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Melina wells...

Tamara me quitó el habla después de haberle dejado plantada el día de su cumpleaños, ella estaba muy molesta y no aceptó mis disculpas. Su actitud me pareció extraño, ¿por qué le afecto tanto? No somos amigas, compañeras de estudio, ¿por qué tan enojada?

Después de clases me fui a las tiendas a buscar que ponerme para el sábado en la noche. La cita no será en casa de Hades como creí, va a ser en un restaurante y por ende debo ir elegante.

Visité varias tiendas con muchos vestidos hermosos, pero ninguno me gustaba, unos eran muy señoriales y otros demasiados atrevidos.

Una muchacha me mostró un vestido, oscuro, mangas largas, negras, transparente y no se veía tan corto como los otros que vi, tenía un escote discreto en la parte de adelante y atrás. Me aseguró que iría bien con mi cuerpo y con mi estatura. Confíe en sus palabras y me metí a uno de los mostradores.

El espejo reflejó mi nuevo atuendo. Mis manos ahuecan mi boca y ahogo un grito de emoción. La muchacha no se equivocó, este vestido me quedó perfecto.

La misma joven de sonrisa simpática me buscó los zapatos y completó mi atuendo. Como aún estamos en primavera el clima sigue siendo frío, así que opté por buscar una chaqueta de gabardina para no pasar un mal rato.

—Muchas gracias —le digo a la joven y salgo de la tienda muy contenta.

🦋

Wendy me atacó con preguntas cuando nos vimos las caras esta mañana, igual que Estela. Aunque quise evadirlas, al final me convencieron y les conté qué pasó después que Hades fue a buscarme el fin de semana anterior.

—Tarde o temprano, ustedes iban a tener algo porque el amor se les veía a flor de piel —dice risueña Estela —. A ese chico le brillaban los ojos con nada más mirarte.

Aparto la mirada tímidamente

—Me da gusto hayan formalizado — aprecia Wendy con sinceridad —. Ustedes hacen hermosa pareja.

—Puedes irte más temprano— me dice Estela —. A las siete está bien, así te da tiempo de arreglarte y todo eso.

—Gracias.

—Pero nos cuentas como te fue eh—Advierte y río —. Vayan a trabajar corazones.

A las siete de la noche me estaba dirigiendo a mi casillero para cambiarme de ropa. Me despedí de todos menos de lucia y salí por la parte de atrás de la cafetería, caminé hasta la estación y allí me senté a esperar el autobús.

Estaba demasiado nerviosa, el corazón me palpitaba. Mientras me maquillaba no dejaba de pensar. Como necesito a mi mamá en este momento para que me tranquilice.

El timbre anunció la llegada de Hades. Una sonrisa nerviosa se dibujó en mis labios. Benji comenzó a ladrar y se dirigió corriendo hacia la entrada principal.

Salí de mi dormitorio escuchando sus gruñidos frente a la puerta. Antes de abrirle a Hades, lo tomé el collar y lo encerré en mi habitación.

Regreso a toda prisa con el corazón desecho y respiro hondo cuando coloco la mano en el pomo de la puerta. Lo giro y arrastro hasta abrirla.

—Oh, vaya —exclama con sorpresa y sus perfectos ojos me examinaron de arriba abajo, muy fascinados —. Te ves estupenda, luces increíble.

—Gracias —digo sintiéndome muy halagada.

—Lo que le has hecho a tu cabello te queda muy bien —detalla —. Esos rizos son sexys.

Rio.

—Quise llegar lo más temprano posible, pero tú sabes como es este tráfico de mierda—dice con fastidio —. Mis padres ya están en el restaurante.

Asisto detallándolo fascinada. Hades se veía increíble y era imposible no quitarle la mirada de encima.

Una camisa elegante color marrón parecido a la de mi chaqueta gabardina, pantalón negro como su calzado. Su cabello azabache está recién cortado y peinado hacia atrás, su barba estaba rasurada y delineada.

—No hay que hacerlos esperar más—digo volviendo a la realidad. Hades sonríe ladino y planta un beso en mi mejilla. Su mano envuelve la mía y suelta una pequeña exclamación. 

Carraspeo mi garganta y lo miro apenada.

Mi mano estaba helada.

—Relájate Perséfone —me dice con dulzura y me da un abrazo formidable —. Todo estará bien. No te preocupes.

—Bueno.


Hades...

Melina estaba nerviosa.  Se movía inquieta sobre el mueble del acompañante y respiraba con profundidad. Coloqué música para calmar su tensión y a pesar de que era de nuestro artista favorito no logró tranquilizarla.

Guardo silencio y la desisto. Sé que nada de lo que le diga iba a dejar que sus nervios desaparecieran.

Cuando le anuncio que habíamos llegado gime de miedo. Ella me mira y antes de bajarme, tomo su cara entre mis manos, la acerco hasta mi rostro y la beso.

—Todo saldrá bien —susurro, asiste no muy convencida — .Tranquila.

Ingresamos al restaurante tomado de las manos y el camarero nos indica con amabilidad donde estaba ubicada la mesa de mis padres. A medida que nos vamos acercando, aumentan los latidos de mi corazón, no podía ocultar mi sonrisa por más que quisiera. 

La emoción rondaba mi cuerpo, después de tanto tiempo los voy a ver.

Dos mujeres de cabello amarillo y rizado compartían la mesa que estaba usando mis padres. Los cuatro conversaban y algo dentro de mí me decía que no era bueno.

¿Quiénes son esas mujeres?

Cuando llegamos a la mesa aclaré mi garganta para llamar la atención de ellos. Sus rostros sonrientes y alegres, menos el de mi padre, giraron al mismo tiempo en mi dirección y el  estado anímico que tenían desapareció de inmediato.

Los ojos de mis padres aterrizaron en nuestras manos y después se miraron. Yo quería saber qué estaba pasando y por qué están haciendo estas dos mujeres en su mesa.

—Hades.

—Hola mamá —saludo.

—Tenemos que hablar un momento —murmura mi padre y se levanta de la silla.

—¿Qué pasa? —pregunto tratando de adivinar.

—Ven hijo un momento, por favor —llama mi padre.

—Y-ya volvemos —anuncia mi mamá.

—Hades —miro a Melina.

—Tranquila Perséfone ya vuelvo.

—¿Qué pasa? —pregunta en voz baja — .¿Quiénes son esas mujeres?

—Eso es lo que quiero averiguar —saco una silla para ella de otra mesa y antes de irme le planto un beso en los labios.

Mi padre se veía furioso y mi madre no dejaba de susurrar "perdón".  Estábamos en el estacionamiento del restaurante y había mucho movimiento de personas yendo y viniendo.

—Cuéntale —ordena mi padre y mi mamá gimió como si quisiera llorar —. Francia dile.

—Cariño —solloza mi madre—. Perdóname.

—¿Qué sucede? —pregunto —. ¿Quiénes son esas mujeres?

Mi papá se cruza de brazos y escudriña a mi mamá para que hable.

—Su nombre es Bianca Ramírez —aclara mi padre — .Y al parecer tu madre quiere comprometerlos.

—¿Qué? —exclamo sorprendido.

—Yo no tenía idea de nada, me acabo enterar —se defiende mi papá y me vuelvo hacia mi madre.

—¿Me comprometiste con una mujer que ni siquiera conozco? —reclamo.

—No, mi amor no lo están —responde —. Ustedes fueron novios hace tiempo y pensamos que era buena idea que volvieran a ver después de tantos años.

—¿Y qué esperabas de este encuentro? ¿Qué saliera con ella?

—No lo hice con mala intención.

No lo puedo crees. 

—Bianca es hija de una familia de buenos principios y modales, conozco a sus padres y sé con certeza que ella no tiene esa malicia como la tuvo Madison y esas otras mujeres con quien tuviste la mala suerte de salir. Discúlpame corazón.

—Agradezco tu preocupación madre, pero este tipo decisiones las debo tomar yo — aclaro — . Y Bianca nunca fue mi novia, solo fuimos compañeros de salón y jamás me gustó, era muy fastidiosa  y todo el tiempo me pegaba.

Papá niega avergonzado.

—Ella inventó que éramos novios y me amenazaba si habría la boca.

—Pero tú la llevabas a la casa...

—Se invitaba sola —aclaro—. Y yo no quería que me siguiera pegando, por eso no decía nada. Hasta que un día me harté como mis compañeros de salón a quienes también tenía amenazados y en la salida de la escuela la hundimos en un charco de sucio de agua y desde ese momento más nunca nos volvió a molestar.

—Perdona —me mira abochornada —. Te juro que pensé en tu felicidad.

Niego.

—¿Y ahora qué hacemos?

—Usted terminará la cita, yo me iré con mi chica —destaco —. Cuando se desocupen me avisan y nos vemos en mi casa.

—Vete hijo —me apoya mi padre.

—Por favor esperen aquí.

Vuelvo al restaurante y llego hasta la mesa. Su rostro se levanta al sentirme cerca y me inclino para susurrarle que la cita se canceló, sus orbes se abren impresionados, le explico con brevedad lo que ocurrió y la insto a salir sin mirar atrás, no iba a saludar a una loca que me maltrataba todo el tiempo.

Mis padres seguían donde les pedí que se quedaran y con la mano entrelazada de Melina, me acerco a presentarla, como debió ocurrir antes de enterarme de la locura de mi madre.

—Ella es a Melina Wells—hablo alto y claro —. Mi novia.

—Un placer conocerla joven —saluda mi padre —. Y por favor discúlpenos por lo sucedido. Me llamo Adonis Ross.

—Mucho gusto —se presenta recibiendo la mano de mi padre.

—Francia de Ross —dice la voz de mi madre, su cara estaba enrojecida de la pena —. Eres muy bonita.

—Gracias.

—Bienvenida a la familia Ross —dice mi mamá amigable con una gran sonrisa.

Sonrío emocionado mirando a mi Perséfone y luego a ellos.

—Ahora nos vemos —les anuncio y entrelazo su mano para salir de allí.

Cuando llegamos a mi auto la tomo de la cintura y la acorralo. Me sentía tan apenado, no se suponía que la cita iba a ser así, era para que estaríamos comiendo y pasándola bien.

—Jamás imaginé que esto —me disculpo —. Pero mi mamá...

—No te preocupes — sostiene mi rostro entre sus pequeñas manos y me inclina a besarnos —. Esto quedará para el recuerdo de nuestros hijos.

Río y acaricio sus mejillas con mis dedos y la refugio entre mis brazos.

—¿Iremos a tu casa?— pregunta—. Y si continuamos la cita allá y hacemos algo por nosotros mismos.

—¿Estás segura? —asiste y levanta la quijada.

—Se supone que este día era para conocer a tus padres —dice.

—Pero se arruinó por completo.

—Aún se puede recuperar —me anima con ternura y vuelvo a plantar mis labios con los suyos.

—¿Y qué se te ocurre?

—Ya veremos —beso su frente, luego su mejilla y de último su boca.

— Te amo.

—Te amo, mucho, más —repito con todo mi amor.

—No, yo más Hades —ríe.

-¿A-angel?

🦋

Holaa chamas

¿Cómo están?

¿Qué tal su día?

Espero que la hayan pasado bonito..

Bueno la cena no resulto como se esperaba y alguien acaba de aparecer.

Disculpen los guiones pero no se que pasa con Wattpad.

Espero que les haya gustado y nos vemos el otro fin de semana.❤

¡Las amooo!

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