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Capítulos finales mis amores, recuerden comentar. ❤ este es dedicado para ustedes.
Disfruten.
Melina...
Estaba empacando mis cosas cuando recibo varias llamadas perdidas de la nana de Hades a mi celular. Había apagado y desconectado los teléfonos para no saber nada de él.
Sigo muy molesta con él. Sabia que esto tarde o temprano nos iban a descubrir. Yo tenia miedo pero él me convenció que no había nada que temer. ¿Cómo pude dejarme llevar? Ahora por su culpa mis padres están despedidos.
Me regreso a Washington. Ya no tengo nada que hacer aquí. Mis padres ahora no trabajan y no pueden pagarme mi maestría y con lo que gano no me alcanza para nada. Me siento culpable también, jamás debí aceptar la propuesta de Hades si el futuro de mis padres estaba en riego. Debí pensar en ellos antes que yo y no lo hice, fue muy egoísta.
Wendy me dijo que lo pensará bien y no había nada que pensar, me largo a tratar de remediar mi terrible error. Hablé con ella y me juro por lo mas sagrado que son sus hijos que nunca habló.
Le creí porque se que desde un principio me ha tratado bien y se ha comportado como una buena amiga.
No me intriga quien haya sido, es obvio que fue esa señora. Estoy segura que contrató a alguien para espiarnos. ¿Quién mas lo sabia? La única es Wendy pero ella me juro que no había sido.
Tengo tanta rabia en mi sistema, mis lagrimas bajaban de la impotencia. Imagino la cara de mis padres al recibir la noticia y siento que se me desgarra el alma. Y lo peor es que no solo los despidió, también hizo que nadie pudiera contratarlos. Es una vieja Maldita desgraciada, no tuvo compasión, la detesto, es una bruja indolente.
La odio.
Hago una mueca de disgusto cuando llaman a la puerta. Benji sale corriendo y me quedo en la habitación. Seguro es Hades. No le voy a abrir, estoy muerta de la soberbia como para ver su rostro en este momento.
Ladeo mi cabeza escuchando como seguían tocando el timbre frenéticamente. Benji iba y venia de la sala. Su manera de correr y ladrar era extraña, parecía preocupado. Lloriqueaba y me empujaba con sus patas como desesperado.
Miré hacia la salida de mi dormitorio. Me pareció escuchar la voz de la nana. Siento una extraña presión en el pecho y no se por que tuve la idea que algo no andaba bien. Me levante de la esquina de la cama y comencé a caminar en dirección a la puerta principal.
—Melina, corazón abre —su voz era ronca y llorosa. Parecía desesperada y no dejaba golpear la puerta.
Abro de inmediato y me impacta su rostro. Debajo de sus ojos habían dos grandes sombras oscuras y sus orbes se ven como si hubiese estado llorando.
—¿Qué pasó nana? —pregunto abrumada detallando su rostro.
—Es Hades, cariño —su voz sale temblorosa y siento un vacío en el estomago al oír la manera como dijo su nombre —.Tuvo un accidente y esta en la clínica del centro. He tratado de comunicarme contigo para avisarte pero tú no respondías mis llamadas.
—¿Él esta bien?—pregunto angustiada — . ¿Qué fue lo que pasó?
—No lo sé—responde perdida —.Su madre me llamó para avisarme que estaba en la clínica.
—¿Esta muy grave?
—El auto que lo embistió afectó su único riñón y están buscando un donante —la sala comienza a darme vuelta.
Siento una opresión en el pecho que me cortó el aire y me sostuve la puerta para no caerme.
Dios mío santo.
—Y no hemos tenido éxito—dice y me quiebro — .Él ha preguntado por ti y pidió que te avisara.
Me llevo una mano al pecho y recuerdo como lo traté. Lloré y los brazos de mi nana me acobijaron.
—Tengo que verlo.
—Su mamá esta en la clínica, no será fácil que entres.
—Me vale una mierda, ella no es la dueña del hospital. Yo quiero estar con mi Hades y ayudarlo.
—¿Ayudarlo, como mi vida?— no respondo y me devuelvo al interior de la casa para agarrar mi bolso, llevo a Benji hacia mi habitación y le ordeno que se quedé allí. Corro hasta la puerta.
—Ya verá.
Hades...
Un ebrio se comió el pare y me embistió. Di vueltas dentro de auto. Pude escuchar las latas retorciéndose y los vidrios hacerse añicos. Estuve consciente hasta que me sacaron del auto.
Me rompí varias costillas y el brazo izquierdo, tuve contusiones en mis piernas.
Yo nací con un solo riñón y el auto que me aporreó afectó el bueno y si no encuentro quien me done uno, es probable que sean mis últimos días en la tierra. Mis padres están muertos de la mortificación. Han estado haciendo llamadas desde que llegaron y no han sido respuestas nada alentadoras.
Estoy angustiado y asustado.
Asustado porque si no encuentran un donante voy a morir y preocupado por Melina, mi Perséfone no tiene idea lo que me pasó.
Ella quedó enojada conmigo y tiene toda la puta razón. Por mi culpa echaron a sus padres de sus trabajos y seguro me esta odiando y no quiero partir así, sin que me perdone.
Mamá ingresa a la habitación junto a mi padre. Los observo a ambos. Sus rostros se demacraron en tampoco tiempo, tenían ojeras y estaban de un color pálido. Habían cambiado mucho, podía leer la preocupación y la angustia, y por sus expresiones es notable que aun no hay noticias de un donante.
—Lo seguiremos intentando— alienta mi padre besando dulcemente mi cabeza.
—¿Te has podido comunicarte con Melina? —hablo en voz baja para que mi madre no se de cuenta.
—No hijo —contesta triste, suspiro con desaliento — .La busque a su apartamento y no la hallé. Lo siento.
—Supongo que aun no sabe nada —decreto.
—Estoy seguro que al enterarse estará aquí.
—Si mi mamá lo permite.
—Buenas tardes —irrumpe una voz. El doctor ingresa a la habitación. Tenia una inmensa alegría.
—Ha ocurrido un milagro —dice y no lo pierdo de vista.
—¿Un milagro doctor? —pregunta mi padre.
—Si—responde mirándonos a todos— .Alguien voluntariamente acaba de donar un riñón.
—Oh, por, dios —exclama mi mamá y mi padre me abraza. Todos quedamos estupefactos con la noticia, mi corazón brincó de alegría y me urgía saber quien me ha devuelto a la vida.
—Doctor, ¿Quién fue el voluntario?— pregunte, mis ojos estaban empapados de lagrimas.
—La persona no quiso revelar el nombre real—arrugo el entrecejo — .Sólo se nombró Perséfone.
Mi sonrisa se desvaneció al instante y miré al doctor abrumado. Siento que mi corazón se detuvo.
Melina está aquí.
—La persona llegó esta mañana —dice, su voz se me hizo distante—.En un instante te pasaremos a cirugía.
—Muchísimas gracias Doctor Rangel.
—A mi no me lo agradezcan, díganle a Perséfone.
Me limpio el borde de mis ojos y miro a mi papá quien me hace presión en el hombro. Dándome a entender que lo sabia.
Estoy tan abrumado no se como explicar lo que siento, deseaba verla cuanto antes. Muero por darle un abrazo y un beso. Pedirle perdón por haber metido en problema a sus padres y agradecer por salvar mi vida. Me siento ansioso y me muero por ver el rostro de mi madre cuando se entere quien acaba de donarme su riñón.
Espero que con esto dejé de pensar mal de ella.
Las enfermeras vinieron a buscarme y con su ayuda me bajaron en una de silla de rueda. Mi corazón bombardeaba vigoroso. Pregunté a una de las chicas vestida de blanco si mi querida Perséfone se encontraba en cirugía y ella me afirmó con la cabeza discretamente .
Mamá y papá venían caminando a mi otro costado.
Sonrío a mis adentros.
Melina..
Estaba que moría del miedo. Nunca antes había sido intervenida quirúrgicamente en toda mi vida. Ayer la nana vino a decirme que Hades había sufrido un accidente y su riñón sanó salió afectado y necesitaban un donante. Yo me postule y di con todos los requisitos, el único detalle es que tenia que volver al día siguiente y en ayunas.
Le pedí a nana que no dijera nada a Hades. Quería darle una sorpresa, quería disculparme con él y por haberle gritado.
Al final yo también tuve la culpa. Me deje llevar.
Estaba en mi camilla y oí voces a aparte de las enfermeras y el medico. En una silla de ruedas ingresa Hades junto a sus padres y una chica de blanco. Su mirada y la mía se conectaron de inmediato. Mi estomago siente regocijo y se disipa al detallarlo.
Tenia un brazo enyesado y varios cortes en su rostro. Mis lagrimas se acumularon en mis ojos y no pude contener el llanto.
—¿Tú eres Perséfone?— la enfermera arrastra el cuerpo de Hades hasta mi camilla. Suelto un sollozo al tenerlo al frente y me bajo con cuidado para abrazarlo.
—Perdóname —susurro.
Anoche no había dormido pensado en él. Lloré de temor y angustia, si no hubiese sobrevivido al accidente, yo no se que hubiese sido de mi.
Lo amo con mi alma y no veo una vida sin él.
—Tú perdóname a mi amor— niego —.Si tan solo te hubiese hecho caso nada de esto hubiese ocurrido. Debí hacerte caso.
Lo interrumpo con besos y sostengo su rostro entre mis manos.
—Olvídalo Hades.
—Eran tus padres.
—No te preocupes, ya veremos como salimos adelante— digo con la intención que lo escuche su madre. Quién no ha dicho una sola palabra luego de verme.
—Estas loca mi amor, muy loquita— rio entre sollozos viéndome incrédulo — .¿Por qué has hecho esto?
— Porque te amo y aunque no podamos estar juntos, quiero lo mejor para ti y que estés bien— acaricio sus mejillas y beso su frente —.Te amo.
—También te amo — me vuelvo hacia mi camilla después de besarnos. Su padre camina hacia mi y me abraza, mientras que su madre no se inmuto y me miraba fulminante.
—Muchísimas gracias — su voz sale entre cortada.
— Lo hago con mucho amor —digo apreciando a Hades con una sonrisa y miro de nuevo al señor adonis quien me abraza después que el doctor decretara que debían salir.
—Los veo luego —dice y se despide de ambos, la madre de Hades sale sin despedirse de él y noto como le disgustó.
—No te preocupes —tomo su rostro entre mis manos y beso su mejilla — . ¿A que horas salimos de esto?
Hades sonríe ligero y me lleva hasta sus labios, donde reímos a la vez.
— Entre dos o tres horas—contesta. Una oleada de calor invade mi cuerpo y sacudo las manos con ansiedad— .No te preocupes preciosa estaremos bien y le pediré al doctor que nos deje juntos en la misma habitación. Quiero que seas lo primera que vea al despertar —asisto con una sonrisa y junto nuestros labios.
— Por favor joven.
— Si, perdón —digo disculpándome con la enfermera.
Mis ojos se sienten pesados al despertar. Casi olvido donde estaba si no es por la mujer vestida de blanco que esta a mi lado. Ella me dedica una suave sonrisa y me pregunta donde estoy. Contesto todas su preguntas y después lo hago con ella. Pregunté donde estaba Hades Ross.
La enfermera me informó que estaba en la habitación siguiente. Hice una negación y le pregunto a la enfermera si él estaba bien.
—Él esta perfectamente —sonrío aliviada — .Descanse.
Asisto y le sonrío cuando me regala una sonrisa amigable. La enfermera sale de mi habitación y todo queda en silencio. Mis ojos se cerraron solos y por mas que intente mantenerlos abiertos no lo lograba, deje el sueño se apoderara de mi.
Cuando despierto me encuentro con la noticia que me iban a transferir de habitación. Pero antes de hacerlo, alguien quería hablar conmigo a solas.
—Gracias —dice su voz y me da coraje tener su presencia en mi habitación y tener que escuchar sus amenazas.
Quisiera poder moverme de esta camilla antes de oír su voz.
—Sé que en estos momentos me estas detestando —supone y no se equivoca
— .Y sinceramente no me interesa, quien me importa es mi hijo y nadie mas—su voz suena arrogante y fría.
—Ahora Hades me detesta y es por mi propia culpa.
Voltee a mirarla porque juré que iba a echarme la culpa.
—Y no quiero seguir peleada con él —dice dolida—.Es mi vida y su silencio es desgarrador. Admito que actué mal pero me consuela que lo hice solo para protegerlo porque lo amo y no quiero que nada le pase
Permanece callada mirando a la nada y después vuelve a retomar su atención sobre mi.
—Creo que nadie se hubiese atrevido a lo que tú acabas hacer.
—Amo a su hijo y si a usted no le parece que eso sea un acto de amor, discúlpeme pero es todo lo que tengo.
—Igualmente cualquiera puede hacer lo que sea por lograr su cometido —comenta.
—¿A que vino señora?
—Hacer las paces — frunzo las cejas — Tengo que admitir que gracias a ti mi hijo sigue vivo—su voz sale con dificultad — . No con esto digo que confío en ti plenamente
Viro los ojos.
—Pero mi hijo es mi prioridad y quiero que sea feliz— pausa— . Te dejo el camino libre para que sigan su relación, no me interpondré. Sin embargo estaré pendiente de ti.
—Póngame un rastreador si quiere —mi voz suena amarga.
—Hablaré con mis contactos para que devuelvan a tus padres sus trabajos—no le agradezco, porque no suena sincera. Sin embargo oír aquella noticia me da tranquilidad— . Haz feliz a mi hijo es lo que te pido, no tienes idea cuanto a sufrido. Adiós
Sale del cuarto y enseguida ingresa la enfermera. Ella me dedica una sonrisa. Limpio disimuladamente una lagrima.
Me siento feliz, no me importa que esa señora no confíe plenamente en mi, yo solo quiero estar con mi hades y que los dos seamos felices. El tiempo se encargará de hacerle ver las cosas, yo no me voy a mortificar por ello. Mi conciencia esta tranquila y sé lo que soy no necesito demostrar nada.
Ingreso a la habitación de Hades y su nana me recibe con un abrazo. Acaricio mi cabello con sus suaves manos y besa mi frente.
La enfermera me llevó hasta hades. Él dormía. Sus labios y ojos estaban firmemente sellados. Su mano estaba cerca de la orilla, estiro mi brazo derecho y entrelace nuestro dedos. Mi contacto consigue que abra los ojos y cuando me visualiza, una amplia se dibuja en sus lindos labios.
—Perséfone.
—Hades.
🦋
¡Holaaa chamas!
¿Cómo están?
¿Qué tal su semana?
La mia full de trabajo pero bien.
Bueno mis chamas, ya estamos en los capítulos finales.
Mañana terminamos con esta historia.
Muchísimas gracias por el apoyo.
Las amo.
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