✨Capítulo especial ✨

Futuros destinados.

Melina wells..

Una de las cartas que me envió Jack la encontré en mi armario. Juré que las había desechado todas. Está ya había sido abierta y supuse que había sido mi madre, ella es la única que entra a mi habitación para limpiar lo que ya está limpio porque mi papá no entra sin mi autorización.

Estuve a punto de hacer lo mismo con las otras. Echarlas a la basura. Pero quería saber que había escrito, que mentiras se le ocurrió al... Imbécil ese.

Medite durante varios segundos, hasta que sin pensarlo más decidí hacerlo. Ya que, lo escriba allí no cambiará nada, él se burló de mí e hirió mi corazón que una vez habían destrozado.

Estúpidamente me llevé la carta a la nariz y me regañé a misma por hacerlo pero no puedo evitarlo, todavía lo amo aunque duele.

Saqué la hoja del sobre y la entendí sobre la cama. Benji se acercó y olfateo un poco, soltó un ladrido y después un lloriqueo.

—Acostumbrate — le digo —. Jack y yo ya  no somos nada. Fingió estar enamorado de mí para cumplir una apuesta y me hizo creer que era un hombre diferente. Así que no más colitas alegres para él eh.

Ladeó su cabecita y soltó un bufido.

Negué.

Tomé la carta de nuevo y reaccioné quitando la mirada al ver mi apodo escrito con su letra.

Me duele y me irrita que me llame así, juro que lo amaba. Ahora lo detesto, es tan... repulsivo, no sé cómo se atreve a llamarme así.

Suspiré hondo, volví mi vista hacia la carta y sin poder evitar mis emociones. Era algo breve pero... Me afectaba igual.

Sé que no vas leer esto, se que la vas a desechar pero no pierdo las esperanza que leas al menos una. Te quiero informar que me iré a trabajar o no se que iré hacer en casa de mi abuela, me iré para que estés tranquila, no me importa repetir año, es lo menos que me merezco con todo lo que hice. Espero que me perdones por haber roto tu corazón y me des una segunda oportunidad.

Te juro que jamás quise hacerte daño pero yo no sé que me pasó, soy una mierda y todo lo que tú tanto me decías.

Espero que me perdones.

Atte: Jack.

Tomé la carta, la rompí en mil pedazos y la eche a la basura. Revisé toda mi habitación para que no haya quedado nada más que no me haya dado cuenta y tomé mis maletas para empezar a empacar. Tomé un respiro e hice mis ejercicios de relajación hasta que comencé a sentirme tranquila.

Me voy a New York mañana a terminar mis estudios. Me hubiese gustado hacerlo aquí pero no quiero estar en un lugar donde él esté y he estado de maravilla desde que no está y quiero sentirme así por el resto de mi vida.

No sé que me deparará la vida allá, que personas encontraré. Solo se que debo cuidarme muchísimo más y esos que hacen pasar por buenos.

Aspiro y espero que en ese ciudad no la odie como New jersey que gracias a Axel la detesto y mi querida Washington.

Le pedido al universo y a dios que está vez no me falle y me proteja de todo aquel quiera hacerme daño porque ya basta ¿no? Merezco que algo lindo me pase una vez en la vida, pero que sea sincero y no una falsa felicidad.

Ojalá que todo me vaya bien.

Jack Grey.

—¿Cuando te vas mi cielo? — limpié el sudor de mi frente y me quité los guantes. Recibí el jugo de naranja que me ofreció y me deje caer en el suelo.

—Dentro de dos días — contesté, su cara se entristeció. Me le quedé mirando y no imaginé que tuviera esa reacción triste después de haberme contado lo que había había hecho.

—¿Tan pronto?

—Pense que era lo que más deseabas — negó en el acto —. Soy una basura abuela, no merezco nada.

—No mi cielo no eres basura — mis ojos se humedecen —. Si, comentaste un terrible error y de eso no me hace sentí orgullosa.

Dejé caer mi cabeza.

—Pero tu no eres malo — sonreí irónico —. Sacaste adelante a la familia tu solito.

—Eso no compensa lo que hice abuela, destruí la vida de esa mujer— la miré —. seguí adelante sin importarme nada  sabiendo que estaba haciendo las cosas muy mal. Hasta que empecé a darme cuenta que iba a cometer un terrible error y traté de decírselo pero no sabía cómo, porque me daba miedo, no quería lastimarla.

Negué con frustración.

—Cuando ella me contó lo que le había hecho bajé tres veces al infierno — mascullé entre dientes —. Le estaba repitiendo la historia abuela, ella siempre lo sospechó y me lo decía pero no le presté atención porque... Ella no me importaba. Solo el dinero y...

Me cortó a mi mismo. Avergonzado de lo que me convertí y en lo que nunca jamás en mi vida imaginé hacer. Todo por un ego pendejo que tenemos algunos hombres.

—¿Y qué hay de Gabriela?

Parpadee.

—¿Que-que?

—Ultimamente los he visto muy unidos — sonrió de costado —. ¿No te pasa nada con ella? Porque se te ve muy feliz cuando está cerca de ti.

—Solo somos amigos abuela — aclaré y mis mejillas comenzaron a tensarse de repente.

—Amigos que veces comparten la cama — tragué lento.

—Pero no ha pasado nada — informé.

—¿En serio?

—No — afirmé —. Solo puedo verla como una amiga, ella es genial y me la paso increíble.

—Deberias darte una oportunidad con ella de conocerla más y olvidarte de esa muchacha — aconsejó —. Con lo que le hiciste no creo mi cielo que ella quiera volver contigo.

—Ella me quiere abuela y sé que me va a dar una oportunidad.

—Jack no lo creo, tu abriste sus cicatrices y si yo estuviera en su lugar, creeme que jamás te daría una oportunidad — apreté los puños —. Primero por dignidad y segundo por cariño propio.

—Ella me perdonó.

Sonrió de costado, me miraba con lastima.

—Eso no significa nada mi vida.

—Yo se que ella dará otra oportunidad y le voy a demostrar que he cambiado y que puedo ser ese hombre que ella esperaba conocer.

—Haz lo que quieras mi Jack — palmeó mi mano suavemente —. Te lo estoy advirtiendo, para que no te lleves una desagradable sorpresa.

—No te preocupes abuela.

***

—Te voy a extrañar mucho Jack — me dice Gabriela abrazándome, estaba llorando.

—A mi también me vas hacer falta — hundi mi cara en mi cuello y la apreté fuerte hacia mi.

—Pensé que sería un año más de mierda hasta que tú apareciste — sonreí —. Eres una persona increíble y el mejor amigo que la vida pudo obsequiarme. Y espero que esté amigo presumido no me olvide.

—¿Todavia me crees presumido?

—Jamás se te quita.

Rei alejandome de su cuerpo. Sonreí de lado observando su rostro redondito y besé su mejilla con mucho cariño.

Conocer a Gabriela ha sido lo mejor que me ha ocurrido. Ella ha hecho que mis demonios no me consuman por completo.

—Escribeme eh.

Asentí.

Vuelve a abrazarme.

—Te quiero mucho cabezón.

—Yo a ti encanto.

Gaby me ayudó arrastrar las maletas hasta el taxi. Ella estaba llorando al igual que mi abuela.

Abracé a ambas.

Estuve tanto tiempo aquí que no va a ser fácil acostumbrarme sin su presencia. Mi abuela a pesar de todo nunca me dio la espalda, me regañó y estuvo muy seria por unos días conmigo pero después se le pasó la molestia y me siguió tratando como siempre.

Gabriela no sabe nada de mi pasado, ella cree que soy una buena persona cuando en realidad he hecho cosas horribles. Es una mujer increíble, hermosa y como dije antes, ha hecho que mi estadía aquí haya sido mejor de lo que hubiese imaginado.

Ya se siente un vacío muy grande dentro de mi. Anoche dormí solo y aunque la cama es angosta la sentí enorme. Ella compartió muchas veces la habitación donde dormia, nos quedamos viendo películas o series de televisión y se quedaba a dormir conmigo.

Duramos hasta tarde hablando de tonterías, hacíamos retos para ver quién de los dos se quedaba dormido primero y los perdimos porque éramos pésimos.

Todo fue bonito con ellas, lo feo lo veré cuando llegue a casa.

—Ciudate mucho y piensa lo que te dije —me susurró mi abuela en el oído.

—Si, abuela no te preocupes — besó mi frente.

Suspiré.

Dios, no imaginé que me doliera despedirme.

Subi al taxi y le indiqué al chófer que me llevara al aeropuerto. Estaba a punto de arrancar cuando pego un frenazo y ambos volteamos.

—Gab — exclamé asustado —. ¿Que haces?

—Te acompaño al aeropuerto.

—¿Ah?

El chófer nos miró.

—Mira yo no sé cuánto nos tomará para volvernos a ver así que compartiré estos últimos momentos contigo.

Rei y pasé mi brazo por encima de sus hombros la atraje hacia mi.

El chófer nos miraba y le indiqué sin poder ocultar mi sonrisa que avanzara.

Estuvimos así abrazados hasta que llegamos al aeropuerto. En el trayecto mi cabeza se llenó de muchos recuerdos que me cautivaron y me soltaron varias lágrimas.

Al principio cuando llegué a aquí no quería hablar con nadie y me mantuve muy alejado.  A ella la había visto un par de veces y si me pareció muy hermosa, tuvimos varios encuentros en los que no pude evitar alejarla de mi ni menos evitarla.

Somos amigos y ella es increíble, me la paso muy bien. Gab me considera una linda persona y cada vez que me repite lo genial que soy me siento pésimo, porque siento que la estoy engañando.

No estoy siendo sincero con ella, este Jack que ella conoce no se parece ni un poco al idiota que vivía en Washington.

Este Jack es el que Melina verá ahora y adelante cuando regrese. Le demostraré que cambié, que no soy el mismo de antes y le pediré que me dé una segunda oportunidad.

—Me escribes no lo olvides — negué volviendo a abrazarla y ahora sí me despedí de ella —. Hasta pronto.

—Hasta luego.

****

Las clases había empezado y me tocó quedarme en la fraternidad porque no soy capaz de volver a mi madre y no creo que ella quiere que vuelva a verme. A ellos también tengo que recuperarlos, perdí a todo el mundo por mi estúpidez.

Salí de mi último clase, esperé impaciente en mi puesto con la mirada hacia la ventana. Hoy decidí ir a la casa de Melina.

Bajé de mi moto y respiré hondo cuando vislumbre la casa de mi ángel. Recuerdos y recuerdos invadieron mi mente. La última vez que nos vimos fue en la graduación de mi hermana.

Mojé mis labios ansioso. Tenía miles de emociones encima.

Estaba por tocar cuando sentí que alguien estaba detrás de mi. Me giré y sentí un respingo en el corazón cuando ví la madre de Melina.

—¿Que haces aquí? — su voz sonó cortante.

—Hola.

—¿Que quieres? — tragué despacio.

—A buscar a Melina.

—Ella no está.

—¿Qué?

—Por favor vete — pasó por mi lado.

—¿Donde está?

—Jamás lo sabrás.

—No importa — me planté en el orillo de la escalera —. Aquí la esperaré.

—Mira muchacho — parecía impaciente — , yo no sé que haces aquí, si todo quedó claro. Es mejor que te vayas y no vuelvas más nunca. Melina ya no te quiere.

—Si lo hace.

—Pero no para su vida y menos después de lo que hiciste — apreté los labios y no tuve el valor suficiente de seguir mirandola a la cara —. Por favor vete y no la busques más.

—He cambiado.

—Eso no repara el daño.

—Se los voy a demostrar.

—Pierdes el tiempo.

—Usted no sé preocupe.

—No la esperes — me acomode mejor en las escaleras —. Ella no vendrá, olvídala Jack.

—Su hija volverá conmigo.

—¿Eso crees?

—Ella me ama.

—Despues de lo que le hiciste no lo creo — me removí incomodo—. Si una vez pudo sacar a un hombre de sus sentimientos, créeme que contigo hará lo mismo. Yo te aconsejo que la olvides si no quieres llevarte una terrible decepción.

—Ella me perdonará.

—Haz lo que quieras, pero no te quiero frente a mi puerta de acuerdo.

Asentí sin mirarla y enrede mis dedos unos con otros esperando su llegada.

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🎆Feliz navidad reinas🎆

Espero que hayan tenido un linda navidad y les haya gustado el regalito.

Un capítulo donde Melina y Jack tenían su destino escrito.

😊El resto lo saben ustedes 😊





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