Melancolía

Hola de nuevo! Espero no haberos hecho esperar mucho y si es así, lo siento. He pensado en hacer un cambio de punto de vista por lo que ahora todos los capítulos serán escritos por Honnie, nuestra dulce protagonista. Podéis encontrarme en Twitter en el user HeyItsMellark 

Muchas gracias y disfrutad!

––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

Habíamos logrado llegar al patio principal, dónde una media hora antes habíamos estado atados y de rodillas. Me estremecí, pensando en como de rápidas las cosas parecen cambiar. Recordé el momento en que la radio anunció que algo hacia enloquecer a las personas, volviéndolas salvajes e incontrolables. Recordé, también, que lo primero que pensé fue que probablemente debía ser una broma, pero en cuanto intentamos poner rumbo de nuevo a casa, la carretera colapsada nos lo impidió, teniendo que huir fortuitamente pues un grupo de infectados había intentado abalanzarse sobre el Ford de mi padre. Me estremecí, no siendo capaz de olvidar que era de noche y no sabía nada de Don. Estaba preocupada de sobremanera, pero lo que más me inquietaba era no saber qué hacer. No saber donde buscar, no saber si iba a estar bien, nada. Confiaba en él, pero hasta el más fuerte cae y yo lo sabía.

Al llegar al exterior, la brisa de la noche me envolvió. No hacia frío, de hecho hasta sentí que estaría más cómoda en pantalones cortos, pero recordé que no había traído nada conmigo. Junto con mi grupo, anduvimos hasta quedar frente a una fogata, dónde el grupo de Rick estaba. El silencio reinó en el lugar y no pude evitar dar un paso atrás para lograr colarme tras la espalda de Trevor. Odiaba sentirme observada, por lo que lo consideré lo más factible.

Rick se levantó. La mayoría de las miradas habían pasado de nuestra posición a la de Rick, pero algunos aún nos estaban analizando, poniéndome nerviosa hasta la médula. 

–Estos son Trevor, Scott, Elina y Honnie. –Dijo él señalando a cada uno de nosotros.- Van a quedarse con nosotros, siempre que respeten las normas y quieran colaborar con las tareas. 

Algunos saludaron y otros simplemente dejaron que Rick siguiera hablando.

–Sabéis que des del ataque de Woodbury, con todos los destrozos que se ocasionaron, hacen falta muchas manos para reformar este lugar. Así que me gustaría que los tratarais cómo a uno más, ¿de acuerdo? 

Nadie dijo nada, por lo que me sentí aliviada. Una oportunidad más significaba mucho para nosotros, y más para mí, que era una inútil en todo lo que se relacionara con mantenerme a salvo.

Miré a mi alrededor, aún con la poca luz que había, logré ver algunas maderas y otros materiales en el suelo un poco más allá de dónde nos encontrábamos.

Rick nos indicó que nos sentaremos, pues estaban a punto de empezar a cocinar y habían decidido que sería una buena manera de acomodarnos y conocer al grupo y que ellos pudieran llegar a saber de nosotros.

Todo parecía tan normal que hasta por un momento llegabas a olvidar que todo se había ido al traste. Traté de no hablar con nadie, pues no me encontraba de animo para nada. Elina parecía estar en mi misma situación, ya que la vi contestar escuetamente alguna que otra vez. Trevor y Scott parecían de lo más cómodos y habían entablado conversación con alguna que otra persona. Una mujer, con la ayuda de algunas personas más, se encontraban asando algo en el fuego. Cuando el olor a carne me entró por las fosas nasales, sentí mi boca aguarse. Mis tripas gruñeron y el vacío en el estómago era tanto que hasta me dolía. 

Alguien se sentó a mí lado, pero ni siquiera alcé la vista. Hasta el hilo de mi pantalón me parecía más interesante que hablar con cualquier persona.

Carraspeó, por lo que intuí que era una chica.

–Soy Beth.

Alcé mi mirada y la vi. Era, efectivamente, una chica. Debía tener algunos años menos que yo y su cara mostraba cierta amabilidad. Era rubia y su pelo estaba recogido en una coleta un tanto enmarañada. 

–Soy Honnie. -Dije, tratando de ser lo más amable posible.-

–Bien, Honnie. ¿Conoces a alguien aquí?

–Bueno, a Glen, a Rick y a Daryl por los nombres. A los demás no he tenido ocasión aún.

Y en eso se resumió gran parte de la noche. Beth estuvo nombrándome a cada uno de los integrantes del otro grupo, pero dejé de escucharla en cuanto nombró al resto de su familia: Maggie, la chica que parecía estar con Glenn, y su padre, Hershel, el hombre que me había apoyado para retener a Elina de irse.

No era capaz de mantener mi cabeza en el lugar en el que estaba y mi mente divagaba todo el tiempo, tratando de encontrar algún pensamiento que me aliviara la preocupación por Don que sentía. 

Miré a cada uno de ellos tratando de evadirme y no pude evitar sentirme culpable por no prestar atención a la dulce Beth. Pero no podía.

Comí lo que me ofrecieron, que consistía en carne de ardilla y unas alubias de lata que resultaron estar más buenas de lo que me esperaba. Jamás había probado las ardillas, y en cierta manera la idea de estar comiendo una de ellas me habría provocado arcadas en otro momento, pero no ahora, no cuando hacía mucho tiempo que no comía correctamente. 

Esa noche sentí mi barriga más llena de lo que recordaba haberla tenido alguna vez, pero sentí, también, el vacío en el pecho que me provocaba el no saber dónde demonios estaba Don.

No pude reprimir alguna que otra lágrima y miré al frente, para ver a alguien observándome justo al frente. Me estremecí y agaché la cabeza, tratando de que no viera más de lo que ya había podido observar. No quería que me vieran llorar, y mucho menos si aquella persona era él: Daryl. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top