De improviso.

Como he estado un poco desparecida, otra vez, he hecho el capítulo un poco más largo para compensar. Espero que os esté gustando y espero que podáis colaborar, ya sea dejando un comentario o un voto.

Muchas gracias por seguir leyendo.

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Glenn ha estado tranquilizándome mientras accedíamos al sitio del que vamos a coger los materiales y lo ha logrado. A demás, sé que mis sollozos habrán alertado algún infectado y me niego a poner en peligro a la gente que va conmigo solo por mi estupidez. El mundo está siendo muy difícil para alguien como yo. Cuando miro a mis compañeros me doy cuenta de que soy la menos preparada, pero porque nunca había estado en una posición en la que superarse a sí mismo fuera la única opción. Tal vez ellos eran como yo antes de todo, tal vez incluso alguno fuera aún mas asustadizo que yo, pero en algún momento decidieron que la única actitud que iba a conseguir salvarles de esto, era la de superar a la persona que solían ser. Darwin nombró la selección natural, pero no tuvo en cuenta el detalle de que la especie humana tiene la capacidad de adaptarse a lo que nos rodea en el caso de que sea incapaz de cambiar su entorno. Así que se trata de eso, no de cambiar, no de volverse un "serial-killer", simplemente de adaptarse.

Michonne y Rick van al frente, seguidos por mí Glenn y Elina, y detrás nuestro están Zach, Daryl y Scott.

He escuchado algún trazo de la conversación que hay entre Zach y Scott sobre las mujeres con las que han estado y me dan arcadas solo de pensar que alguien pueda estar meramente interesada en alguien como Scott. Su tono despectivo al hablar de ellas hacen que quiera decirle algo, pero me abstengo.

–Me acosté con una tía que le gustaba que le dieran duro, rollo sado. –Explica el imbécil.– A veces eran tan guarras que me daban ganas de hacer mil locuras, pero la ley me frenaba. –Se ríe.–

Y entonces oigo un gemido y me giro, con miedo de que sea algún infectado que ha logrado alcanzarnos. Pero mis ojos dan con un Daryl que tiene a Scott agarrado por el cuello, y este casi blanco por la presión ejercida.

–Deja de soltar mierdas de quién te trajo al mundo, "pringao". Me tienes hasta la polla de tus comentarios. –Hago una mueca ante su repentina sinceridad pero me divierte la escena frente a mí porque Scott se lo merece. Joder si se lo merece.– Te quiero el resto del camino callado, ¿estamos?

Scott no responde y Daryl lo sacude por el cuello, logrando que empiece a pensar que Scott no puede decir nada porque el aire no le llega a los pulmones.

–¿Estamos? –Repite agresivamente.–

Scott asiente, incapaz de hacer nada más y todos emprendemos la marcha de nuevo cuando vemos que Daryl lo abandona en el suelo como el saco de mierda que es.

Siempre me ha fascinado que a pesar de lo rudo que es Daryl, tiene un gran respeto por todos. La clase de persona que no molesta si no le molestan.

Mentiría si no le he observado, tratando de descifrar como es pero sé que él es el culpable de no poder ver más allá. No sé como va a reaccionar si le digo ciertas cosas, o por ejemplo si le voy a halagar. Quiero conocerle hasta el punto de poder prever su siguiente paso, pero no hay manera; no con Daryl.

El Sol pega fuerte y por la posición en la que está deduzco que están a punto de ser las doce del medio día. Alguna que otra gota de sudor viaja por mi cuello hasta perderse en el valle de mis pechos.

Entonces Rick se para frente al centro de bricolaje en el que estamos y Michonne se pone a su lado con los brazos cruzados en su pecho. Poco a poco vamos acercándonos todos, formando un círculo.

Miro hacia el interior intentando descifrar qué es lo que hay más allá. Hay una cristalera llena de polvo que muestra el interior a duras penas, debido a todos los carteles deteriorados por el tiempo que anuncian las promociones. Las cajas registradoras, tres, están alineadas justo en la entrada y aunque está bastante oscuro, veo a lo lejos bastantes estanterías con abundante producto; dudo que alguien haga demasiado bricolaje durante el apocalipsis. A pesar de la suciedad de alrededor y el aspecto de los cristales, parece estar en buen estado. Solo espero que los productos que tengan caducidad no estén vencidos todavía.

Aún siento los nervios pero son como un eco que va desapareciendo hasta que se siente otra vez, con la misma intensidad que la primera.

Glenn llega a mi lado y apoya su brazo en mi hombro con gesto cansado; parece que no soy la única que ha dormido poco.

–Esto es lo que vamos a hacer. –Explica Rick.– Michonne y Daryl abriréis paso y os encargaréis de que esté limpio de caminantes. En el caso de que hayan más de lo previsto, yo y Zach acabaremos con ellos. –Todos asentimos.– Elina, Scott, Glenn y Honnie. –Nos llama, haciendo que mi atención en él se agudice.– Vais a encargaros de buscar lo que Honnie ha escrito que vamos a necesitar.

Rick nos da un papel a cada uno y supongo que debe haberme dado la lista con los productos que señalicé que eran más específicos porque yo voy a saber encontrarlos más fácil.

–Bien, este es el plan. –Continúa.– No creo que haya ningún problema pero si en algún momento os veis apurados porque os ataca alguno, reagrupaos con los demás en la entrada, ¿entendido?

Todos asentimos y nos acercamos a la puerta, a la espera de que Rick y Michonne fuercen la cerradura para poder entrar. Una vez hecho, ambas puertas antiguas de cristal rechinan y eso crea un escalofrío en mí debido al sonido.

Daryl y Michonne, con ballesta y katana respectivamente, se adentran en la tienda y avanzan, ambos inspeccionando aquí y allí en busca de algún infectado que pueda haber.

Dudo que haya alguien, debido a que la puerta estaba cerrada y eso indica que no llegó a pillarlos con la tienda abierta; pero nunca se sabe. Tal vez los dueños lo cerraron para evitar que esas bestias salieran, ¿quién sabe?

Zach y Rick los siguen y mientras los demás comenzamos a inspeccionar los siguientes estantes. Elina se frena porque ha conseguido encontrar uno en su lista y coge varios, acercándolos a la caja como si fuera a pagar.

–Suerte que acabo de cobrar. –Dice guiñándome un ojo a lo que no puedo evitar reír.–

Sigo adelante y Scott se aleja yendo por otro pasillo. En el mío esta Glenn y Daryl, este último aún alerta por cualquier movimiento que pueda haber.

Como más me adentro más oscuro está y mis ojos intentan adaptar-se rápido a la oscuridad porque a pesar de ser de día, hay ciertos puntos de la tienda en los que cuesta ver.

Entonces Daryl enciende una linterna y yo y mis nervios se lo agradecemos; odio no ver todo con claridad.

El olor a polvo y el polvo en sí hacen que me pique la nariz pero no quiero estornudar porque eso podría alterar a cualquier infectado que hubiera aún.

Glenn se para en una de las estanterías y me indica que ha encontrado algo. Asiento y sigo, esperando estar llegando ya al final de la tienda.

–Despejado. –Dice Daryl cuando ve a Michonne llegar de un pasillo.–

–Despejado el resto. –Asegura ella.–

Ambos asienten y Michonne se va junto a Rick a buscar unos tablones de madera que hay un poco más allá de dónde están ellos.

Daryl se acerca a mí, mirándome a los ojos de una manera que me hace tartamudear sin siquiera estar hablando.

–¿Qué hay en tu lista? –Dice con la ballesta en su brazo e inspeccionando mi lista con su linterna.– Mhm. Vale.

Entonces encuentra una puerta y la abre, descubriendo que es una especie de almacén que alberga el tipo de cosas que yo necesito y que no deben estar en tienda porque son bastante específicos.

El interior tiene una ventana que ilumina levemente y alguna que otra estantería que cubre bastante el espacio y lo divide, por lo que no ves enteramente lo que pueda llegar a haber en él. Otra puerta es observable en el fondo y Daryl la abre, inspeccionando qué es lo que hay dentro. Le sigo deprisa con miedo por quedarme sola, quedándome en la puerta justo. Es una especie de oficina y está bien iluminada por unas pequeñas ventanas que hay justo arriba de la pared. Hay un escritorio con un ordenador y una silla detrás, seguido por un archivador y algún que otro mueble recargado en la pared.

De repente, un gruñido me alerta por detrás y me giro, viendo como un infectado avanza hacia mí con hambre.

No. No. No. Mierda.

Con toda la rapidez que puedo manejar cierro la puerta, con tal mala suerte que ésta es precisamente el tipo de puerta que si se cierra, tiene que ser abierta con llave.

Daryl se acerca corriendo a mí e intenta forzar la puerta, pero se da cuenta que está trabada. Empuja con fuerza pero no cede y la frustración surca su cara.

–Joder. –Dice pegando un puñetazo que me hace saltar en mi sitio.–

–Perdón.– Susurro, sin mirarle aún.–

–Da igual, pero la mierda esta no va a abrirse y habrá que esperar a que se den cuenta. –Suspira frustrado.–

Abandona su posición y se sienta en el escritorio, dejando la ballesta a un lado.

No es la manera en la que habría esperado pasar esta salida, pero un rato a solas con Daryl de improviso no parece tan mala idea. De hecho, la parte de mí que es innegable y que me delata está hasta contenta de poder descubrir un poco más de él. Una nueva oportunidad de ver quién es, si es que echa a bajo sus muros esta vez.

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