35🦋
Melina Wells...
La llegada de Jack me tiene desconcertada, hoy no entendí nada lo que mi profesor explicó en clases y cuando me interrogó, por primera vez en lo que llevo estudiando, me quedé en silencio. La mente se me nubló y tuve que pedir disculpas.
Anoche no pude conciliar el sueño. Hacía tiempo que no dormía por culpa del idiota de Jack.
Él no se va a rendir tan fácil y temo esto se vuelva peligroso. Las personas suelen obsesionarse y llegar hacer lo inimaginable. Mi temor es Hades, su locura podría atentar contra él y si algo le pasa no me lo perdonaría porque seria toda mi culpa.
Hoy lo llamé para saber como seguía y me confesó que se encontraba bien, me contó que no había podido ir a clases y estaba en su apartamento, no me explicó la razón y tampoco quiso que lo fuera a visitar, reacción que me tomó por sorpresa y también me hizo sentir un poco triste.
Pensé iba a gustarle la noticia luego de tener varios días sin vernos.
—¡Bonita! —dean llega junto a mí y lo saludo sin mucho ánimo. Su radiante sonrisa, la que siempre usa conmigo, se desvaneció.
—Hola.
—¿Qué tienes bonita?
—Estoy cansada.
—¿Está difícil la maestría? —solo asisto —. ¿Cómo sigue bades?
Frunzo las cejas.
—La otra vez lo vi maltratado, el pobre no podía ni caminar.
—Mejorando —respondo.
—¿Y todo está bien? —pregunta con interés —.¿Te ha vuelto a molestar el viejo ese?
—No lo he visto más.
—Si llegas a verlo, no dudes en decirme.
—Muchas gracias Dean.
—¿Todo bien?
Asiento.
—Te siento como triste.
—No me pasa nada, no te preocupes —respondo y me despido en la entrada del edificio.
Entro al apartamento y sigo hasta mi habitación con Benji siguiéndome los talones. Me despojo de mi ropa y paso directo al baño.
El agua cae por mi cuerpo y cierro los ojos e inclino la cabeza hacia atrás para que mojara mi cara. Los pensamientos me invaden y en ellos está Jack.
Estoy preocupada y me siento frustrada al no saber qué hacer. Hades tiene toda la razón, una orden de alejamiento no me da la certeza que Jack va a mantenerse lejos y sé que así él lo muela a los golpes, no va a desistir.
Salgo del baño y abro las gavetas de mi pequeño armario. Quería bloquear mis pensamientos, deseaba olvidar unos segundos el problema en el que estoy. Correr despeja mis preocupaciones y Central Park es el lugar perfecto para hacerlo.
Benji mueve la cola a Dean, quien se recostaba sobre un carro viejo y se acerca. Sus ojos claros me detallaron y sonrió antes de alagarme.
—Te ves muy bonita.
—Gracias Dean.
—¿Vas a trotar? —pregunta mientras acaricia a Benji.
—Sí, necesito despejar mi mente.
—¿Central Park?
Asisto.
—Es el mejor espacio para trotar —recomienda —. Que te vaya bien, bonita.
—Gracias Dean —tomo la correa —. Vamos.
—Adiós.
—Hasta pronto.
Llevaba media corriendo junto a mi perro y me detuve a descansar. El pecho subía y bajaba, el sudor recorría por mi frente. Benji se tumbó al suelo y bebió agua con el termo especial para él.
Hace mucho no me sentía tan estresada, con la aparición de Jack, todas esas cosas volvieron y me molesta muchísimo porque ahora cada vez que tenga que salir tendré que estar con cuatro ojos.
Odio esto.
Como quisiera que fuera un mal sueño y que Jack jamás hubiese aparecido. Sé que dije que no me importaba, pero eso era cuando no sentía nada por él, ahora me preocupa su estadía aquí porque sé que no me dejará en paz hasta que vuelva con él y eso nunca va a pasar.
¿¡Por qué no lo acepta!?
Tomo a Benji de la correa y él se puso de pie de inmediato. Guardé su termo de agua y continuamos el recorrido.
Volví a mi hogar y me sentía un poco más tranquila, correr me ayudo olvidarme por unas horas mi problema. Me di una ducha después de haber reposado y fui a la cocina a preparar la cena. Tuve la intención de llamar a Hades, pero me aguanté, si él no quiere verme para qué voy a estar rogándole.
Coloqué música en mi teléfono y le di reproducir a "Adore you" de Harry Styles, subí el volumen.
Minutos después tenía mi cena lista. Revise mi teléfono y no encontré ningún mensaje, negué y lo dejé en el Buró de la cocina.
Llamé a benji y me senté en el sofá, prendí el televisor y busqué una serie que me fuera interesante en Netflix.
Hades Ross...
Voy camino a la casa de Perséfone. Sé que no fue correcto haberme negado cuando quiso visitarme y para disculparme, le compre un ramo de rosas azules grandes, dulces, un lindo osito blanco que decía te amo y una vaquita que me encantó, era muy tierna.
El chico que me atendió se reía y comento algo como: ¿Qué fue lo que hiciste hermano? Con una son risita la cual borré con mi mirada, no me hizo gracia su estúpido comentario.
—Dedicase a cobrar y no se meta en lo que le importa.
—Disculpe, señor —niego y espero que me diga la cantidad que debo pagar.
Dejo los obsequios en la parte de atrás de mi coche y con cuidado cierro la puerta. La imagen de una mujer apareció y se reflejó a través del vidrio ahumado.
Fruncí el entrecejo y me di la vuelta.
Con una ceja levantada y una sonrisa arrogante, Madison Wolf estaba a unos pocos pasos de distancia y a su lado un pequeño como de tres años.
—Hades que sorpresa.
—No opino lo igual —me mira de arriba abajo.
—¿Qué haces aquí?
—¿Qué te pasó en la cara? —pregunta luego de analizarme —. Del mismo modo no te quita lo hermoso que eres. Y cuéntame. ¿Qué te ha deparado la vida después que rompimos?
Suelto una risita irónica.
El niño no apartaba su mirada de mí movía la mano de ella con afán.
—Se parecen ¿eh?
Frunzo las cejas.
—Lo único que no saco fueron tus preciosos ojos azules.
—¿A qué te refieres?
—Obsérvalo tu mismo —una corriente fría viajo por mi espina dorsal al escrutar con profundidad al niño que tomaba su mano.
—No.
—Al parecer es tuyo —suelta con seguridad y volví a observar al pequeño.
—¿Y esperas que te crea?
—Yo tampoco lo quería hasta que comenzó a parecerse a ti.
—¿Por qué es estás segura que es mío? —indago —. Pudo ser con cualquiera con los que has estado.
—Te juro que quiero suponer que es una casualidad de la vida, Hades.
—¿Y por qué has venido hasta ahora? ¿Después de tanto tiempo?
—No fue tan fácil encontrarte —responde —. Y ya le realicé el examen a todos y solo me faltas tú.
—¿Ya le hiciste a tu marido?
—Todavía no, esta ocupado y estoy aprovechando el tiempo antes que él se la haga— explica —.Si este niño no resulta tuyo salvaré mi matrimonio y todo volverá a la normalidad, Richard se quedará tranquilo.
—¿Y qué pasa si ambos salimos negativos?
—Lo regalo.
—¿Qué? —el niño me eleva sus ojos hacia mí.
—Lo daré en adopción si nadie lo quiere —dice de manera fría.
—Es tu hijo Madison —lo miro atónito —. ¿Cómo puedes ser tan cruel?
—Si Richard se entera de que no es su suyo, me dejará en la calle y así no podré criarlo, en cambio, en una familia o en un orfanato le irá mejor—dice si una pizca de remordimiento—. Lo mismo haré si resulta ser tuyo. Pero si lo quieres allí lo puedes buscar.
Me llevo una mano a la boca, incrédulo de lo que estaba viviendo.
—Voy a estar hasta mañana aquí —me informa y me da un papel que saca de su cartera — .Me dices la hora para irnos hacer la prueba y roguemos que sea negativo.
Sin mas se marcha con su criatura y este se despide de mi.
Me quedo en shock, mirando al pequeño que sostenía su codo, inocente de lo que su madre tiene con su futuro.
Abrumado me deslizo dentro del auto y conduzco hasta el apartamento de Melina.
Las escaleras parecían inestables cuando las subo, casi pierdo el equilibrio en el ultimo escalón. El pasillo se me hizo eterno y no escuchaba ningún ruido a mi alrededor solo el jadeo de mi respiración.
Melina abre la puerta e ingreso a su apartamento. Llego hasta la sala y me detengo, me giro hacia ella quien me miraba confundida y después me siento en su sofá.
—Esta loca —le digo —. Perdió la cabeza.
—¿Qué pasó Hades?
—Me-me encontré con Madison — respondo y sus orbes se abrieron impactados.
—¿Qué te dijo?—tomo asiento frente a mí y dudo sin contarle o no —.¿Qué pasa Hades?
—Madison tiene un hijo —comienzo a decir —. Y al parecer es mío.
Se lleva ambos manos a la boca.
—Y eso no es lo más, grabe —humedezco mis labios —. Si niño no resulta ser hijo mío, ni de su marido lo va a regalar o dar en adopción.
—¿Qué?
—Y si da positivo, va a hacer lo mismo —repito sus palabras — .Fue tan fría y tan malévola.
—¿Y cómo hizo para encontrarte?
—No tengo ni la más mínima idea —paso las manos por mi cabello — .Mañana va a estar aquí y me exigió que me haga la prueba, no sé de qué va a servir si ella lo va regalar.
Melina se queda callada unos minutos y después se acerca, toma mis manos entre las suyas.
—Cuál sea el resultado nosotros lo cuidaremos —levanto la vista perplejo.
—No Melina, ella tienen que hacerse responsable.
—¿Y si es tuyo renunciarías a él?
—Por supuesto que no —contesto de inmediato —. No permitiría que esa loca haga esa atrocidad.
—¿Y no lo fuese, lo dejarías solo?
—Melina...
—Sé que ella es su debe, pero mira lo que está pensando —niego — .Y el niño no tiene culpa de las locuras de Madison.
—Melina no va a ser fácil hacernos cargo, estamos estudiando, yo todavía dependo de mis padres. Tú también —la hago razonar — .Esperemos y luego pensamos que hacer si resulta negativo ¿Si?
Asiste.
—Está bien Hades.
🦋
¡Hola, hola chamas!
¿Cómo están?
Aquí estoy yo, complaciéndolas cada fin de semana. Disculpen lo tarde, tuve contra tiempos y he estado mal de salud pero finalmente aquí esta.
Espero que les haya gustado chamas y nos vemos pronto.
Les mando abrazos psicológicos❤❤❤
Las amo
Gracias por leer y por el apoyo.
Bye
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