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Este capitulo va dedicado a Angelkook15 gracias por apoyar la historia.
Recuerden comentar eso me alegra mucho❤❤❤
Hades...
—¿Cuánto tiempo dura los resultados de una prueba de ADN? —investiga su voz suave.
—Mínimo diez días —respondo con la vista pegada en el techo.
Ambos permanecíamos despiertos, ninguno de los dos lograba conciliar el sueño. Pensé que era solo yo, Melina también y por la misma razón.
—¿Y el niño si se parece a ti?
—Si...al parecer— respondo —. Pero hay personas que físicamente se parecen mucho pero genéticamente no tienen ningún parentesco.
—Si lo sé —susurra despacio —. He visto esos casos en la televisión y es increíble el parentesco hasta parecen gemelos.
—En mis relaciones siempre fui muy cuidadoso —aclaro —. Nunca dejé de protegerme, no entiendo que pasó, no comprendo por qué después de tantos años viene a decirme esto.
Su cabeza estaba encima de mi hombro y mi mano hacia círculos en su espalda, nuestras pieles seguían desnudas, la única pieza que nos cubría era su suave sabana de algodón.
La tenue luz que traspasaba sus cortinas iluminaban su dormitorio, dando un ambiente tranquilo y acogedor.
Hermoso después de una noche maravillosa, pero la situación de Madison no me hace disfrutar este momento tan único e íntimo con Melina.
Deberíamos estar charlando de otra cosa, menos de esto.
—Por mi parte estoy dispuesta ayudar a ese niño si Madison lo abandona.
—Es un gesto muy generoso Melina, pero no podemos criarlo. No contamos con el tiempo y la disposición que requiere un niño. Tú estas empezando tu maestría, a mi todavía me falta terminar mi posgrado, ambos dependemos de nuestros padres.
—Hades, pero ese niño tiene que ayudarlo alguien, si nosotros podemos...
—No, no. Al menos yo no —se levanta de mi pecho.
—Eso suena egoísta.
—No es egoísmo mi amor, es la realidad —me junto a su lado y sostengo sus brazos —. Créeme que si yo tuviera disponibilidad lo haría, pero no la tengo y un niño requiere demasiada atención. Ve la realidad Melina.
—Si lo es —me repite y dejo caer mi cabeza en su espalda —.¿Qué le puede deparar a un niño en una familia que no conoce o peor aún en un orfanato?
—Roguemos que ese tal Richard de positivo.
—Parece que no comprendes que si ambos dan negativo ella lo dejará a su suerte y nosotros podemos evitar que ese niño sufra.
—Por supuesto que lo entiendo —digo serio— .Tú no quieres entender que no estamos en condiciones. Solo fíjate en nuestra situación mi amor. Somos estudiantes, aún dependemos de nuestros padres.
—Podemos buscar una solución.
—¿Cuál? —pregunto— .La solución es dejar los estudios para trabajar y dedicarle todo el tiempo que requiere un niño.
Abre los labios para hablar y la corto.
— ¿Decirles a mis nuestros padres que cuiden de él? ¿A mi nana? Si nosotros nos vamos a hacer cargo de ese pequeño uno de los dos tiene que sacrificar su carrera y esto sonora muy duro, pero yo no la voy abandonar por un bebe que no es mío.
—¿Y si resulta tuyo? —aplasto mi mano en mi cara con impaciencia, estoy comenzando a molestarme y lo que menos deseo es pelear, no con ella.
—Si resulta mío tendré que paralizar mi posgrado y dedicarme a trabajar.
—Claro porque es tuyo, pero como el otro no lo es no te importa el futuro de ese inocente—niego y respiro hondo —. Se trata de un niño.
—Yo sé que se trata de un niño —digo con moderación, controlando mis emociones—. Pero no es mi responsabilidad. Sería la de Madison.
—Ella no lo quiere.
—Es su problema.
Se levanta de la cama de un tiro y se viste con mi camisa.
—Después dices que no es egoísmo—azota la puerta al salir.
Melina está pensando con el corazón y no con la cabeza. Es una responsabilidad muy grande que ella no se niega a aceptar. Me molesta que me trate de egoísta cuando no lo soy, es una realidad que no quiere ver.
Admiro su intención, es un hermoso gesto que me impresiona mucho, pero no se puede, al menos yo no puedo.
Me apoyo sobre sus almohadas con la mirada puesta en la puerta y la dirijo hacia el techo. Se está iniciando un conflicto entre ambos y lo que quiero es pelear con ella, todo ha ido bien entre nosotros para que empiece a arruinarse ahora y por un bebe que sé con certeza y que me quemen las bolsas si no es cierto que no es mío.
He sido un hombre muy precavido en cuento a mis relaciones, nunca dejé de protegerme, no comprendo que pasó, pero estoy seguro que ese mini yo no es mío.
Busco en el suelo mi bóxer y me lo coloco, también agarro el camisón que quedó tirado y me lo fui poniendo mientras iba saliendo de la habitación.
Me abro paso caminando sigiloso, frotándome los brazos y recorro con mi vista la sala. Melina no estaba allí. Luego me paso hacia la cocina y la encuentro frente a cafetera, con los brazos cruzados sobre mí su pecho y la vista fija.
En silencio me acerco y la abrazo por detrás. Ella dio un respingo. Hundo mi cara en su cuello y aspiré su fresca piel.
—Perséfone no te enojes conmigo —su cuerpo estaba rígido —. Aún no tenemos los resultados y solo mira lo que ha ocasionado Madison en un día.
Beso su cuello.
—Mi amor.
—Es-es que—su voz se quiebra—. Me da un pesar con ese niño.
Tomo su cintura y la giro hacia mí. Su cara estaba roja y sus ojos empapados de lágrimas. Las seco con las palmas de mis manos y retiro su cabello de su nariz.
—Pidamos que ese niño resulte ser de Richard —susurro en tono suave— y si no, la convenceremos que se encargue de él. Hablamos con su mamá o con su hermana, con alguien de su familia. Ese niño no quedará solo.
Conecto su boca a la mía y me responde al instante. Un aire de alivio recorre mi sistema.
Pensé que iba a rechazarme. Creo que haberle hablado de la familia le dio aire de aliento.
Su cuerpo se relaja y sigue el ritmo de mis labios.
—Perdóname —la subo al buro. Sus manos sostenían mi rostro y sus ojos me miraban arrepentidos—. Yo solo quería ayudar a ese niño.
—Lo sé preciosa.
—¿Me perdonas? —deslizo mis manos por sus muslos y me
acerco a su rostro para buscar sus labios pero luego me alejo cuando cierra sus ojos y retrocedo.
—Tendrás que convencerme— insinúa.
Melina alza la vista y sonrío de lado cuando sus orbes conectan con los míos y sus mejillas se ruborizan.
—Hice café.
—Casi, casi me convences.
Se baja del Buró y se acerca, provocando que cada terminación de mi cuerpo vibre. Mi camisa cae de sus hombros y revela su perfecta creación.
Santos dioses
—Vaya —exclamo anonadado.
—¿Estoy perdonada? —aplasta su anatomía contra el mío.
Joder.
Esta mujer me quiere matar.
—Hace rato —dije y echa la carcajada. Suelta un chillido de sorpresa cuando la subo a mi hombro.
Melina wells...
Hades fue a su apartamento a cambiarse. Anoche discutimos y reconozco que mi preocupación por ayudar a ese bebe no me permitía ver más allá de la realidad.
Me alegro de que hayamos hecho las paces. Yo estaba tan cerrada que olvide que Madison tiene familia. El niño no quedará solo y conozco su hermana, sé que Raquel jamás dejará a su sobrino desamparado.
Llegamos a la clínica y ella ya se encontraba allí junto a un pequeño como de dos o tres años agarrado de su mano.
Su tez era blanca, el cabello negro y liso, cejas pobladas y sus mejillas sonrojadas. Sus ojos eran grandes, color miel. Si tenía una semejanza, pero no es exacto.
—Hola Hades —saluda y su atención cae sobre mí. Sus ojos me miraron de arriba abajo y ladeo su cabeza como si estuviera tratando de adivinar quién soy.
Madison seguía igual, la verdad no me sorprendió. Sigue siendo la misma imagen de la chica que dejé de ver cuando me fui de New Jersey. Está más rellena y usa ropa holgada como si fuera una mujer mayor de edad.
¿Qué pasó?
¿Dónde quedó la modelo del salón?
Ella seguía escudriñándome con la mirada y Hades despejo todas sus interrogativas, cuando le dijo como me llamaba. Sus ojos se abrieron en shock y se tapa la boca.
—¿Melina? — el pequeño que sostenía su muñeca la miró —.¡Dios mío estas bellísimas!
¿Qué?
—¿Cómo has estado?
—Él lo sabe todo— se detiene y deja de fingir su actitud amigable.
—Menos mal —dice aliviada y retrocede, vuelve a escanear de arriba abajo y sonrió de manera malévola—. Si te hubieses puesto así años atrás, te juro que Axel se hubiese interesado en ti.
Desgraciada.
—Tenia que verla antes Hades —comenta sin dejar su sonrisa malévola —. No se parece en nada a esta Melina que ves ahora y es mejor que ni lo hagas te decepcionarás.
—Cómo deben estar nuestros compañeros de ti —me defiendo —.¿Dónde quedó la modelo que se pavoneaba por los pasillos?
Su sonrisa malvada y triunfante se esfuma.
—La futura, Ángel de Victoria Secreta —enfatizo y puedo pillar a Hades cubriéndose la boca —¿Dónde está? ¿Te la comiste?
—Cuando engordes te va a terminar—dice resentida —. Él no estaría contigo si no estuvieras así de delgada y bonita.
—Es más fácil yo lo deje que él a mí—dije y volví a borrar su sonrisa campante del rostro.
Mi cabeza estaba repleta de recuerdos amargos y lo único que pasaba por mi mente era agarrarla del cabello y restregar su cara contra el pavimento y desquitarme por todo el sufrimiento que me hizo pasar.
Hay demasiado rencor quemándome y aunque parezco fuerte por fuera, por dentro grito ira.
Por esta desgraciada viví los días más oscuros que jamás hubiese imaginado.
—Entremos —dice y entra primero a la clínica con el niño a su lado.
Unas manos agarran mi cintura y me impiden caminar, alzo la vista hacia Hades y cruzo los brazos sobre mi pecho.
Necesitaba calmarme, tengo un nudo en la garganta y no quiero llorar, menos delante de esa miserable.
—No ha cambiado nada.
—Físicamente si—dice Hades posicionándose en frente de mi— .Sentimentalmente sigue siendo una plasta de mierda.
—La odio, la odio muchísimo—mi voz suena con amargura mientras las lágrimas ruedan por mi rostro.
Hades, seca mis mejillas y besa mi frente.
—Esa imbécil arruinó mi vida —mi voz sale entrecortada —. Por ella viví un infierno.
—Y ese mismo infierno vivirá por todo lo que ha hecho—asegura y rompo a llorar—. El karma le hará pagar lo que nos hizo. No llores mi amor, no vale la pena que derrames una lagrima por alguien que nunca valió nada.
—Es indignante.
—Lo sé mi amor—levanta mi mentón, mis ojos se cierran al sentir sus suaves y cálidos labios— .Hagamos esto rápido para salir de aquí. ¿A dónde quieres ir?
—A la playa Brooklyn —respondo— .Hice desayuno.
Se ríe.
—¿Te gustó el lugar?
Asisto con entusiasmo y sostuve su rostro cuando me besó.
—Después de aquí iremos para allá.
Hades regreso a mi lado luego de hacerse la prueba, fue rápido, yo me quedé esperándolo con el niño de Madison, quién me pidió que se lo cuidara unos minutos bueno en realidad solo me dijo "tenlo un momento" y se fue. El niño es la cosita más adorable que haya visto en toda mi vida. Jugué con él un rato hasta que hades apareció me pregunto por ella y le expliqué.
Madison estaba haciéndole la prueba de ADN a su marido, con un cabello de él que se trajo en una bolsa hermética.
—¿Eso hizo? —Hades contrajo las cejas extrañado, a mí también me pareció, pero no le preste atención, lo que haga a mí me da igual.
—Dijo que iba a aprovechar que estaba aquí para hacerle la prueba a su marido —repito sus palabras.
—¿Y mi mami?
—Ya viene corazón —dije utilizando un tono amigable con él. Madison regresa y el niño pudo estar más feliz al ver a su madre cerca.
—Entonces nos vemos dentro de cinco días —levanta a su niño entre sus brazos.
Hades toma mi muñeca y nos ponemos de pie.
—Bien —dice cortante, me aferré a su mano.
—Adiós —se despide el bebe y ambos le respondimos, sin decir más y sin hacer contacto visual con ella salimos de la clínica.
Ahora queda esperar.
🦋
Los cinco días pasaron demasiado lento, parece que el tiempo se hubiese detenido. Y no fue la única que lo notó, Hades se le hicieron internos y desesperantes, pero llegó el día gracias a dios.
Los tres volvimos a la clínica y Madison me observó de forma despectiva e hizo comentarios lo mal que se me hubiese visto el vestido que llevo puesto unos años atrás cuando era una pelota de playa.
—Igual como se te debe ver a ti en este momento —la calla.
—Esa figura no te va a durar toda la vida —su voz suena celosa —. Y dentro de unos meses serás la misma gorda asquerosa de siempre.
—Cállate —interviene Hades.
—Gracias por preocuparte por mi Madison —le digo con toda la ironía del mundo —. Tranquila que eso no va a suceder, me seguiré cuidando como siempre.
—Idiota.
La enfermera entrega los resultados de ambos. Hades y yo nos apartamos, el sobre lo sostenían manos y pude notar que temblaban demasiado. Me ofrezco abrirlo, pero se niega, me dio un largo beso y rasgo el sobre.
Extiende el papel y sus ojos azules bajaron a un punto específico.
Todo queda en un rotundo silencio, como si el ruido del mundo se hubiese apagado.
Escuchaba con claridad el bombeo de mi corazón y el de la sangre recorrer por mis venas.
Mis manos estaban cubriendo mi boca, con temor lo miraba. Su voz se escuchaba en mi mente diciéndome es positivo.
—Hades...
—No soy el padre—su voz sale baja pero audible —. ¡Es negativo!
Sonrío emocionada y nos abrazamos, siento como la tensión de su cuerpo disminuye al instante.
Hades no es el padre, dios mío no lo puedo creer. Unió sus labios con los míos para celebrar y luego nos reunimos donde estaba Madison con su hijo.
—Positivo —suelta. Su cara irradiaba felicidad absoluta, a mí también me da alegría y a la vez alivio, no por ella claro esta—. Yo lo sabía, pero Richard no me creía, estaba empeñado que no se parecía él.
—Qué bueno—dice Hades junto su mano con la mía.
—Vámonos ya, no soporto esta un minuto más con ella — dijo en voz baja a centímetros de mi oído.
Asisto.
Yo tampoco quería estar aquí.
—Chao bebe—me despido del niño ignorando la presencia de Madison. El pequeño me devuelve una sonrisa inocente y hace un ademán con la mano para despedirse de Hades.
—¿A la playa Brooklyn? —me susurra cerca del oído mientras dejamos atrás la clínica.
—Estaba pensando lo mismo —digo recostando mi cabeza en su hombro, sintiendo la mirada de Madison perforando mi nuca.
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¡Hola chamas!
¿Cómo están?
¿Qué su semana?
La mia bien, llena de trabajo😣
¡Hades no es el padre y el niño se salvó!
Ahora nuestros bebes pueden seguir su vida tranquilos😍
Espero que les haya gustado.
Graaaacias por el apoyo, nos vemos mañana❤❤❤
Las amooo
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