Scott
Los días han ido pasando relativamente rápido y gran parte de ellos me los pasaba en la biblioteca dibujando el plano para establecer una red eléctrica estable y una canalización correcta. Rick se encargó de facilitarme cualquier cosa que pudiera necesitar para lograr acabar mis expectativas de montaje. Traté de evitar a toda costa cualquier contacto con Daryl porque no sé como iba a reaccionar y una parte de mí no quería saberlo.
Elaboré, también, una lista de los materiales que deberíamos buscar tras haber analizado el estado en el que se encontraban las instalaciones y según dijo Rick probablemente saldríamos en un par de días.
La idea de que había traspasado los límites con Daryl me abrasaba en las horas muertas y las ganas de irme para encontrar a Don crecían cada vez más.
Me encuentro tumbada en la cama leyendo un libro cuando unos pasos fuertes resuenan en el el concreto, haciéndome ladear la cabeza hacia la puerta. La cara ensombrecida de Daryl aparece por la puerta y a pesar de la calor que tengo, un escalofrío me eriza la piel. No quiero sentir esto, ¿qué me está pasando?
–Hey. –Dice sin mirarme demasiado.-
Cuando ve que no contesto prosigue.
–Acompáñame a cazar, no hay nadie más disponible. –Habla con rudeza, como si estuviera enfadado conmigo.-
La poca sutileza para decirme que me ha escogido a mí porque no hay nadie más me duele, por lo que sigo sin responder. Y entonces, mientras examino su expresión, sus ojos abandonan el filo del cuchillo entre sus manos y se posan en los míos.
–V-vas a venir, ¿o qué? –Dice desviando su mirada de mí de nuevo.-
La parte racional me dice que debo quedarme aburrida en la cama y evitar cualquier contacto con él, y la irracional, la que siempre me gana, está deseosa de ir con él aunque haya sido su última opción. Me incorporo y me siento, asintiendo la cabeza pero sin decir nada aún.
–Te espero en el patio.
Y dicho esto se va, dejándome sola otra vez y con las ganas de gritarle que deje de ser tan frío. Pero no puedo, porque no me debe nada y porque yo no soy nadie para reclamarle. Esto está condenado al fracaso o a mí fracaso, y ninguna de las dos opciones me gustan, por lo que lo mejor será ignorar las sensaciones que siento por un hombre tan rudo cómo un niño criado en la selva.
Cuando llego al patio veo a Scott junto a Daryl, ninguno de los dos dice nada pero supongo que él también va a venir y algo dentro de mí desea que no sea real mi suposición.
–Hola. –Digo cuando me aproximo a los dos.-
Daryl asiente la cabeza y Scott suelta un bufido de resignación, para después abandonar su sitio y alejarse hacia la puerta. Los sigo a los dos de cerca, y mucho más cuando la última puerta ha sido abierta y los infectados se acercan a nosotros.
Llevo un cuchillo pero no quiero usarlo, por lo que trato de alejarme de ellos y reunirme con Daryl y Scott cuando estos ya han abandonado la zona peligrosa.
Nos estamos adentrando en el bosque y mis ojos no han parado de divagar entre los árboles, consciente de que cualquier infectado puede aparecer en cualquier momento. Scott se gira de repente, enfrentándome a una distancia corta para mi gusto y encendiendo mis nervios como si una hoguera se tratara. Me retiro dos pasos y él avanza dos, por lo que la distancia sigue siendo demasiado escasa para mí.
–Deja de hacer ruido, maldita sea. Por tu culpa no vamos a poder cazar nada. Ni siquiera sé por qué has venido. –La crudeza de sus palabras me aturde y siento unas repentinas ganas de llorar, pero las aparto y mis manos forman puños.–
Scott me mira un segundo más y se da la vuelta para seguir andando, Daryl me lanza una mirada que no logro descifrar y se gira de nuevo para seguir caminando.
Emprendo la marcha de nuevo, esta vez tratando de ser más silenciosa y con la urgencia de llorar postrada en mi garganta.
Y de repente, a lo lejos, un ciervo está tratando de buscar algo qué comer entre la hierba seca y las hojas caídas.
Scott y Daryl se lanzan miradas y el segundo alza su ballesta, concentrándose en su objetivo.
De repente algo me agarra el brazo y caigo al suelo, gritando presa del pánico. Hay un infectado encima de mí, es mujer a juzgar por sus ropas y está luchando contra mí para morderme. Las lágrimas finalmente abandonan mis ojos y lucho, tratando de ganar espacio. Y sin previo aviso una flecha se incrusta en el cráneo de la infectada. Con pavor la aparto de mí y me siento en el suelo, observándola. Me pongo de pie deprisa para sentir unas manos agarrarme de la camiseta y estamparme contra el tronco del árbol después. Mi espalda duele y cierro los ojos ante el impacto. Cuando los abro encuentro a Scott frente a mí, sus puños blancos debido a la fuerza que está ejerciendo y siento mi frente sudar frío.
Daryl lo aparta de mí y lo tira al suelo, golpeándolo en el estómago, haciendo que este se retuerza en el suelo.
–¿Cual es tu problema? –Pregunto indignada.–
–No me gusta la gente inútil. –Dice Scott levantándose y acercándose a mí, hecho que es parado por Daryl dando un paso al frente en modo de advertencia.–
–Bien, porque a mí no me gustas tú. –Digo dando un paso al frente, queriendo enfrentarlo.–
Daryl sonríe y eso me abruma más que el hecho de que Scott está mirándome como si quisiera matarme.
–Vete. –Dice Scott.– Vete ahora.
–No. –Me interrumpe una voz antes de que pueda decir algo siquiera.– El que se va eres tú.
–¿Qué?–Dice Scott, frunciendo el ceño.– Ella estaba haciendo ruido mientras cazábamos, podríamos haber conseguido a ese ciervo.
–¿Qué esperabas, imbécil? –Dice Daryl enfrentando a Scott, tan cerca que creo que van a pegarse.– ¿Que se dejara comer por eso en silencio? Pírate. –Repite Daryl dando un paso más al frente, casi chocando con la frente de Scott, que ante la presencia de Daryl parece haberse hecho más pequeño.–
Avanzo deprisa, colocando mi mano en su brazo, acto que hace que Daryl mire mi mano y luego a mí, con una mirada que no sé describir pero que vuelve a crear un mar de dudas de quién es este hombre y qué es lo que siente. Scott, ajeno a nosotros, se aleja por la dirección donde hemos venido, dejándonos solos de nuevo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top