Milner. (Georgia)
Mi hermano se encuentra cargando la Ford F-series. Es lo único que hemos podido llevarnos de nuestra antigua casa antes de que todo este embrollo empezara.
Antes habría hasta disfrutado de no tener que ir a la universidad. Los trabajos se hacían cada vez más duros, además el contrato laboral de la tienda de fotografía en la que trabajaba se había extendido por lo que me tocaba trabajar un día más. Me golpeo mentalmente ya que, paradójicamente, ahora echo todo eso de menos más de lo que alguna vez pensé que lo haría. Saliendo de mi ensimismamiento, decido ir hacia dónde Donovan, mi hermano, se encuentra.
-Quiero ir. -Digo de repente.-
Cansada de tener que ser una carga más, llevo días pensando que eso debe cambiar. Eramos un grupo pequeño de tan sólo seis personas alojados en el extrarradio en un pequeño pueblecito llamado Milner. La huída había sido dura pero poco a poco habíamos conseguido sobrevivir. Recuerdo que cuando nos dimos cuenta de lo que estaba pasando corrimos los seis hasta la furgoneta de Don y salimos pitando de ahí. Trevor, Scott, Elton y Elina iban juntos a la universidad y yo había quedado en volver con ellos a casa, pero los planes cambiaron drásticamente cuando alguien mordió a un alumno frente a nosotros.
Había tenido una vida indudablemente fácil. Me quedaban dos años para poder conseguir mi tan ansiado título universitario y mi vida familiar era de lo mejor, irónico comparándolo con la situación actual.
Podía describirme a mi misma cómo alguien irrefutablemente lista, más no era una luchadora cómo lo era Elina, novia de Elton y mejor amiga de Don, y eso me molestaba de sobre manera. Si más no ese sentimiento había aflorado hacía poco debido a una conversación que escuché de refilón entre Elina y Elton. Ellos me calificaron de asustadiza; "No creo que dure mucho." fueron las palabras exactas. No iba a permitir que eso siguiera así, no más.
Mi hermano me mira de soslayo y niega con la cabeza.
-No.
Su tono es ,si más no, conciso. Y me da la sensación de que por mucho que insista, me va a costar horrores que él acceda.
-Quiero ser útil, Don. -Digo arrastrando las palabras, cómo si el hecho de no serlo me doliera. Y es que es así.-
-He dicho que no. -Dice sin mirarme si quiera.-
-Y yo te he dicho que voy a ir. Estoy harta de simplemente limpiar ropa o hacer la comida, si es que se le puede llamar así. -Digo brusca.-
-Créeme, nos eres más útil aquí que viniendo con nosotros. -Sus palabras me hieren más no dejo que el sentimiento aflore.-
-Llevo toda mi vida en una caja de cristal. Papá y mamá se empeñaron en hacer de mi un ser dependiente y esto no funciona aquí. No en lo que es ahora el mundo. Así que déjame ir o simplemente no me lo impidas, porqué no me estás haciendo un favor dejándome aquí. Cada día que pasa es un día más en el que si no aprendo a pelear, tarde o temprano me morderá una de esas cosas y aunque haya tenido la suerte de poder huir de los infectados, quién sabe cuando se me acabará esa suerte. Así que voy. –Digo, tratando de que entienda que no le queda otra opción.-
Mi hermano me escudriña con la mirada y luego simplemente asiente.
-Está bien, siempre y cuando hagas lo que te diga. Si te digo que corras, corres. Si te digo que te vayas y me dejes, lo haces. Si te digo que te escondas, tu te escondes. Si te digo que...
-Entendido general Donovan. Ver, oír y callar. -Digo interrumpiéndolo. Tampoco ha costado tanto convencerlo.-
-Andando.
Elton aparece con Elina quién se despide de esta última y se monta en el Ford. Yo simplemente me encamino al vehículo y le regalo una sonrisa forzada a Elton cuando este me mira al entrar. Siento vergüenza de lo que pueda pensar o decir, porque sé que espera que siga siendo un estorbo hasta que alguna de esas cosas me aparte de su camino y le haga la vida más fácil.
-¿Vienes? -Dice él extrañado girándose para mirarme . Me da la sensación de que le pregunta más a mi hermano que a mí, así que simplemente asiento con la cabeza.-
Mi hermano mira Elton e ignora el destello de confusión que cruza las facciones de su amigo.
El camino transcurre en silencio y lo agradezco. Des de que el apocalipsis empezó una de las cosas que he aprendido a apreciar más es precisamente eso, el silencio. Y es que sonido suele significar tener que huir o luchar y ni una ni otra me apetecen en exceso, pues la segunda no la he puesto en practica jamás. Y aquí estoy yo, de camino a dónde sea que nos dirigimos, lejos de la seguridad de la casa en a la que nos encontrábamos alojados.
El camino simplemente es para recoger provisiones y no tiene por qué durar más de cinco horas, así que espero fervientemente estar de vuelta pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top