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Hades...

Sus manos toman el cuello de mi camisa y me arrastran hacia el interior de la cabaña de un tirón. Se vuelve para cerrar la puerta.

Revisa a través de la ventana y me acerco sigiloso.

Coloco ambas manos los costados de su cuerpo y espero que se dé vuelta. Sonrío de lado al pillarla como se asusta y no aguanto más los deseos de besar sus dulces labios sabor a fresa.

Reduzco la distancia entre ambos y uno mi boca con la suya de un movimiento.

Un maldito un mes sin besar sus dulces labios. No sé cómo voy a sobrevivir los próximos meses.

Me siento frustrado y nervioso a la vez. Soy consciente que me estoy arriesgando y a ella tambien pero como le dije hace un mes mientras hagamos esto de manera muy discreta podremos llevar nuestra relación sin problemas.

Mi madre no puede salirse con la suya y creer que ha ganado. Ha intentado introducirme muchachas a la fuerza, enviándome fotos o diciéndole a las hijas de sus amigas que me visiten.

A todas ellas las he despachado y solo hay una que me tiene las bolas calientes con su insistencia y esa se llama Lucia.

Desde que supo que terminé con Melina no deja de molestarme y ya me da miedo hasta de salir porque donde quiera que voy ahí esta tratando de seducirme. No sé que hacer para quitármela de encima parece que entre más la rechazo más me molesta como una garrapata.

Es una ladilla.

—Te extrañé—digo observando a los ojos de mi chica, mientras recuperaba el aire.

Estos se llenaron de brillo y me escrutaban con adoración.

Amo como sus ojos me detallan de esa manera.

—También yo Hades —sus manos acarician lentamente mis mejillas, con delicadeza —. Aunque tengo miedo.

—Es natural—susurro — .El miedo es incontrolable e inevitable. Es el único que no nos permite hacer las cosas que deseamos.

—Esto es diferente —me recuerda usando un tono de voz como el mío—. Si tu mamá se da cuenta que nos estamos viendo...

—Mientras seamos lo más discretos posible jamás se va a enterar—digo con seguridad.

—¿Alguien te siguió?

—Estamos a salvo Perséfone, te lo prometo —beso su frente y acaricio sus mejillas.

—Que es la vida sin un poco de riego ¿eh? —carcajeo por su repentina respuesta y la levanto del suelo sus piernas se enrollan alrededor de mis caderas y sus manos se cruzan detrás de mi cuello.

Melina usaba un lindo vestido blanco al que desde el momento que mis ojos la visualizaron desee arrancar. Estoy loco por hundirme en sus piernas y sé que ella también. Aunque lo disimuló noté como sus ojos marrones se desviaron a mi pecho medio desnudo.

La provoco un poco mientras nos besamos, juego con los tirantes y después me detengo.

—¿Y qué película vamos a ver esta noche? —pregunto —.¿Golpe bajo? De mi actor favorito Adán Sandler.

—¿Que?

—A eso vinimos ¿no? —me mira desconcertada pero incapaz de contradecirme. La amo—.¿Por qué no vinimos aquí hacer solo el amor o sí?

—Solo me mira y no puedo aguantar las ganas de reír. Sabía que no iba a ser capaz de negarse, sus ojos hablan por sí solos, pero no era capaz expresarse libremente —. Mi diosa Perséfone no te avergüences conmigo. Amo los dos lados de ti, el dulce y también el salvaje. Si no quiere ver películas solo dilo y no te reprimas nada, no te voy a juzgar eres libre de decidir ¿eh? ¿Ahora qué quieres hacer?

—Estar toda la noche contigo—responde al instante y tira de mis labios. Mi cuerpo se estremece y mi intimidad comienza a doler. Sonrío encantado —. Bueno las tres horas que tenemos.

Sonrío de costado y atrapo sus labios. Camino hasta la cama sin dejar de besarnos y en el trayecto le quito el vestido.

—¿Cómo lo quieres? —pregunto mientras la deposito en la cama.

— .Inolvidable—responde apoderándose de mi camisa tirando de ella.

—Así será mi Diosa Perséfone—acomodo sus piernas alrededor de mis caderas, prenso sus muñecas por encima de su brazo y me inclino hasta sus labios entre abiertos.

Sonidos suaves y exquisitos salen de su boca mientras me muevo dentro de su interior. Lento, pero llevándonos al borde del abismo. Mis labios dejan besos profundos en su cuello, su pecho y sus lindos senos que dejarán marcas como también yo quedaré marcado con sus besos y sus uñas.

—¿Mañana usaras bufanda?

—Si —responde entre cortada por mis embestidas.

—¿En pleno verano? —cuestiono sonriendo juguetón.

—Ya veremos.

Carcajeo.

—Tendrás que usar un suéter, te marcaré toda—advierto.

—Hazlo, Hades.

Gruño contra su cuello y muerdo su piel con mis dientes.

—Tú también márcame —pido ahora cambiando las posiciones. Mis manos sostienen su cintura y observan sus ojos lujuriosos. Muerdo mi labio inferior admirando sus pechos enrojecidos—. Márcame todo y aleja a la loca de Lucia de mi por favor.

—¿Y crees que funcionará?

—Ojalá funcione.

—Muéstraselas bien— asisto frenéticamente y comienza a mover sus caderas contra las mías dejándome sin aliento.

—Oh, dios, sí.

—Eres mío Hades Ross.

Claro que si Perséfone.

—Todo tuyo Melina Wells, solo tuyo—aprieto los ojos—. Y tú eres mi Diosa Perséfone. Toda mía.

🦋

Melina

Miraba a través de la ventana como una cortina gris opacaba el verde intenso del bosque. Eran las diez de mañana y no ha parado de llover desde esta madrugada. Mi jefa Estela avisó que no iba abrir la cafetería debido a la intensa lluvia que se presentó el día de hoy y mando a todos a devolverse.

Íbamos a regresar al centro a las cinco de mañana. Hades se había hecho amigo del chico que lo trajo y este estaba dispuesto a llevarme hasta mi casa, pero lamentablemente no se pudo porque desde antes de esa hora nos sorprendió la lluvia.

Hades dormía plácidamente envuelto entre las sabanas. Yo desperté hace cinco minutos y he estado contemplando la lluvia desde hace unos segundos. La cabaña estaba bien equipada. Tenía una pequeña cocina y un corto lavaplatos, también había un pequeño baño. Hice café y calenté los trozos de pizza que quedaron de anoche para desayunar.

Las otras cabañas tenían las luces encendidas y música. Allí también había personas confinadas por esta repentina lluvia en verano.

Se sentía un ambiente tranquilo y pacífico y el olor a petricor inundaba mis fosas nasales. Cuando escucho quejidos suaves detrás de mí. Volteo mi cuello y Hades se está levantando de la cama. Lo observo en silencio y lentamente me doy vuelta para admirar su perfección.

Barro mi mirada desde sus pies hasta su cabeza. Detallo su espalda ancha, su culo redondito y sus piernas torneadas, dignas de un buen trabajo en el gimnasio. Arrastro mi vista hacia arriba y me encuentro con sus preciosos ojos azules, los cuales se intensifican al verme.

Dios.

Su cabello negro azabache es un desorden total, dándole un semblante sexy y rudo.

Jesucristo.

—Buenos días diosa—camina en mi dirección. Mis ojos se desvían a su pecho velludo donde estaban mis marcas y siguen descendiendo hasta sus caderas. Unas perfectas formas en V se marcaban hacia su miembro, el cual estuvo anoche dentro de mi haciendo estallar de placer.

—Buenos días—contesto volviendo la mirada, sonriendo detrás de mi taza de café sintiendo mis mejillas hirviendo de rubor—. ¿Cómo dormiste?

—Bien—contesta estirando los brazos, esbozando una sonrisa sexy—Y amanecí mejor al verte
—se detiene enfrente de mí y mete las manos a través de su camisa. Sus manos cálidas hacen contacto con mi piel desnuda y ahogo un gemido al sentir su miembro rozar mi zona intima —. ¿Tú?

Admiro las marcas de su cuello y pecho, todas mías y se le ven espectaculares.

—Muy bien—contesto levantando la mirada—. Si quieres comer, calenté pizza e hice café—señalo la cocina.

—¿Qué hora es?

—Diez de la mañana—cierro los ojos cuando besa mi cuello—Voy al baño, no quiero besarte con mi boca oliendo a gorila.

Rio

—Si necesitas crema dental tengo en mi bolso.

—Gracias— besa mi frente—.Ya regreso a comerte, digo a besarte—corrige y se dirige hacia el baño. Me viro sobre los talones de nuevo a la ventana y noto como la lluvia está calmando.

Me quedo allí contemplando mientras los recuerdos nublan mi mente. Se va a cumplir un año desde que Hades y yo nos vimos en esta ciudad y nunca imaginé que iba a llegar a esto después de ese encuentro.

Ya no soy la misma chica asustada y desconfiada. Esa ni la reconozco. Solo conozco esta, que ahora se siente más feliz que nunca y segura de sí misma, que puede confiar en ese hombre con los ojos cerrados sin temor a nada.

Esa nueva Melina que ingresó a esta cuidad evolucionó más de lo que hubiese creído. Superó ese pasado que la atormentaba y ahora debe afrontar el presente que tarde o temprano lo superará.

—¿En qué piensas mi amor? — susurra su voz cerca de mi oído.

—En como pude recuperar mi vida poco a poco—contesto dejando la taza en el alfeizar de la ventana—.Como un día éramos un par de desconocidos y ahora somos más que eso. Como mi vida evolucionó desde que llegue aquí y como me he vuelto la mujer o chica que solía ser antes de mi primera tragedia.

—Ese era mi más grande deseo—confiesa arrastrándome a su cuerpo. Muerdo mi labio inferior— Regresar el brillo de tus ojos y que fueras esa pequeña chica alegre que se perdió por culpa de ellos. Así no lograra conquistar tu corazón per si reparar cada pedazo —toma mis muñecas y gira lentamente, sonrío emocionada y comienza a acumularse lágrimas en mis ojos —. Cuando te vi la primera vez le pedí a los dioses que, si no eras tú que te alejara de mí, pero si eras la indicada que te pusiera en mi camino. Y lo hizo, aunque se demoró mucho.

Suelto una risita ante su broma

—Pero estoy feliz de habernos puesto en el lugar y el tiempo correcto—sollozo invadida por la mención de sus hermosas palabras y me lanzo a sus brazos—.Valió la pena la espera.

—Jamás imaginé que alguien estuvo esperando por mí.

—Y yo siempre creí que no ibas a llegar— sonrío hipando—. Estas son las cosas hermosas de la vida. Cuando las cosas suceden tan inesperadamente.

—Si volviera a nacer—menciono alcanzado la vista —. Te elegiría una y mil veces Hades Ross.

—Si eso llegase a ocurrir —sostiene mis mejillas entre sus manos—.Viajaría hasta New Jersey.

—Hazlo si llega a pasar.

—Sin dudarlo.

🦋

Wendy me intercepta en el cuarto de cambio a la hora del almuerzo. Quería saber que había pasado y por qué Hades y yo habíamos terminado. Antes de darle una respuesta vigilo la salida del cuarto y la arrastro conmigo hasta el fondo.

—No hemos roto —confieso. Wendy se ha convertido en más que una amiga conocida. Nuestra amistad se ha comprometido muchísimo mas. Le he tomado mucho cariño. Ella ha estado pendiente de mi relación con Hades y sé que esta supuesta noticia le preocupa.

—Pero no se lo negaste a lucia.

—Porque...—hundo los labios y miro cautelosamente hacia la puerta —. Prométeme que no se lo dirás a nadie.

Sus ojos claros se expanden.

—Te lo prometo Melina.

—La madre de Hades piensa que me interesa el dinero de ellos y para separarnos amenazó con echar a mi familia si me acerco a él— sus orbes se agrandan más—. Le estamos haciendo creer que estamos separados cuando en realidad llevamos dos meses viéndonos a escondidas.

Se lleva ambas manos a la boca impresionada.

—¿En dónde?

—En las cabañas—bajo mi tono de voz.

—No me lo puedo creer—dejo escapar una risita—, y que alivio haber oído esto. Te juro que pensé que habían terminado. Yo tenía que preguntarte antes de seguir creyéndole a Lucia. Porque me contó que ahora que esta solo no lo va dejar en paz.

Ruedo los ojos.

—Hades está harto de ella y no sabe cómo quitárselo de encima —niego con fastidio—. A mí me sigue molestando con sus tontos mensajes.

—Esa mujer está loca.

—Necesita ser internada —añado y sus brazos me envuelven.

—Me alegra tanto escucharte —me dice sinceramente —. Ustedes son el uno para el otro.

Sonrío sobre su hombro.

—Y no te preocupes que tu secreto quedará a salvo conmigo.

—Gracias Wendy—la abrazo cariñosamente.

—Ahora si puedo morir en paz—reí —.¿Quieres almorzar afuera?

Chequeo la hora en mi reloj de pulso.

—Si vamos —acepto sin inconveniente. Wendy pasa su brazo por encima de mis hombros y me abraza mientras sonríe.

—Deben tener mucho cuidado y si necesitan ayuda, no dudes en consultarme —dice en voz baja.

—Por supuesto que sí.

🦋

¡Hola chamas!

¿Como estan?

¿Que tal su semana?

La mia al borde la locura con tantas idas y venidas de corriente T.T

Pero bueno aquí esta el capitulo fiel como todos los fines de semana

¿Qué les pareció?

¿Quién ama a nuestros bebes juntos?

Gracias por leer corazones y por el apoyo que me han brindado.

Las amo

Nos vemos mañana



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