penas queda media hora para que sea de noche. No hemos comido ni bebido y eso sólo significará ponerles las cosas fáciles a esas...a eso. -Concluyó mostrando con la mano a todos los infectados aglutinados en las vallas, no siendo capaz de ocultar el asco enorme que sentía hacia aquella transformación brutal de la naturaleza.- Espera a mejorarte un poco. Elton y Don van a estar bien, lo sé. Ellos siempre han sido capaces de cuidar de nosotros cuando ni siquiera yo soy capaz de velar por mí. –Elina lanzó una leve carcajada al aire.-

–Tiene razón. -Dijo el mismo hombre mayor que había estado horas antes en su celda.-

No le pasaron desapercibidas las dos muletas que cargaba. La vista de Honnie, y la de todos sus compañeros, se posaron en la única pierna que poseía. Él pareció darse cuenta más no dijo nada.

–Quédate un par de días. Recupérate un poco y si luego aún quieres irte, podrás hacerlo. Pero no te vayas sin ser capaz de sobrevivir allá fuera.

Elian pareció pensarlo varios segundos, pero luego agachó la cabeza asintiendo. Honnie le puso una mano en el hombro, sin saber si eso iba a reconfortarla tanto cómo ella tenía intención.

Rick y Glenn los encaminó hacia el interior y tras varios minutos recorriendo el lugar, dieron con un pabellón. Honnie sintió que era el mismo en el que la habían encerrado y se tensó, no siendo capaz de confiar en que no iba acabar de la misma manera. Habían por lo menos veinte celdas y no había ni rastro de nadie, por lo que supuso que Rick había preferido mantener distancias con el resto del grupo por ahora. Y eso la reconfortó.

Se sintió culpable por sentirse bien. Durante mucho tiempo habían estado vagando, sin siquiera saber cuantas horas más les quedaban de vida. Cuando decidieron acomodarse en Milner no fue con la esperanza de permanecer mucho tiempo allí, pero así fue. Lograron habituarse y hacer de esa casa, un lugar dónde pasar los días. Era la primera vez que se sentía más o menos segura. Aún no sabía qué podrían hacer aquellas personas con ella o su grupo. No las conocía en absoluto, pero algo le decía que todo iba a estar bien. Tal vez la promesa de Glenn, tal vez las sensaciones que le transmitían los demás... Fuera como fuera, ella había desestimado su plan de huir de ese lugar. Si todo iba bien, si esas personas eran realmente de fiar, tal vez podría intentar buscar a Don y mostrarle la prisión. Seguro que su hermano adoraría este sitio. Era extraño pensar en querer quedarse en un lugar en el que, si no fuera por el apocalipsis, habría intentado evitar a toda costa. Pero aún así le gustó. Hasta el sucio color ocre de las puertas le pareció reconfortante.

–Coged la celda que queráis. -Dijo Rick.- Mañana podréis descansar, pero los que queráis quedaros aquí deberéis participar. Hay diferentes trabajos que se os pueden asignar, dependiendo de vuestras cualidades. No hemos logrado canalizar el agua del arroyo aún, por lo que si queréis ducharos tendrá que ser con un cubo que está en los antiguos baños. Os dejamos para que os acomodéis. Cuando queráis salid al patio del que venimos para que os podamos presentar y mostraros las demás salas, ¿sabréis volver?

–Sí. -Dijeron al unísono.-

Los dejaron solos y cada uno trató de encontrar una celda. Acabaron escogiendo las de la parte superior ya que creyeron que serían más seguras. Honnie llegó a la parte de arriba y se acomodó en la más alejada de las escaleras, pues necesitaba evadirse de los demás. Don era su puente hacia ellos, y aún que con Elina la relación parecía estar mejor, con Trevor y Scott no había comunicación apenas. Con Trevor por timidez de ambos y con Scott por su altanería. Pero eso era otro tema.

A los minutos se juntaron en las escaleras, listos para encaminarse hacia el patio y conocer al resto del grupo, dando un paso más hacia la estabilidad y dejando atrás la precariedad del estilo de vida que habían adoptado des de hacía ya casi un año.

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