Primera lección

Bienvenidas a las nuevas lectoras y gracias a las antiguas por seguir conmigo. Disfrutad mucho del capítulo.

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Habían pasado cuatro horas aproximadamente des de que ellos habían salido a por provisiones. Mentiría si dijera que no me encontraba preocupada pues lo estaba, y bastante. Sabía que a estas alturas era difícil encontrar algún sitio que contara con comida pero esperaba de todo corazón que lo lograran. Trevor estaba a unos metros de mí, formando un círculo con los niños de nuestro grupo. Estaban jugando al "gato y el ratón" y se podía apreciar lo bien que ellos lo estaban pasando. Sonreí cuando vi que Lizzie estaba persiguiendo a Mika alrededor del círculo y la atrapó antes de que ésta última lograra sentarse en su sitio.

De repente oí unos gritos y dirigí mi vista más allá de las vallas, viendo la famosa furgoneta que usaban en la prisión. Alguien abrió las vallas para que pudieran entrar y en cuanto llegaron al patio central, todos lo que estábamos allí nos acercamos.

Daryl venía detrás, con una moto que no reconocí. Me pregunté si no tenía miedo de ir por ahí con un vehículo que no lo protegía de cualquier infectado que tratara de morderle, pero luego recordé que se trataba de Daryl Dixon y se resolvió mi duda.

Glenn bajó el primero, seguido de Michonne en el copiloto, Scott en la parte trasera y Maggie.

Cuando llegué a ellos ya estaban descargando las provisiones que habían logrado reunir y por lo que pude ver, habían conseguido encontrar bastantes.

Comimos todos juntos en el patio. Estaba al lado de Beth, quién conversaba con Maggie sobre la expedición. Narró cómo casi un infectado la muerde pero Michonne logró salvarla.

Cuando acabamos me dirigí a Rick.

–Hey. -Dije cuando llegué a su lado. Él asintió con la cabeza.- Me preguntaba si tendrías algo tipo una cera o un yeso.

Él pareció pensar un momento y luego se fue hacia Carol. Intercambiaron un par de palabras y Carol se fue, regresando después y entregándole algo a Rick. Este se acercó a mí y me entregó un trozo de yeso.

–Las encontramos hará algunas semanas, pensamos que estaría bien que los niños tuvieran algo con lo que pasar el rato. Si necesitas algo más de material puedes pedirle a Carol que te lo dé, ella es quién se encarga de la biblioteca.

–Espera, ¿Biblioteca? ¿Tenéis una biblioteca aquí?

Él asintió.

–Sí, detrás del bloque C. Carol suele contarles cuentos a los niños ahí.

–Asombroso. –Dije sonriendo.-

–Bueno, te veo más tarde.

Asentí y me alejé de él, haciendo mi camino hacia el patio trasero.

En cuanto estuve ahí escogí un lugar apartado para poder dibujar algunos planos de lo que me gustaría hacer en la prisión. Limpié con mi zapato alguna piedrecita que pudiera haber y me dispuse a recordar como eran las canalizaciones básicas. Cuando hube formado una idea en mi cabeza de cómo podríamos lograr que el agua fluyera por las tuberías, empecé a dibujar.

Pasó el tiempo y cuando quise darme cuenta ya había hecho dos posibles opciones en cuanto a canalizaciones de agua y eléctricas. Además, había dibujado una especie de porche que podría ser construido con algún material fácil de encontrar, cómo madera y algún panel para poder hacer el techo.

–Eres bastante buena. -Dijo una voz a mis espaldas.-

Pegué un salto y me giré, viendo a Glenn admirar el trabajo que había hecho en el suelo.

–Gracias. -Espeté nerviosa.-

–¡Ei Rick, ven a ver esto! –Gritó.-

Rick, quién estaba con Daryl limpiando las armas se acercó. Daryl me miró durante unos segundos y volvió a su trabajo, como si cualquier cosa que hiciera no fuera lo suficiente interesante como para que me prestara atención más de dos segundos. Cuando Rick llegó y vio mis dibujos en el suelo puso sus manos en su cintura. Lo miré, viendo como asentía con la cabeza varias veces y fruncía los labios sorprendido.

–Nada mal, Honnie.

Me sonrojé.

–Espero que puedas pronto salir con los chicos para buscar todo aquello que vayamos a necesitar.

Su comentario me puso nerviosa pero traté de disimular, mostrando una sonrisa torcida.

-Bien, Honnie. -Habló Glenn esta vez.- ¿Vamos?

Negué con la cabeza involuntariamente y Rick rió. Glenn enarcó una ceja y se cruzó de brazos.

–Vamos, creí que ya habíamos superado esa fase. -Dijo en tono jocoso.-

–No creo que nunca supere esa fase, Glenn. –Dije preocupada, lo que hizo que ellos volvieran a reír.-

–Pues es el momento. Andando.

–¿Cómo que andando? Aquí es un buen lugar para empezar. –Dije, tratando de que me escuchara y me dejara empezar mis lecciones de defensa dentro de los muros.-

–Honnie si no---

–¿Por favor? –Supliqué interrumpiéndolo. Él suspiró frustrado.-

–Es terca, ¿eh? –Dijo Glenn mirando a Rick, quién rió por tercera vez.-

Hizo un gesto con la cabeza corroborando lo que Glenn acababa de decir y eso hizo que mis mejillas se tornaran rosadas.

–Está bien.

Rick se despidió y se acercó de nuevo a donde estaba. Cuando dirigí mi vista a Daryl, este ya me estaba mirando. En cuanto cruzamos miradas, una especie de corriente me sacudió de la cabeza a los pies. Glenn carraspeó a mi lado, notando lo que acababa de pasar segundos antes. Me miró enarcando una ceja divertido.

–¿Así que tú y Dar---

–¿Vamos? –Dije sumamente nerviosa tratando de desviar el tema.-

Él volvió a reír y nos alejamos un poco. Lo seguí y me coloqué frente a él. Sacó su arma y hizo algo con ella que no supe identificar. Con ese gesto separó el arma de una cajeta, que supuse que era la munición.

–Bien Honnie, esto es un arma.

–Vale Glenn, tampoco soy imbécil. –Él rió.-

–A lo que me refiero es que no es ningún juego, ¿vale? Merece que tengas cuidado con ella. –Asentí.-

Se agachó y la puso en el suelo, por lo que hice lo mismo. Fue señalándome cada parte del arma.

–Asegúrate siempre de ponerle el seguro si no vas a usarla, no conviene ir por ahí con un arma cargada, créeme.

Estuvimos media hora montando y desmontando el arma y cuando me tocó hacer lo hice inesperadamente mejor de lo que pensé. Glenn me felicitó, indicándome que pasábamos a la siguiente fase.

–Estas armas tienen poco retroceso por lo que el movimiento que hace al disparar en dirección contraria del proyectil es bastante nula, lo que te hará tener mejor puntería.

–Lo que hará que mi puntería sea igual de mala.

–Venga Honnie, no esperas tan poco de ti. –Dijo el animándome.-

–Bien, indudablemente apunta a la cabeza si se trata de un caminante, pues es la única manera de pararlo. Pero si es contra algo vivo, que sea dónde tiene mayor superficie, es decir, el tronco. A mayor superficie, mayor probabilidad de acertar.

–No voy a dispararle a nadie que esté vivo. Ni tan siquiera creo que sea capaz de dispararle a un árbol, con toda esa fauna que depende de él y que se vería afectada por mi culpa... –Reflexioné.-

Glenn rió negando con la cabeza de nuevo.

–Eres de otra especie, Honnie. Pero ya sabes que vas a tener que perderle el miedo a disparar, más si tu vida depende de que lo que sea que esté delante de tu cañón. –Dijo indicando el orificio de salida del arma.-

Glenn me enseñó alguna que otra cosa, aunque la mayoría de las veces se reía de mi poca destreza y yo me ruborizaba presa del nerviosismo y la vergüenza. Unas dos horas más tarde apareció Maggie, llevándose a Glenn con ella pues tenían guardia.

No hacia falta ser un lince para saber en qué invertían las horas de guardia, pero si había alguna duda la sonrisa de Glenn la disolvió. "Pillín", pensé interiormente.

Se fue, con la promesa de que mañana íbamos a seguir con las clases y que intentara memorizar aquello que había aprendido hoy.

En cuanto ese día acabó me sentí satisfecha, pues no sólo había ganado conocimientos sobre armas y  cómo defenderme, también había logrado hacer un amigo que esperaba que durara por mucho tiempo: Glenn.

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